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'(6/$675($8720È7,&2'(&$5*$6

325%$-$)5(&8(1&,$

3RZHU(QFRXQWHU
KWWSSRZHUHQFRXQWHUEORJVSRWFRP
,QGLFH

,1',&(

,1752'8&&,21 
1.1 PERDIDA DEL EQUILIBRIO DE POTENCIAS .................................. 1
1.2 DESLASTRE DE CARGAS ................................................................... 1
1.3 SOBRECARGAS .................................................................................... 2
1.4 EJEMPLOS EN PEQUEÑOS SISTEMAS ............................................. 2

&$5$&7(5,67,&$6*(1(5$/(6'()5(&8(1&,$'(81
6,67(0$  

2.1 VALOR FINAL DE LA FRECUENCIA ................................................ 4


2.2 NATURALEZA OSCILATORIA DE LA VARIACION DE
FRECUENCIA............................................................................................... 5

$352;,0$&,21(60$7(0$7,&$6'(/$9$5,$&,21'(
)5(&8(1&,$  

3.1 PAR GENERADOR Y DE CARGA CONSTANTES............................ 7


3.2 PAR GENERADOR Y DE CARGA VARIABLES CON LA
FRECUENCIA............................................................................................. 11

(/(0(172648(,1)/8<(1(1/$&$5$&7(5,67,&$'(
)5(&8(1&,$  

4.1 RELES DE POTENCIA ........................................................................ 15

3/$1'('(6/$675('(&$5*$6  

5.1 DETECCION DE LA PENDIENTE DE CAIDA DE LA FRECUENCIA20


5.2 DISEÑO DE UN PLAN DE DESLASTRE DE CARGAS................... 21
5.3 OPTIMIZACION DEL DISEÑO .......................................................... 25
5.4. PROCEDIMIENTO EJEMPLO ........................................................... 26

62%5()5(&8(1&,$'(%,'$$/'(6/$675((;&(6,92 
Indice

5(326,&,21'(/6(59,&,2 

7.1 ESTADOS DEL SISTEMA................................................................... 33


7.2 PLAN DE REPOSICION DEL SERVICIO.......................................... 34
7.3 FASES DE LA REPOSICION DEL SERVICIO .................................. 35
7.4 INFLUENCIA DE LOS SISTEMAS DE GENERACION................... 36

&$5$&7(5,67,&$6'(/266,67(0$6'(327(1&,$(1/$
5(326,&,21 

8.1 EQUILIBRIO GENERACION-CARGA .............................................. 37


8.2 SISTEMA DE CONTROL .................................................................... 37
8.3 EQUILIBRIO DE POTENCIA REACTIVA ........................................ 38
8.4 TIPOS DE REPOSICION DE SERVICIO............................................ 39
8.5 PROBLEMAS EN LA REPOSICION DEL SERVICIO..................... 40

%,%/,2*5$),$  
6REUHIUHFXHQFLDGHELGDDOGHVODVWUHH[FHVLYR 1

,1752'8&&,21
Las desviaciones de frecuencia son pequeñas en los grandes sistemas
conectados, al maximizarse la fiabilidad en el diseño en la industria eléctrica
para ofrecer un buen servicio. No obstante, se presentan condiciones de
operación indeseables, como faltas, sobrecargas, paradas forzosas u otro tipo
de perturbaciones que pueden provocar que una zona se desconecte del resto
del sistema, quedando con una capacidad de generación insuficiente. En estos
casos, puede justificarse la desconexión de cargas para preservar el servicio de
la mayoría de los clientes.

3(5','$'(/(48,/,%5,2'(327(1&,$6
En la operación normal de un sistema de potencia se cumple en
régimen permanente la ecuación de equilibrio:
Σ 3JHQHUDGD Σ 3F DUJ D  Σ 3SpUGLGDV  ()
Si el equilibrio se rompe la frecuencia del sistema cambiará, bajando si
fuese por un exceso de demanda en un intento de arrastrar toda la carga, con
una disminución de la velocidad de las turbinas y de los generadores y una
caída de la tensión, despreciando el efecto de los reguladores. Estos tenderían a
aumentar la potencia en el eje de la turbina, pero se ve limitado al 10% de
incremento por el sistema de control de la caldera y el deterioro de la calidad
del vapor.
Si hay un exceso de generación aparecen sobrevelocidades, los
reguladores de velocidad reducen la potencia en la turbina bajando la
frecuencia, y así se resuelve el desequilibrio al disminuir con la frecuencia la
carga. Esta situación puede llegar al cierre de válvulas y desacoplamiento de
grupo.

'(6/$675('(&$5*$6
En un sistema de carga resistiva, la caída de tensión reducirá la carga;
mientras que si la carga está compuesta por motores contribuirán a esta bajada
tanto la reducción de tensión como de frecuencia. Esta corrección puede
restaurar el equilibrio de potencias, pero no a la frecuencia original. El
funcionamiento no es aceptable a tensión y frecuencia bajas, flujos máximos de
vapor en la turbina fuera de su punto de trabajo, y esfuerzos térmicos en líneas
y transformadores.
El problema inmediato es llegar a un equilibrio antes de que la
frecuencia descendente afecte al comportamiento del resto del sistema

'HVODVWUHGHFDUJDV
6REUHIUHFXHQFLDGHELGDDOGHVODVWUHH[FHVLYR 2

productivo, se tienen dos alternativas : aumentar la generación, o deslastrar


automáticamente carga por baja frecuencia.
La primera solución no puede conseguirse lo suficientemente rápido
para evitar la mayor caída de la frecuencia del sistema, o puede no haber
adecuadas capacidades de generación y de transporte (margen de reserva
rodante suficiente). El deslastre automático de carga es un método rápido y
eficaz para restaurar el equilibrio generación-carga, mediante la utilización de
relés de baja frecuencia.

62%5(&$5*$6
La pérdida de una generación importante o de una línea importante de
interconexión, generalmente por cortocircuito lleva a un exceso de carga. El
tarado de los relés de mínima frecuencia deben deslastrar el mínimo de carga
de forma rápida y automática.

(-(03/26(13(48(f266,67(0$6
Grandes complejos industriales disponen de generación local por
cogeneración, dependiendo además del suministro de la compañía eléctrica a
través de una línea de interconexión.
La figura 1 ilustra un ejemplo de esta situación. Al cerrarse el
interruptor T de la línea de conexión con la compañía, se sobrecarga la red y
lleva a una caída de la frecuencia. Normalmente en la planta industrial se
dispone de relés de frecuencia para separar la carga no esencial al proceso
productivo, por ejemplo 1 y 2, considerando la carga 3 indispensable.
Existen aplicaciones en las que se combina el uso de relés direccionales
de potencia con relés de frecuencia, como en el caso de interconexión entre
compañías unidas por línea compraventa de energía en función de las
disponibilidades en cada momento de cada una de ellas.
Según se ilustra en la figura 2, la compañía A suministra energía
normalmente a la B, por tener ésta un exceso de carga sobre su generación
disponible, y por los acuerdos negociados se establecen los métodos de
explotación en condiciones de emergencia. Si el flujo de potencia P alcanzase
un valor que hiciera peligrar el suministro de A, o bien el relé de frecuencia de
la compañía B detectarse una caída de la misma abriría los interruptores 1 ó 2
para que desaparezca la sobrecarga, o bien dispararía el interruptor T activado
por el relé direccional de potencia.

'HVODVWUHGHFDUJDV
6REUHIUHFXHQFLDGHELGDDOGHVODVWUHH[FHVLYR 3

)LJXUD ,QGXVWULDFRQFRJHQHUDFLyQOtQHDGHFRQH[LyQDODUHG

)LJXUD ,QWHUFRQH[LyQFRQUHOpGLUHFFLRQDOGHSRWHQFLD

'HVODVWUHGHFDUJDV
&DUDFWHUtVWLFDVJHQHUDOHVGHIUHFXHQFLDGHXQVLVWHPD 4

&$5$&7(5,67,&$6*(1(5$/(6'()5(&8(1&,$'(
816,67(0$
La disminución de frecuencia del sistema por la pérdida repentina de
generación, no se realiza nunca de forma brusca sino progresiva con una cierta
pendiente, al no existir discontinuidad en la característica de frecuencia.
La pendiente inicial de caída de la frecuencia depende únicamente del
valor de la sobrecarga y de la inercia del sistema, se calcula:
S/( I  − I )
5=  ()
 I 
+ − 
 I 

Donde :
5: pendiente de la variación de frecuencia
S: factor de potencia estimado
FDUJD  JHQHUDFLyQ
/: sobrecarga en p.u. = ()
JHQHUDFLyQ
I: frecuencia inicial en el intervalo
I: frecuencia final en el intervalo


∑ +  09$
 
+: constante de inercia del sistema = =
 ()
∑ 09$
 
=

9$/25),1$/'(/$)5(&8(1&,$
A medida que baja la frecuencia, aumenta el par generador (o motor) y
baja el par de carga (o eléctrico), por lo tanto en total se tiene una reducción en
el índice de bajada de la frecuencia.
Si se supone que no actúan los reguladores de velocidad, la frecuencia
del sistema se fijará en un valor por debajo del nominal, sin embargo este valor
puede ser superior si consideramos la actuación de los reguladores, y si el resto
de los generadores tiene alguna capacidad de reserva.
No se considerará la acción de los reguladores de velocidad de las
turbinas, ya que su capacidad para aumentar la potencia generada varia de unos
a otros sistemas, según la reserva rodante, la sensibilidad del control y las
constantes de tiempo del sistema.

'HVODVWUHGHFDUJDV
&DUDFWHUtVWLFDVJHQHUDOHVGHIUHFXHQFLDGHXQVLVWHPD 5

1$785$/(=$26&,/$725,$'(/$9$5,$&,Ï1'(
)5(&8(1&,$
La naturaleza oscilatoria de la frecuencia del sistema se debe a la
interacción de los generadores interconectados.
Por ejemplo, en la figura 3 se ven las variaciones de frecuencia de tres
nudos por la pérdida del 5% de generación. Sobre los 3 segundos el sistema
quedó aislado del resto de la red disminuyendo la frecuencia, antes no se
muestra la variación de la frecuencia al ser despreciable. En este caso el
sistema se recupera de la pérdida de generación y la frecuencia queda fijada en
59.5 Hz (frecuencia nominal de 60 Hz).

)LJXUD &DUDFWHUtVWLFD WLHPSRIUHFXHQFLD GHO VLVWHPD GHVSXpV GH


SHUGHUXQGHODJHQHUDFLyQ
En la figura 4 se representa la pérdida del 15% de la generación. La
frecuencia baja rápidamente hasta producirse el deslastre de carga del 67% de
la perdida en generación a los 2 segundos. Con esta medida se evitó una mayor
disminución de la frecuencia, pero sin llevarla a su valor nominal.
En un sistema de tamaño considerable para la determinación analítica
de las oscilaciones de frecuencia, hay que recurrir a complejos programas de
estabilidad. Sin embargo, la variación media de la frecuencia para distintos
valores de pérdida de generación, se puede predecir y determinar con suficiente
precisión.

'HVODVWUHGHFDUJDV
&DUDFWHUtVWLFDVJHQHUDOHVGHIUHFXHQFLDGHXQVLVWHPD 6

)LJXUD &DUDFWHUtVWLFD WLHPSRIUHFXHQFLD GH XQ VLVWHPD GHVSXpV


GHSHUGHUXQGHJHQHUDFLyQ

'HVODVWUHGHFDUJDV
$SUR[LPDFLRQHVPDWHPiWLFDVGHODYDULDFLyQGHIUHFXHQFLD 7

$352;,0$&,21(60$7(0$7,&$6'(/$9$5,$&,21'(
)5(&8(1&,$
3$5*(1(5$'25<'(&$5*$&2167$17(6
Ecuaciones básicas
La relación que define la variación de la frecuencia con el tiempo se
deduce a partir de la ecuación del movimiento de una máquina rotativa:
+ G δ
7D = 7J − 7O = ⋅ ()
π I  GW 
Donde :
7D: par neto acelerador en p.u.
7J: par neto mecánico o generador en p.u
7O: par eléctrico o de carga en p.u.
I: frecuencia base
+: constante de inercia del sistema
G: ángulo eléctrico de desplazamiento
La velocidad de la máquina viene dada por:

+ Z = πI ()
GW
Donde :
I : frecuencia real
Z:velocidad síncrona
Derivando () respecto del tiempo obtenemos:

G δ GI
 = π ()
GW GW
Y sustituyendo la ecuación () en (), obtenemos la expresión
de la variación de la frecuencia con el tiempo:
GI I
= 7 ()
GW +
9DULDFLyQOLQHDOGHODIUHFXHQFLD
Al producirse una repentina pérdida de generación en el sistema que no
compensada con la disminución de carga, el par neto Ta es negativo
(decelerador). Asumiendo que los pares generador Tg y de carga Tl permanecen

'HVODVWUHGHFDUJDV
$SUR[LPDFLRQHVPDWHPiWLFDVGHODYDULDFLyQGHIUHFXHQFLD 8

constantes durante la perturbación, la variación de la frecuencia con el tiempo


7 I
sigue una recta de pendiente: D  .
+
En la figura 5 se ve la variación de la frecuencia para una constante
de inercia del sistema de H = 5 s, y con una sobrecarga según:
FDUJD  UHVWRGHJHQHUDFLyQ
VREUHFDUJD () = ⋅ 
UHVWRGHJHQHUDFLyQ

)LJXUD &DUDFWHUtVWLFDWLHPSRIUHFXHQFLDHQXQVLVWHPDFRQYDULRV
JUDGRV GH VREUHFDUJD SDUHV JHQHUDGRU \ GH FDUJD
FRQVWDQWHV
El efecto de variar la constante de inercia del sistema se refleja en la
figura 6 para dos niveles de sobrecarga distintos. A mayor valor de la constante
de inercia H, menor es el índice de variación de la frecuencia. La característica

'HVODVWUHGHFDUJDV
$SUR[LPDFLRQHVPDWHPiWLFDVGHODYDULDFLyQGHIUHFXHQFLD 9

de recuperación de la frecuencia después del deslastre de carga, también se


puede obtener de la ecuación ().
Por ejemplo, si se deslastra una cantidad de carga igual a la
sobrecarga, el par neto Ta es cero, y la frecuencia permanece constante en el
valor anterior a que se separase la carga. Si la cantidad de carga deslastrada
fuera mayor que la sobrecarga, la frecuencia crecería de forma constante, y en
el caso de que fuera menor continuaría bajando, pero a un índice menor. Los
distintos casos se muestran en la figura 7.
Si el deslastre se efectúa en pasos sucesivos, la variación de la
frecuencia es como aparece en el caso de la figura 8.

)LJXUD &DUDFWHUtVWLFDWLHPSRIUHFXHQFLDHQXQVLVWHPDHIHFWRGH
YDULDU OD FRQVWDQWH GH LQHUFLD GHO VLVWHPD SDUHV
JHQHUDGRU\GHFDUJDFRQVWDQWHV

'HVODVWUHGHFDUJDV
$SUR[LPDFLRQHVPDWHPiWLFDVGHODYDULDFLyQGHIUHFXHQFLD 10

)LJXUD &DUDFWHUtVWLFDWLHPSRIUHFXHQFLDGHXQVLVWHPDHIHFWRGH
GHVODVWUDUGLVWLQWDVFDQWLGDGHVGHFDUJD

)LJXUD &DUDFWHUtVWLFDWLHPSRIUHFXHQFLDGHXQVLVWHPDHIHFWRGH
GHVODVWUDUFDUJDHQSDVRVVXFHVLYRV
Por lo tanto, la aproximación de suponer el par generador y el par de
carga constantes, proporciona un método para determinar la variación de la
frecuencia aproximado y simple con unos resultados pesimistas, ya que es
mayor la caída de frecuencia y peor su recuperación al deslastrar carga, que las
que ocurren realmente.
'HVODVWUHGHFDUJDV
$SUR[LPDFLRQHVPDWHPiWLFDVGHODYDULDFLyQGHIUHFXHQFLD 11

3$5*(1(5$'25<'(&$5*$9$5,$%/(6&21/$
)5(&8(1&,$
3DUGHFDUJDHQIXQFLyQGHODIUHFXHQFLD
En la ecuación () de variación de la frecuencia con el tiempo, el
par acelerador Ta es igual a la diferencia entre el par generador y el de carga, Tg
- Tl. Hasta ahora se ha supuesto que ambos pares permanecían constantes
durante la perturbación, pero en realidad dependen de la frecuencia.
El par eléctrico o de carga depende directamente de la frecuencia
elevado a una constante, comprendida entre 1 y 2 generalmente.
3O .I '

7O = = = .I ' −
()
I I
Donde :
3O: potencia de carga en p.u.
'O: constante dependiente del tipo de carga
Para pequeñas variaciones de frecuencia:
G7 ' − 
∆7 = ∆I = . ' −  I ∆I ()
GI
7
7
 ∆7
(
y sustituyendo () y ( en () obtenemos :

7O = .I ' −
+ . 'O −  I ∆I = .I ' −  ('O − )
  + ∆I
' −

 I 
()
y (3.2.1) en (3.2.3)):
7O = 7O ( + ('O − ) I
) ()
Donde :
Tl0: par inicial en p.u.
Tl : par en p.u. después de un cambio en f'
∆I
f’ = : variación unitaria de frecuencia
I

'HVODVWUHGHFDUJDV
$SUR[LPDFLRQHVPDWHPiWLFDVGHODYDULDFLyQGHIUHFXHQFLD 12

3DUPRWRUHQIXQFLyQGHODIUHFXHQFLD
El par motor depende inversamente de la frecuencia con la primera
potencia:
.
7J = = .I −
()
I
Siguiendo el mismo procedimiento de antes para pequeñas variaciones
de frecuencia, se obtiene:
7 = 7 ( − I
) ()
9DULDFLyQGHODIUHFXHQFLDFRQHOWLHPSR
El efecto total de la variación de la frecuencia con el tiempo,
sustituyendo () y () en ():
GI

+ ⋅ = 7 = 7 − 7  =
GW
= 7   − I
− 7   [ + ('  − ) I
] (
= 7  − 7   − [7  + 7   ('  − )] I

También puede expresarse:


GI

+ ⋅ + 'WI
= 7J  − 7  = 7D  (
GW

con
'W = 7J  + (' − )7 
La solución de la ecuación diferencial () es:
− '
7  
I ′ = D   − H  + 
'W  
(
Se ha supuesto que la caída de frecuencia empieza en su valor nominal,
pero si fuese otro el punto inicial (después de deslastrar parte de carga) se
emplearía la misma expresión. En este caso, el par acelerador debe de
calcularse a partir de las ecuaciones que relacionan los pares generador y de
carga con la frecuencia.

'HVODVWUHGHFDUJDV
$SUR[LPDFLRQHVPDWHPiWLFDVGHODYDULDFLyQGHIUHFXHQFLD 13

)LJXUD &DUDFWHUtVWLFD WLHPSRIUHFXHQFLD GH XQ VLVWHPD FRQ


GLVWLQWRVJUDGRVGHJUDGRGHVREUHFDUJD
La función exponencial de la frecuencia se representa en la figura 9,
considerando los pares dependientes de la frecuencia, para distintos valores de
sobrecarga, con: T1 = K f1.5. El índice de descenso de la frecuencia disminuye
al aumentar el par generador y disminuir la carga, fijándose la frecuencia en un
valor menor del nominal. Cuando se deslastra carga la recuperación de la
frecuencia también sigue una característica exponencial como se muestra en la
figura 10.
Si la carga deslastrada es igual al valor de la sobrecarga, la frecuencia
alcanzará su valor nominal, influyendo solamente en aumentar la rapidez
cuanto mayor sea la constante de inercia. Esto se debe a que el par generador
aumenta más rápido que disminuye el par de carga, por lo tanto la frecuencia a
la que se deslastra la carga es menor que la nominal, y la sobrecarga es inferior
que a frecuencia nominal.

'HVODVWUHGHFDUJDV
$SUR[LPDFLRQHVPDWHPiWLFDVGHODYDULDFLyQGHIUHFXHQFLD 14

)LJXUD &DUDFWHUtVWLFD WLHPSRIUHFXHQFLD GH XQ VLVWHPD SDUHV


JHQHUDGRU\GHFDUJDYDUtDQFRQODIUHFXHQFLD

)LJXUD &DUDFWHUtVWLFD WLHPSRIUHFXHQFLD GH XQ VLVWHPD SDUHV


JHQHUDGRU\GHFDUJDYDUtDQFRQODIUHFXHQFLD
Si se deslastra carga en escalones, la característica de la frecuencia
sigue la figura 11. En la cual, la sobrecarga era del 20% y se deslastró en dos
pasos del 10% cada uno.

'HVODVWUHGHFDUJDV
(OHPHQWRVTXHLQIOX\HQHQODFDUDFWHUtVWLFDGHIUHFXHQFLD 15

(/(0(172648(,1)/8<(1(1/$&$5$&7(5,67,&$'(
)5(&8(1&,$
Sería necesario un programa de estabilidad para un estudio más realista
de las oscilaciones de frecuencia, sin aproximaciones matemáticas.
Estos programas tienen en cuenta un modelo preciso de los
generadores, incluso subtransitorio, y de los reguladores de velocidad, así
como la bajada de tensión por la caída de frecuencia. Se consideran los relés de
distancia y la saturación de los transformadores antes de actuar los relés de baja
frecuencia, causada por el aumento del flujo de reactiva, además de otros relés
de protección.

5(/(6'(327(1&,$
Miden y detectan las variaciones de frecuencia, para una vez llegado el
caso, llevar a cabo el deslastre automático de cargas.
Para el deslastre de cargas se pueden clasificar en dos tipos principales,
el relé estático SFF y el relé electromecánico de tipo CFF.
5HOpHVWiWLFRGHOWLSR6))
Este relé estático de mínima frecuencia funciona de forma digital, y
básicamente consiste en un oscilador controlado por un cristal de cuarzo
suministrador de pulsos de 2 MHz a un contador binario. Por medio de un
circuito lógico, el contador enumera los pulsos de 2 MHz que hay en un
período y determina la frecuencia.
Al fijar una frecuencia deberá haber un número de pulsos en cada
período, si fuese menor se infiere que la frecuencia es superior a la establecida.
Igualmente, si fuese mayor el número de pulsos, la frecuencia del sistema
estará por debajo de la prefijada; sin embargo, para la actuación del relé debe
repetirse esto para un mínimo de tres ciclos consecutivos y un máximo de hasta
80 ciclos. Esta temporización comienza de nuevo desde cero si la frecuencia se
recupera durante algún ciclo.
Por lo tanto, su característica depende del ajuste por frecuencia (para 60
Hz su rango va desde 54,2 hasta 60,8 Hz con incrementos de 0,05 Hz). Este
relé es muy estable y muy preciso, entorno a ±0,005 Hz entre -20 °C y +60 °C
de temperatura ambiente, y entre 42 y 140 V de tensión.
5HOpHOHFWURPHFiQLFRGHOWLSR&))
En 1900 fue patentado por Steinmetz, comercializándose en 1921 con
disco de inducción lento, y ya en 1948 con disco de inducción rápido. Estos de
tipo CFF con disco de inducción de funcionamiento electromecánico son los

'HVODVWUHGHFDUJDV
(OHPHQWRVTXHLQIOX\HQHQODFDUDFWHUtVWLFDGHIUHFXHQFLD 16

que se aplican actualmente. No tan preciso ni estable como el de tipo SFF, se


aplica al estar su característica ligada a la pendiente de la caída de frecuencia.
También se ajusta por frecuencia. La figura 12 muestra el tiempo de actuación
de dos relés CFF considerando la pendiente de caída de la frecuencia
constante, condición no habitual.
El relé se ajusta para una frecuencia determinada. Sin embargo la
actuación del relé es en función de las distintas pendientes de caída de
frecuencia(siguiendo las curvas de frecuencia en función del tiempo de
actuación). Estas curvas incluyen un tiempo de 6 ciclos del t de eliminación de
la falta y un tiempo de 6 ciclos propio del relé.

)LJXUD  &DUDFWHUtVWLFD WLHPSRIUHFXHQFLD GHO UHOp &)) $FW~D DO


DOFDQ]DUODIUHFXHQFLDGHDMXVWHGHOUHOp

&XUYDVGHIUHFXHQFLDHQIXQFLyQGHOWLHPSRGHDFWXDFLyQ
En la figura 12, sólo se muestra el tiempo de actuación del relé. Si se
utiliza un programa de conservación de carga, debe tenerse en cuenta que la
bajada de frecuencia se corrige al desconectar la carga no imprescindible.
En la familia de curvas de la figura 13 se representa la frecuencia en
función del tiempo desde el comienzo de la perturbación, para una serie de
distintas pendientes de caída de frecuencia. Entre las curvas se incluyen la
correspondiente al tiempo total de eliminación de la falta , 6 ciclos, el retraso
de 6 ciclos del propio relé, y distintas calibraciones de frecuencias del relé.

'HVODVWUHGHFDUJDV
(OHPHQWRVTXHLQIOX\HQHQODFDUDFWHUtVWLFDGHIUHFXHQFLD 17

Según las curvas, el relé actuará antes de alcanzar la frecuencia crítica hasta
una pendiente en la caída de frecuencia de 10 ciclos por segundo en cada
segundo.

)LJXUD&DUDFWHUtVWLFDGHIUHFXHQFLDHQIXQFLyQGHOWLHPSRSDUDHO
WLHPSRWRWDOGHGHVSHMHFRQGLVWLQWRVWDUDGRVGHOUHOp
3UHFLVLyQ\DMXVWH
Un relé CFF puede tararse para frecuencias desde 55 a 59.5 Hz de
forma continua, con una precisión de ±0.1 Hz en torno al punto de ajuste. Se
ven ligeramente influidos por la variación de la tensión; entre 40 y 140 V, la
variación es de 0.6 Hz de bajada de la frecuencia con la de la tensión. La figura
14 muestra esta característica para el relé CFF14A. También dependen de la
temperatura: presentando una variación de ±0.2 Hz en un margen de
temperaturas entre -20 a 40 °C.

'HVODVWUHGHFDUJDV
(OHPHQWRVTXHLQIOX\HQHQODFDUDFWHUtVWLFDGHIUHFXHQFLD 18

)LJXUD 9DULDFLyQ GH OD IUHFXHQFLD GHO UHOp HQ IXQFLyQ GH OD
WHQVLyQDSOLFDGD

'LVWLQWRVWLSRVGHUHOpV&))
• &))$ le corresponde una curva continua, e incluye un retraso de
6 ciclos, para evitar un funcionamiento incorrecto en conexión y
desconexión repentina de tensión. Es el relé que se emplea
generalmente en programas de deslastre de carga.
• &)) otra versión del anterior con un retraso de 21 ciclos. Se
utiliza con cargas de motores, ya que al perder tensión y quedarse
aislados, la capacidad de las líneas tiende a mantener la tensión
durante un corto instante, bajando la frecuencia al ir parándose los
motores. Esta lenta caída de tensión puede durar más de 6 ciclos, se
desconectarían los interruptores innecesariamente por la actuación
de los relés, que debe retrasarse a 21 ciclos.
• &))$ su tiempo de actuación es el que se muestra en la figura
12, con la curva a trazos. Al no tener una temporización es
aproximadamente 0.1 segundos más rápido en comparación con
otros tipos de relés, y por lo tanto, es importante conocer su
limitación de utilización en aplicaciones donde no es aceptable un
retraso de 6 ciclos, controlando el proceso con relés direccionales de
potencia. Mediante circuitos sintonizados controla la respuesta
transitoria del relé en caso de falta sin retardos. Aunque no es
sensible a un aumento repentino de la tensión, puede funcionar
incorrectamente con la apertura intempestiva de un circuito
inductivo, o al fundirse el fusible en el secundario de un
transformador de potencia.

'HVODVWUHGHFDUJDV
(OHPHQWRVTXHLQIOX\HQHQODFDUDFWHUtVWLFDGHIUHFXHQFLD 19

• &)) diseñado para desconectar la carga por baja frecuencia y


reponer el servicio automáticamente cuando la frecuencia recupera
un valor próximo al normal. Con lo cual, su ajuste es a dos
frecuencias: una calibración a baja frecuencia de deslastre de carga,
y después se recalibra automáticamente al valor superior de
reconexión de la carga. Su empleo debe hacerse con sumo cuidado,
dada la complejidad de la reposición del servicio.
&RPSDUDFLyQGH6))\&))
El tipo SFF da una precisión mayor ( ± 0.005 Hz), que el CFF con (±
0.1 Hz) para el mismo rango de tensión y temperatura, sin embargo este último
varía su característica de precisión entre -20 y 40 °C y entre 42 y 140 V. El
ajuste es continuo para el tipo CFF y va desde 55 hasta 59.5 Hz, mientras que
el SFF es discreto (a saltos de 0.05 Hz) desde 54.2 hasta 60.8 Hz.
Se usa más el CFF por ser más sensible a la pendiente de caída de
frecuencia, mientras que el SFF actuará siempre a tiempo fijo.

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 20

3/$1'('(6/$675('(&$5*$6
Un programa o plan de separación y de reposición de cargas debe
determinar la sobrecarga máxima permisible en la subestación de la que se
trate, y si no es posible determinarla hay que estimar la carga máxima a separar
de la subestación, siendo mejor ser pesimistas. Además se requiere determinar
la frecuencia a la que se debe iniciar la separación, así como la reducción
permisible de la frecuencia.
De forma ideal un programa de deslastre de cargas debe detectar
rápidamente la disminución de generación, determinar con precisión el grado
de sobrecarga, y finalmente deslastrar tan sólo la cantidad de carga necesaria
para recuperar la frecuencia del sistema; dada la importancia de calidad de
servicio para las compañías eléctricas. Esto es sencillo conseguirlo en
pequeños sistemas, pero a medida que estos aumentan, este ideal no sólo es
difícil de alcanzar sino incluso imposible.
A causa de la naturaleza oscilatoria de la variación de frecuencia,
hay un cierto grado de aleatoriedad, que dificulta el desconectar iguales
incrementos de carga a la vez en todo el sistema; probablemente alguno será
excesivo.
Los estudios con programas de estabilidad dan una buena
aproximación del comportamiento de la frecuencia en parte de los nudos, para
predecir el grado de deslastre necesario en algunas condiciones de emergencia,
pero nunca se podrán estudiar todos los casos posibles. Por lo tanto, los
programas de deslastre de cargas aplican ciertas simplificaciones,
considerándose los pares dependientes de la frecuencia, como en la figura 9, o
incluso suponerlos constantes, figura 5.

'(7(&&,21'(/$3(1',(17('(&$,'$'(/$
)5(&8(1&,$
Según se ha sugerido a menudo el relé ideal para el deslastre de cargas
debería actuar solamente por detección de la pendiente de la frecuencia. Sin
embargo, a causa de la naturaleza oscilatoria de las características de caída de
la frecuencia de un sistema, parece que el relé ideal no tendría ventajas
prácticas, al tender a deslastrar más carga de la absolutamente necesaria. La
pendiente durante las oscilaciones podría ser alta, sugiriendo al plan de
deslastre una pendiente correspondiente a una pérdida de generación superior a
la ocurrida realmente.
Por ejemplo, en la figura 4 el nudo E tiene una variación inicial de
frecuencia de 3.5 Hz/s, que indicaría una pérdida de generación del 33%, en
vez del 15% que realmente hay.

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 21

Consecuentemente, un relé calibrado según la pendiente de caída de la


frecuencia, deslastraría más carga de la realmente necesaria. Para controlar este
efecto de la naturaleza oscilatoria se necesita una indicación de la verdadera
pendiente de caída, introduciendo un retraso en el tiempo de actuación. Las
ventajas de estos relés se pierden al necesitarse un tiempo probablemente
grande. Los trabajos realizados para evitar estos problemas, van encaminados a
conseguir un deslastre continuo y no por escalones de carga.
Basándose en la transformada rápida de Fourier (FFT), realizaron su
trabajo Girgis y Ham, mediante la cual consiguen detectar fluctuaciones de la
frecuencia fundamental, y a través de un algoritmo se estima la frecuencia y su
verdadera pendiente de caída.

',6(f2'(813/$1'('(6/$675('(&$5*$6
Es difícil conseguir un equilibrio entre protección máxima del sistema,
e interrupción mínima de servicio. No hay unas reglas exactas, que serían
difíciles de establecer, pero hay una serie de medidas que hay que considerar y
decidir:
1. sobrecarga máxima,
2. carga máxima a deslastrar,
3. número de escalones del deslastre y tiempo entre ellos,
4. cantidad de carga a deslastrar en cada escalón,
5. tarado de los relés, y
6. selección de qué carga se deslastra.
6REUHFDUJDPi[LPD
Generalmente, es muy difícil determinar esta máxima sobrecarga, nivel
en el cual el plan o programa de deslastre comienza actuar. Para grandes
sistemas, es complicado decidir dónde y cómo se va a separar una carga de la
red, y el consiguiente balance de generación-carga. En esta primera elección
del diseño son fundamentales los estudios de estabilidad del sistema que se
trate.
&DUJDPi[LPDDGHVODVWUDU
El objetivo es reponer la frecuencia a su valor nominal o uno próximo,
mediante el deslastre de una carga (cercana a la sobrecarga), como se ve en la
figura 10. No es necesario restaurar la frecuencia exactamente a su valor
nominal, ya que después actuarán los reguladores de los generadores y la
reserva rodante, se encargarán de esto.

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 22

Es posible, que las turbinas se dañen por debajo de una cierta


velocidad, por lo que se recomienda deslastrar la suficiente carga para que la
frecuencia no llegue a niveles peligrosos (49 Hz para 50 Hz nominales, y 59
Hz para 60 Hz nominales). En la tabla 1 se indican en función de la frecuencia
a plena carga, los tiempos límites que soporta la turbina, siendo estos,
acumulables a lo largo de su vida.
7DEOD WLHPSRV OtPLWHV TXH VRSRUWD OD WXUELQD HQ IXQFLyQ GH OD
IUHFXHQFLDDSOHQDFDUJD

)5(&8(1&,$ +] 7,(0320,1,02'(
$9(5,$ PLQ
59.4 contínuo
58.8 90
58.2 10
57.6 1

Cuando no es posible determinar la sobrecarga máxima, debe


suponerse la cantidad de carga total a deslastrar, actuando de forma pesimista,
y deslastrando de más, mejor que de menos.
Se puede hacer un cálculo para estimar la cantidad de carga que es
necesario separar del sistema:
/  I 
− G  − 
+ /  I 
/' =  (
 I 
 − G  − 
 I 
donde
/' : carga total a ser deslastrada
/ : sobrecarga en p.u.
I : frecuencia de calibración
I : frecuencia a restablecer (nominal o próxima)
G : factor de reducción de la carga en % con la variación de la
frecuencia en %.
El factor d representa el efecto de la reducción de potencia necesaria
para abastecer a la carga, que se produce con la caída de la frecuencia del
sistema, se suelen tomar valores entre 0,5 y 7, con un valor típico de 2, aunque

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 23

su valor exacto varía con el tiempo. En la figura 15 se muestran las variaciones


de frecuencia para distintos valores de sobrecargas y con un factor de
reducción de carga igual a 2.

)LJXUD (YROXFLyQGHODIUHFXHQFLDHQXQDVREUHFDUJD

Para grupos de bombeo en el sistema eléctrico español, se deslastra un


50% de la potencia en cada uno de los dos escalones. En una encuesta a las
compañías de distintos países sobre la cantidad máxima de carga que se
desconecta, un 30% deslastra entre un 10-25%, el 56% entre un 25-50%, y el
12% entre un 50-75%.

1~PHURGHHVFDORQHVGHGHVODVWUH
Los planes de deslastre de cargas se diseñan generalmente, para
desconectar la carga en escalones, minimizando así la posibilidad de deslastrar
excesiva carga en las condiciones de falta menos graves.
Existe una relación entre el número de escalones en los que se realiza el
deslastre, y la máxima carga a deslastrar. Por lo tanto, a mayor carga a separa
corresponde un mayor número de escalones. La elección se basa en la
experiencia, y el número de escalones está limitado entre 3 ó 5. Como se ha
dicho anteriormente, los grupos de bombeo como carga que son, se deslastran
en dos pasos. Mientras que para el resto de las cargas se aplican cuatro
escalones.

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 24

La temporización de desconexión de cargas está fijada en 0,2 ó 0,3


segundos, entre cada escalón, en el caso español.

&DQWLGDGGHFDUJDDGHVODVWUDUHQFDGDHVFDOyQ
La carga que se desconecta en cada paso no es un dato particularmente
crítico, sino su total. Existe una relación entre lo que se desconecta en el primer
paso y la potencia del generador mayor, o la capacidad de las líneas de
interconexión.
La desconexión de cargas en el caso español se realiza para un 15% ó
un 10% de la potencia demandada, en cada escalón.
Generalmente se deslastra un 10% en el primer escalón. Y también se
considera que en pasos sucesivos al primero, se desconecta del sistema un poco
más de carga que en el anterior, optimizándose el diseño, y separando así
menos carga en las sobrecargas pequeñas. Por lo tanto, la carga a deslastrar en
los escalones siguientes se determina normalmente, mediante un reparto
arbitrario de la carga restante entre ellos.

7DUDGRGHORVUHOpV
Como todo el proceso , este paso es más o menos arbitrario, a veces se
logra un tarado óptimo a la primera, mientras que otras veces es necesario
hacer ajustes ulteriores. En general es un proceso de prueba y error, que pronto
alcanza su óptimo.
El procedimiento es parecido en muchos aspectos al de coordinación de
cualquier grupo de relés de protección. Por consiguiente los factores de los que
depende el cálculo del tarado son:
1.nivel de frecuencia aceptable (limitado por las características de las
turbinas)
2. número de escalones de deslastre,
3. velocidad de actuación de los relés,
4. velocidad de actuación de los interruptores, y
5. precisión de los relés.
Se comienza ajustando el primer escalón. Usando la ecuación 2, se
calcula la pendiente de caída de la frecuencia para la condición de máxima
sobrecarga. Como primera aproximación, se taran los relés para este escalón
con la calibración lo más alta posible, y con el menor retraso añadido. Así, se
puede calcular el tiempo requerido para eliminar la sobrecarga:
7 5   7 "!$#%   % (

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 25

donde
7 : tiempo total de despeje
527 : tiempo de actuación del relé (relay operating time)
75(75$62 : retraso intencional añadido al relé
%27 : tiempo de actuación del interruptor (breaker operating time)
La selectividad se logra mediante el ajuste de la frecuencia de
iniciación y la coordinación de tiempo. Necesitando cada escalón un retardo
mínimo para prevenir deslastres innecesarios frente a oscilaciones de
frecuencia en las barras de carga. Por ejemplo en el caso de la figura 4, el
deslastre en el nudo F a 57,8 Hz habría sido innecesario, y hubiera sido
suficiente para prevenirlo con un retardo de 0,3 segundos.
No es posible generalizar el retardo a aplicar para todos los sistemas,
soliendo ser suficiente con 0,3 ó 0,4 segundos en la mayoría de los casos.
Usando las curvas características del relé se determina la frecuencia a la
que se deslastra el primer escalón de carga. El ajuste del segundo escalón
incluye un margen de seguridad por la precisión de relés e interruptores, y será
tarado para la frecuencia previa de ajuste menos este margen de seguridad.
De esta forma se ajustarán todos los escalones. Si la frecuencia de
actuación del último escalón, es menor que la aceptable, el diseño no es
adecuado, debiéndose corregir uno de los factores, como la rapidez o precisión
del relé, reducir el número de escalones o deslastrar más carga en los primeros,
reducir el retraso adicional, o ajustar el primer escalón a una frecuencia mayor.
6HOHFFLyQGHTXpFDUJDVHGHVODVWUD
Esta decisión completa el plan de deslastre, al determinar qué cargas
concretas deberían ser deslastradas en cada escalón. El factor determinante en
esta decisión es la prioridad de las cargas. La prioridad de las cargas depende
de numerosos factores: económicos, estabilidad de la red, legales, etc.
Normalmente se deslastran cargas no críticas preseleccionadas, como áreas
residenciales alimentadas desde subestaciones de distribución.

237,0,=$&,Ï1'(/',6(f2
Una vez encontrado el diseño que cumple todas las restricciones, debe
optimizarse su eficacia. Una forma de medir ésta, es mediante el cálculo de la
proporción entre el área bajo la curva de tarado de frecuencia del relé, y el área
bajo la curva correspondiente a los escalones de deslastre. La superficie bajo la
curva de los escalones se puede calcular fácilmente, mientras que la superficie
bajo la curva de ajuste es:

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 26

/P
/ /' /I
$= ∫ G/ − ∫ & G/ =
/&
+ / / + /
()
/'
 = [ + / − OQ( + /) − /I OQ( + /)] /&

donde
$ : área bajo la curva
/ : sobrecarga en p.u.
/I : sobrecarga en f en p.u. si no se deslastra carga
Lm : máxima sobrecarga en p.u.
I : frecuencia de tarado mínima admisible
Si la relación entre el área de la curva de escalones y la de la curva de
tarado es menor, aumenta la eficacia del plan de deslastre, dándose para
igualdad de áreas la máxima eficacia. Aún así, esta eficacia puede ser
mejorada: aumentando el número de escalones de deslastre, o el margen entre
escalones, ajustando los relés a las frecuencias más balas posibles, o
disminuyendo la cantidad de carga deslastrada en los primeros escalones.
En el sistema eléctrico español existen cuatro escalones de
frecuencia para la desconexión de cargas, según la tabla 2:
7DEOD HVFDORQHVGHIUHFXHQFLDH[LVWHQWHVHQ HO VLVWHPD HOpFWULFR
HVSDxRO

(6&$/21 )5(&8(1&,$ +] &$5*$ 


1º 49.0 15+2
2º 48.7 15+2
3º 48.4 20+1
4º 48.0 20+1

352&(',0,(172(-(03/2
Supongamos un programa de deslastre mediante relés estáticos para
proteger una condición con un 50% de sobrecarga. Si separamos la carga en
cuatro escalones:
1º_________ 10 %
2º _________ 10 %
3º _________ 15 %

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 27

4º _________ 15 %

Se parte de una frecuencia de iniciación de 59,3 Hz, permitiéndose


como máximo una bajada de frecuencia hasta alcanzar los 57,0 Hz. La
constante de inercia del sistema es:
H = 5.
Se simplifica considerando como respuesta del sistema una línea recta.
El retardo mínimo debe de ser de 0,3 segundos, y el tiempo de disparo del
interruptor es de 0,1 segundos.

(VFDOyQ )UHFXHQFLD  5HWDUGRGHOUHOp 7LHPSRGH


V DFWXDFLyQGHO
LQWHUUXSWRU V
1º 59.3 0.3 0.1
2º 58.9 0.3 0.1
3º 58.5 0.3 0.1
4º 57.9 0.3 0. 1

En cada escalón es muy importante estar seguro, de que para la


frecuencia de iniciación de un escalón, en ningún caso se deslastra para las
condiciones de operación de los anteriores.
La variación de la frecuencia con el tiempo sigue una recta de
pendiente(según la ecuación )
VREUHF DUJ D S X ⋅ IUHFXHQFLD QR PLQ DO +]
 ⋅ FRQV WDQ WH GH LQHUFLD
La figura 16 representa los pasos seguidos en cada escalón de deslastre
para este caso.

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 28

)LJXUD &DUDFWHUtVWLFD WLHPSRIUHFXHQFLD SDUD GHWHUPLQDU ORV


HVFDORQHVGHXQUHOpGHIUHFXHQFLDHVWiWLFR6))
Se obtiene R1 para los 59,3 Hz de tarado del relé en su primer escalón,
correspondiéndole un tiempo de 1,15 segundos con un deslastre del 10%. Si a
este tiempo se le añade los retardos de actuación del relé y de actuación del
interruptor, resulta T1 para 1,55 segundos y 59,05 Hz. Para el segundo escalón
se tiene R2 a 58,9 Hz de tarado, al haber dejado un margen en el ajuste.
Igualmente, resultan R3 para 58,5 Hz y R4 para el último escalón en
57,9 Hz. Los valores T1,2,3 se obtienen sumando los tiempos de actuación de
relé e interruptor, e implican un cambio en la pendiente al actuar el siguiente
escalón.
Después de establecer el plan de deslastre, este se prueba para la
condición de sobrecarga máxima al 50%, como se refleja en la figura 17.

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 29

)LJXUD SODQ GH GHVODVWUH GH FDUJD SDUD   GH VREUHFDUJD
XVDQGRXQUHOpGHEDODIUHFXHQFLDHVWiWLFR6))

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 30

)LJXUD FDUDFWHUtVWLFD WLHPSRIUHFXHQFLD FRQ HVFDORQHV SDUD XQ


UHOpGHEDMDIUHFXHQFLD&))

'HVODVWUHGHFDUJDV
3ODQGHGHVODVWUHGHFDUJDV 31

)LJXUD SODQ GH GHVODVWUH GH FDUJD SDUD XQ  GH VREUHFDUJD
FRQXQUHOpGHEDMDIUHFXHQFLD&))
Considerando que el límite de frecuencia está en 57 Hz, y además
teniendo en cuenta que la frecuencia final a 57,35 Hz, se recupera al valor
inicial mediante el amortiguamiento de la carga y de la generación.

'HVODVWUHGHFDUJDV
6REUHIUHFXHQFLDGHELGDDOGHVODVWUHH[FHVLYR 32

62%5()5(&8(1&,$'(%,'$$/'(6/$675((;&(6,92
El sobredeslastre es tanto más probable cuanto mayor es la velocidad
de caída de la frecuencia, pudiendo aparecer una sobrefrecuencia en el sistema.
Otro factor que influye es el aumento temporal de la tensión, que
acentúa el desequilibrio generación-carga.
La distribución de la carga a separar en un número de escalones de
frecuencia espaciados, ayuda a no llegar a esta situación evitando así un
deslastre excesivo. Es muy importante por tanto limitar la sobrefrecuencia, para
lo que se emplea además el método de reposición automática de carga a alta
velocidad. De esta manera, por lo menos un 15% de la carga deslastrada se
puede reponer con seguridad cuando la frecuencia se aproxima a la nominal
(49,8 Hz en un sistema de 50 Hz y entre 59,8 y 59,9 para 60 Hz), sin riesgo de
entrar en una nueva situación de sobrecarga.

)LJXUD GLVHxRGHGHVODVWUHGHFDUJDVFRQVREUHIUHFXHQFLDGHOD
FRPSDxtD3DFLILF1RUWKZHVW
En la figura 20, se muestran distintos comportamientos según haya o
no, control de sobrefrecuencia, en una simulación de invierno con carga baja y
fuertes importaciones. Se produce una pérdida de 2000 MW de generación y
posteriormente se pierden otros 4700 MW, actuando el deslastre de 7800 MW,
con un exceso de 3100 MW. La curva A representa la evolución de la
frecuencia sin control de sobrefrecuencia, la curva B con una reposición
automática de carga de 370 MW a los 6,7 segundos. Si la reposición hubiese
sido del 15% con 1200 MW, la frecuencia quizás se habría reducido a 61,3 Hz.
Y por último, la curva C supone una reposición de además 1400 MW por
frenado dinámico de un grupo térmico, que entra a los 60,5 Hz y deja de actuar
a los 60,1 Hz o por límites térmicos.

'HVODVWUHGHFDUJDV
&DUDFWHUtVWLFDVGHORVVLVWHPDVGHSRWHQFLDHQODUHSRVLFLyQ 33

5(326,&,Ï1'(/6(59,&,2
La experiencia indica que gran número de las faltas, que provocan la
actuación de los relés con la apertura de los interruptores, son fugitivas, es
decir, después de la apertura del circuito las condiciones de falta desaparecen,
por ello, es posible el reenganche (aproximadamente a los 0,3 segundos), sin
pérdida de estabilidad y continuando el funcionamiento normal. Este es el caso
de los cortocircuitos causados por rayos, la caída de una rama sobre una línea
aérea o por un pájaro.
Sin embargo, se producen otro tipo de faltas que permanecen más
tiempo con condiciones de inestabilidad, las cuales conllevan la apertura de
interruptores por la actuación de los automatismos. Si la frecuencia desciende
es necesario desconectar automática e intencionadamente cargas de valor
superior o igual a la sobrecarga existente, para poder recuperar el sistema
después del deslastre. Esto puede degenerar en ceros de tensión más o menos
extensos, en cuanto a la zona y la duración.
El objeto de la reposición del servicio es recuperar las condiciones
normales del sistema, tomándose como uno de los condicionantes para la
elección de las cargas que se van a deslastrar.
La reposición de la carga puede realizarse de forma manual o
automática, pero siempre es necesario un adecuado sistema de comunicaciones
y control del sistema eléctrico de potencia.

(67$'26'(/6,67(0$
Se presenta una situación con oscilaciones de frecuencia, y su posterior
restauración al valor normal, después de una temporización para facilitar la
sincronización y el restablecimiento de las interconexiones. Se puede estudiar
el problema empleando el diagrama de estados, elaborado por Fink y Carlsen,
de la figura 21.
Los diversos estados del sistema se dan según este cumpla o no sus
restricciones, que son de dos tipos: las ecuaciones de igualdad "E" como el
balance de energías, y los márgenes a acatar "I", tanto de tensión, frecuencia,
etc. Por ejemplo, el sistema puede pasar de un estado de normal a uno de alerta,
al superar sus limites de seguridad en centrales y líneas.

'HVODVWUHGHFDUJDV
&DUDFWHUtVWLFDVGHORVVLVWHPDVGHSRWHQFLDHQODUHSRVLFLyQ 34

Figura 21 : HVWDGRVGHRSHUDFLyQGHOVLVWHPDGHSRWHQFLD
Al ser superior su probabilidad de fallo por sobrecarga, cualquier
perturbación llevará al sistema a un estado de emergencia al funcionar a baja
frecuencia, con sus tensiones fuera de límites y grupos sobrecargados.
Si se llega a romper el equilibrio entre carga y generación, se violan las
restricciones de igualdad en un estado "in extremis". Al deslastrar carga se
evita la sobrecarga en un estado restaurativo, y que finalmente con la
reposición del servicio devuelve al sistema a su estado de normalidad.

3/$1'(5(326,&,Ï1'(/6(59,&,2
Los procedimientos a seguir deben ser claros, así la reposición de
cargas debe realizarse en pequeños bloques, para evitar oscilaciones fuertes de
frecuencia que no puedan corregir los reguladores. Los generadores en sus
niveles mínimos de potencia deben mantener la tensión dentro de sus
márgenes.

'HVODVWUHGHFDUJDV
&DUDFWHUtVWLFDVGHORVVLVWHPDVGHSRWHQFLDHQODUHSRVLFLyQ 35

Para cualquier estrategia que se siga de reposición del servicio se debe


tener en cuenta la alimentación inmediata a los servicios auxiliares de las
centrales, y los problemas de energización de líneas en vacío. Se debe contar
con los tiempos de maniobra de los seccionadores e interruptores, así como de
arranque de las centrales térmicas con su respuesta en frecuencia a un
incremento de la carga. Además, se pueden presentar problemas de carga fría,
con el factor de potencia, etc.

)$6(6'(/$5(326,&,Ï1'(/6(59,&,2
Estas se definen según los problemas que se suelen presentar, antes
indicados. Se recomienda dividir el sistema para que en la reconexión no tenga
que enfrentarse con toda la carga, y se caiga de nuevo en la sobrecarga. Según
los estudios, hay dos niveles de separación de áreas de control y de zonas.
Cada zona debe tener una central con capacidad de arrancar desde cero, sin una
red de respaldo. Las zonas se quedan aisladas de forma rápida, y se debe
estimar su estado general frente a la red.
El arranque desde cero obtiene potencia en algún punto de la red,
energizando la zona en parte, para ir satisfaciendo parte de la carga. La meta es
conseguir que ésta sea lo suficientemente grande, y a la vez fiable dentro de las
restricciones de tensión y frecuencia. En el sistema español la frecuencia de
reposición en la mayoría de los casos es a 50 Hz. El aumento de la carga se
efectúa en pequeños incrementos, para evitar variaciones excesivas de
frecuencia, además cuidando del equilibrio de reactiva y las condiciones de
estabilidad y tensión. Los pasos en una reposición modelo se presentan en la
figura 22.
Una vez se disponga de suficiente energía, se puede alimentar a los
servicios auxiliares de las centrales, de los grandes grupos térmicos,
acoplándolos a la red. Cuando sea suficiente la potencia conectada en cada
zona, se produce la sincronización de las zonas entre si, acoplándolas hasta que
el área de control vuelve a funcionar como una unidad.
Cuando se alcanza la reintegración del área de control a la red, se puede
satisfacer toda la demanda. Se pasa a un estado de alerta, ya que se cumplen las
restricciones de frecuencia y tensión, y la generación y la carga están saldadas.
No obstante, para llegar al estado normal se debe añadir más
generación para recuperar la reserva rodante, y más circuitos mallando más el
sistema, restableciéndose los márgenes de seguridad para una explotación
segura de la red.

'HVODVWUHGHFDUJDV
&DUDFWHUtVWLFDVGHORVVLVWHPDVGHSRWHQFLDHQODUHSRVLFLyQ 36

)LJXUD HYROXFLyQGHODIUHFXHQFLDHQXQDUHSRVLFLyQ

,1)/8(1&,$'(/266,67(0$6'(*(1(5$&,Ï1
Según las características de la red, y principalmente las de sus grupos
generadores, se deciden los planes de reposición.
Un sistema con generación térmica se divide en zonas o subsistemas,
con el criterio de que cada uno de ellos disponga de un generador con
capacidad de arranque desde cero y otra turbina de vapor con arranque en
caliente, además de la carga y la línea de interconexión necesaria.
Un sistema hidrotérmico difiere del anterior en que la energización de
la red de transmisión se hace en un sólo escalón mediante las centrales
hidráulicas, pudiéndose así alimentar los servicios auxiliares de las centrales
térmicas. Estos grandes grupos hidráulicos son capaces de proporcionar las
intensidades necesarias para cargas las capacitancias de todas las líneas. Por lo
tanto, el tiempo de maniobra de seccionadores e interruptores se reduce. Pero,
pueden aparecer sobretensiones al poner en tensión una línea sin carga, que se
previenen reduciendo la referencia de los reguladores de tensión de los
generadores.
Los planes de reposición para el caso de un sistema total o parcialmente
hidráulico ponen especial énfasis en las maniobras de interruptores, y en la
respuesta de las turbinas a un escalón de carga.

'HVODVWUHGHFDUJDV
&DUDFWHUtVWLFDVGHORVVLVWHPDVGHSRWHQFLDHQODUHSRVLFLyQ 37

&$5$&7(5,67,&$6'(/266,67(0$6'(327(1&,$(1
/$5(326,&,21
(48,/,%5,2*(1(5$&,Ï1&$5*$
Se debe conocer la carga en baja tensión, prevista tanto en punta como
en valle. Por parte de los generadores son datos necesarios para la difícil
decisión de la reposición: su potencia máxima y mínima, la respuesta dinámica
a escalones de incremento de carga, el tiempo de arranque y de espera en
caliente (si es posible) así como el mínimo de rearranque, o sino la capacidad
de arranque desde cero.
Las desviaciones de frecuencia al reponer el servicio, se evitan
manteniendo el equilibrio entre generación y carga. El tamaño de cada escalón
de carga repuesto depende de la respuesta de las turbinas, si son pequeños se
alarga el proceso, y si son grandes el sistema puede recaer. La simulación con
programas de ordenados permite conocer la respuesta dinámica en estas
situaciones.
Unos elementos fundamentales en la reposición del servicio de forma
eficaz, son las turbinas de combustión de 15 ó 50 MW, ya que no necesitan
potencia auxiliar para arrancar, y tienen un margen de potencia desde cero
hasta su máximo básicamente de 15 ó 50 MW.
La turbina de 15 MW puede arrancar en media hora, incluido el
precalentamiento de 15 minutos, que en caso de emergencia se puede puentear
para arrancar en 15 minutos. Si el equipo está caliente y en el caso de un cero
de tensión se arranca inmediatamente con motores diesel. También la
intensidad en continua de potencia auxiliar la genera un segundo motor diesel.
Mientras que la turbina de combustión de 50 MW necesita de una
fuente auxiliar de respaldo, por ejemplo una turbina de gas (ésta tarda 30
minutos en arrancar), que suministre corriente alterna para su arranque, en el
que tarda 15 minutos, para frío o caliente de partida. Los problemas aparecen
en el reencendido, ya que antes se debe dejar girar hasta parar, tardando media
hora, y luego colocarla en un eje giratorio.

6,67(0$'(&21752/
Los controles de la parte mecánica de la central eléctrica no son
efectivos durante el arranque y condiciones de operación con carga
extremadamente baja, al estar diseñados para funcionar entre un mínimo y un
máximo. El mínimo no suele ser inferior al 25% del máximo.
Los controles de temperatura de vapor, tanto principal como de
calentamiento, están previstos que funcionen a plena carga. Su objeto es

'HVODVWUHGHFDUJDV
&DUDFWHUtVWLFDVGHORVVLVWHPDVGHSRWHQFLDHQODUHSRVLFLyQ 38

regular la pendiente de aumento de la temperatura hasta alcanzar un punto de


trabajo prefijado, y así reducir esfuerzos mecánicos. Durante el arranque es el
operador manualmente, el que controla el aumento de la temperatura.
El sistema de control del agua de alimentación en el arranque, no
intenta mantener constante el flujo de agua y vapor en el circuito como hace en
régimen permanente, sino tan sólo mantener el nivel de la caldera en un valor
determinado. Por lo tanto, no recibe información del flujo de salida da la
caldera, ya que sólo debe regular el flujo de entrada. Es más sencillo el control
del vapor y el agua en el caso de libre circulación, que se realiza por medio de
bombas. Sin embargo, en el arranque el control se simplifica en una central
regulada por medio de válvulas, más que si se emplean bombas de velocidad
variable.
En cuanto al los controles de tipo eléctrico, el más importante es el
regulador de tensión en bornas del generador, mediante la variación de la
corriente de excitación, de actuación casi instantánea.
Generalmente, el flujo inicial de reactiva lo establece el operador
durante la puesta en marcha. Cuando se alcanza un punto de operación
mínimo, en torno al 40% de la potencia máxima, se conecta el regulador de
tensión. La labor del operador es mantener el la intensidad de campo para
asegurar la estabilidad de la máquina. Cualquier cambio en los límites de
tensión producirá un cambio en el flujo de reactiva.
Durante el arranque se bloquean aquellos relés de protección que
puedan dar disparos intempestivos, como las de mínima excitación, tensión-
frecuencia, de distancia, frecuencia,etc. El control de frecuencia debe estar
inactivo en el rearranque, y no se restablece hasta la interconexión con el
sistema.
Para acoplar el generador se tiene que conectar antes algo de carga,
porque sino existiría la posibilidad de que se motorizarse.

(48,/,%5,2'(327(1&,$5($&7,9$
La generación de reactiva y la carga de reactiva deben igualarse.
Pueden generar o consumir reactiva los generadores y cogeneradores, los
compensadores síncronos y la demanda, así como los intercambios. Sólo
generan reactiva las capacidades de las líneas y todos los circuitos, las baterías
de condensadores y los transformadores. Sólo consumen reactiva las baterías
de reactancias.
El primer paso de la reposición del servicio con la introducción de un
generador de reactiva, es el efecto de energización de las líneas. Esto provoca
un aumento de tensión en el extremo opuesto de la línea, donde se debe

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conectar una carga reactiva o reactancia para reducir el impacto. Para reducir la
caída de tensión causada por la reactancia en serie se debe conectar un circuito
en paralelo. Esta conexión aumentará la generación de potencia reactiva, que a
su vez requerirá una potencia reactiva negativa adicional. Sólo se pude
compensar la reactiva, si se han desconectado los generadores con la
perturbación, con baterías de condensadores reactancias y compensadores
síncronos. Todo esto se debe tener muy presente sobre todo al energizar una
línea de alta tensión.

7,326'(5(326,&,Ï1'(6(59,&,2
El método de reposición depende de diversos factores, como el tamaño
relativo del sistema, la capacidad de arranque desde cero, o la reserva rodante.
En el caso del sistema español, la reposición de la carga se efectúa
aproximadamente de forma manual un 53% de las veces, y en el 47% de forma
automática. Cuando la reposición de la carga es automática, se temporiza con
un ajuste entre 15 y 315 segundos después de alcanzarse la frecuencia de
reposición, generalmente a 50 Hz. Las normas de actuación internas de cada
compañía son los criterios seguidos en la reposición manual.
Existen subestaciones en las que parte de la carga se repone de forma
manual y otra parte de forma automática, e incluso con distintos escalones de
frecuencia. Se emplean relés conmutables, que pueden convertir su modo de
funcionamiento para deslastrar carga y otro para reponerla. Actualmente, los
relés de tecnología modular pueden actuar por mínima y máxima frecuencia,
aplicando un módulo para la reposición del servicio con las mismas
características de ajuste.
El primer objetivo de la reposición es establecer todas las conexiones
entre centrales y subestaciones. Si el sistema es pequeño se puede utilizar un
método secuencial, energizando toda la red con un generador con capacidad de
arrancar desde cero. El tiempo es mucho mayor para realizar esta reposición si
el sistema aislado es grande, por lo tanto se debe utilizar el método de
restauración en paralelo.
Para determinar que método seguir se consideran las características del
sistema y de los medios de comunicación. los equipos de telecomunicación
alimentados por baterías pueden fallar, estando inoperantes durante una o dos
horas, y en consecuencia no se puede maniobrar automáticamente. también los
interruptores necesitan una alimentación de sus compresores y calefacción, así
pueden necesitar de una a cuatro horas en días fríos hasta llegar a estar
operantes. Los cables sumergidos en aceite pueden perder su capacidad
aislante sin bombeo auxiliar del aceite, pudiéndose producir una falta al
reponer la tensión.

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Se tiene que contar con más grupos con capacidad de arranque desde
cero, para el método de reposición en paralelo. Influye también su distribución
geográfica en el sistema.
La selección de las distintas zonas para la reposición escalonada, se
apoya en la capacidad de cada subsistema. Considerando tanto la capacidad de
arranque desde cero para alimentar al equipo crítico, como para mantener la
frecuencia dentro de unos márgenes, y si sus reguladores de tensión son
adecuados para mantener la tensión con un perfil razonable. El centro de
control de cada subsistema debe tener datos suficientes del mismo para
garantizar su seguridad y coordinar las maniobras de los interruptores. Todos
los puntos de unión tienen que permitir una sincronización eficaz con los
subsistemas adyacentes. Los subsistemas pueden estar formados por grupos de
vapor aislados con sus equipos auxiliares.

352%/(0$6(1/$5(326,&,Ï1'(/6(59,&,2
En las fases de planificación, deslastre y restauración del servicio, se
parte de una simulación o análisis del sistema de potencia. En la situación de
emergencia real los problemas de control necesitar soluciones rápidas,
resultando difícil para el operador el análisis y la ejecución.
La identificación del tipo de falta, conocer si ésta es transitoria o
implica una interrupción del servicio, es una cuestión de alta prioridad para la
restauración. Se tiene que conocer la capacidad de la posible asistencia de las
interconexiones, con los desequilibrios que pueden conllevar de reactiva, y la
probabilidad de la actuación de relés que interrumpan las líneas de apoyo.
El conocimiento de las respuestas en frecuencia y tensión de cargas y
generadores, así como el efecto de los reguladores, desafían al sistema y al
operador para mantener los márgenes de tensión y de frecuencia dentro de sus
límites. Además se tiene que partir de la estimación de demanda horaria, tanto
activa (conociendo la localización de posibles cargas delicadas), como reactiva,
así como el estado del sistema en cuanto a flujos de reactiva. Información
necesaria es la cantidad de generación disponible en el momento y a corto
plazo, con una buena coordinación ente centros de control, subestaciones y
centrales.
Los transitorios de tensión al energizar, y al establecer la
sincronización con los otros subsistemas, deben contar con estudios para
reducir las diferencias. Como se ha dicho anteriormente, las zonas aisladas
pueden presentar problemas al haber estado un tiempo sin alimentación los
servicios auxiliares de centrales y subestaciones, no pudiendo contar con la
respuesta esperada de apoyo en la reposición del servicio.

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Durante las primeras fases de la reposición el sistema está bajo control


manual, dentro de los márgenes de frecuencia y tensión tolerados. Entonces
entran las baterías de condensadores y pudiéndose activar los relés de baja
frecuencia.
En conclusión, se deduce la gran complejidad de la reposición del
servicio, ya que cada perturbación tiene asociados unos problemas de
reposición, jugando en cada caso el operador un papel muy importante, difícil
de sustituir totalmente con sistemas automáticos. Los sistemas expertos pueden
ayudar al entrenamiento del operador y en el estudio de la aleatoriedad del
problema mediante métodos heurísticos.

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