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Claves Básicas para Comprender la Propuesta Estratégica

1- ¿Por qué es necesaria una estrategia nacional de innovación para la


competitividad?

Estamos viviendo un mundo global, competitivo y desafiante. Un escenario


económico internacional marcado por múltiples desafíos de distinta índole:
económicos, comerciales, científico-tecnológicos, culturales, políticos, sociales.
En este contexto, Chile necesita crecer. Y tiene que hacerlo de manera
sostenida y con tasas que permitan alcanzar el nivel de los países desarrollados
en un determinado plazo. Para lograrlo la innovación es imprescindible. Tenemos
que ser capaces de crear, acumular y aprovechar el conocimiento.
Un país es competitivo cuando logra agregar valor a sus procesos
productivos por medio de la incorporación de conocimiento. Es decir, cuando
avanza hacia una economía del conocimiento.
A ese desafío se responde con una estrategia nacional de innovación.

2- ¿Qué nos dice la experiencia de otros países?

Todos los países que, en situaciones similares a la nuestra, han logrado dar
un salto cualitativo e ingresar al desarrollo, lo han hecho innovando, esto es,
incorporando nuevos conocimientos o una combinación novedosa de
conocimiento preexistente, a sus productos y procesos productivos. La curva de
desempeño de estos países nos ha demostrado que a mayor innovación, mayor
crecimiento.
En definitiva, esa experiencia nos está diciendo que la innovación es una
condición necesaria para el desarrollo.

3- ¿En qué se basó el Consejo para generar esta primera parte de su


propuesta para una estrategia nacional de innovación?

Fue un largo y enriquecedor proceso, que dio cabida a la participación de


muchos actores del sistema nacional de innovación y que permitió reunir una
masa crítica de información y reflexión de alto nivel.
El Consejo también se preocupó de revisar las experiencias de naciones que
surgieron desde una posición similar a la nuestra, de manera que pudiésemos
aprovechar lo ya recorrido por otros en condiciones parecidas.

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Luego, se intentó precisar en qué punto nos encontramos, para identificar
las tendencias y oportunidades globales. En este sentido, se entendió desde un
comienzo como básico avanzar en la creación de una férrea alianza público-
privada para la competitividad y el crecimiento.
Además, se consideró fundamental definir el rol que corresponde a las
políticas públicas y cautelar el uso eficiente de los recursos públicos.

4- ¿Qué desafíos impone para Chile esta visión?

Parece razonable hablar de una desafiante oportunidad. Tenemos una


verdadera posibilidad de alcanzar el desarrollo. Para conseguirlo, es imperativo
buscar los consensos que nos permitan avanzar hacia la economía del
conocimiento.
Chile lo ha hecho bien durante los últimos años, aprovechando las ventajas
de un modelo exportador de recursos naturales. Pero eso es insuficiente para la
hora presente. Debemos combinar dichas capacidades con un esfuerzo creciente
en la generación de capital humano y conocimiento aplicado. Por ese camino sí
podremos dar un gran salto y pasar de las ventajas competitivas naturales a las
adquiridas.

5- ¿Cómo deberíamos abordar este desafío?

Necesitamos aprender a tener una mirada sistémica, una visión de conjunto


que nos permita comprender todos los elementos del Sistema Nacional de
Innovación, con sus relaciones y efectos, para luego entrar a trabajar en los
detalles.
Al mismo tiempo, necesitamos conformar una nueva alianza público-
privada, capaz de impulsar al país al umbral del desarrollo. Una alianza que
aproveche al máximo las potencialidades de ambos mundos, donde se conjuguen
los esfuerzos y se respete la esfera de acción de cada cual.
Al sector privado le corresponde poner en juego todo su esfuerzo
emprendedor. Al sector público, impulsar políticas que aseguren la provisión de
los bienes públicos necesarios para la innovación, tales como capital humano,
redes de infraestructura física y tecnológica, investigación científica e
información relevante para los actores del sistema; y generar un marco de
incentivos que estimule el desarrollo tecnológico e impulse el surgimiento de una
mayor diversidad productiva.
La regla de oro por la que debemos guiarnos es que el sector público está
llamado a complementar, pero jamás a sustituir, al privado en la generación de
capacidades competitivas.

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6- ¿En qué condiciones nos encontramos hoy como país para asumir el
desafío de la innovación?

Tenemos a favor una economía sana, con reglas estables y sentido moderno.
Sin embargo hay rezagos importantes en áreas claves, entre las que se
cuentan la formación de capital humano, el esfuerzo en Investigación y
Desarrollo, I+D, y la diversidad productiva.
En cada una de ellas se debe hacer esfuerzos de fondo y mejorar muy
consistentemente la situación actual.
En educación, por ejemplo, existe un brecha muy importante entre el nivel
educacional promedio de nuestra fuerza laboral, respecto de la de otros países
con similar nivel de ingreso. En general, tenemos un problema importante de
calidad y de acceso a la educación terciaria.
En el caso de I+D, se requiere aumentar el esfuerzo público y privado en
este ámbito. Al inicio de la tercera década de este siglo el sector público debiera
multiplicar su gasto por cuatro, mientras que el sector privado debiera
incrementar diez veces lo suyo.
En el punto de diversidad productiva, permanecemos con un nivel
demasiado alto de concentración y dependencia de nuestros principales
productos de exportación.

7-¿Qué países son referentes adecuados para el nuestro en materia de


innovación?

Observamos tres grupos de referencia que nos pueden dar pistas de por
dónde caminar.
Primero tenemos aquellos que han crecido de manera explosiva en los
últimos 20 años, por ejemplo, los llamados tigres asiáticos, que muestran una
fuerte capacidad de inversión, como Singapur y Corea.
Luego, es muy importante revisar el proceso de países que, con
características similares a Chile, es decir con ventajas evidentes en recursos
naturales, hicieron el traspaso hacia la economía del conocimiento y hoy están
en un alto nivel de desarrollo. Es el caso de Finlandia, Australia y Nueva Zelanda.
Por último, es necesario tener la mirada puesta en naciones que tienen un
PIB parecido al nuestro, pero que nos aventajan en preocupación por su capital
humano. En esta situación están, por ejemplo, Estonia, Letonia y Lituania.

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8- Nuestro sistema nacional de innovación ¿está en condiciones de asumir el
salto que se propone?

Para hacerlo debe enfrentar dos tipos de problemas estructurales que


afectan a la innovación: las fallas de mercado y las fallas de Estado.
Veamos las primeras:
Quien tiene la propiedad de un bien, desea quedarse con los beneficios
económicos que éste genera, de otro modo no tendría incentivos para realizar el
esfuerzo de producirlo. Es la llamada “apropiabilidad”, que en el caso de los
procesos innovativos, intensivos en conocimiento, suele ser insuficiente.
Una segunda falla de mercado se refiere a la información. Este es un punto
recurrente que tiene su origen en los problemas de apropiabilidad y se traduce
en la renuencia de los actores para hacer esfuerzos individuales destinados a
producir dicha información, aparte de que siempre es complejo coordinar
voluntades colectivas.
Asimismo, existen asimetrías en la tenencia de la información, que motiva
desconfianzas e incentivos para comportamiento oportunista por parte de los
actores.
También se debe considerar la intangibilidad de los activos que genera la
innovación, a la que se agrega la incertidumbre acerca de sus resultados
económicos. Entonces, el financiamiento privado naturalmente es escaso para
este tipo de actividades.
Las principales fallas de Estado se refieren principalmente a tres
cuestiones:
Primero, la inconsistencia dinámica, que alude a la dificultad una autoridad
de gobierno emprenda acciones con costos inmediatos y cuyos beneficios se
expresarán en el largo plazo.
Segundo, los temas de captura, que implican que determinados grupos o
individuos pueden obtener privilegios del Estado que el mercado no entrega, sin
un correlato de beneficios sociales iguales o superiores a los costos asociados a
dichos privilegios.
Y tercero, las fallas de agencia o de ejecución, para las cuales se necesita
de un expedito sistema de control que asegure que el ejecutor efectivamente
realice lo que le ha sido encomendado por el mandante.

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9- En términos concretos, ¿de qué manera puede intervenir el Estado para
subsanar las fallas de mercado?

Principalmente, diseñando políticas públicas que incentiven el proceso


innovador y destinando recursos que le den soporte al esfuerzo privado y lo
impulsen a invertir.
La acción del Estado también debe incorporar criterios de selectividad que
surjan exclusivamente del análisis profundo, tanto de las potencialidades
económicas del país como de las falencias que presenta para desarrollarlas.

10- ¿Cómo se corrigen las fallas de Estado relativas a la innovación?

Nuestro país necesita, para avanzar hacia la economía del conocimiento,


una institucionalidad que de coherencia al sistema y permita definir objetivos
estratégicos que comprometan a todos los actores de manera coordinada y
solidaria.
Este diseño institucional, para que sea eficiente, debe separar con toda
nitidez la responsabilidad de proponer un diseño y un modelo de seguimiento de
las políticas pro economía del conocimiento, de aquellas que se refieren a la
ejecución de dichas políticas.

11- ¿Qué otros elementos deben ser tomados en cuenta para avanzar en el
camino de la innovación?

Este es estrictamente un tema de país. Se necesita voluntad política,


decisión empresarial, comprensión intelectual, actitud general. Tenemos que
construir una cultura en pro de la innovación y el emprendimiento, que involucre
a todos los actores y genere condiciones ambientales en la sociedad que premien
al que se arriesga y hace la diferencia.
También es muy importante instalar la idea de urgencia. Necesitamos dar
pasos largos y rápidos. Y debemos hacerlo ahora. Cada día postergado es un
retroceso que, a la larga, se paga con menos oportunidades para el progreso real
de los chilenos.

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12- ¿Cuál es la meta a que podemos aspirar como país si somos capaces de
avanzar en innovación?

El Consejo ha propuesto una meta ambiciosa, pero realizable: duplicar el


PIB per capita en 15 años. Para conseguirla es necesario poner en marcha el
conjunto de factores que comienzan a delinearse en esta propuesta de
estrategia.
Tenemos que tomarnos muy en serio el paso a la economía del
conocimiento y cambiar, por lo tanto, la matriz de nuestra base de crecimiento.
Para ello es necesario que aumentemos el aporte al crecimiento de la
Productividad Total de Factores, PTF, elemento que se funda justamente en la
dinámica y la diseminación del conocimiento, en el cambio tecnológico, en el
capital humano y en la innovación.
Asimismo, debemos aspirar a acortar las brechas que hoy tenemos en
educación, especialmente terciaria, tanto en calidad como en cobertura; a
aumentar la inversión, sobre todo la privada, en I+D; y lograr que los 25
principales productos de nuestras exportaciones representen la mitad del
volumen total que se exporta y no las cuatro quintas partes de la actualidad.
Tenemos que desarrollar los cluster y crear nuevas áreas de desarrollo y
ventajas competitivas.
Tenemos que ser imaginativos y audaces, porque si bien las metas son
exigentes, las capacidades están y pueden lograrse.

13- ¿Qué hace falta para tener una estrategia de innovación definitiva?

Este Consejo entiende que esa tarea estará cumplida a cabalidad cuando
formule una propuesta detallada para adecuar la institucionalidad pública de
apoyo a la innovación, e identifique, proponiendo medidas concretas hasta el
nivel regional, las principales brechas y desafíos de competitividad que enfrentan
los sectores con potencial de desarrollo en el país.

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