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ALDO ROJAS.

Ponencia de la Magistrada Doctora MIRIAM MORANDY MIJARES.

Dio origen al presente juicio la denuncia hecha el 21 de noviembre de


2001, por la ciudadana LUZ MARINA VERGARA VIERA, ante la Fiscalía
especializada para el Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente del
Circuito Judicial Penal del Estado Zulia y en la que expuso que sus menores hijos
J.I.N.V y J.E.N.V. (identidad omitida según lo dispuesto en el Parágrafo Primero
del artículo 65 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente)
de seis y cuatro años respectivamente, habían sido víctima de un delito contra las
buenas costumbres y el buen orden de las familias.

En la sentencia del tribunal de juicio constan los hechos siguientes:

“... se considera acreditada que los Niños Naranjo


Vergara, el día de los hechos debatidos en esta Sala de Juicio
se encontraban en la casa de la señora María García, madre
de los jóvenes adultos acusados, bajo su cuidado. (...)

Se comprobó que el hoy joven adulto Julio Martín


AMARÍS García participó en el delito que hoy nos ocupa, que
de manera directa y concluyente participó en el suceso
ocurrido el día 15 de Noviembre de 2001, donde los niños (...)
resultaron víctimas de la acción delictiva cometida por el joven
adulto y se comprobó también que el hoy joven adulto
Alexander Enrique AMARÍS García participó en el delito que
hoy nos ocupa (...) tal aseveración la determinan los miembros
del Tribunal por haberse determinado esa culpabilidad con
pruebas concluyentes, la imputación que hacen los niños
víctimas hacia los jóvenes adultos son precisas y categóricas,
aunado al hecho de que este tipo de delito se busca realizar en
la clandestinidad por afectar aspectos de orden sexual, de
igual modo la declaración de la representante legal de los
niños víctimas, conforman la cadena de sucesos, que implican
que si bien ella no fue testigo presencial del hecho, da fe del
comportamiento asumido por las hoy víctimas así como las
características tanto físicas como emocionales, que
presentaron los niños (...)

Se acreditó en el debate probatorio la existencia de la


amenaza que ejercían los jóvenes adultos sobre la humanidad
de los hermanos Naranjo Vergara, cuando le indicaban que si
decían algo de lo que estaba sucediendo los iban a amarrar en
una bolsa negra y los iban a lanzar a una cañada ...”.

El Juzgado Primero de Juicio (Mixto) del Circuito Judicial Penal del


Estado Zulia, Sección Adolescentes, a cargo de la ciudadana juez abogada
MASSIEL PARRA DE LEÓN y de los ciudadanos escabinos LUZ MARINA
BRICEÑO y MARLÓN MORENO, el 5 de abril de 2006 hizo los
pronunciamientos siguientes: 1) Declaró penalmente responsables a los
ciudadanos JULIO MARTÍN AMARÍS GARCÍA, venezolano e identificado con
la cédula de identidad V-18.650.028 y ALEXANDER ENRIQUE AMARÍS
GARCÍA, venezolano e identificado con la cédula de identidad V-18.649.946,
del delito de VIOLACIÓN FICTA O PRESUNTA, tipificado en el numeral 1 del
artículo 374 del Código Penal y les impuso una sanción de PRIVACIÓN DE
LIBERTAD por un lapso de CINCO AÑOS, para el ciudadano JULIO MARTÍN
AMARÍS GARCÍA y de CUATRO AÑOS para el ciudadano ALEXANDER
ENRIQUE AMARÍS GARCÍA, según lo estipulado en el artículo 628 de la Ley
Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente; 2) Acordó la detención
inmediata del ciudadano JULIO MARTÍN AMARÍS GARCÍA, según lo
estipulado en el artículo 367 del Código Orgánico Procesal Penal. Igualmente
acordó mantener la medida cautelar otorgada por el Juzgado Segundo de Control
del mismo Circuito Judicial Penal a favor del ciudadano acusado ALEXANDER
ENRIQUE AMARÍS GARCÍA; y 3) ordenó remitir la causa al Juzgado Primero
de Ejecución de la Sección de Adolescentes de ese Circuito Judicial Penal, para
que una vez firme ese fallo lo ejecute.

La referida decisión se fundamentó en lo siguiente:

“… Los hechos indicado (sic) en aparte anterior, se


corresponden con la comprobación de una acción cometida
por los jóvenes adultos JULIO MARTÍN AMARÍS GARCÍA y
ALEXANDER ENRIQUE AMARÍS GARCÍA, acción
ejecutada en su libre voluntad de asumir una conducta
ilícita, en este caso tipificada en la Ley como delito y en
consecuencia antijurídica, de la cual son culpables en virtud
de la rreprochabilidad del hecho y de la lesión jurídica
causada a las víctimas, hecho punible que se encuadra con
el tipo penal de VIOLACIÓN FICTA O PRESUNTA, previsto
y sancionado en el ordinal (sic) 1ero.- del artículo 374 del
Código Penal Reformado (...) Máxime si analizamos el
ordinal (sic) 1ero. Donde el legislador consideró que la
víctima menor carece de la capacidad necesaria para
discernir de estos hechos, de modo que hasta con su
consentimiento ese acto carnal igual se configuraría como
violación, todo ello como consecuencia de la falta de acierto
que deriva de la ignorancia de la gravedad del hecho por
parte de la víctima, situación esta que encuadra en nuestro
caso, si tomamos en cuenta que las víctimas al momento del
cometimiento de este delito contaban solo contaban (sic) con
cuatro y seis años de edad ...”.

Contra esa decisión interpuso recurso de apelación el ciudadano abogado


NELSON MONTIEL SOSA, inscrito en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el N° 5454, con el carácter de abogado Defensor de los ciudadanos
acusados JULIO MARTÍN AMARÍS GARCÍA y ALEXANDER ENRIQUE
AMARÍS GARCÍA.

En dicho recurso planteó cinco denuncias: en la primera denunció la falta


de aplicación del artículo 1 del Código Penal y alegó que sus defendidos fueron
condenados por un delito que no está contemplado en el Código Penal. En la
segunda, señaló la falta de aplicación del numeral 1 del artículo 364 “eiusdem”
en relación con el artículo 16 “ibídem” y alegó que la Secretaria que firmó la
sentencia no fue la misma que presenció el juicio. En la tercera, denunció la falta
de aplicación del artículo 355 del Código Orgánico Procesal Penal, en la
fundamentación señaló que la ciudadana LUZ MARINA VERGARA, madre de
las víctimas, siempre estuvo presente en las audiencias y sin embargo fue
llamada a declarar en calidad de testigo.

En la cuarta denuncia, indicó la falta de aplicación de los artículo 320 y


321 del Código Orgánico Procesal Penal y alegó que una de las víctimas señaló,
durante la celebración del juicio, a su defendido JULIO AMARÍS GARCÍA y
que el Ministerio Público solicitó que se dejara constancia de tal señalamiento. Y
en la quinta, denunció la errónea aplicación del artículo 22 del Código Orgánico
Procesal Penal.

La ciudadana abogada JOSEFA PINEDA ARMENTA, Fiscal Trigésima


Séptima (Suplente) del Ministerio Público del Circuito Judicial Penal del Estado
Zulia, contestó el recurso de apelación y solicitó a la Corte de Apelaciones que lo
declara inadmisible por no estar debidamente fundamentado.

La Corte Superior del Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente


del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, a cargo de las ciudadanas jueces
abogadas ANALEE RAMÍREZ DE ÁLVAREZ (Presidenta), JACQUELINA
FERNÁNDEZ GONZÁLEZ y MINERVA GONZÁLEZ DE GOW LEE, el 31
de mayo de 2006 declaró SIN LUGAR el recurso de apelación y de oficio
corrigió la calificación jurídica sólo en cuanto a la norma aplicable. Así,
modificó la sentencia y aplicó el ordinal 1° del artículo 375 del Código Penal
vigente para la fecha en la que ocurrieron los hechos. En la fundamentación del
fallo expresó lo siguiente:

“... evidencia este Tribunal de Alzada, que tales


alegatos, ad initio, son contrarios a los intereses del
representado del accionante, y denotan además un claro
desconocimiento de la materia penal por parte del defensor
(...) la definición ‘VIOLACIÓN FICTA O PRESUNTA’, no
constituye un concepto enunciado por el Código Penal de
forma directa, sino, que es producto de las distintas tesis que
la doctrina y la jurisprudencia, a lo largo de la vigencia de
la ley sustantiva penal, han venido produciendo y; en
segundo lugar, en virtud del hecho cierto de que ella es
originada en razón de la existencia de una presunción legal
iure et de iure, que nace cuando el delito es ejecutado en
perjuicio de un niño, si atendemos a la clasificación que
hace el artículo 2 de la Ley Orgánica para la Protección del
Niño y del Adolescente (...)

se constata que efectivamente, fue la juzgadora y no


la representación fiscal, quien aplicó retroactivamente, la
actual norma del artículo 374, numeral 1 del Código Penal
Venezolano, aún cuando ésta no estaba vigente para el
momento de la comisión del delito (...) se indica que la
norma aplicable a los mismos, es la relativa al tipo penal de
VIOLACIÓN FICTA o PRESUNTA, previsto y castigado en
el artículo 375 del Código Penal vigente a la fecha de la
comisión de los ilícitos penales (...)

es el juez y no otro funcionario interviniente en el


proceso, quien tiene dentro de sus potestades
jurisdiccionales, la de dirimir el conflicto, pronunciarse
sobre los elementos probatorios y dictar la sentencia (...) es
claro que la inmediación a que hace referencia el artículo
16 del texto adjetivo penal, sólo puede ser cercenada cuando
el juez se encuentra ausente durante toda la audiencia o en
parte de ella, inobservado, o no presenciando los actos y la
evacuación de las pruebas presentadas por las partes (...)
pretender la nulidad de una decisión por el hecho de que el
Secretario del Tribunal que presenció el juicio o parte de él,
sea otro distinto a aquél que suscribe la decisión, no
constituye más que sofisma sin asidero jurídico alguno (...)

tanto la representante legal de las víctimas, como


ellas mismas, antes de sus declaraciones, sólo estuvieron
presentes, tal y como se refleja en el acta de debate y en la
propia sentencia accionada, durante la exposición de los
Expertos: Psic. MARIA INES ALCALA; Psic. EDILIA
TELLO; Psic. EMILIO ACOSTA y del Médico Clínico
ALEXIS DIAZ, no llegando a escuchar testimonios que de
alguna manera u otra proveyeran narraciones relacionadas
estrictamente con el acontecimiento o la forma como
sucedieron los hechos objeto del presente proceso, de lo
cual se deduce que no hay obstáculo alguno para la
valoración positiva de los testimonios de las víctimas y su
representante (...)
indica el apelante, que el menor (...) al momento de
rendir su testimonio, entre otras cosas, señaló a uno de los
jóvenes acusados, identificándolo como JULIO (...)

En el caso que nos ocupa, las víctimas en todo


momento, tal y como se evidencia del contenido de las actas
procesales, conocían a sus agraviantes, circunstancia que
hizo prescindible la ejecución del algún acto de
reconocimiento previo al juicio oral y privado, ya que el
mismo bajo tales premisas, era innecesario (...)

El texto adjetivo penal sólo le confiere a la ad quem


una potestad revisora de la constitucionalidad y la
legalidad, pudiendo únicamente conocer y valorar las
pruebas que ante ella se presenten, cuando éstas pretendan
demostrar violaciones de derecho en la fase de juicio o en la
fase de que se trate, situación que no se plantea en el caso
que nos ocupa, ya que el apelante, lejos de indicar detallada
y explícitamente dónde incurrió, a su parecer, la juzgadora
en violación del artículo 22 señalado, se limitó a
contraponer testimonios de cargo y descargo, para tratar de
crear en los integrantes de esta Sala, una matriz de opinión
sobre los hechos discutidos en el debate contradictorio ...”.

Contra ese fallo interpuso recurso de casación el Defensor de los


ciudadanos acusados y planteó cuatro denuncias: en la primera, señaló la
infracción del artículo 1 del Código Penal, por falta de aplicación; en la segunda,
denunció la infracción del numeral 1 del artículo 364 del Código Orgánico
Procesal Penal, por falta de aplicación y del artículo 16 “eiusdem” también por
falta de aplicación. En la tercera, denunció la falta de aplicación del artículo 355
del Código Orgánico Procesal Penal y en la cuarta denuncia, indicó la infracción
de los artículos 230 y 231 del Código Orgánico Procesal Penal.

El 30 de junio de 2006 se remitió el expediente a la Sala Penal y se recibió


el 10 de julio de 2006. El 11 de julio de 2006 se dio cuenta en Sala y fue
designada ponente la Magistrada Doctora MIRIAM MORANDY MIJARES.

El 3 de octubre de 2006 la Sala declaró admisibles la primera, tercera y


cuarta denuncia del recurso de casación interpuesto por la Defensa y se convocó
a una audiencia pública.
El 7de noviembre de 2006 se celebró la audiencia pública y las partes
presentaron sus alegatos.

Se cumplieron los trámites procedimentales y la Sala pasa a decidir en los


términos siguientes.

RECURSO DE CASACIÓN

PRIMERA DENUNCIA

Sobre la base del artículo 460 del Código Orgánico Procesal Penal, el
recurrente denunció que la Corte de Apelaciones infringió por falta de aplicación
el artículo 1 del Código Penal.

En la fundamentación alegó que el tipo penal de VIOLACIÓN FICTA O


PRESUNTA, no está tipificado como delito en el Código Penal y por ello, la
Corte de Apelaciones debió declarar la nulidad de la sentencia dictada por el
tribunal de juicio y decretar el sobreseimiento de la causa.

La Sala, para decidir, observa:

En la primera denuncia del recurso de apelación interpuesto por la


Defensa de los ciudadanos acusados JULIO MARTÍN AMARÍS GARCÍA y
ALEXANDER ENRIQUE AMARÍS GARCÍA, el recurrente denunció la
infracción del artículo 1 del Código Penal e igualmente alegó que sus defendidos
fueron condenados por un delito que no está tipificado en el Código Penal.

La Corte Superior del Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente


del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, cuando resolvió esa denuncia del
recurso de apelación lo hizo en los términos siguientes:

“... evidencia este Tribunal de Alzada, que tales


alegatos, ad initio, son contrarios a los intereses del
representado del accionante, y denotan además un claro
desconocimiento de la materia penal por parte del defensor
(...) la definición ‘VIOLACIÓN FICTA O PRESUNTA’, no
constituye un concepto enunciado por el Código Penal de
forma directa, sino, que es producto de las distintas tesis que
la doctrina y la jurisprudencia, a lo largo de la vigencia de
la ley sustantiva penal, han venido produciendo y; en
segundo lugar, en virtud del hecho cierto de que ella es
originada en razón de la existencia de una presunción legal
iure et de iure, que nace cuando el delito es ejecutado en
perjuicio de un niño, si atendemos a la clasificación que
hace el artículo 2 de la Ley Orgánica para la Protección del
Niño y del Adolescente (...)

se constata que efectivamente, fue la juzgadora y no


la representación fiscal, quien aplicó retroactivamente, la
actual norma del artículo 374, numeral 1 del Código Penal
Venezolano, aún cuando ésta no estaba vigente para el
momento de la comisión del delito (...) se indica que la
norma aplicable a los mismos, es la relativa al tipo penal de
VIOLACIÓN FICTA o PRESUNTA, previsto y castigado en
el artículo 375 del Código Penal vigente a la fecha de la
comisión de los ilícitos penales ...”.

El artículo 1 del Código Penal vigente para la fecha en que ocurrieron los
hechos, estipulaba: “Nadie podrá ser castigado por un hecho que no estuviese
expresamente previsto como punible por la ley, ni con penas que ella no hubiere
establecido previamente”.

El artículo 375 del Código Penal vigente para la fecha en que ocurrieron
los hechos tipificaba el delito de violación del siguiente modo:

“El que por medio de violencias o amenazas haya


constreñido a alguna persona, del uno o del otro sexo, a un
acto carnal, será castigado con presidio de cinco a diez
años.

La misma pena se le aplicará al individuo que tenga


un acto carnal con persona de uno u otro sexo, que en el
momento del delito:

1º.- No tuviere doce años de edad.

2º.- O que no haya cumplido dieciséis años, si el


culpable es un ascendiente, tutor o institutor.

3º.- O que hallándose detenida o condenada, haya


sido confiada a la custodia del culpable.
4º.- O que no estuviere en capacidad de resistir por
causa de enfermedad física o mental; por otro motivo
independiente de la voluntad del culpable o por
consecuencia del empleo de medios fraudulentos o
sustancias narcóticas o excitantes de que éste se haya
valido”. (Negrillas de la Sala Penal).

De la primera parte del artículo se desprende que la violación consiste en


obligar a un acto carnal a persona de uno u otro sexo mediante violencias o
amenazas.

Por otra parte el único aparte del mismo artículo estipulaba que se
aplicaría la misma pena a la persona que tuviera un acto carnal con otra persona
del mismo u otro sexo, que para el momento del hecho reuniera algunas
características y de seguidas las enumeraba, por ejemplo el ordinal 1° señalaba:
“No tuviere doce años de edad”, es decir, que al legislador no le interesó que
cualquiera de esas personas, que describe en los cuatro ordinales, expresaran su
consentimiento, porque los consideró incapaces para consentir ese hecho y, por
ello, siempre iba a haber violación como consecuencia directa de la falta de
capacidad. Este aparte contenía una presunción “juris et de jure” de esa
incapacidad. Este tipo de violación es la conocida como violación ficta o
presunta.

Por todo lo expuesto no le asiste la razón al recurrente pues ese delito sí


estaba tipificado en el Código Penal vigente para la fecha en que ocurrieron los
hechos por los cuales fueron condenados sus defendidos e incluso también lo está
en el actual. Por consiguiente, lo ajustado a Derecho es declarar sin lugar esta
denuncia. Así se decide.

TERCERA DENUNCIA

Con base del artículo 460 del Código Orgánico Procesal Penal, el
recurrente denunció la falta de aplicación del artículo 355 del Código Orgánico
Procesal Penal. En la fundamentación alegó que la ciudadana LUZ MARINA
VERGARA, madre de las víctimas en esta causa, estuvo presente en todo el
juicio y sin embargo fue llamada a declarar en calidad de testigo.
Transcribió parte de la motivación dada por la recurrida cuando declaró
sin lugar esa denuncia del recurso de apelación y para finalizar alegó que esa
valoración incide en el dispositivo del fallo porque se debió declarar la nulidad
de la sentencia del tribunal de juicio, según lo estipulado en el artículo 191 del
Código Orgánico Procesal Penal.

La Sala, para decidir, observa:

El recurrente planteó esta misma denuncia en el recurso de apelación y la


recurrida la resolvió oportunamente como a continuación se transcribe:

“... tanto la representante legal de las víctimas, como


ellas mismas, antes de sus declaraciones, sólo estuvieron
presentes, tal y como se refleja en el acta de debate y en la
propia sentencia accionada, durante la exposición de los
Expertos: Psic. MARIA INES ALCALA; Psic. EDILIA
TELLO; Psic. EMILIO ACOSTA y del Médico Clínico
ALEXIS DIAZ, no llegando a escuchar testimonios que de
alguna manera u otra proveyeran narraciones relacionadas
estrictamente con el acontecimiento o la forma como
sucedieron los hechos objeto del presente proceso, de lo
cual se deduce que no hay obstáculo alguno para la
valoración positiva de los testimonios de las víctimas y su
representante ...”.

La Sala observa que el juez de instancia y así lo expresó la recurrida,


cuidó el orden en el que declararon tanto la representante legal de las víctimas
como ellas mismas. Quienes deben estar presentes en el juicio pues el Código
Orgánico Procesal Penal las autoriza para ello. Sin embargo, las declaraciones
que pudieron haber escuchado de los expertos no aumentó ni modificó el
conocimiento que tenían de los hechos por su misma condición de víctimas.
Por todo lo expuesto no le asiste la razón al recurrente y, por consiguiente,
lo ajustado a Derecho es declarar sin lugar esta denuncia. Así se decide.

CUARTA DENUNCIA

Sobre la base del artículo 460 del Código Orgánico Procesal Penal, el
Defensor denunció la falta de aplicación de los artículos 230 y 231 del Código
Orgánico Procesal Penal. En la fundamentación alegó que uno de los niños que
resultaron víctimas en esta causa, durante el juicio, señaló a uno de sus
defendidos y que el Ministerio Público solicitó que se dejara constancia de que se
trataba del ciudadano JULIO MARTÍN AMARÍS GARCÍA.

La Sala, para decidir, observa:

Los artículos 230 y 231 del Código Orgánico Procesal Penal estipulan
respectivamente:

“Reconocimiento del imputado. Cuando el Ministerio


Público estime necesario el reconocimiento del imputado,
pedirá al juez la práctica de esta diligencia. En tal caso se
solicitará previamente al testigo que haya de efectuarlo la
descripción del imputado y de sus rasgos más
característicos, a objeto de establecer si efectivamente lo
conoce o lo ha visto anteriormente, cuidando que no reciba
indicación alguna que le permita deducir cuál es la persona
a reconocer. (...)

Forma. La diligencia de reconocimiento se practica


poniendo la persona que debe ser reconocida a la vista de
quien haya de verificarlo, acompañada de por lo menos
otras tres de aspecto exterior semejante.

El que practica el reconocimiento, previo juramento o


promesa, manifestará si se encuentra entre las personas que
forman la rueda o grupo, aquella a quien se haya referido
en sus declaraciones y, en caso afirmativo, cuál de ellas es.

El juez cuidará que la diligencia se lleve a efecto en


condiciones que no representen riesgos o molestias para el
reconocedor”.

En relación con esta denuncia la recurrida motivó lo siguiente:

“... indica el apelante, que el menor (...) al momento


de rendir su testimonio, entre otras cosas, señaló a uno de
los jóvenes acusados, identificándolo como JULIO (...)

En este orden de ideas, es pertinente para este


Tribunal Colegiado destacar, que el reconocimiento en
rueda de imputados, previsto en los artículos 230 y 231 del
texto adjetivo penal, se encuentra circunscrito única y
exclusivamente a la fase de investigación, a la cual hace
referencia el artículo 280 ejusdem. Ahora bien, su finalidad
no es otra, que la de lograr generar la concurrencia de los
indicios mínimos de presunción objetiva delictiva y, de
determinar, a prima facie, la identificación nominal de los
presuntos sujetos activos del delito, así como su grado de
participación en el hecho punible que se les atribuye (...)

En virtud de ello, la exigencia de tal diligencia de


investigación, depende, entre otras cosas, de la mayor o
menor duda que haya acerca de la identidad de los entes
criminógenos a los cuales se pretenda someter a proceso
judicial. En el caso que nos ocupa, las víctimas en todo
momento, tal y como se evidencia del contenido de las actas
procesales, conocían a sus agraviantes, circunstancia que
hizo prescindible la ejecución del algún acto de
reconocimiento previo al juicio oral y privado, ya que el
mismo bajo tales premisas, era innecesario ...”.

Aún cuando este reconocimiento pertenece a la fase de investigación, la


recurrida dio oportuna y motivada respuesta al recurrente, quien también planteó
esta denuncia en el recurso de apelación. Por ello, no le asiste la razón al
recurrente porque la realización de esta prueba, en el presente caso, era
innecesaria pues las víctimas no tenían dudas acerca de quienes fueron sus
agresores y así lo resolvió la recurrida.

Por todo lo expuesto lo ajustado a Derecho es declarar sin lugar esta


denuncia. Así se decide.

No obstante la declaratoria sin lugar del recurso de casación interpuesto


por la Defensa, la Sala Penal procede a corregir la calificación jurídica dada a los
hechos que dieron origen a este juicio.

El Juzgado Primero de Juicio (Mixto) del Circuito Judicial Penal del


Estado Zulia, Sección Adolescentes, Declaró penalmente responsables a los
ciudadanos JULIO MARTÍN AMARÍS GARCÍA y ALEXANDER ENRIQUE
AMARÍS GARCÍA, del delito de VIOLACIÓN FICTA O PRESUNTA,
tipificado en el numeral 1 del artículo 374 del Código Penal y les impuso una
sanción de PRIVACIÓN DE LIBERTAD por un lapso de CINCO AÑOS, para el
ciudadano JULIO MARTÍN AMARÍS GARCÍA y de CUATRO AÑOS para el
ciudadano ALEXANDER ENRIQUE AMARÍS GARCÍA, según lo estipulado
en el artículo 628 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente.

La Corte Superior del Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente


del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, declaró sin lugar el recurso de
apelación ejercido por la Defensa de los ciudadanos acusados y de oficio
modificó la calificación jurídica sólo en cuanto a la norma correspondiente con
los hechos, pues el juez de juicio aplicó el numeral 1 del artículo 374 del Código
Penal vigente, cuando los hechos ocurrieron antes de la reforma actual, por ello,
aplicó el ordinal 1° del artículo 375 del Código Penal vigente para la fecha en
que ocurrieron los hechos.

Ahora bien, la Sala Penal constató que el Ministerio Público tipificó los hechos
como VIOLACIÓN PRESUNTA, tipificados en el ordinal 1° del artículo 375 del
Código Penal vigente para la fecha en que ocurrieron los hechos y el juez de
juicio acogió esa calificación e incluso la Corte de Apelaciones, cuando se debió
aplicar el delito de ABUSO SEXUAL AGRAVADO DE NIÑO, tipificado en el
artículo 259 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente en
relación con el artículo 217 2eiusdem” pues las víctimas fueron dos niños de 4 y
6 años.
Por consiguiente, la Sala corrige la calificación de los hechos (acreditados
en juicio) y da a los mismos la de ABUSO SEXUAL AGRAVADO DE NIÑO,
tipificado en el artículo 259 la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente en relación con el artículo 217 “eiusdem”. Esta corrección de la
calificación jurídica no afecta la pena impuesta a los ciudadanos JULIO
MARTÍN AMARÍS GARCÍA y ALEXANDER ENRIQUE AMARÍS GARCÍA,
quienes eran adolescentes para la fecha en que ocurrieron los hechos; pero tal y
como quedó establecido en la sentencia N° 589 del 6 de octubre de 2005, con
ponencia del Magistrado Doctor ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS, de no
hacerse esta corrección se crearía un precedente y de haber sido los autores
mayores de edad al momento de cometer el hecho, esta calificación dada por el
Ministerio Público y confirmada por los juzgados de instancia sí influiría
notablemente en la pena a imponer y esto constituiría una injusticia.

DECISIÓN
Por las razones expuestas el Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación
Penal, administrando Justicia en nombre de la República y por autoridad de la
Ley, emite los pronunciamientos siguientes: 1) declara SIN LUGAR la primera,
tercera y cuarta denuncia del recurso de casación interpuesto por la Defensa de
los ciudadanos acusados JULIO MARTÍN AMARÍS GARCÍA y ALEXANDER
ENRIQUE AMARÍS GARCÍA, contra el fallo dictado el 31 de mayo de 2006
por la Corte Superior del Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente del
Circuito Judicial Penal del Estado Zulia; y 2) de OFICIO corrige la calificación
jurídica dada a los hechos en este juicio por el tribunal de instancia del tipo penal
de VIOLACIÓN PRESUNTA (sin incidir en el “quántum” de la pena aplicada)
por lo tipificado en el artículo 259 la Ley Orgánica para la Protección del Niño y
del Adolescente en relación con el artículo 217 “eiusdem” a saber “ABUSO”
SEXUAL AGRAVADO DE NIÑO.

Publíquese, regístrese y ofíciese lo conducente.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo


de Justicia, en Sala de Casación Penal, en Caracas, a los 7ías del mes de
NOVIEMBRE de dos mil seis. Años 196° de la Independencia y 147° de la
Federación.

El Magistrado Presidente,

ELADIO RAMÓN APONTE APONTE

El Magistrado Vicepresidente,

HÉCTOR CORONADO FLORES


La Magistrada,

BLANCA ROSA MÁRMOL DE LEÓN

La Magistrada,

DEYANIRA NIEVES BASTIDAS

La Magistrada,

MIRIAM MORANDY MIJARES

Ponente

La Secretaria,

GLADYS HERNÁNDEZ GONZÁLEZ

Exp. 06-330

MMM.

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