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ÉTICA Y POLÍTICA
ANNABEL LEE TELES
UNA FILOSOFÍA
DEL PORVENIR
ÉTICA Y POLÍTICA
BIBLIOTECA DE FILOSOFÍA
DIRIGIDA POR MARIO CASALLA
ISBN: 987-9423-97-6
Impreso en la Argentina
Printed in Argentina
A Lucía y Jazmín
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TEXTOS
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NOTAS
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CAPÍTULO 2
LA ONTOLOGÍA DEL PRESENTE 1: UNA ACTITUD FILOSÓFICA
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ONTOLOGÍA
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ÉTICA
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POLÍTICA
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TEXTOS
“En cuanto al motivo que me impulsó, fue bien simple. Espero que, a
los ojos de algunos, pueda bastar por sí mismo. Se trata de la curiosi-
dad, por lo demás, que vale la pena de practicar con cierta obstina-
ción, no la que busca asimilar lo que conviene conocer, sino la que
permite alejarse de uno mismo. ¿Qué valdría el encarnizamiento del
saber si sólo hubiera de asegurar la adquisición de conocimiento y
no, en cierto modo y hasta donde se puede, el extravío del que cono-
ce? Hay momentos en la vida en los que la cuestión de saber si se
puede pensar distinto de como se piensa y percibir distinto de como
se ve es indispensable para seguir contemplando reflexionando [...]
¿Qué es la filosofía hoy –quiero decir la actividad filosófica– si no el
trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo? ¿Y si no consiste, en
vez de legitimar lo que ya se sabe, en emprender el saber de cómo y
hasta dónde es posible pensar distinto? Siempre hay algo de irrisorio
en el discurso filosófico cuando, desde el exterior, quiere ordenar a
los demás, decirles dónde esta su verdad y cómo encontrarla.”
Foucault, M.,
El uso de los placeres, p. 12.
“Todas las cosas siniestras del futuro, y todas las que alguna vez
espantaron a pájaros extraviados, más confortables son, en verdad, y
más familiares que vuestra ‘realidad’.
Pues habláis así: ‘Nosotros somos enteramente reales, y ajenos a la fe
y a la superstición’: así hincháis el pecho –¡ay, aunque ni siquiera
tenéis pechos!
Sí, ¡cómo ibais a poder creer vosotros, gentes salpicadas de múltiples
colores! –¡si sois estampas de todo lo que alguna vez fue creído!
Refutaciones ambulantes sois de la fe misma, y una dislocación de
todos los pensamientos. Indignos de fe: ¡así os llamo yo a vosotros,
reales!
Todas las épocas han parloteado unas contra otras en vuestros espíri-
tus; ¡y los sueños y el parloteo de todas las épocas eran más reales
incluso que vuestra vigilia!
Estériles sois: por eso os falta a vosotros la fe. Pero el que tuvo que
crear, ése tuvo siempre también sus sueños proféticos y sus signos
estelares –¡y creía en la fe!.
Puertas entreabiertas sois vosotros, junto a las cuales aguardan se-
pultureros. Y ésta es vuestra realidad: ‘Todo es digno de perecer’.”
Nietzsche, F., Así habló Zarathustra,
parte II: “El país de la cultura”, p. 178.
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NOTAS
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CAPÍTULO 3
UN ACONTECIMIENTO EPOCAL: NIHILISMO Y TRANSMUTACIÓN
EL DESIERTO CRECE 1
Los mapas que antes servían para orientarnos se han roto, ya no confia-
mos en quienes nos guían. Sentimos el temor reverencial de quien pisa
tierra extraña, una tierra donde se realizan conductas que sólo a veces se
asemejan a nuestros pensamientos y anhelos. Vivimos en este mundo pero
nos sentimos cada vez más y más extraños.
Lo que se denomina mundo moderno cae con un peso inusitado sobre
nuestros hombros, da la impresión de que no tenemos escapatoria. Los
lazos que nos unían al mundo se han roto. Las creencias se han debilitado.
El desierto crece. Vivimos en la época del nihilismo.
La palabra nihilismo ha pasado a ser una palabra de uso corriente, se la
emplea para describir el estado de cosas actual con un sesgo ciertamente
pesimista. Con ella se alude a la crisis de valores, al fin de las ideologías, a
la falta de creencia en el mundo, a los efectos de la globalización o del
desarrollo de los medios masivos de comunicación. En realidad, no impor-
ta demasiado qué es lo que describe, lo que importa es la impotencia, la
tristeza que trasunta. Es la palabra emblemática de la desilusión, de la
desesperanza y también del cinismo. Es la palabra adecuada para insistir
en que ya nada vale o que todo vale lo mismo. Se la considera un término
propio del acervo filosófico o mejor del acervo periodístico-filosófico. Esto
sucede cuando se confunde la tarea de la filosofía, cuando se espera una
opinión de la filosofía, cuando se pretende que la filosofía tiene algo que
decir respecto del actual estado de cosas. Pero la filosofía nada tiene que
decir, si de opiniones se trata.
La filosofía afronta el presente de otro modo, diagnostica devenires en el
presente. Por lo tanto, si el término nihilismo es un concepto filosófico, no lo
es porque resulte apropiado para describir lo que pasa en el mundo, sino
porque es un concepto que dice un acontecimiento, expresa el devenir y
fuerza al pensamiento; introduce una diferencia en el presente que abre la
posibilidad de una mutación. La historia es la superficie de inscripción de
los acontecimientos, en ella se encarnan, se efectúan y modifican. El con-
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dido el ser como permanente presencia, por haber confundido el ser con el
ente.
El pensamiento occidental se presenta como olvido del ser y olvido de ese
olvido. El pensamiento olvida el ser y se desarrolla como ontoteología, se
confunde el ser con el ente y el ente adquiere el carácter de lo divino.
A la pregunta por el ser, se responde con el ente. La filosofía deja de lado
el ser para problematizar el ente, sin darse cuenta de la diferencia entre lo
que se presenta como algo permanente, el ente, y el puro gesto de traer a la
presencia el ser. Se borra la diferencia entre el ser y el ente. Desde los co-
mienzos la filosofía realiza el encubrimiento del ser con el ente, queda
apegada a la presencia, sea ésta invisible o visible.
Según la reflexión heideggeriana uno de los conceptos claves de la on-
tología histórica es el concepto de sustancia considerada ésta como perma-
nente presencia. Sustancia es la traducción latina del término griego ousía
que designa el ser del ente en general.
Para los griegos el ser era permanente presencia, el ser era ousía. El
modo primario de la presencia del ente lo expresa Aristóteles por medio
del término hypokeímenon, que etimológicamente significa lo subyacente, lo
que está a la base, lo siempre presente en la cosa. Las notas formales del
hypokeímenon son: ser en sí, absoluto y fundamento.
Al formular la pregunta ¿qué es el ente? el pensamiento griego
problematiza el ente y no el ser. Sustancia es el nombre que recibe el ser del
ente, la sustancia es lo que no cambia, es permanente presencia lo que está
debajo de las cualidades o accidentes sirviéndoles de soporte. La sustan-
cia no cambia, permanece idéntica a sí misma, sólo cambian los accidentes
y las cualidades, puesto que si la sustancia cambiase, ya no sería la misma.
No puede haber cambio en la sustancia, puesto que el cambio sería su
desintegración.
Desde esta perspectiva, los griegos llevaron a cabo un modo de pensar
estático signado por la comprensión del ser como permanente presencia.
Este proceder ontológico se mantuvo de distinta manera a lo largo de la
tradición occidental.
Por su parte, Descartes, a principios del siglo XVII pretende romper con
la tradición y comenzar un nuevo modo de filosofar, sin apoyarse en nin-
gún supuesto heredado del pasado, pero a pesar de ello continúa movién-
dose en el ámbito de las categorías ontológicas de la filosofía clásica: la
regencia de la categoría de sustancia.
Descartes se proponía un saber que fundamentara todo el saber. Este
debía asegurar su verdad buscando en sí mismo una garantía inconmovi-
ble de indubitabilidad. Un saber regido por una nueva idea de verdad, la
verdad, como certeza que excluye radicalmente la duda.
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INCIPIT ZARATHUSTRA 7
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Nihilismo negativo.
En el concepto de nihilismo “nihil” no significa no-ser, no se refiere a la
nada, sino al valor de nada tomado por la vida 11, valor de nada dado a la
existencia, al devenir. La vida misma adquiere valor de nada en tanto que
se la niega, la vida es devaluada, se desprecia lo plural, el sufrimiento y la
alegría. La vida entera se convierte en irreal, mediante la creación de un
transmundo reducto de eternidad y permanencia. Bajo el imperio del
transmundo, del mundo suprasensible con todas sus formas y de los valo-
res superiores la vida misma es sólo una apariencia. El nihilismo negativo
construye la vida en su conjunto como vida devaluada, al crear una ins-
tancia de trascendencia suprema en nombre de valores superiores.
El concepto nihilismo muestra la instauración de un transmundo tras-
cendente donde se ubicó la realidad y la verdad; gracias al desarrollo de
un modo de pensar que pretendió ser único y hegemónico; modo de pensar
que en su mismo ejercicio abolió el tiempo, el devenir, al despreciar la
metamorfosis permanente de la vida. El nihilismo negativo comienza en
Occidente con la instauración de una modalidad ontológico-metafísica, el
cristianismo la continúa y la perfecciona. El Dios cristiano es justamente
eso, la regencia ontológica de un Ser único y supremo que fundamenta y
ordena lo que hay.
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El nihilismo reactivo.
El nihilismo negativo deja paso al nihilismo reactivo, reacciona contra
el mundo suprasensible. El nihilismo negativo niega la vida en nombre de
Otro mundo, un mundo trascendente de valores absolutos, mientras que el
nihilismo reactivo niega a Dios y a sus valores, pero se queda con la vida
depreciada. Desvalorización ahora no significa valor de nada tomado por
la vida, sino la nada de los valores. El nihilismo reactivo significa el movi-
miento reactivo que se produce en contra del mundo suprasensible, en
contra del mundo de Dios y de los valores superiores.
Llega el momento de negar a Dios, se le niega toda validez, pero se
mantiene el mismo dispositivo; en lugar de Dios se coloca al Hombre, a la
Razón, al Estado. Se mata a Dios para poder ocupar su lugar. Ya no los
valores superiores de Dios, sino los valores del Hombre. El hombre reactivo
ocupa el lugar de Dios.
La vida reactiva se esfuerza en segregar sus propios valores: la adapta-
ción, la evolución, el progreso. En el reinado del nihilismo reactivo el cono-
cimiento humano, los bienes materiales, el poder político son fines últi-
mos, se valoran por sí mismos.
Pasamos de la regencia de Dios a la regencia del Sujeto-Yo y del Mundo,
como configuración instaurada. Continúa el imperio de la trascendencia,
de algo exterior a la vida que pretende y logra sojuzgarla. Ahora la vida se
devalúa en función de la primacía del Hombre y sus valores.
En el nihilismo reactivo el poder de negar llega a su punto culminante, se
niega a Dios y se instauran valores humanos, demasiados humanos que con-
ducen a los hombres y a las mujeres al máximo desprecio de sí y de los
acontecimientos que pueblan el mundo. El aprecio de lo humano, de la for-
ma hombre, como ideal inalcanzable, conlleva necesariamente el despre-
cio de las alegrías, de la belleza, de las tristezas propias de los seres corpo-
rales que pueblan y constituyen el mundo. Y es, justamente, este desprecio,
el que agota toda posibilidad de creencia, de afirmación de la vida, de
restitución del vínculo del hombre con el mundo. El nihilismo reactivo se
agota, se desvalorizan los valores humanos, comienza el tercer tipo de
nihilismo, el nihilismo pasivo.
De Dios al asesino de Dios, del asesino de Dios al último hombre 12.
El nihilismo pasivo.
La reacción en contra de Dios y sus valores se hace sentir. El aprecio de lo
humano se sostiene en la falta de un sentido último y en la instauración de
sentidos espurios. Los valores del Hombre muestran su ineficacia, no con-
suelan. Aparece la desesperanza de una vida devaluada que culmina des-
preciándose a sí misma. Apogeo de la impotencia, del sinsentido, falta la
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meta, falta la respuesta al porqué 13. Bajo el nihilismo pasivo reina la creencia en
la ausencia de valores. Para el hombre del nihilismo pasivo, el último hombre,
todo vale lo mismo o ya nada vale, prefiere no querer, elige apagarse pasi-
vamente. El sinsentido lo afecta por completo, ni Dios, ni el Hombre, ni los
valores de Dios, ni los valores del Hombres, sólo imposiciones mediáticas,
dispositivos generalizados de control y dominio para el último hombre 14.
El imperio del nihilismo es poderoso, los valores pueden cambiar, reno-
varse y hasta desaparecer. Puede convivir el hombre superior y el último
hombre pero el elemento del cual derivan no desaparece. Se efectúa así la
ruptura radical del vínculo entre el hombre y el mundo. El nihilismo sigue
vigente, distintos sistemas de trascendencia siguen interceptando el po-
tencial vital del mundo y de los seres que lo constituyen.
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TEXTO
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NOTAS
1 “El desierto crece: ¡hay de aquel que dentro de sí cobija desiertos!” Nietzsche,
F., Así habló Zarathustra, parte IV. Entre las hijas del desierto, Alianza, Madrid,
1995, p. 407. En otro texto: “–Y vi venir una gran tristeza entre los hombres.
Los mejores se cansaron de sus obras.
Una doctrina se difundió, y junto a ella corrió una fe: ‘¡Todo está vacío, todo es
idéntico, todo fue!’.
Y desde todos los cerros el eco repetía: ‘¡Todo está vacío, todo es idéntico,
todo fue!’”.
Nietzsche, F., Así habló Zarathustra, parte II: El adivino, citado, p. 197.
2 El recorrido que hemos esbozado, aunque deja de lado las profundas diferen-
cias que existen entre los distintos pensamientos filosóficos, nos permite se-
ñalar el problema en cuestión.
3 Nietzsche, F., La Gaya Ciencia, Sarpe, Madrid, # ‘125’.
4 Nietzsche, F., La voluntad de dominio, # 480, en Obras completas, Aguilar, Buenos
Aires, 1967, p. 191.
5 Op. cit., ibid.
6 Op. cit., ibid.
7 Nietzsche, F., El ocaso de los ídolos, Siglo Veinte, Buenos Aires, 1984, p. 28.
8 Op. cit., ibid.
9 Op. cit., ibid.
10 Deleuze muestra en su libro sobre Nietzsche, los tres estadíos, allí dice: “En su
primer sentido y en su fundamento, nihilismo significa pues: valor de nada
tomado por la vida, ficción de valores superiores que le dan este valor de la
nada, voluntad de la nada expresada en estos valores superiores”. Deleuze,
G., Nietzsche y la filosofía, Anagrama, Barcelona, 1993, p. 208.
11 Op. cit., pp. 207 y ss.
12 Op. cit., p. 212.
13 “¿Qué significa nihilismo?: Que los valores supremos han perdido su crédito.
Falta el fin: falta la contestación al ‘porqué’.” Nietzsche, F., La voluntad de
dominio, # 2, en Obras completas, p. 19.
14 “El reino de nihilismo es poderoso. Se expresa en los valores superiores a la
vida, pero también en los valores reactivos que ocupan su lugar, e incluso en
el mundo sin valores del último hombre.” Deleuze, G., Nietzsche y la filosofía,
cit. p. 240.
15 Op. cit., p. 207 y ss.
16 Deleuze, G., La imagen-tiempo. Estudios sobre cine 2, Paidós, Barcelona, 1987, p.
229.
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SEGUNDA PARTE
ONTOLOGÍA DEL DEVENIR
TIEMPO
PENSAMIENTO
PRIMER CAPÍTULO
ONTOLOGÍA DEL DEVENIR
CAPÍTULO 1.1
EMERGENCIA DE UN PENSAMIENTO TEMPORAL: LA ONTOLOGÍA DEL DEVENIR
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Este mundo es un prodigio de fuerzas, sin principio, sin fin (...), uno y múlti-
ple; (...) un mar de fuerzas corrientes que se agitan en sí mismas, que se transforman
eternamente.
Nietzsche muestra un mundo diferente; otro modo de pensar y experi-
mentar el mundo, que nos constituye y nos excede, más cercano que todo
mundo interior y más lejano que todo mundo exterior. El mundo y su propio
Afuera, caos-cosmos deviniente en permanente transformación, puro deve-
nir de fuerzas en relación, pliegues sobre pliegues; plegamientos y
desplegamientos permanentes. Ni cosmos ordenado, ámbito de las formas
puras, de la determinación; ni caos indeterminado, reino de la indiferen-
ciación. Disolución radical de la separación entre mundo inteligible y
mundo sensible, disolución del dualismo ontológico-moral. Mundo de fuer-
zas en permanente relación; poder de afectar y ser afectado, universo de
pura relacionalidad 2.
Pero, ¿cómo pensar la fuerza?, ¿cómo pensar la relación? Pensar la fuer-
za es pensar la relación, el ser de la fuerza es plural 3, lo propio de la fuerza es
la relación. La fuerza es plural, es una relación de intensidades que expresa
una diferencia dinámica; no es más que la relación de intensidades que la
constituye. Las fuerzas no se dejan atrapar por las formas, ni por las sustan-
cias, escapan, escándalo de los escándalos a toda referencia óptica 4.
Pensar las fuerzas impulsa un desplazamiento: se abre una dimensión
del pensamiento en la cual la relacionalidad intensiva adquiere relevan-
cia, la forma y la materia abandonan la primacía. El pensamiento de las
fuerzas en relación trae consigo un mundo afectivo: la relacionalidad como
poder de afectar y ser afectado. Pensamiento experimental que desenvuel-
ve dimensiones del pensamiento donde se expresa el fluir constante de las
intensidades, donde pululan las diferencias, las condiciones de emergen-
cia de las singularidades devinientes.
El pensamiento de las intensidades, de las fuerzas, expresa el poder
afectivo del mundo, abre nuevas dimensiones, se libera del imperio de la
luz o las sombras, de la determinación o la indeterminación... la fuerza
escapa a la luz; no es lo que sólo estaría privado de luz, la oscuridad 5.
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NOTAS
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CAPÍTULO 1.2
LA INMANENCIA COMO PRINCIPIO POIÉTICO 1
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TEXTO
Elegía VIII
”Con todos los ojos ve la criatura
lo Abierto. Sólo nuestros ojos están
como vueltos del revés y puestos del todo en torno a ella,
cual trampas en torno a su libre salida.
Lo que hay fuera lo sabemos por el semblante
del animal solamente; porque al temprano niño
ya le damos la vuelta y le obligamos a que mire
hacia atrás, a las formas, no a lo Abierto, que
en el rostro del animal es tan profundo. Libre de muerte.
A ella sólo nosotros la vemos; el animal libre
tiene siempre su ocaso detrás de sí
y ante sí tiene a Dios, y cuando anda, anda
en la eternidad, como andan las fuentes.
Nosotros nunca tenemos, ni siquiera un solo día,
el espacio puro ante nosotros, al que las flores
se abren infinitamente. Siempre hay mundo
y nunca Ninguna parte sin No: lo puro,
no vigilado que el hombre respira y sabe
infinitamente y no codicia. Cuando niño
se pierde en silencio en esto y le
despiertan violentamente. O aquél muere y es esto.
Pues cerca de la muerte uno ya no ve la muerte
y mira fijamente hacia afuera, quizás con una gran mirada de animal.”
Rilke, R. M.,
Elegías de Duino, p. 105.
NOTAS
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CAPÍTULO 1.3
LA UNIVOCIDAD DEL SER AFIRMA LA INMANENCIA
“La univocidad significa: lo que es unívoco es el ser mismo [...] Una sola voz
para todo lo múltiple de las mil vías, un solo y mismo océano para todas las
gotas, un solo clamor del Ser para todos los entes. [...]” 3.
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LA GÉNESIS TRASCENDENTAL 9
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CAPÍTULO 1.4
EL DESPLAZAMIENTO ONTOLÓGICO
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tentes”, ta onta 10, todo lo que perciben nuestros sentidos en el mundo exte-
rior. En términos de Platón, los cuerpos visibles y tangibles; luego, más
adelante, los cuerpos medibles y cuantificables. El mundo que se manifies-
ta al espíritu atento, a la inteligencia que es capaz de develarlo, como obje-
tivo, demanda una formalización racional que valide su objetividad y su
verdad. Los cuerpos precisan para ser lo que son determinaciones forma-
les objetivas, se necesita una instancia intelectiva capaz de formalizar el
mundo empírico. Por ello sobre el plano empírico se trazó el plano inteligi-
ble, de las formas, de lo no-visible, de lo que realmente es, como instancia
jerárquica. Se configuró así un modo de ser del mundo empírico-trascen-
dente constituido por el plano inteligible no-visible y el plano empírico
visible que requirió a su vez de una tercera instancia, la indeterminación,
la materia, como condición de posibilidad insoslayable.
El plano de inteligibilidad empírico-trascendente supone, entonces, un
hombre puesto frente al mundo; parte de la percepción sensible de lo exis-
tente como experiencia primaria, no originaria, pero sí inicial. El hombre se
encuentra frente a las cosas que se le manifiestan, percibiendo lo existente
que se desvela ante sus ojos. El hombre de la filosofía racional del siglo V y
IV a.C. es, desde sus inicios, un hombre que vive, incipientemente, la ruptu-
ra del vínculo con el mundo.
El hombre y las cosas están ya ahí, uno frente al otro. Por ello, se volvió
imperiosa la aparición de un principio creador y ordenador capaz de dar
sentido y valor a los hombres y a las cosas, al mundo; un principio capaz
de explicar la génesis del mundo y su finalidad. Según esta concepción, el
mundo no posee el principio en sí mismo, necesita un principio trascen-
dente y un fin último que le otorgue sentido y valor. Un principio que
asegure la verdad y que sea la garantía absoluta de la racionalidad: un
nexo mediatizador entre el hombre y las cosas.
Queda de manifiesto la importancia crucial de ese principio trascen-
dente, de una instancia que justifique la vida y sea capaz de dar abrigo, de
dar confianza en el mundo. Y esa instancia no puede ser de este mundo, no
puede pertenecerle, pues todo lo que aquí ocurre es proclive a la variación,
a la incerteza, todo lo que le pertenece al mundo puede ser objeto de discu-
sión, de debate público. Por ello, es preciso una instancia que se mantenga
siempre igual a sí misma, una realidad y una verdad que sean ambas
inmutables. Un elemento rector, la unidad que sea, a su vez, la razón tota-
lizadora de todo lo existente. El Uno trascendente que, desde su inmutable
exterioridad, gobierne a la vida, a los hombres y mujeres, a los animales, a
las plantas, a los ríos y a las montañas, y suture de ese modo, la incipiente
fisura entre el hombre y el mundo, entre el hombre y la naturaleza.
En la época actual, y a pesar de los cambios y las revoluciones, el plano
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CAPÍTULO 2.1
LA ONTOLOGÍA DEL DEVENIR FUERZA A PENSAR EL TIEMPO
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ésta no es más que una dimensión entre las múltiples dimensiones que
constituyen la realidad temporal en la que estamos insertos.
Una aproximación a la antigüedad filosófica permitirá trazar ciertas
líneas que estimulen la comprensión del plan de pensamiento que sostiene
el apego a un determinado modo de concebir la realidad como única. Lo
que, sin duda, contribuye a evaluar la envergadura del desplazamiento
ontológico: el pasaje de una ontología que considera el tiempo como
fenoménico y subordinado al movimiento, a una ontología temporal don-
de el tiempo se enlaza al ser unívoco uno y múltiple a la vez, donde el
tiempo-realidad se expresa creando múltiples dimensiones temporales,
múltiples dimensiones de realidad.
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CAPÍTULO 2.2
DELEUZE: IMAGEN-MOVIMIENTO / IMAGEN-TIEMPO 1
Deleuze escribe dos libros sobre cine: Estudios sobre cine 1 y 2, La imagen-
movimiento y La imagen-tiempo, respectivamente. Ambos libros significan
una verdadera creación conceptual, y expresan la resonancia entre el pen-
samiento filosófico y el pensamiento cinematográfico.
En este punto, nos interesa señalar algunas pistas, aquellas que nos
permitieron abrir ciertas dimensiones en el pensamiento. Los textos
deleuzianos abren caminos, aquí sólo seguimos algunos de aquellos que
nos ofrecieron herramientas para pensar la intrínseca relación de tiempo y
ser.
La imagen-movimiento y la imagen-tiempo expresan dos modos de pen-
sar, de percibir y experimentar el tiempo, que son, a su vez, dos modos de
concebir el ser; dos regímenes temporales distintos que muestran sus efec-
tos a nivel de los modos de existencia individuales y colectivos.
La imagen-tiempo presenta una nueva imagen cinematográfica, una
nueva imagen de pensamiento que impulsa a concebir una visión tempo-
ral del mundo.
LA IMAGEN-MOVIMIENTO
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LA IMAGEN-TIEMPO
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Las imágenes-recuerdo nos acercan a las puertas del tiempo pero son
una representación indirecta, ellas captan un antiguo presente, respetan el
curso empírico del tiempo. Para que la imagen-tiempo nazca es preciso que
la imagen actual entre en relación con su imagen virtual. De ese modo,
accedemos a una captación del tiempo absolutamente distinta. El tiempo
como materia prima, como universal devenir 6. Los acontecimientos no se suce-
den según un curso cronológico, sino que se distribuyen según su perte-
nencia a las distintas capas de pasado, pero todas las capas coexisten. Las
capas de pasado coexisten, son extractos de donde surgen nuestras imáge-
nes-recuerdo y se establecen vínculos no localizables siempre en movimien-
to de un plano a otro. El pensamiento es justamente ese conjunto de relacio-
nes no localizables entre todas esas capas, la continuidad que las enrolla y
las desenrolla sin detenerse jamás. La imagen-tiempo se extiende en una
imagen-pensamiento.
El tiempo se manifiesta como pasado, como la coexistencia de capas, de
círculos más o menos dilatados, más o menos contraídos. El presente como
un pasado infinitamente contraído se constituye en la punta más extrema
del pasado como ya-ahí. Los planos de pasado coexisten, se trata de un
tiempo no cronológico.
No hay presente que no esté poblado de pasado y de futuro, puesto que
cada presente contraído coincide con un pasado y un futuro sin los cuales
él mismo no pasaría. Según Deleuze, el cine moderno, muestra este pasado
y este futuro que coexisten con el presente y de ese modo hace una presen-
tación directa o trascendental del tiempo.
Deleuze muestra, a su vez, otras dos imágenes-tiempo. La que aquí nos
hemos propuesto focalizar es la que se basa en el pasado, que muestra la
apertura al tiempo como instancia trascendental. De todos modos, las tres
imágenes al comunicarse entre sí abren, señalan una dimensión del pen-
samiento y de la experimentación del tiempo.
Someramente, diremos que la segunda imagen se basa en el presente. Al
igual que el pasado tuvo que desprenderse y distinguirse de la imagen-
recuerdo que lo actualizaba, el presente debe desprenderse de su propia
actualidad. Para concebir el tiempo tal cual se expresa aquí es preciso
instalarse en el interior de un solo y mismo acontecimiento y sustituir la vista
longitudinal por una vista vertical. De ese modo, se descubre un tiempo
interior al acontecimiento, donde se vislumbran puntas de presentes si-
multáneas y desactualizadas, en movimiento constante, que se captan gra-
cias a conexiones de no contigüidad. El tiempo es interior al acontecimien-
to que ya no requiere determinación, ni se confunde con el espacio que le
sirve de lugar. El mundo se vuelve acontecimiento y el tiempo, a su vez, se
vuelve mundo.
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MEMORIA
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TEXTO
“[...]
El poema de la duración es un poema de amor.
Trata de un flechazo,
al que siguieron luego muchos flechazos como éste.
Y este amor
no tiene la duración en ningún acto concreto,
más bien en un antes y un después
en el que, por el nuevo sentido del tiempo que depara el amor,
el antes era el después
y el después el antes.
Nos habíamos unido
antes de unirnos;
seguimos uniéndonos
después de habernos unido,
y de este modo, años y años, estuvimos
cadera con cadera, aliento en aliento,
uno al lado del otro.
[...]”
Handke, P.,
Poema a la duración, p. 41.
NOTAS
–91–
CAPÍTULO 2.3
EL TIEMPO, NI VISIBLE NI INVISIBLE
Las ideas pugnan por encontrar los medios de su expresión, las pala-
bras se sustraen permanentemente. Cómo decir el tiempo sin apelar a las
guerras y a los Estados, a la historia. El tiempo atraviesa el pensamiento,
fuerza la búsqueda, es la presencia de un impensable en el pensamiento.
Las palabras se vuelven lentas. La pregunta por el tiempo insiste...
El tiempo histórico es el horizonte temporal en el que nos movemos
habitualmente. Los hechos que lo pueblan están conectados entre sí por
relaciones causales y localizables que se clarifican mediante el entendi-
miento y el análisis crítico. Los hechos constituyen las entidades últimas
de una realidad en movimiento, cuyos ciclos y oscilaciones se pueden de-
terminar con acertada precisión.
Pero existen algunos momentos en los que el tiempo se presenta como
algo inasible. Las relaciones se oscurecen, una masa temporal se contrae o
se distiende. Las horas corren vertiginosas o se estiran hasta la desespera-
ción: es el tiempo vivido, el tiempo de las noches y los días. Tiempo extraño,
que se confunde con una sensación, con un cúmulo de emociones; expe-
riencia de un tiempo que intenta salirse de su cauce pero que fácilmente es
dominado.
El tiempo mismo impulsa el desplazamiento, el pensamiento sufre una
violencia, vislumbra y configura otras dimensiones temporales. Se produ-
cen fisuras por donde se cuelan otros aires, pensamientos que proceden de
tierras extrañas, de esas otras dimensiones del mundo que raramente so-
mos capaces de percibir, de ver y oír.
DEVENIR Y MUTACIÓN
–93–
ANNABEL LEE TELES
EL TIEMPO LINEAL
–94–
UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
LA REPETICIÓN
–95–
ANNABEL LEE TELES
TIEMPO
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
ACONTECIMIENTOS
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ANNABEL LEE TELES
LA MEMORIA-MUNDO
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
TEXTOS
NOTAS
1 Proust, M., En busca del tiempo perdido, Por el camino de Swann, , Alianza,
Madrid, 1980.
2 Deleuze, G., La imagen-tiempo. Estudios sobre cine 2, Paidós, Barcelona, 1987, p.
115.
–101–
TERCER CAPÍTULO
PENSAMIENTO
CAPÍTULO 3.1
PENSAMIENTO Y VIDA
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
TEXTO
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ANNABEL LEE TELES
NOTAS
–110–
CAPÍTULO 3.2
LA HEGEMONÍA DEL CONOCIMIENTO: UN PELIGRO ACTUAL
Pensar no es conocer.
La hegemonía del conocimiento se ha vuelto peligrosa, el conocimiento
es sólo un modo de pensamiento.
Desde el siglo XVII, en Occidente, se asiste a un privilegiamiento abso-
luto del conocimiento. Esta peculiar relación entre el hombre y las cosas,
característica del pensamiento occidental, no nació en la época moderna,
pero adquiere en ella dimensiones formidables. La relación gnoseológica
entre un sujeto y un objeto se vuelve la relación privilegiada y exclusiva de
los hombres con el mundo. El hombre se convierte en sujeto portador de
razón, capaz de conocer y dominar el mundo y la naturaleza; las cosas y el
mundo en su totalidad se convierten en objeto de conocimiento, de repre-
sentación. El mundo deviene imagen: la época de la imagen del mundo, anun-
ciaba Heidegger.
En la contemporaneidad, la cuestión del conocimiento ha sufrido di-
versas modificaciones. La relación entre el sujeto y el objeto fue el tema de
profundas reflexiones en el ámbito de las filosofías cognitivistas, pero los
efectos de su hegemonía siguen resultando peligrosos. El sujeto-hombre,
que pretendía, mediante el uso de la razón, conocer la naturaleza, apode-
rarse de ella, dominarla, devino él también, al igual que las cosas, los ríos
y las montañas, objeto. Asistimos a la victoria del conocimiento, del poder
desvitalizador de la representación; y esta victoria muestra que la soberbia
siempre es mala consejera; la ilusión de los hombres de conquistar y domi-
nar a los objetos se ha revertido, los objetos van ganando la partida.
–111–
ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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ANNABEL LEE TELES
TEXTOS
NOTAS
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CAPÍTULO 3.3
EL ARTE DE CONSTRUIR UN PROBLEMA
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ANNABEL LEE TELES
LA CREACIÓN CONCEPTUAL
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
Textos
“Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta
debe ser agresiva ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz.
La filosofía no sirve ni al Estado ni a la Iglesia, que tienen otras pre-
ocupaciones. No sirve a ningún poder establecido. [...] Sirve para
detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa.”
Deleuze, G.,
Nietzsche y la filosofía, p. 149.
“La filosofía no tiene estrictamente nada que ver con las discusiones:
ya es suficiente con molestarse en comprender el problema que al-
guien plantea y cómo lo hace, lo que se precisa es enriquecerlo, variar
sus condiciones, añadirle algo o conectarlo con otra cosa, pero nunca
discutir. La filosofía no requiere únicamente una comprensión filosó-
fica, por conceptos, sino también una comprensión no filosófica, por
afectos y perceptos. La filosofía mantiene una relación esencial y po-
sitiva con la no-filosofía: se dirige a no filósofos.”
Deleuze, G.,
Conversaciones, p. 222.
–119–
ANNABEL LEE TELES
NOTAS
1 Nos referimos a conceptos tales como: Uno, Ser, Razón, Verdad, Sujeto y
Objeto.
2 Deleuze, G. y Parnet, C., Diálogos, Pre-Textos, Valencia, 1980, p. 5.
–120–
CAPÍTULO 3.4
LA EMERGENCIA DE UN NUEVO MODO DE PENSAR
–121–
ANNABEL LEE TELES
del tiempo. Aquellos pensamientos que traen consigo la fuerza del amor y
la alegría, los signos de un devenir activo de la vida, la afirmación del
eterno retorno.
–122–
UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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ANNABEL LEE TELES
resonancia con los signos, intersticios por donde se cuela el tiempo puro,
acontecimientos que expresan la riqueza intensiva de la vida.
El empirismo-trascentral significa un desplazamiento en el pensamiento
que es, a la vez, la vigorosa afirmación de la emergencia de modalidades
subjetividades diferentes, abiertas a la vida, en relación directa con el tiem-
po. Una subjetividad temporal inmanente, un modo intensivo de relación
con el mundo, consigo mismo y con los demás. La subjetividad cobra, pues,
un nuevo sentido que ya no es mental o material sino temporal y espiritual 2. La
subjetividad se vuelve un plano de inmanencia, circulación permanente
de intensidades, de flujos, donde se actualizan y efectúan los aconteci-
mientos que pueblan el tiempo.
–126–
UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
TEXTOS
NOTAS
–127–
TERCERA PARTE
PARA PENSAR QUIÉNES SOMOS
CAPÍTULO 1
PENSAR QUIÉNES SOMOS
Pensar quiénes somos exige una larga preparación. Para ello, es preciso
atravesar campos y montañas; cruzar ríos y mares; volver a experimentar
los innumerables vínculos que nos unen al mundo, al devenir; abrirnos al
universo vibracional del cual procedemos, y captarnos como seres expresi-
vos, al igual que los animales, las plantas y las piedras, como diferencias
impulsadas por la potencia de las repeticiones eternas y selectivas.
Para pensar quiénes somos, es preciso vislumbrar la naturaleza que se
expresa en cada uno de nosotros. Volver a escuchar la physis, volver a
experimentarnos como partes intensivas del universo temporal.
La naturaleza no es lo que se encuentra enfrente, lo que se distingue y se
opone. La naturaleza es una dimensión expresiva del universo vibracional,
que poblamos y nos constituye. Es importante llevar hasta las últimas con-
secuencias el empirismo-trascendental, de modo de alcanzar así la
efectuación del ser unívoco, en el vaivén repetitivo del eterno retorno, y
ejercer nuestras potencias individuales y colectivas.
La filosofía plantea e investiga problemas, elabora mapas conceptuales,
traza sus líneas principales; realiza un ejercicio mediante el cual se pueden
ver ciertas cuestiones que de otro modo no hubieran podido verse, posibilita
el surgimiento de una emergencia, de una diferencia. Plantear problemas
significa elaborar una configuración conceptual, una distribución de pun-
tos relevantes, que expresan una serie de cuestiones que se interconectan
entre sí y con su exterior. Los problemas expresan acontecimientos que per-
tenecen al devenir, son la posibilidad de una transformación: todo cambia en
el acontecimiento, y nosotros cambiamos en el acontecimiento 1.
Pensar quiénes somos plantea un problema, la posibilidad de una crea-
ción de pensamiento y de una reinvención de nosotros mismos. Señala un
desplazamiento, el quién requiere una singularidad y se distingue de la
antigua pregunta por qué es el hombre, aquella que buscaba definirlo, deter-
minar su esencia formal, su función en el cosmos.
La pregunta por el quién intensifica la irreductible diferencia de las
singularidades en relación, en permanente comunicabilidad entre sí. De-
tiene las determinaciones formales o materiales. Impide las abstracciones
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
TEXTO
NOTAS
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CAPÍTULO 2
LAS SINGULARIDADES INTENSIVAS
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TEXTOS
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
NOTAS
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CAPÍTULO 3
LA LIBERTAD EXPRESIVA ENLAZA EL QUERER Y EL CREAR
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
La libertad expresiva
El pensamiento de la ontología del devenir impulsa un ejercicio de liber-
tad como expresión activa, creativa, de los hombres y mujeres como seres
singulares. Por ello, el punto intensivo de la cuestión de quiénes somos sigue
siendo la insistencia en la libertad como modo de efectuar la relación indi-
soluble entre querer y crear.
La libertad expresa la potencia creativa de los seres y adquiere un sen-
tido peculiar como ejercicio expresivo, como efectuación de la potencia
creativa de las singularidades intensivas.
En este punto, nos encontramos muy lejos de la persona moral, del
ciudadano individual, de la libertad como derecho de decisión, de elección
del ciudadano-consumidor. Tal libertad se asienta en la creencia de que los
hombres y las mujeres son personas, entidades individuales que, en su
interacción y conjunto, forman la sociedad. El hombre-mujer individual,
como persona moral, es aquel que ha perdido el vínculo con el mundo, con
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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TEXTO
“Operación-creación
Al comienzo: insularidad.
Luego una cierta tensión. Una tensión creciente. Una tensión que no
acaba. Naciente de expansión.
Primer problema: ¿Dónde hallar el terreno para la expansión? (Papel,
piedra, arcilla, tela escenario.)
Encontrar su terreno, el terreno para el ejercicio de una vida, de otra
vida en instancia, de una nueva vida por hacer, hic et nunc, una vida
que no estaba antes.
–150–
CAPÍTULO 4
LA PROBLEMATIZACIÓN DE LA SUBJETIVIDAD
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ANNABEL LEE TELES
humanismo que trazó las líneas rectoras de una concepción del hombre
que ha inducido a los seres a pensarse a sí mismos bajo una determinada
modalidad. De diferente maneras, hoy seguimos pensándonos y
experimentándonos de acuerdo a las pautas elaboradas por el humanismo
antiguo.
Por su parte, la fuerza revolucionaria de la filosofía moderna nos ha
hecho creer que ella puso el hombre en el centro, al instaurar una concep-
ción absolutamente nueva de lo humano. Si bien la filosofía moderna in-
trodujo un giro de gran envergadura, lo hizo teniendo en la base la antigua
concepción del hombre como ser racional, reflexivo y autoconsciente. La
preocupación por el hombre atravesó el pensamiento occidental.
Por ello, es preciso despejar la cuestión del hombre y la del sujeto. La
modernidad aporta el concepto sujeto como determinación formal del hom-
bre. Pero, el pensamiento y la experiencia del hombre como sujeto-yo se
realizó gracias a la implementación de modos de subjetivación que tuvie-
ron, como fundamento, la idea del hombre como ser racional y, como obje-
tivo, la conversión de los seres humanos en sujetos-sujetados a una identi-
dad formal.
Se suele considerar al pensamiento cartesiano como el punto de apari-
ción del sujeto. Descartes 2 opera un giro, somete a crítica la herencia filosó-
fica de la tradición, plantea nuevos principios sobre los que edifica un tipo
de saber que no se centra en el ser o en Dios, sino en el hombre y en la
racionalidad humana. El giro tiene grandes implicancias tanto para el
saber filosófico como para el científico, pero no es la primera vez que el
pensamiento filosófico privilegia la cuestión del hombre y de la racionali-
dad humana. La modernidad filosófica opera un movimiento de enverga-
dura, abre una nueva configuración, una peculiar manera de concebir el
sujeto hombre, pero ella se asienta sobre el plano de inteligibilidad empíri-
co-trascendente propio del pensamiento occidental.
El yo pensante es conciencia autosuficiente, y ahora, también, funda-
mento de todo el saber. He ahí el giro cartesiano: el hombre adopta el carác-
ter formal de sujeto-yo, el hombre-sujeto se erige como fundamento del
saber: el sujeto-yo ocupa el centro. Descartes buscaba un nuevo fundamen-
to para el saber filosófico y científico, y lo encuentra: el sujeto humano, la
conciencia racional.
Aún se vive bajo la regencia del sujeto cartesiano tanto sea para afir-
marlo, como para destituirlo. Pero el sujeto-yo no es el punto inicial, no es
la estructura fundante que es preciso afirmar o disolver. Su disolución no
deja un vacío, ni da lugar a la aparición de algo escondido o maniatado. El
sujeto es algo derivado, algo añadido, que viene detrás 3. La determinación
formal del sujeto no es más que una configuración que opera como el ideal
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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EL CUIDADO DE SÍ 6
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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TEXTOS
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
NOTAS
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CAPÍTULO 5
LA MUTUA PERTENENCIA ENTRE EL TIEMPO Y LA SINGULARIDAD
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ANNABEL LEE TELES
LA PRODUCCIÓN DE SUBJETIVIDADES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
TEXTOS
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NOTAS
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CUARTA PARTE
ÉTICA Y POLÍTICA
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CAPÍTULO 1
ÉTICA Y POLÍTICA COMO EJERCICIO DE LIBERTAD
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
TEXTOS
Sócrates y Alcibíades
“¿Por qué, divino Sócrates, a este joven
lo agasajas tanto? ¿No conoces algo más grande?
¿Por qué lo contemplas con amor
igual que contemplamos a los dioses?
“Año nuevo. Vivo todavía, pienso todavía: debo de vivir aún, puesto
que pienso. Sum, ergo cogito, y cogito, ergo sum. Hoy permito a todo el
mundo expresar su deseo y su pensamiento más caro, y yo también
voy a decir lo que yo mismo anhelo y cuál es el pensamiento primero
que me ha llegado al corazón este año, cuál es el pensamiento que en
adelante será para mí la razón, la garantía de la vida. Quiero aprender
cada día a considerar como belleza lo que tienen de necesario las
cosas; así seré de los que embellecen las cosas. Amor fati: sea éste en
adelante mi amor. No quiero hacer la guerra a la fealdad. No quiero
acusar, ni siquiera a los acusadores. Sea mi única negación apartar la
mirada. Y sobre todo, para ver lo grande, quiero en cualquier circuns-
tancia no ser por esta vez más que afirmador.”
Nietzsche, F.,
La gaya ciencia, p. 133.
NOTAS
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CAPÍTULO 2
LA OPOSICIÓN ENTRE EL INDIVIDUO Y LA COMUNIDAD ES INHERENTE
A LA RACIONALIDAD POLÍTICA OCCIDENTAL
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
INDIVIDUO Y SOCIEDAD 1
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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ANNABEL LEE TELES
TEXTOS
“Lo que acabó con las esperanzas de la toma de conciencia fue justa-
mente la toma de conciencia de que no había pueblo, sino siempre
varios pueblos, una infinidad de pueblos, que quedaban por unir o
bien que no había que unir, para que el problema cambiara. Ello hace
que el cine del Tercer Mundo sea un cine de minorías, porque el
pueblo no existe más que en estado de minoría, y por eso falta. Preci-
samente en la minorías es donde lo privado se hace inmediatamente
político.”
Deleuze, G.,
La imagen-tiempo. Estudios sobre cine 2, p. 291.
NOTAS
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CAPÍTULO 3
POLÍTICA Y GOBIERNO
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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PODER Y GOBIERNO
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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ANNABEL LEE TELES
turadas por los estados de dominación que las anulan. Depende de ellas
que la libertad de los individuos se amplíe o se restrinja. Y esto se produce
tanto a nivel de la gestión estatal, como en las distintas organizaciones
humanas, en la empresa, en la familia, en las instituciones en general.
La cuestión de quién gobierna y cómo gobierna se vuelve relevante. Las
conductas que realizan quienes gobiernan, así como las decisiones que
toman y las alianzas que se establecen, son decisivas para llevar adelante
el régimen de gobierno. La política se aproxima a la ética 3.
–190–
UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
sentido de que son la realización de esa potencia. Las relaciones entre los
seres son a la vez relaciones afectivas y de poder.
Tal relacionalidad se efectúa en distintos planos; en el plano histórico,
cristaliza como relaciones de poder, como un tipo de relación peculiar al
constituir dispositivos diagramáticos de poder que distribuyen y ordenan
las fuerzas. La organización política, social y económica de una población
se lleva a cabo de acuerdo con un tipo específico de racionalidad que res-
ponden al plano de inteligibilidad hegemónico e implica un modo de pen-
sar la vida y el mundo.
Lo importante es tener en cuenta que el estado de cosas vigente no es
más que un plano de organización que es posible modificar y re-crear cons-
tantemente.
Desde un punto de vista diferente, la política no es un mal, concierne al
mundo-Afuera, a nuestra vida cotidiana, a nuestros movimientos más ínti-
mos, a nuestra vida laboral o familiar. Las relaciones de los seres entre sí y
consigo mismos son relaciones políticas, puesto que son afecciones: poder
de afectar y ser afectado.
Es preciso pensar la cuestión del poder, introducir una diferencia, esti-
mular la emergencia de un pensamiento político que, en lugar de encerrar-
nos en el callejón sin salida del sometimiento, abra las puertas a otras
formas de vida, individuales y comunitarias.
Las relaciones de fuerza son inherentes a la vida. Las relaciones de
poder son relaciones de fuerzas. El poder se ejerce y es la expresión del
poder de afectar y ser afectado, de la relacionalidad propia de los seres. El
poder constituye nuestra experiencia y se realiza en la vida diaria de hom-
bres y mujeres; es la potencia afectiva del mundo-Afuera. La cuestión del
poder nos involucra a todos y a cada uno de manera diferente, en la medi-
da en que somos seres que vivimos en relación unos con otros. Adopta un
sentido afirmativo y colectivo, se vuelve el punto intensivo de un pensa-
miento político, que no excluye la gobernabilidad, pero que de ningún
modo se limita a ella.
La vida en comunidad expresa el poder de afectar y ser afectado, propio
del mundo: flujos, siempre flujos. La vida como resonancia, como potencia
de afección. El ejercicio del poder es inherente a las singularidades, en
tanto seres intensivos que pugnan por la expansión de su potencia, por la
realización de un anhelo de libertad como ejercicio creativo de sí y del
mundo.
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
TEXTOS
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ANNABEL LEE TELES
tuido (ni que decir tiene que todavía está ahí, omnipresente), y ejer-
cen con una ferocidad creciente sus tareas de organización y de exter-
minio.”
Chatelet, F., Les annés de démolition, p. 263,
en Deleuze, G., Pericles y Verdi.
NOTAS
1 El sí del asno acepta la realidad tal cual es. El asno es quien no sabe decir no, se
vincula al camello que iniciaba el movimiento de las tres transformaciones
según el decir de Zarathustra. El camello es quien soporta las más pesada
carga, que se arrodilla para que lo carguen. El asno dice sí, cree en los valores
vigentes: el sistema de los valores abstractos de la globalización planetaria,
propios de la configuración actual del mundo.
2 Sobre esta cuestión ver: Foucault, M., “Le sujet et le pouvoir” en Dits et Écrits,
vol. IV, Gallimard, Paris, 1994, p. 222.
3 Los griegos inventaron en el terreno de lo político la relación de poder entre
los hombres libres, una relación en la que algunos gobiernan a los demás. En
el pensamiento filosófico antiguo, el gobierno se une a la ética, la relación
entre individuos, se enlaza a la relación consigo mismo. El poder se ejerce
sobre los demás, pero también sobre sí mismo. Sólo es digno de gobernar a
otros aquel que haya alcanzado el dominio sobre sí mismo.
–194–
CAPÍTULO 4
UN PENSAMIENTO POLÍTICO QUE INTENSIFICA EL VÍNCULO
ENTRE LOS SERES Y EL MUNDO
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
ración de que los seres son entidades imperfectas, separadas entre sí. Sólo
pueden mantenerse unidas gracias a la acción de una instancia superior y
trascendente: el Estado, como modo de organización política que otorga
un orden determinado a la multiplicidad.
La creación de modalidades de vida, individuales y comunitarias, re-
quiere una profundización del pensamiento político. La política excede la
cuestión del gobierno, alcanza un devenir creativo, un devenir artístico,
capaz de crear nuevas modalidades existenciales colectivas que
incrementen la potencia activa de los seres singulares en relación.
La cuestión fundamental de la filosofía política es volver a pensar, de
un modo diferente la vida en comunidad, las posibilidades de creación de
modalidades existenciales colectivas: volver a problematizar la relación
entre el ser individual y el grupo.
El pensamiento político en resonancia con la ontología del devenir atien-
de a las relaciones intensivas, al poder de afectar y de ser afectado que es la
potencia misma de los seres y su posibilidad de libertad. Concebimos al
quién que somos como una singularidad intensiva individual y colectiva,
como una individuación dinámica en relación. Las singularidades pue-
blan el plano de inmanencia que no las pre-existe y se desenvuelve, a la vez
que ellas se actualizan. El plano no las antecede y al desenvolverse contri-
buye a su conformación, a su morphosis; plano y singularidades están in-
trínsecamente ligados, al igual que las singularidades entre sí. Los planos
adoptan distintas modalidades, cada plano tiene su propia peculiaridad.
En los planos de organización se da un endurecimiento de las líneas de
mutación, se realizan regímenes segregativos que poseen elementos tras-
cendentes de sujeción y de dominio; regímenes que distribuyen y determi-
nan la circulación de los flujos intensivos que animan y recorren el plano.
El pensamiento político atiende al juego de relaciones de fuerzas que se
actualiza en relaciones de poder y se efectúan en un determinado espacio-
tiempo. El problema de las relaciones, de los flujos intensivos entre los
seres sigue ciertas líneas de pensamiento que no son ajenas a la memoria
del pensamiento occidental, sino que se encuentran insertas en ella, y aún
no han dejado de insistir.
El pensamiento político en resonancia con la ontología del devenir afir-
ma las múltiples dimensiones que configuran la realidad, los planos de
inmanencia, las relaciones y las singularidades individuales y colectivas;
realiza un pensamiento-acción que estimula la creación de políticas
autogestivas que no requieren de entidades trascendentes de control y de
dominio. En esta dimensión del pensamiento filosófico, la ética y la políti-
ca se unen. Las singularidades son individuales y colectivas a la vez; lo
individual y colectivo, lejos de oponerse, lejos de cristalizarse en una con-
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ANNABEL LEE TELES
TEXTO
NOTAS
–198–
CAPÍTULO 5
LA CREACIÓN DE UN PUEBLO:
NUEVAS MODALIDADES DE VIDA INDIVIDUALES Y COMUNITARIAS
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
cada uno de sus integrantes y el querer del grupo; realizan una acción
política que intensifica la correlatividad del uno y el múltiple.
Los procesos de colectivización que acentúan la afirmación de las sin-
gularidades individuales sólo son posibles cuando los hombres y mujeres
no se identifican con la racionalidad política vigente, cuando abandonan
los diagramas de poder instaurados y promueven una práctica política
colectiva que involucra a cada uno de un modo distinto. Se generan, así,
las condiciones para el despliegue de una potencia expresiva y creativa
que no se somete a los esquemas sensorio-motrices de acción y reacción
que sostienen las formas imperantes de la racionalidad política y
comunicativa.
Los colectivos de producción intensifican la relacionalidad entre aque-
llos que los constituyen. Cada uno de sus integrantes se presenta como un
quien que quiere, y el colectivo mismo se vuelve un quién, un cúmulo intensi-
vo que expresa la relacionalidad intensiva del grupo. Las comunidades de
producción inmanente afirman la libertad expresiva de cada integrante.
La espontaneidad rebelde propia de la inmanencia no cesa de resistir a las
formalizaciones inherentes a las formas instauradas. Los seres humanos
poseen, en sí mismos, un potencial infinito de creación y expansión. Un
potencial que no ha cesado de resistir a la determinación, a pesar de los
intentos constantes de aprisionarlo. La forma-hombre, propia del huma-
nismo universalizante, ha cumplido con ese propósito; pero una y otra
vez, la vida misma, en su plenitud e infinitud, desenvuelve su espontanei-
dad rebelde, su potencia de mutación y creación; genera incesantemente
las condiciones para otras modalidades existenciales, nuevas emergen-
cias inventivas en resonancia con el tiempo, con la vida.
–201–
ANNABEL LEE TELES
grupo, la alegría individual y la colectiva resuenan entre sí: todos los seres
están comprometidos en el juego de la vida. El pensamiento político enfatiza
las múltiples relaciones entre las singularidades individuales y la comu-
nidad.
Los colectivos de producción desarrollan un modo peculiar de produc-
ción inmanente que no parte de la carencia, de la necesidad, no supone la
separación de los seres entre sí y de los seres con el universo. Los seres son
singularidades intensivas, pliegues del universo, todos poseen riqueza y
abundancia, potencia creadora y productiva.
El productivismo utilitarista al que estamos habituados se sostiene en
la creencia en la carencia que incita a la demanda y a su satisfacción. Los
hombres y mujeres hemos sido formados en la carencia, nos hemos conver-
tido en consumidores, y vivimos en el intento de la satisfacción. El sistema
productivista sostiene el juego de la carencia y la satisfacción, inhibe la
posibilidad de plenitud. La satisfacción nunca es plena, mantiene la ca-
rencia, pero otorga el derecho a la ganancia. Lo negativo comanda el proce-
so de la carencia y la satisfacción. En el inicio se suponen la carencia y el
ideal formal que ordena la producción acorde con un fin, con un resultado
exterior y trascendente. El régimen de la carencia impulsa a la demanda,
con el objetivo de obtener un magro beneficio como satisfacción. Se presen-
ta a la carencia como irremediable, se nos convierte en personas que corren
y se desesperan por acumular beneficios, magras ganancias que no hacen
más que poner de manifiesto la constante insatisfacción.
El sistema productivo vigente reproduce permanentemente el empobre-
cimiento, la disminución de la potencia de las singularidades individua-
les y colectivas. Promueve el utilitarismo y la peor de las miserias, la resig-
nación.
La realización de un pensamiento-acción político, capaz de impulsar
colectivos de producción inmanente, apuesta a generar las condiciones
para el desarrollo de una política autogestiva que asegure un juego diná-
mico de las relaciones de poder. La producción inmanente aumenta la
potencia intensiva, el despliegue de la libertad expresiva.
Surge una modalidad política en la cual las relaciones de fuerzas cons-
tituyen diagramas móviles, en transformación. Las fuerzas diagramáticas
proceden del mundo-Afuera, impulsan una política microfísica, inmanen-
te, que realiza conexiones móviles con una fuerte tendencia expansiva.
La gestión, como conjunto de acciones para llevar adelante una deter-
minada tarea, implica, en todos los casos, la participación de varios. El
asunto radica en que esa gestión conlleva la implementación de cierto
diagrama de relaciones de poder. El diagrama puede obedecer a una mo-
dalidad política basada en el gobierno, como forma de conducir las con-
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
TEXTOS
“No hay nada humano que no exija la asociación de los que lo preten-
den. Lo que tiene largo alcance exige esfuerzos conjugados, por lo
menos que se continúen unos a otros, no limitándose a las posibilida-
des de uno solo. Aunque hubiese cortado los lazos en torno suyo, la
soledad de un hombre es un error. Una vida no es más que un esla-
bón. Quiero que otros continúen la experiencia que antes de mí otros
comenzaron, entregándose como yo, como otros antes que yo, a mi
mismo esfuerzo: ir hasta el límite de lo posible.”
Bataille, G.,
Sobre Nietzsche, p. 36.
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CAPÍTULO 6
LA ÉTICA Y LA PRODUCCIÓN DE VALORES
LA PRODUCCIÓN DE VALORES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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TEXTOS
“[...] Consta, pues, por todo esto, que no nos esforzamos por nada, ni
lo queremos, apetecemos ni deseamos porque juzguemos que es
bueno, sino que, por el contrario, juzgamos que algo es bueno por-
que nos esforzamos por ello, lo queremos, apetecemos, deseamos.”
Spinoza, B.,
Ética, III.9, p. 112.
NOTAS
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CAPÍTULO 7
EL ETERNO RETORNO COMO PENSAMIENTO ÉTICO
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TEXTOS
“Lo que quieres, quiérelo de tal manera que quieras también el eter-
no retorno. ‘Si en todo lo que quieres hacer, empiezas por preguntar-
te: ¿estoy seguro de que quiero hacerlo un número infinito de veces?,
esto será para ti el centro de gravedad más sólido.’”
Deleuze, G., Nietzsche y la filosofía, p. 99.
texto de Nietzsche, VP, IV, 242
“Y eso a lo que habéis dado el nombre de mundo, eso debe ser creado
primero por vosotros: ¡vuestra razón, vuestra imagen, vuestra vo-
luntad, vuestro amor deben devenir ese mundo!”
Nietzsche, F.,
Así habló Zarathustra, parte II, De las islas afortunadas, p. 132.
NOTAS
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EPÍLOGO
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BIBLIOGRAFÍA
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ANNABEL LEE TELES
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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UNA FILOSOFÍA DEL PORVENIR
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INDICE
Primera parte
La ontología del presente
Capítulo 1. ¿Quiénes somos en este preciso momento? .............................. 13
Capítulo 2. La ontología del presente: una actitud filosófica .................... 21
Capítulo 3. Un acontecimiento epocal: nihilismo y transmutación ......... 29
Segunda parte
Ontología del devenir / Tiempo / Pensamiento
Primer capítulo. Ontología del devenir .......................................................... 43
Capítulo 1.1. Emergencia de un pensamiento temporal:
la ontología del devenir ........................................................................ 45
Capítulo 1.2. La inmanencia como principio poiético ........................ 53
Capítulo 1.3. La univocidad del ser afirma la inmanencia .................. 59
Capítulo 1.4. El desplazamiento ontológico ........................................... 67
Cuarta parte
Ética y política
Capítulo 1. Ética y política como ejercicio de libertad ............................... 169
Capítulo 2. La oposición entre el individuo y la comunidad
es inherente a la racionalidad política occidental ............................... 179
Capítulo 3. Política y gobierno ...................................................................... 185
Capítulo 4. Un pensamiento político que intensifica el vínculo
entre los seres y el mundo ......................................................................... 195
Capítulo 5. La creación de un pueblo: nuevas modalidades
de vida individuales y comunitarias ...................................................... 199
Capítulo 6. La ética y la producción de valores ......................................... 207
Capítulo 7. El eterno retorno como pensamiento ético .............................. 211
Epílogo ............................................................................................................... 219
Bibliografía ........................................................................................................ 221
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