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PRINCIPIOS PARA DETERMINAR

LA LECTURA ORIGINAL

Para determinar cuál es la mejor lectura, los críticos textuales han desarrollado ciertos
principios que también se conocen como "cánones", los cuales se dividen en dos categorías:
evidencia externa y evidencia interna.

(1) Evidencia externa.

(a) Los manuscritos más antiguos son los que probablemente preservan la lectura original.
(b) Las lecturas variantes que se conocen en zonas geográficas bastante distanciadas,
probablemente son más originales que las que se conocen en una sola zona geográfica.
(c) Una lectura que cuente con el respaldo de una gran mayoría de manuscritos existentes
no necesariamente es la mejor lectura, ya que esos manuscritos pueden provenir de un
mismo antecesor. Por tanto, los manuscritos deben "pesarse" (evaluarse) en vez de sólo
enumerarse para ver cuántos respaldan ciertas variantes.

(2) Evidencia interna.

(a) La lectura más breve probablemente es la original. En la mayoría de los casos, los
escribas no le quitaban palabras al texto, sino que se las añadían.
(b) Es mejor utilizar la lectura más difícil de comprender, ya que los escribas solían alterar
los textos difíciles para hacerlos más sencillos, y no a la inversa.
(c) La lectura que mejor se ajuste al estilo y al vocabulario del escritor, probablemente es
la original. (d) De igual manera, debe preferirse la lectura que mejor se ajuste al
contexto.
Se pueden mencionar muchas otras pautas y también algunas modificaciones a las que
ya se han mencionado. Esas reglas guían a los críticos textuales en su búsqueda por
determinar qué fue lo que originalmente escribió el autor del texto. Claro está, esta
metodología es en parte ciencia y en parte arte. Algunos investigadores se basan más
fuertemente en la evidencia externa, mientras que otros lo hacen en la evidencia
interna. La mayoría de los críticos textuales de hoy reconocen que es necesario lograr
un equilibrio entre las consideraciones de ambas clases de evidencia.

Tomado del libro Descubre La Biblia, (Miami, FL USA: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

Entre las principales categorías o clases de criterios que asistieron en la evaluación del
valor relativo de las variantes textuales, se encuentran aquellas que envuelven: primero, las
Evidencias externas, que tienen que ver con los manuscritos mismos, y segundo, las
Evidencias internas, que tienen que ver con las probabilidades relacionadas con los hábitos
de los escribas y con el estilo del autor. Veamos un poco mas en profundidad las normas
para el establecimiento del Texto Normativo:

Las consideraciones que abarcan las evidencias externas, dependen de:

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1. Fecha y carácter del testigo. En general, los manuscritos más antiguos se encuentran
menos propensos a los errores producidos por la repetición de copias. Sin embargo, de
mayor importancia que la antigüedad del documento mismo es la antigüedad y el carácter
del tipo de texto que representa, así como el esmero del copista al producir el manuscrito.

2. La relación genealógica de textos y "familias" de testigos. La sola cantidad de testigos en


respaldo de una variante textual no necesariamente prueba su superioridad sobre esa
variante. Por ejemplo, si en una oración específica la lectura "y" está respaldada por veinte
manuscritos y la lectura "x" por un sólo manuscrito, el respaldo numérico relativo que
favorece a "y" no sirve de mucho si se comprueba que los veinte manuscritos son copias
provenientes de un solo original que ya no existe, cuyo escriba introdujo en principio esa
particular variante. En ese caso, la comparación deberá ser hecha entre el manuscrito que
contiene la lectura "x" y el único testigo antepasado de los veinte que contiene la lectura
"y".

3. Los testigos han de ser sopesados antes que contados. Aquellos testigos que son
considerados generalmente fieles en casos específicos se les debe considerar predominantes
en los casos donde los problemas textuales son ambiguos y su solución incierta. Al mismo
tiempo, sin embargo, por cuanto el peso relativo de las varias clases de evidencias difieren
de las distintas clases de variantes, no debe realizarse una mera evaluación mecánica de las
evidencias.

La evidencia interna envuelve dos clases de probabilidades:

Las probabilidades de transcripción, que dependen de los hábitos de los escribas, y de las
condiciones paleográficas en los manuscritos, y las probabilidades intrínsecas dependientes
de consideraciones respecto a qué es lo que el autor pudo haber escrito. Con respecto a las
probabilidades de transcripción, tenemos que:

1. En general, la lectura más difícil es preferida, particularmente cuando el sentido se


muestra erróneo en la superficie, pero en posteriores consideraciones prueba ser correcto.
(Aquí, la expresión "más difícil" significa aquello que debería haber sido más difícil para el
escriba, quien hubiese podido sentirse tentado a hacer una enmienda. La mayoría de las
enmiendas hechas por los escribas demuestran una gran superficialidad, combinando a
menudo la apariencia de mejorar el texto con la ausencia de su realidad [Westcot y Hort].
Obviamente la categoría "lectura más difícil" es relativa, y en oportunidades se alcanza un
punto en donde la lectura que se juzga es tan difícil, que sólo pudo haber surgido por un
accidente de transcripción).

2. En general, la lectura más corta es preferida, excepto cuando el ojo del copista pudiera
haber pasado inadvertidamente de una palabra a otra por tener un orden similar de letras; o
donde el escriba pudiese haber omitido material por considerarlo superficial, tosco,
contrario a creencias pías, usos litúrgicos o prácticas ascéticas.

3. Por cuanto la tendencia de los escribas era con frecuencia poner los pasajes divergentes
en armonía unos con otros en pasajes paralelos, bien en citas del Antiguo Testamento o en

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distintas narrativas de un mismo evento en los Evangelios, se prefiere la lectura que
envuelve disidencia verbal a aquella que es verbalmente concordante.

4. Los escribas, en algunas oportunidades, reemplazaban una palabra poco común por un
sinónimo más familiar, alteraban una forma gramatical tosca o una expresión lexicográfica
poco elegante de acuerdo con sus preferencias de expresión contemporáneas, o añadían
pronombres, conjunciones y expletivos a fin de "suavizar" el texto.

En el caso de las probabilidades intrínsecas, el crítico textual toma en cuenta:

1. En general, el estilo y vocabulario del autor a través del libro; el contexto inmediato; y
armonía con el estilo del autor en otras partes;

2. En los Evangelios, el trasfondo del arameo en las enseñanzas de Jesús; la prioridad del
Evangelio según Marcos; y la influencia de la comunidad cristiana respecto a la
formulación y transmisión del pasaje respectivo.

Es obvio que no todos estos criterios son aplicables en cada caso. El crítico textual debe
reconocer cuándo es necesario otorgar mayor consideración a una clase de evidencia y
menos a otra. Por cuanto la crítica textual es un arte al tiempo que una ciencia, es inevitable
que en algunos casos los eruditos arriben a distintas evaluaciones en el significado de las
evidencias. Estas divergencias se tornan casi inevitables cuando, como a veces sucede, las
evidencias están tan divididas que, por ejemplo, la lectura más difícil es hallada en los
testigos más recientes, o la lectura más larga es hallada solamente en los testigos más
antiguos.

Material tomado de: http://www.labiblia.org

Para llevar a cabo la tarea de reconstrucción del texto original, se han de seguir unos pasos:

Es necesario reunir todos los manuscritos que se conservan (ver cuadro general de
manuscritos:).
Ha de intentar conocerse la antigüedad de cada manuscrito.
Se han de comparar los manuscritos entre sí, estableciendo dónde se han producido
errores o alteraciones en el texto e intentando buscar el cómo y porqué de esas
alteraciones.
Se ha de organizar los manuscritos en familias, intentando reconstruir su evolución (ver
cuadro general de tipos de texto)
Se han de evaluar las lecturas con distintas variantes para, finalmente, decidir cuál de
ellas se aproxima al texto original.

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En la tarea de decidir cuál de las lecturas con distintas variantes es la que se corresponde
con el texto primitivo se siguen una serie de principios metodológicos. Vamos a
enumerarlos brevemente:

-Criterio de atestación múltiple. La lectura ("lección", en la terminología de la crítica


textual) apoyada en un mayor número de manuscritos ("testigos", en términos de crítica
textual) tiene más posibilidades de ser la primitiva.

-Criterio de antigüedad. La mayor antigüedad del manuscrito aumenta la posibilidad de


que sea la original.

-Criterio de atestación diferenciada. Se trata de un criterio distinto del de atestación


múltiple, ya que este criterio tiene en cuenta que la variante proceda de manuscritos
independientes unos de otros (por ejemplo, atestiguado por manuscritos del tipo alejandrino
y el occidental).

-Criterio de preferencia de la lección no armonizante. En general, son presumiblemente


más originales los pasajes que difieren de los paralelos de los otros evangelios y que no han
sido armonizados.

-Criterio de preferencia de la lectura más difícil. Es preferible la lectura más difícil, pues
si una lectura es difícil es más probable que el copista intente corregirla.

-Criterio de preferencia por la lectura más breve. Puesto que es más fácil que el copista
haya introducido explicaciones complementarias.

-Criterio de preferencia por la lectura conforme con el contexto. Debe preferirse la


lectura que concuerda con el contexto.

-Criterio de preferencia de la lectura que explica otras. Es preferible la lectura que da


razón de las demás.

-Criterio de preferencia por la lectura más descuidada. Puesto que el copista habrá
podido estar tentado por corregir la lectura más ruda por otra más elegante.

Material tomado de http://webs.ono.com/codices2004/crit-tex.htm

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