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Departamento de Anatomía Normal

Facultad de Medicina – Universidad de Concepción

Juan Pablo Contreras


Erico Jeremías Delgado
Victoria Díaz Pérez

26 Noviembre 2006
La Nariz
La nariz es la porción del aparato respiratorio encima del paladar duro que
contiene el órgano periférico de la olfacción. Se divide en las cavidades derecha e
izquierda por el tabique nasal. Cada cavidad nasal se subdivide en una zona
olfatoria y otra respiratoria.
Las funciones de la nariz y de las cavidades nasales son:
 Olfacción(olfato)
 Respiración
 Filtración del polvo
 Humidificación del aire inspirado
 Recepción de la secreciones de los senos paranasales y de los conductos
nasolacrimales.

Porción externa de la nariz


La porción externa de la nariz se proyecta desde la cara; el esqueleto es
fundamentalmente cartilaginoso. Las narices varían mucho de tamaño y de forma,
sobre todo por las diferencias entre los cartílagos nasales. El dorso de la nariz se
extiende desde el ángulo superior o raíz hasta el vértice de la nariz. La cara
inferior de la nariz esta perforada por los dos orificios con forma de pera, las
narinas (aperturas nasales anteriores), limitan a los lados con las alas de la
nariz y están separadas entre si por otra porción carnosa de piel que recubre el
tabique nasal.
La porción superior de la nariz, incluida la raíz, esta tapizada de una piel fina.
La piel que cubre la porción cartilaginosa es más gruesa, pues contiene muchas
glándulas sebáceas. La piel se extiende desde el vestíbulo de la nariz, donde
posee un número variable de pelos rígidos (vibrisas). La unión entre la piel y la
mucosa tiene lugar más allá de la zona pilosa.

Esqueleto de la porción externa de la nariz


El esqueleto de la nariz se compone de hueso y de cartílago hialino. La
porción ósea de la nariz se compone de lo siguiente:
 Los huesos nasales
 Las apófisis frontales de los maxilares
 La porción nasal del hueso frontal y su espina nasal

El tabique nasal tiene una porción ósea y dura y otra móvil y blanda. La
porción cartilaginosa de la nariz consta de cinco cartílagos principales: dos
cartílagos laterales, dos cartílagos alares y un tabique. Los cartílagos alares con
forma de U son libres y móviles y dilatan o constriñen las narinas cuando se
contraen los músculos que actúan sobre la nariz.

El Tabique nasal
El tabique nasal, en parte óseo y en parte cartilaginoso, divide la nariz en dos
cavidades. Los componentes esenciales del tabique de la nariz son:
 La lamina perpendicular del etmoides
 El comer
 El cartílago del tabique nasal

La lamina perpendicular fina del etmoides, que forma la parte superior


del tabique nasal, desciende desde la lamina cribiforme y se continua por encima
de ella como crista galli. El vómer, un hueso plano y fino, configura la porción
posteroinferior del tabique de la nariz, al que también contribuyen las crestas
nasales de los huesos maxilar y palatino. El cartílago del tabique nasal tiene una
articulación “machihembrada” con los bordes del tabique óseo.
Las cavidades nasales
Las cavidades nasales a las que se entra por delante a través de las narinas,
se abren detrás en la nasofaringe por las coanas. La mucosa reviste las
cavidades nasales, salvo el vestíbulo, tapizado con una piel de la que nacen las
vibrisas. La mucosa nasal se inserta con fuerza en el periostio y en el pericondrio
de los huesos y cartílagos que sujetan la nariz. La mucosa se continúa con el
revestimiento de todas las cavidades con las que se comunica la nariz; la
nasofaringe por detrás, los senos paranasales (frontal, etmoidal, esfenoidal y
maxilar) por arriba y a los lados y el saco lacrimal y la conjuntiva por arriba
Los dos tercios inferiores de la mucosa nasal representan el área respiratoria,
y el tercio superior, el área olfativa. El aire que atraviesa el área respiratoria se
calienta y humedece antes de su paso al resto de la vía respiratoria alta en
dirección a los pulmones. El área olfativa contiene el órgano periférico de la
olfacción; al esnifar entra el aire en esta zona. Las prolongaciones centrales de las
células olfativas del epitelio olfativo se unen para crear haces nervioso que
atraviesan la lamina cribiforme y penetra en el bulbo olfativo del encéfalo.

Los limites de la cavidad nasal

 El techo: es curvo y estrecho, salvo en el extremo posterior, y se divide en


tres partes (frontonasal, etmoidal y esfenoidal), cuyo nombre proviene de
los huesos que lo forman.
 El suelo: más ancho que la raíz, se forma por la apófisis palatina del
maxilar y la lamina horizontal del hueso palatino.
 La pared medial: esta formada por el tabique de la nariz
 La pared lateral: es irregular por las tres elevaciones apergaminales o
cornetes nasales que se proyectan hacia abajo a modo de rollos.
 Los cornetes: siguen una curva inferomedial y cada uno crea un techo
para un surco o meato(paso a la cavidad nasal)

Los cornetes nasales (superior, medio e inferior) dividen la cavidad nasal en


cuatro zonas de paso:

 El receso esfenoesmodial
 El meato superior
 El meato medio
 El meato inferior

El cornete inferior es el más largo y ancho y esta tapizado por una mucosa
que se contiene grandes espacios vasculares que se ensanchan para controlar el
calibre de la cavidad nasal. Esta mucosa cuando se infecta se hincha en
seguida,”taponando la nariz”.
El receso esfenoesmoidal, de posición superoposterior con relación al
cornete superior, acoge el orificio del seno esfenoidal. El meato superior es un
paso estrecho entre los cornetes superior y medio donde desembocan los senos
etmoidales posteriores a través de uno o más orificios. El meato medio largo es
mas ancho que el superior.
La porción aterosuperior de este paso lleva un orificio con forma de embudo,
el infundíbulo etmoidal, a través del cual se comunica con el seno frontal. El
conducto frontonasal es el paso, con un trayecto inferior, que conduce hacia abajo
desde cada seno frontal y se dirige al infundíbulo. El hiato semilunar es un surco
semicircular donde se abre el seno frontal. La bulla etmoidal (una elevación
redonda encima del hiato) se ve al extraer el cornete medio. La bulla se forma por
las celdas etmoidales medias que constituyen los senos etmoidales. El seno
maxilar también desemboca en el extremo posterior del hiato semilunar.
El meato inferior es un paso horizontal, inferolateral al cornete nalas inferior.
El conducto nasolacrimal, que drena las lágrimas del saco lagrimal, se abre en la
porción anterior de este meato.

IRRIGACION
La irrigación arterial de las paredes medial y lateral de la cavidad nasal procede
de las siguientes ramas:
 Arteria esfenopalatina
 Arterias etmoidales anterior y posterior
 Arteria palatina mayor
 Arteria labial superior
 Ramas nasales laterales de la arteria facial

En la porción anterior del tabique de la nariz se encuentra una zona muy


capilarizada (área de Kiesselbach) donde se anastomosan las cinco arterias que
prefunden el tabique. Por eso, en esta zona suelen ocurrir sangrados profusos de
la nariz.

DRENAJE VENOSO
El plexo venoso abundante de la profundidad de la mucosa nasal drena hacia
las venas esfenopalatina, facial y oftálmica.
Este plexo venoso es un elemento importante del sistema termorregulador
del organismo, que intercambia calor y calienta el aire antes de entrar en los
pulmones.

INERVACION
La inervación de la mitad posteroinferior a los dos tercios de la mucosa nasal
corre a cargo sobre todo del nervio maxilar a través del nervio nasopalatino
para el tabique de la nariz, y de los ramos nasales posterolaterales del nervio
palatino mayor para la pared lateral. La porción anterosuperior recibe los
nervios etmoidales anterior y posterior, ramos del nervio nasociliar
procedente, a su vez, del nervio oftálmico.
Los nervios olfativos, que se ocupan únicamente de la olfacción, nacen en
las células del epitelio olfativo de la porción superior de las paredes laterales y del
tabique de la cavidad nasal. Las prolongaciones centrales de esta célula (que el
nervio olfativo) atraviesan la lamina cribiforme y terminan en el bulbo olfativo,
una estructura posencefalica.

Senos paranasales
Los senos paranasales son extensiones neumatizadas de la porción
respiratoria de la cavidad nasal en los siguientes huesos del cráneo: frontal,
etmoides, esfenoides y maxilar. Se nombran según los huesos en que se localizan.

Los senos frontales


Los senos frontales se encuentran entre las tablas externa e interna del
hueso frontal, detrás de los arcos superciliares y de la raíz de la nariz. Los senos
frontales suelen detectarse en los niños a partir de los 7 años. Cada seno drena a
través del conducto frontonasal en el infundíbulo que se abre en el hiato
semilunar del meato medio. Los senos frontales están inervados por ramos de los
nervios supraorbitarios (nervio oftálmico).

Los senos etmoidales


Los senos etmoidales comprenden diversas cavidades (celdas etmoidales)
situadas en la masa lateral del hueso etmoides entre la cavidad nasal y la orbita.
Los senos etmoidales no suelen verse en una radiografía simple antes de los dos
años de edad, pero si en una tomografía computarizada. Las celdas etmoidales
anteriores drenan de manera directa o indirecta en el meato medio a través del
infundíbulo. Las celdas etmoidales medias desembocan de forma directa en el
meato medio y a veces se denominan “células bullosas” porque forman la bulla
etmoidal, una tumefacción del borde superior del hiato semilunar. Las celdas
etmoidales posteriores se abren directamente en el meato superior. Los senos
etmoidales estan inervados por los ramos etmoidales anterior y posterior de
los nervios nasociliares (nervio oftálmico).

Los senos esfenoidales


Los senos esfenoidales, divididos de manera desigual y separados por un
tabique óseo, se encuentran en el cuerpo del esfenoides y se extienden a veces
hasta las alas de este hueso. El cuerpo del esfenoides es frágil como consecuencia
de los senos. Tan solo unas láminas finas del hueso separan los senos de otras
estructuras esenciales: los nervios y el quiasma óptico, la glándula pituitaria, las
arterias carótidas internas y los senos cavernosos. Los senos esfenoidales derivan
de una celda etmoidal posterior que comienza a invadir el hueso esfenoidal hacia
los dos años de edad. Algunas personas presentan varias celdas etmoidales
posteriores que invaden el hueso esfenoides, dando origen a numerosos senos
esfenoidales que desembocan por separado en el receso esfenoetmoidal. Las
arterias etmoidales posteriores y el nervio etmoidal se distribuyen por los senos
esfenoidales.
Los senos maxilares
Los senos maxilares son los mayores de todos los senos paranasales. Estas
enormes cavidades piramidales ocupan los cuerpos de los maxilares.

 El vértice: se extiende hacia y, a menudo, dentro del hueso zigomático.


 La base: constituye la pared inferior de la pared lateral de la cavidad nasal
 El techo: lo crea el suelo de la orbita
 El suelo: esta configurado por la porción alveolar del maxilar. Las raíces de
los dientes superiores, sobre todo de los dos primeros molares, suelen
ocasionar elevaciones cónicas en el suelo del seno.

Cada seno maxilar drena a través de un orificio (orificio maxilar) en meato


medio de la cavidad nasal por vía del hiato semilunar.
La irrigación arterial del seno maxilar proviene, en especial, de ramas
alveolares superiores de la arteria maxilar; sin embargo, las ramas de la arteria
palatina mayor prefunden el suelo del seno. La inervación del seno maxilar
proviene de los nervios alveolares superiores, anterior, medio y posterior,
ramos del nervio maxilar.

Clínica Región Nasal


Desviación del tabique nasal
El tabique nasal se puede desplazar o desviar del plano medio como
consecuencia de una lesión obstétrica. Sin embargo la desviación suele ocurrir en
la adolescencia o vida adulta a causa de un traumatismo. En ocasiones la
desviación es tan intensa que el tabique de la nariz contacta con la pared lateral
de la cavidad nasal. Si la desviación impide la respiración es necesaria la
reparación quirúrgica del tabique.
Rinorrea del líquido cefalorraquídeo
La secreción nasal es común en las infecciones respiratorias latas, pero una
secreción nasal clara después de un traumatismo craneal podría componerse de
líquido cefalorraquídeo. La rinorrea de LCR, se observa en fracturas de la lámina
cribiforme, desgarro de la meninges craneal y escape de LCR. El LCR del espacio
sub-aracnoideo se asoma mucho al ambiente en este lugar. El LCR drena por la
nariz en las primeras 48 hrs. de la lesión. Una rinorrea persistente aumenta el
riesgo de meningitis.
Rinitis
La mucosa nasal se hincha en inflama durante las infecciones respiratorias
altas y en la reacciones alérgicas. El edema de la mucosa es inmediato debido a
su vascularisacion. Las infecciones de la cavidad nasal se pueden propagar a las
siguientes estructuras:
- Fosa Craneal Anterior, a través de la lamina cribiforme
- Nasofaringe y tejidos blandos de la retrofaringe
- oído medio a trabes de la trompa auditiva
- Senos paranasales
- Aparato lacrimal y conjuntivas
Sinusitis
Como los senos paranasales se continúan con las cavidades nasales a trabes
de los orificios correspondientes, la infección puede propagarse desde la cavidad
nasal y ocasionar una inflamación y tumefacción de la mucosa sinusal, con dolor
local. En ocasiones se inflaman varios senos y el edema de la mucosa pude
taponar uno o varios orificios de desembocadura de los senos en la cavidad nasal.

Infección de las celdas etmoidales


Si se tapona el drenaje nasal las infecciones de la celdas etmoidales pueden
abrirse por la frágil pared medial de la orbita. Las infecciones graves de este
origen determina ceguera, porque algunas celdas etmoidales posteriores se
aproximan al conducto óptico que da paso al nervio óptico y a la arteria oftálmica.
La propagación de las infecciones a partir de estas celdas también pueden
afectar a la vaina de la duramadre del nervio óptico y determinar una neuritis
óptica
El oído
El oído u órgano vestíbulo coclear se divide en las porciones externa, media
en interna y cumple dos fuinciones: el equilibrio y la audición.

El oído externo
El oído externo se compone del pabellón auricular, que recoge el sonido del
conducto auditivo externo, que conduce el sonido hasta la membrana timpánica.

El Pabellón Auricular
Casi todo el pabellón auricular, que se compone de varios elementos, consta
de cartílago elástico revestido de piel. El pabellón cuenta con varias depresiones;
la concha es la más profunda. El lóbulo –exento de cartílago- esta integrado por
tejido fibroso, grasa y vasos sanguíneos, y se perfora sin problemas para tomar
pequeñas de sangre o introducir pendientes.
La irrigación arterial del pabellón auricular procede, en principio, de las
arterias auricular posterior y temporal superficial.
Los nervios cutáneos del pabellón
auricular son los nervios aurículas
mayor y auriculotemporal. El nervio
auricular mayor inerva la cara superior
y lateral debajo del conducto auditivo
externo. El nervio auriculo temporal,
ramo del nervio mandibular, inerva la
piel del pabellón situada encima del
conducto auditivo externo.

El
drenaje
linfático
de la
cara
lateral de la mitad superior del pabellón se dirige
a los ganglios parotideos superficiales. La linfa de
la cara craneal de la mitad superior del pabellón
drena a los ganglios linfáticos mastoideos y
cervicales profundos. La linfa del resto del
pabellón auricular, incluido el lóbulo, drena en los
ganglios cervicales superficiales.
El conducto auditivo externo

El conducto auditivo externo se


dirige hacia dentro por la porción timpánica del hueso temporal. Este conducto se
extiende desde la parte mas profunda de la concha hasta la membrana timpánica,
es decir recorre una distancia de 2 a 3 cm. en el adulto. El tercio lateral de este
conducto con forma de S es cartilaginoso y esta revestido de piel, que se continua
con la del pabellón auricular.
Los dos tercios mediales son óseos y se reviste de una piel fina que se
continúa con la capa externa de la membrana timpánica. Las glándulas
ceruminosas y sebáceas del tejido subcutáneo de la porción cartilaginosa del
conducto auditivo externo, producen cerumen.
La membrana timpánica de un 1 cm. de diámetro es una membrana
semitransparente, delgada y ovalada situada en el extremo medial del conducto
auditivo externo. Crea una partición entre el conducto auditivo externo y la
cavidad timpánica del oído medio. La cavidad timpánica es una cámara de aire del
hueso temporal que contiene los huesillos de oído (martillo, yunque, estribo). La
membrana timpánica esta cubierta por una piel muy membrana por fuera y por
mucosas del oído medio por dentro. Si se examina con un otoscopio. La
membrana timpánica ofrece una concavidad hacia el conducto auditivo externo
con una fina depresión central, cónica (ombligo). El eje central de la membrana
timpánica perpendicular al ombligo (como el mango de un paraguas), sigue un
trayecto anterior e inferior en su curso lateral; así pues, la membrana timpánica
se orienta como un mini radar o antena de sateliza para recibir las señales que
proceden del terreno situado en frente y al lado de la cabeza. Cuando se
inspecciona con un otoscopio, el ombligo emite una reflexión brillante – cono de
luz- que se irradia en sentido antero inferior. Encima de la apófisis lateral del
martillo, la membrana se adelgaza y se denomina porción flácida; carece de las
fibras radiales y circulares presentes en el resto de la membrana o porción tensa.
La porción flácida crea la pared lateral del receso superior de la cavidad timpánica
La membrana timpánica se mueve como consecuencia de las vibraciones del
aire que llegan a trabes del conducto auditivo externo. Los movimientos de la
membrana son transmitidos al oído interno por lo huesillos del oído medio. La cara
externa de la membrana timpánica es inervada, sobre todo, por el nervio
auriculotemporal, ramo del nervio mandibular. Un pequeño ramo auricular del
nervio vago contribuye también a la innervación. La cara interna de la membrana

timpánica esta inervada por el nervio glosofaríngeo.

Oído medio
El oído medio se encuentra en la porción petrosa del hueso central, contiene
la cavidad timpánica, espacio situado inmediatamente dentro de la membrana
timpánica, y el receso epitimpánico o espacio superior a esta membrana. El oído
medio se comunica por delante con la nasofaringe a través de la trompa
faringetimpánica o auditiva. La cavidad timpánica se comunica en la zona
posterosuperior con las celdas mastoideas a través del antromastoideo. La
cavidad timpánica está tapizada de mucosa y se continúa con la de la trompa
auditiva, celdas mastoideas y antro mastoideo.
Su contenido:
• Los huecesillos del oído, martillo, yunque y estribo.
• Los músculos del estribo y tensor del tímpano.
• El nervio de la cuerda del tímpano, ramo del facial.
• El plexo nervioso timpánico.

Las paredes de la cavidad timpánica


El oído medio, que tiene la forma de una pastilla o caja estrecha de lados
cóncavos, cuenta con techo, suelo y cuatro paredes.
• El techo segmentario lo forma una fina lámina de hueso, el tegmen tympani,
que separa la cavidad timpánica de la duramadre en el suelo de la fosa craneal
media.
• El suelo (pared yugular) se forma por una capa de hueso que separa la cavidad
timpánica del bulbo superior de la vena yugular interna.
• La pared lateral (membranosa) está creada casi en exclusiva por la convexidad
picuda de la membrana timpánica; la parte superior la forman la pared ósea
lateral del receso epitimpánico. El manubrio del martillo se encuentra en la
membrana timpánica y la cabella se extiende hasta el receso epitimpánico.
• La pared medial (laberíntica) separa la cavidad timpánica del oído interno y se
caracteriza por el promontorio de la porción inicial (1ª espiral) de la cóclea)
• La pared anterior (carotídea) separa la cavidad timpánica del conducto
carotídeo; en la porción superior se encuentra el orificio de la trompa auditiva y
el conducto para el músculo tensor del tímpano.
• La pared posterior (mastoidea) dispone de un orificio en la porción superior -la
entrada al antro mastoideo- que comunica la cavidad timpánica con las células
mastoideas; el conducto para el nervio facial desciende entre la pared
posterior y el antro, medial a la entrada.

El antro mastoideo es una cavidad de la apófisis mastoides del hueso central.


El antro -como la cavidad timpánica- queda separado de la fosa craneal media por
un techo óseo delgado, el tegmen tympani. El suelo del antro tiene varios orificios
por los que se comunica con las celdas mastoideas. El antro y las celdas
mastoideas están tapizados de mucosa que se continúa con el revestimiento del
oído medio. El antro mastoideo se relaciona con el conducto para el nervio facial
en la zona anteroinferior.

La trompa auditiva
La trompa auditiva o faringotimpánica comunica la cavidad timpánica con la
nasofaringe, donde se abre detrás del meato inferior de la cavidad nasal. El tercio
posterolateral de la trompa es óseo, y el resto, cartilaginoso. La trompa auditiva
está tapizada con una membrana mucosa que se continúa por detrás con la
cavidad timpánica y por delante con la de la nasofaringe.
La función de la trompa auditiva consiste en igualar las presiones del oído
medio con la atmosférica, para que la membrana timpánica se mueva sin
problemas. Al dejar que el aire entre y salga de la cavidad timpánica, esta trompa
equilibra la presión a ambos lados de la membrana. Como las paredes de la
porción cartilaginosa de la trompa suelen estar apuestas, es necesario abrir de
manera activa la trompa. El vientre ensanchado del músculo elevador del velo del
paladar, cuando se contrae, abre la trompa porque empuja una de sus paredes
mientras el músculo tensor del velo del paladar, cuando se contrae, abre la
trompa porque empuja una de sus paredes mientras el músculo tensor del velo del
paladar tira de la otra. Como estos son músculos del paladar blando, la igualación
de presiones (“taponamiento de los oídos”) es algo común en los actos del
bostezo y la deglución.

Vasos y nervios
Las arterias de la trompa auditiva derivan de la arteria faríngea ascendente
(rama de la arteria carótida externa), de la arteria meníngea media y de la arteria
del conducto pterigoideo, ramas de la arteria maxilar. Las venas drenan en el
plexo venoso pterigoideo.
Los nervios de la trompa auditiva provienen del plexo timpánico, formado por
fibras de los nervios facial y glosofaríngeo. La trompa recibe además fibras del
ganglio pterigopalatno.

Los huesecillos del oído.


Los huesecillos del oído forman una cadena en la cavidad timpánica que va
desde la membrana timpánica hasta la ventana oval, una abertura ovalada en la
pared medial de la cavidad timpánica que lleva hasta el oído del vestíbulo interno
(laberinto óseo). Se cierra con la base del estribo. Los huesecillos son los primeros
huesos que se osifican por completo durante el desarrollo, y al nacer se
encuentran casi maduros. El hueso del que derivan es muy denso. El martillo se
inserta en la membrana timpánica y el estribo ocupa la ventana oval. El yunque
está situado entre ambos huesecillos y se articula con ellos. Estos pequeños
huesos están recubiertos de la mucosa que reviste la cavidad timpánica, pero a
diferencia de otros huesos del organismo, no tienen una cubierta perióstica
directa.
Martillo: La porción redonda y superior (cabeza del martillo) se encuentra
en el receso epitimpánico. El cuello se apoya en la porción flácida de la membrana
y el manubrio se halla dentro de la membrana timpánica -la punta se encuentra
en el ombligo- y se desplaza con él. La cabeza del martillo se articula con el
yunque; el tendón del músculo tensor del tímpano se inserta en el manubrio,
cerca del cuello del martillo. El nervio de la cuerda del tímpano atraviesa la cara
medial del cuello del martillo. EL martillo actúa como una palanca; la más larga de
sus dos apófisis y el manubrio se insertan en la membrana timpánica.
Yunque: El voluminoso cuerpo del yunque se encuentra en el receso
epitimpánico y se articula con la cabeza del martillo. La rama larga del yunque es
paralela al manubrio del martillo, y su extremo inferior se articula con el estribo
por medio de una proyección en dirección medial (apófisis) lenticular. La rama
corta se comunica a través de un ligamento con la pared posterior de la cavidad
timpánica.
Estribo: El estribo -huesecillo de menor tamaño- tiene un cuerpo y una base
unidos por dos ramas. La cabeza, con orientación lateral, se articula con el
yunque. La base del estribo encaja en la ventana oval de la pared timpánica. La
base es mucho más pequeña que la membrana timpánica; por eso, la fuerza
vibratoria del estribo aumenta casi 10 veces más con relación a la que ejerce la
membrana timpánica. Este es el motivo por el que los huesecillos del oído
aumentan la fuerza pero reducen la amplitud de las vibraciones transmitidas por
la membrana timpánica.

Músculos asociados: dos músculos están asociados los huesecillos del oído pues
articulan o resisten los movimientos de los huesecillos; uno de ellos amortigua
además los movimientos (vibración) de la membrana timpánica.
Músculo tensor del tímpano: es corto, nace en la parte superior de la
porción cartilaginosa de la trompa auditiva, el ala mayor del esfenoides y la
porción petrosa del hueso temporal. El músculo se inserta en el manubrio del
martillo. EL músculo tensor del tímpano tira del manubrio en sentido medial y
tensa la membrana timpánica, además de reducir la amplitud de sus oscilaciones.
Esta acción trata de evitar el daño del oído interno después de una exposición a
tonos muy altos. El músculo tensor del tímpano está inervado por el nervio
mandibular.
El músculo del estribo: es diminuto -el más pequeño de los músculos
voluntarios del organismo- y se sitúa dentro de la eminencia piramidal, una
prominencia hueca y cónica de la pared posterior de la cavidad timpánica tras
salir de un orificio en punta de alfiler situado en el vértice de la eminencia y se
inserta en el cuello del estribo. El nervio para el músculo del estribo nace del
nervio facial. El músculo del estribo tira del estribo hacia atrás e inclina su base en
la ventana oval, enderezando el ligamento anular y reduciendo la amplitud de las
oscilaciones. Asimismo, evita un movimiento excesivo del estribo.

Oído interno
El oído interno contiene el órgano vestíbulo troclear, que se ocupa de la
recepción del sonido y del mantenimiento del equilibrio. Enterrado en la porción
petrosa del hueso temporal, el oído interno consta de dos sacos y conductos del
laberinto membranoso. El laberinto membranoso, con endolinfa, queda
suspendido dentro del laberinto óseo por la perilinfa; los dos líquidos transportan
las ondas sónicas a los órganos terminales para la audición y el equilibrio.

El laberinto óseo
El laberinto óseo del oído interno es una cripta formada por tres elementos:
la cóclea, el vestíbulo y los conductos semicirculares óseos. Ocupa gran parte de
la porción lateral de la parte petrosa del temporal. Sus paredes constan de un
hueso más denso que el del resto de la porción petrosa del hueso temporal y
forman la cápsula ótica ósea, que se puede aislar (esculpir) de la matriz
circundante del hueso con un taladro dental.
La cápsula ótica suele ilustrarse e identificarse con el laberinto óseo; sin
embargo, el laberinto óseo es un espacio lleno de líquido, rodeado por la cápsula
ótica y se representa con más exactitud por un molde de la cápsula ótica después
de extirpar el hueso circundante.
La cóclea, es la porción del laberinto óseo con forma de caparazón que
contiene el conducto coclear, una parte del oído interno relacionada con la
audición. El conducto espiral de la cóclea empieza con el vestíbulo y da dos
vueltas y media alrededor de un centro óseo conocido como modiolo, un núcleo
cónico del hueso esponjoso sobre el que gira el conducto espiral de la cóclea. El
modiolo contiene conductos para los vasos sanguíneos y para la distribución del
nervio coclear. El vértice del modiolo, cónico, al igual que el eje de la membrana
timpánica, se dirige en sentido lateral, anterior e inferior. La 1ª vuelta espiral de la
cóclea, grande, da lugar al promontorio de la pared medial de la cavidad
timpánica. El laberinto óseo se comunica, en la 1ª espiral, con el espacio
subaracnoideo situado encima del orificio yugular a través del acueducto coclear;
además, contiene la ventana redonda, que se cierra por a membrana timpánica
secundaria.
El vestíbulo: esta pequeña cámara ovalada (~5cm longitud) contiene el
utrículo y el sáculo, elementos del aparato del equilibrio (laberinto membranoso).
El vestíbulo se caracteriza por la ventana oval en su pared lateral, ocupada por la
base del estribo. El vestíbulo se continúa con la cóclea ósea por delante, los
conductos semicirculares óseos por detrás y la fosa craneal posterior a través del
acueducto del vestíbulo. El acueducto se extiende hasta la cara posterior de la
porción petrosa del temporal, donde desemboca posterolateral al conducto
auditivo interno. Por el acueducto pasa el conducto linfático y dos pequeños vasos
sanguíneos.
Los conductos semicirculares óseos. Estos conductos (anterior, posterior
y lateral) se comunican con el vestíbulo del laberinto óseo. Los conductos se
sitúan posteriosuperiores al vestíbulo, donde desembocan; se disponen de manera
perpendicular y ocupan los tres planos del espacio. Cada conducto semicircular
óseo determina unos dos tercios de un círculo y mide casi 1,5 mm de diámetro,
excepto en un extremo donde se observa un ensanchamiento, la ampolla. Los
conductos óseos disponen de 5 orificios en el vestíbulos, porque los conductos
anterior y posterior cuentan con una rama común a ambos, Alojados dentro de los
conductos se encuentran los conductos semicirculares membranosos.

Laberinto membranoso
El laberinto membranoso se compone de una serie de sacos y conductos
comunicantes suspendidos en el laberinto óseo. El laberinto membranoso contiene
endolinfa, un líquido acuoso de composición diferente a la de la perilinfa
circundane que llena el resto del laberinto óseo. El laberinto membranoso se
compone de dos porciones.
Laberinto vestibular
Utrículo y sáculo, dos pequeños sacos comunicantes del vestíbulo del laberinto
óseo.
Los tres conductos semicirculares membranosos dentro de los conductos
semicirculares óseos.

Laberinto coclear
Conducto de la cóclea.

El laberinto membranoso está suspendido por el laberinto óseo; sus


divisiones esenciales son el laberinto coclear y el laberinto vestibular.
El ligamento espiral, un engrosamiento espiral de la túnica perióstica del
conducto coclear fija el conducto coclear al conducto espiral de la cóclea. Los
distintos elementos del laberinto membranosos crean un sistema cerrado de sacos
y conductos que se comunican entre sí.
Los conductos semicirculares membranosos se abren hacia el utrículo a
través de cinco orificios que reflejan el modo en que los conductos semicirculares
óseos circundantes desembocan en el vestíbulo. El utrículo se comunica con el
sáculo a través del conducto saculoutricular, del que emerge el saco endolinfático.
El sáculo se continúa con el conducto coclear a través del conducto reuniens.
El utrículo y el sáculo disponen de áreas especiales de epitelio sensorial,
las máculas. La mácula del utrículo está en el suelo del utrículo, paralelo a la base
del cráneo, y la mácula del sáculo se coloca vertical en la pared medial del sáculo.
Las células ciliadas de las máculas están irrigadas por fibras de la división
vestibular del nervio vestibulococlear. Las neuronas sensoriales primarias radican
en los ganglios vestibulares, que están dentro del conducto auditivo interno. El
conducto endolinfático atraviesa el acueducto vestibular del laberinto óseo y
emerge a través del hueso de la fosa craneal posterior, expandiéndose en una
bolsa ciega o saco endolinfatico. Éste se localiza bajo la duramadre, en la cara
posterior de la porción petrosa del hueso temporal. El saco enfolinfatico es un
depósito que almacena el exceso de endolinfa producido por los capilares
sanguíneos en el laberinto membranoso.
Los conductos semicirculares membranosos. Cada conducto
semicircular membranoso dispone de una ampolla en un extremo, que contiene
un área sensorial, la cresta ampular. Estas crestas son sensores que registran el
movimiento de la endolinfa dentro de la ampolla por una rotación de la cabeza en
el plano del conducto. Las células ciliadas son las crestas, como las de las
máculas, estimulan las neuronas sensoriales primarias, cuyos cuerpos radican en
ganglios vestibulares.
El conducto coclear membranoso. El conducto coclear membranoso es un
tubo espiral ciego, con una sección triangular, suspendido con fuerza a través del
conducto coclear óseo entre el ligamento espiral por la pared externa del
conducto coclear óseo y la lámina espiral ósea del modiolo. El conducto coclear
membranoso y lleno de endolinfa, que se extiende por el conducto espiral de esta
manera, divide el conducto espiral lleno de perilinfa en dos canales que se
comunican en el vértice de la cóclea por el helicotrema. Las ondas de presión
hidráulica creadas en la perilinfa del vestíbulo por las vibraciones de la base del
estribo, ascienden hasta el vértice de la cóclea por uno de los canales, la trampa
vestibular, luego pasan por el helicotrema y regresan a la 1ª espiral por el otro
canal, la rampa timpánica. Aquí las ondas de presión se transforman de nuevo en
vibraciones, esta vez, de la membrana timpánica secundaria, que ocupa la
ventana redonda. La energía recibida, en principio, por la membrana timpánica
(1ª) se disipa finalmente en este lugar en el aire de la cavidad timpánica.
El techo del conducto coclear membranoso está formado por la membrana
vestibular. El suelo lo forma una parte del conducto, la membrana basilar, más el
borde externo de la lámina espiral ósea. El receptor de los estímulos auditivos es
el órgano espiral (de Corti), situado en la membrana basilar. Esta recubierto por la
membrana tectorial, gelatinosa. El órgano espiral contiene células ciliadas, cuyas
puntas quedan embutidas dentro de la membrana tectorial. El órgano espiral se
estimula como consecuencia de la deformación del conducto coclear membranoso
inducida por las ondas de presión hidráulica de la perilinfa, que ascienden y
descienden por las rampas vestibular y timpánica circundantes.

El conducto auditivo interno


El conducto auditivo interno es un conducto estrecho con un curso lateral de
1cm aproximadamente en el interior de la porción petrosa del hueso temporal. La
abertura del conducto se encuentra en la porción posteromedial del hueso, en
línea con el conducto auditivo externo. El conducto auditivo interno está cerrado a
los lados por una fina lámina perforada de hueso que lo separa del oído interno. A
través de esta lámina pasan el nervio facial, ramos del nervio vestíbulo troclear y
vasos sanguíneos. El nervio vestíbulotroclear se divide cerca del extremo lateral
del conducto auditivo interno en dos partes, un nervio coclear y un nervio
vestibular.

Clínica Oído
Lesión del oído externo
El sangrado dentro del pabellón auricular como consecuencia de un
traumatismo puede ocacionar un hematomas. El acumulo local de sangre se forma
entre el pericondrio y el cartílago auricular, conforme crece el hematoma, dificulta
la irrigación del cartílago. Sin tratamiento, la piel suprayacente se fibrosa – se
forma tejido fibroso-, con lo que el pabellón se deforma (oído de coliflor)

Otitis media
Una membrana timpánica enrojecida y sobresaliente puede revelar la
presencia de pus o secreciones en el oído medio, signos de otitis media. La
infección del oído medio casi siempre es secundaria a infecciones respiratorias
altas. La inflamación y tumefacción de la mucosa que tapiza la cavidad del
tímpano puede ocacionar una obstrucción parcial o completa de la trompa
auditiva. La membrana timpánica se torna roja y sobresale, y la persona se queja
de “taponamiento del oído”. A trabes del tímpano se aprecian secreciones
sanguinolentas de color ámbar. Si no se trata la otitis media puede aparecer
dificultad para la audición debido a la cicatrización de los huesillo del oído, que
limita su capacidad de desplazamiento en respuesta al sonido.

Mastoiditis
Las infección del antro y de las células mastoideas se deben a una infección
del oído medio que inflama la apófisis mastoides. Estas infecciones se propagan
hacia arriba hasta la fosa craneal media o a través de la fisura petroescamosa en
los niños y provoca osteomielitis (infección al hueso) del techo del tímpano. La
mastoiditis es rara desde la era antibiótica, durante la cirugía de la mastoiditis, el
cirujano debe conocer el trayecto del nervio facial para no lesionarlo. El antro
mastoideo representa una vía de acceso a la cavidad timpánica. En los niños basta
con una extirpación de una delgada lamina de hueso de la pared lateral del antro
para exponer la cavidad del tímpano. En los adultos hay que penetrar 15mm o
más de hueso. En la actualidad, casi todas las mastoidectomias son intraoticas

Otalgia
La otalgia es un síndrome frecuente, de etiología múltiple, la otitis externa y
la otitis media representan dos de las causas. La otalgia también puede constituir
un dolor referido de lesiones remota, como un absceso dental.
Parálisis del músculo estapedio
Los músculos del tímpano ejercen una acción protectora porque amortiguan
la grandes vibraciones de la membrana timpánica causada por los grandes ruidos.
Las parálisis del músculo del estribo (lesión del nervio facial) se acompaña de una
agudeza auditiva exagerada: hiperacusia. Este estado obedece a los movimientos
desinhibidos del estribo.

Cinetosis
Las maculas del laberinto membranoso representan, en principio órganos
estáticos con pequeñas partículas tensas alojado entre las células ciliadas. Los
otolitos determinan una flexión de las células ciliadas por efecto de la gravedad,
que estimula el nervio vestibular y proporciona un conocimiento de la posición
espacial de la cabeza; los cilios también responde a los movimientos rápidos de
inclinación a la aceleración y deceleración lineales.
La cinetosis (mareo) se debe sobre todo a la estimulación cambiante de las
maculas.

Mareos y sordera
Las lesiones del sistema auditivo periférico dan 3 síntomas fundamentales:
- Sordera (casi siempre de conducción)
- Vértigo (Mareos), se localiza en los conducto semicirculares
- Tinitus, acufenos o zumbidos de oídos.

El tinitus y la sordera pueden obedecer a lesiones en cualquier parte de las vías


auditivas periféricas o centrales. Se conocen dos tipos de sordera:

- Sordera de conducción, debida a algún problema del oído externo o medio


que dificulte los movimientos de la membranas oval o redonda. Estos
enfermos hablan con voz suave porque para ellos, su propia voz resuena
más que el sonido de fondo.

Sordera neurosensitiva, por defecto de la coclea, nervio colear, tronco encefálico o


conexiones corticales.

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