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26 Noviembre 2006
La Nariz
La nariz es la porción del aparato respiratorio encima del paladar duro que
contiene el órgano periférico de la olfacción. Se divide en las cavidades derecha e
izquierda por el tabique nasal. Cada cavidad nasal se subdivide en una zona
olfatoria y otra respiratoria.
Las funciones de la nariz y de las cavidades nasales son:
Olfacción(olfato)
Respiración
Filtración del polvo
Humidificación del aire inspirado
Recepción de la secreciones de los senos paranasales y de los conductos
nasolacrimales.
El tabique nasal tiene una porción ósea y dura y otra móvil y blanda. La
porción cartilaginosa de la nariz consta de cinco cartílagos principales: dos
cartílagos laterales, dos cartílagos alares y un tabique. Los cartílagos alares con
forma de U son libres y móviles y dilatan o constriñen las narinas cuando se
contraen los músculos que actúan sobre la nariz.
El Tabique nasal
El tabique nasal, en parte óseo y en parte cartilaginoso, divide la nariz en dos
cavidades. Los componentes esenciales del tabique de la nariz son:
La lamina perpendicular del etmoides
El comer
El cartílago del tabique nasal
El receso esfenoesmodial
El meato superior
El meato medio
El meato inferior
El cornete inferior es el más largo y ancho y esta tapizado por una mucosa
que se contiene grandes espacios vasculares que se ensanchan para controlar el
calibre de la cavidad nasal. Esta mucosa cuando se infecta se hincha en
seguida,”taponando la nariz”.
El receso esfenoesmoidal, de posición superoposterior con relación al
cornete superior, acoge el orificio del seno esfenoidal. El meato superior es un
paso estrecho entre los cornetes superior y medio donde desembocan los senos
etmoidales posteriores a través de uno o más orificios. El meato medio largo es
mas ancho que el superior.
La porción aterosuperior de este paso lleva un orificio con forma de embudo,
el infundíbulo etmoidal, a través del cual se comunica con el seno frontal. El
conducto frontonasal es el paso, con un trayecto inferior, que conduce hacia abajo
desde cada seno frontal y se dirige al infundíbulo. El hiato semilunar es un surco
semicircular donde se abre el seno frontal. La bulla etmoidal (una elevación
redonda encima del hiato) se ve al extraer el cornete medio. La bulla se forma por
las celdas etmoidales medias que constituyen los senos etmoidales. El seno
maxilar también desemboca en el extremo posterior del hiato semilunar.
El meato inferior es un paso horizontal, inferolateral al cornete nalas inferior.
El conducto nasolacrimal, que drena las lágrimas del saco lagrimal, se abre en la
porción anterior de este meato.
IRRIGACION
La irrigación arterial de las paredes medial y lateral de la cavidad nasal procede
de las siguientes ramas:
Arteria esfenopalatina
Arterias etmoidales anterior y posterior
Arteria palatina mayor
Arteria labial superior
Ramas nasales laterales de la arteria facial
DRENAJE VENOSO
El plexo venoso abundante de la profundidad de la mucosa nasal drena hacia
las venas esfenopalatina, facial y oftálmica.
Este plexo venoso es un elemento importante del sistema termorregulador
del organismo, que intercambia calor y calienta el aire antes de entrar en los
pulmones.
INERVACION
La inervación de la mitad posteroinferior a los dos tercios de la mucosa nasal
corre a cargo sobre todo del nervio maxilar a través del nervio nasopalatino
para el tabique de la nariz, y de los ramos nasales posterolaterales del nervio
palatino mayor para la pared lateral. La porción anterosuperior recibe los
nervios etmoidales anterior y posterior, ramos del nervio nasociliar
procedente, a su vez, del nervio oftálmico.
Los nervios olfativos, que se ocupan únicamente de la olfacción, nacen en
las células del epitelio olfativo de la porción superior de las paredes laterales y del
tabique de la cavidad nasal. Las prolongaciones centrales de esta célula (que el
nervio olfativo) atraviesan la lamina cribiforme y terminan en el bulbo olfativo,
una estructura posencefalica.
Senos paranasales
Los senos paranasales son extensiones neumatizadas de la porción
respiratoria de la cavidad nasal en los siguientes huesos del cráneo: frontal,
etmoides, esfenoides y maxilar. Se nombran según los huesos en que se localizan.
El oído externo
El oído externo se compone del pabellón auricular, que recoge el sonido del
conducto auditivo externo, que conduce el sonido hasta la membrana timpánica.
El Pabellón Auricular
Casi todo el pabellón auricular, que se compone de varios elementos, consta
de cartílago elástico revestido de piel. El pabellón cuenta con varias depresiones;
la concha es la más profunda. El lóbulo –exento de cartílago- esta integrado por
tejido fibroso, grasa y vasos sanguíneos, y se perfora sin problemas para tomar
pequeñas de sangre o introducir pendientes.
La irrigación arterial del pabellón auricular procede, en principio, de las
arterias auricular posterior y temporal superficial.
Los nervios cutáneos del pabellón
auricular son los nervios aurículas
mayor y auriculotemporal. El nervio
auricular mayor inerva la cara superior
y lateral debajo del conducto auditivo
externo. El nervio auriculo temporal,
ramo del nervio mandibular, inerva la
piel del pabellón situada encima del
conducto auditivo externo.
El
drenaje
linfático
de la
cara
lateral de la mitad superior del pabellón se dirige
a los ganglios parotideos superficiales. La linfa de
la cara craneal de la mitad superior del pabellón
drena a los ganglios linfáticos mastoideos y
cervicales profundos. La linfa del resto del
pabellón auricular, incluido el lóbulo, drena en los
ganglios cervicales superficiales.
El conducto auditivo externo
Oído medio
El oído medio se encuentra en la porción petrosa del hueso central, contiene
la cavidad timpánica, espacio situado inmediatamente dentro de la membrana
timpánica, y el receso epitimpánico o espacio superior a esta membrana. El oído
medio se comunica por delante con la nasofaringe a través de la trompa
faringetimpánica o auditiva. La cavidad timpánica se comunica en la zona
posterosuperior con las celdas mastoideas a través del antromastoideo. La
cavidad timpánica está tapizada de mucosa y se continúa con la de la trompa
auditiva, celdas mastoideas y antro mastoideo.
Su contenido:
• Los huecesillos del oído, martillo, yunque y estribo.
• Los músculos del estribo y tensor del tímpano.
• El nervio de la cuerda del tímpano, ramo del facial.
• El plexo nervioso timpánico.
La trompa auditiva
La trompa auditiva o faringotimpánica comunica la cavidad timpánica con la
nasofaringe, donde se abre detrás del meato inferior de la cavidad nasal. El tercio
posterolateral de la trompa es óseo, y el resto, cartilaginoso. La trompa auditiva
está tapizada con una membrana mucosa que se continúa por detrás con la
cavidad timpánica y por delante con la de la nasofaringe.
La función de la trompa auditiva consiste en igualar las presiones del oído
medio con la atmosférica, para que la membrana timpánica se mueva sin
problemas. Al dejar que el aire entre y salga de la cavidad timpánica, esta trompa
equilibra la presión a ambos lados de la membrana. Como las paredes de la
porción cartilaginosa de la trompa suelen estar apuestas, es necesario abrir de
manera activa la trompa. El vientre ensanchado del músculo elevador del velo del
paladar, cuando se contrae, abre la trompa porque empuja una de sus paredes
mientras el músculo tensor del velo del paladar, cuando se contrae, abre la
trompa porque empuja una de sus paredes mientras el músculo tensor del velo del
paladar tira de la otra. Como estos son músculos del paladar blando, la igualación
de presiones (“taponamiento de los oídos”) es algo común en los actos del
bostezo y la deglución.
Vasos y nervios
Las arterias de la trompa auditiva derivan de la arteria faríngea ascendente
(rama de la arteria carótida externa), de la arteria meníngea media y de la arteria
del conducto pterigoideo, ramas de la arteria maxilar. Las venas drenan en el
plexo venoso pterigoideo.
Los nervios de la trompa auditiva provienen del plexo timpánico, formado por
fibras de los nervios facial y glosofaríngeo. La trompa recibe además fibras del
ganglio pterigopalatno.
Músculos asociados: dos músculos están asociados los huesecillos del oído pues
articulan o resisten los movimientos de los huesecillos; uno de ellos amortigua
además los movimientos (vibración) de la membrana timpánica.
Músculo tensor del tímpano: es corto, nace en la parte superior de la
porción cartilaginosa de la trompa auditiva, el ala mayor del esfenoides y la
porción petrosa del hueso temporal. El músculo se inserta en el manubrio del
martillo. EL músculo tensor del tímpano tira del manubrio en sentido medial y
tensa la membrana timpánica, además de reducir la amplitud de sus oscilaciones.
Esta acción trata de evitar el daño del oído interno después de una exposición a
tonos muy altos. El músculo tensor del tímpano está inervado por el nervio
mandibular.
El músculo del estribo: es diminuto -el más pequeño de los músculos
voluntarios del organismo- y se sitúa dentro de la eminencia piramidal, una
prominencia hueca y cónica de la pared posterior de la cavidad timpánica tras
salir de un orificio en punta de alfiler situado en el vértice de la eminencia y se
inserta en el cuello del estribo. El nervio para el músculo del estribo nace del
nervio facial. El músculo del estribo tira del estribo hacia atrás e inclina su base en
la ventana oval, enderezando el ligamento anular y reduciendo la amplitud de las
oscilaciones. Asimismo, evita un movimiento excesivo del estribo.
Oído interno
El oído interno contiene el órgano vestíbulo troclear, que se ocupa de la
recepción del sonido y del mantenimiento del equilibrio. Enterrado en la porción
petrosa del hueso temporal, el oído interno consta de dos sacos y conductos del
laberinto membranoso. El laberinto membranoso, con endolinfa, queda
suspendido dentro del laberinto óseo por la perilinfa; los dos líquidos transportan
las ondas sónicas a los órganos terminales para la audición y el equilibrio.
El laberinto óseo
El laberinto óseo del oído interno es una cripta formada por tres elementos:
la cóclea, el vestíbulo y los conductos semicirculares óseos. Ocupa gran parte de
la porción lateral de la parte petrosa del temporal. Sus paredes constan de un
hueso más denso que el del resto de la porción petrosa del hueso temporal y
forman la cápsula ótica ósea, que se puede aislar (esculpir) de la matriz
circundante del hueso con un taladro dental.
La cápsula ótica suele ilustrarse e identificarse con el laberinto óseo; sin
embargo, el laberinto óseo es un espacio lleno de líquido, rodeado por la cápsula
ótica y se representa con más exactitud por un molde de la cápsula ótica después
de extirpar el hueso circundante.
La cóclea, es la porción del laberinto óseo con forma de caparazón que
contiene el conducto coclear, una parte del oído interno relacionada con la
audición. El conducto espiral de la cóclea empieza con el vestíbulo y da dos
vueltas y media alrededor de un centro óseo conocido como modiolo, un núcleo
cónico del hueso esponjoso sobre el que gira el conducto espiral de la cóclea. El
modiolo contiene conductos para los vasos sanguíneos y para la distribución del
nervio coclear. El vértice del modiolo, cónico, al igual que el eje de la membrana
timpánica, se dirige en sentido lateral, anterior e inferior. La 1ª vuelta espiral de la
cóclea, grande, da lugar al promontorio de la pared medial de la cavidad
timpánica. El laberinto óseo se comunica, en la 1ª espiral, con el espacio
subaracnoideo situado encima del orificio yugular a través del acueducto coclear;
además, contiene la ventana redonda, que se cierra por a membrana timpánica
secundaria.
El vestíbulo: esta pequeña cámara ovalada (~5cm longitud) contiene el
utrículo y el sáculo, elementos del aparato del equilibrio (laberinto membranoso).
El vestíbulo se caracteriza por la ventana oval en su pared lateral, ocupada por la
base del estribo. El vestíbulo se continúa con la cóclea ósea por delante, los
conductos semicirculares óseos por detrás y la fosa craneal posterior a través del
acueducto del vestíbulo. El acueducto se extiende hasta la cara posterior de la
porción petrosa del temporal, donde desemboca posterolateral al conducto
auditivo interno. Por el acueducto pasa el conducto linfático y dos pequeños vasos
sanguíneos.
Los conductos semicirculares óseos. Estos conductos (anterior, posterior
y lateral) se comunican con el vestíbulo del laberinto óseo. Los conductos se
sitúan posteriosuperiores al vestíbulo, donde desembocan; se disponen de manera
perpendicular y ocupan los tres planos del espacio. Cada conducto semicircular
óseo determina unos dos tercios de un círculo y mide casi 1,5 mm de diámetro,
excepto en un extremo donde se observa un ensanchamiento, la ampolla. Los
conductos óseos disponen de 5 orificios en el vestíbulos, porque los conductos
anterior y posterior cuentan con una rama común a ambos, Alojados dentro de los
conductos se encuentran los conductos semicirculares membranosos.
Laberinto membranoso
El laberinto membranoso se compone de una serie de sacos y conductos
comunicantes suspendidos en el laberinto óseo. El laberinto membranoso contiene
endolinfa, un líquido acuoso de composición diferente a la de la perilinfa
circundane que llena el resto del laberinto óseo. El laberinto membranoso se
compone de dos porciones.
Laberinto vestibular
Utrículo y sáculo, dos pequeños sacos comunicantes del vestíbulo del laberinto
óseo.
Los tres conductos semicirculares membranosos dentro de los conductos
semicirculares óseos.
Laberinto coclear
Conducto de la cóclea.
Clínica Oído
Lesión del oído externo
El sangrado dentro del pabellón auricular como consecuencia de un
traumatismo puede ocacionar un hematomas. El acumulo local de sangre se forma
entre el pericondrio y el cartílago auricular, conforme crece el hematoma, dificulta
la irrigación del cartílago. Sin tratamiento, la piel suprayacente se fibrosa – se
forma tejido fibroso-, con lo que el pabellón se deforma (oído de coliflor)
Otitis media
Una membrana timpánica enrojecida y sobresaliente puede revelar la
presencia de pus o secreciones en el oído medio, signos de otitis media. La
infección del oído medio casi siempre es secundaria a infecciones respiratorias
altas. La inflamación y tumefacción de la mucosa que tapiza la cavidad del
tímpano puede ocacionar una obstrucción parcial o completa de la trompa
auditiva. La membrana timpánica se torna roja y sobresale, y la persona se queja
de “taponamiento del oído”. A trabes del tímpano se aprecian secreciones
sanguinolentas de color ámbar. Si no se trata la otitis media puede aparecer
dificultad para la audición debido a la cicatrización de los huesillo del oído, que
limita su capacidad de desplazamiento en respuesta al sonido.
Mastoiditis
Las infección del antro y de las células mastoideas se deben a una infección
del oído medio que inflama la apófisis mastoides. Estas infecciones se propagan
hacia arriba hasta la fosa craneal media o a través de la fisura petroescamosa en
los niños y provoca osteomielitis (infección al hueso) del techo del tímpano. La
mastoiditis es rara desde la era antibiótica, durante la cirugía de la mastoiditis, el
cirujano debe conocer el trayecto del nervio facial para no lesionarlo. El antro
mastoideo representa una vía de acceso a la cavidad timpánica. En los niños basta
con una extirpación de una delgada lamina de hueso de la pared lateral del antro
para exponer la cavidad del tímpano. En los adultos hay que penetrar 15mm o
más de hueso. En la actualidad, casi todas las mastoidectomias son intraoticas
Otalgia
La otalgia es un síndrome frecuente, de etiología múltiple, la otitis externa y
la otitis media representan dos de las causas. La otalgia también puede constituir
un dolor referido de lesiones remota, como un absceso dental.
Parálisis del músculo estapedio
Los músculos del tímpano ejercen una acción protectora porque amortiguan
la grandes vibraciones de la membrana timpánica causada por los grandes ruidos.
Las parálisis del músculo del estribo (lesión del nervio facial) se acompaña de una
agudeza auditiva exagerada: hiperacusia. Este estado obedece a los movimientos
desinhibidos del estribo.
Cinetosis
Las maculas del laberinto membranoso representan, en principio órganos
estáticos con pequeñas partículas tensas alojado entre las células ciliadas. Los
otolitos determinan una flexión de las células ciliadas por efecto de la gravedad,
que estimula el nervio vestibular y proporciona un conocimiento de la posición
espacial de la cabeza; los cilios también responde a los movimientos rápidos de
inclinación a la aceleración y deceleración lineales.
La cinetosis (mareo) se debe sobre todo a la estimulación cambiante de las
maculas.
Mareos y sordera
Las lesiones del sistema auditivo periférico dan 3 síntomas fundamentales:
- Sordera (casi siempre de conducción)
- Vértigo (Mareos), se localiza en los conducto semicirculares
- Tinitus, acufenos o zumbidos de oídos.