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Romanos 8:1-13
LA DEFINICIÓN DE LA CARNALIDAD
Los términos «carne» y «mente carnal», tal como las usa el apósto
Pablo, se refieren al medio por el cual el pecado opera. Algunos pecados
son físicos, otros son mentales. Hay pecados religiosos y sociales. Pero
todo pecado cualquiera que sea su clase es producto de la mente carnal
o la naturaleza carnal. Pablo se refiere a este hecho en Romanos 13:14,
donde exhorta a los creyentes: «Vestíos del Señor Jesucristo, y no
proveáis para los deseos de la carne». Cuando damos a la carne la
oportunidad de controlar nuestros miembros, nuestras acciones,
nuestras palabras, nuestros pensamientos, concebirá y
producirá pecado. Y así el apóstol afronta el hecho de que poseemos
una tremenda potencialidad de pecado porque somos carnales.
EJEMPLOS DE CARNALIDAD
Quizá ningún otro pasaje expresa tan claramente el producto de la carne
como la hace Gálatas 5:19-21, donde el apóstol hace una lista de las
obras de la carne. Poco antes de especificar estas palabras, dice el
apóstol: «Andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne».
Esta es la misma verdad que se presenta en Romanos 8, que el hijo de
Dios puede ser controlado o bien por el Espíritu Santo o por la carne.
Toda acción, todo pensamiento, toda obra está, o bien bajo el control de
la carne, o del Espíritu Santo de Dios. Por eso, si dejamos que la carne
nos controle, ¿que producirá? Pablo menciona, primeramente, cuatro
pecados sensuales: adulterio, fornicación, inmundicia y lascivia. Luego
menciona dos pecados religiosos: idolatría y hechicería,
mostrándonos que la carne no está solamente pervertida y corrompida
en cuanto a la moralidad, sino también en cuanto a Dios. Después Pablo
menciona un número de pecados que revelan el egoísmo básico
de la carne: enemistad, pleito, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías, envidias. En otras palabras, la carne es egocéntrica y egoísta.
Pablo también menciona pecados de intemperancia: homicidios,
borracheras, orgías y cosas semejante. El apóstol hace así el retrato del
corazón natural, la carne y la mente carnal. La carnalidad puede
manifestarse en cualquiera de estos pecados.