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INVESTIGACION BIBLICA

Por: Aracelli Ttito Clavo

2 Corintios. 7:1 “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas,
limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios.”

“Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos


de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el
temor de Dios la obra de nuestra santificación” (NVI)

Leyendo el contexto en el cual se encuentra el versículo a investigar,


antes de que el apóstol Pablo nos exhorta a limpiarnos de toda
contaminación nos habla del yugo desigual, de cómo no puede haber
unión entre el templo del Dios vivo y el de los ídolos, y de la promesa
de Dios que al decidir no tocar lo impuro El será como un Padre para
nosotros, y nosotros seremos sus hijos. Es a partir de esta promesa
que Pablo nos dice límpiense de todo lo que puede contaminar el
cuerpo (carne) y el espíritu para completar la obra de nuestra
santificación en el temor de Dios. De este párrafo se desata una
pregunta cual es la diferencia entre la contaminación del cuerpo y el
espíritu, o que es lo que contamina al cuerpo y al espíritu.

De acuerdo al estudio bíblico de segunda de corintios “hay muchas


clases de contaminaciones, tales como: fornicación, vicios, adulterios,
envidias, ideas equivocadas, abrigar malos pensamientos, mentiras,
malicias, avaricia, participar en chistes blasfemos de los inconversos,
etc. Asimismo, para evitar ser contaminado por cosas mundanas es
necesario consagrarnos al Señor, y obedecer su Palabra. Además,
tenemos que buscar la entera consagración, porque esa es la
voluntad de Dios.” (1) Según lo que nos dice este estudio vemos un
conjunto de elementos externos que contaminan al hombre, podría
decirse todo aquello que contamina al hombre externamente. Al
mismo tiempo, dice que para no contaminarse el hombre debe tener
una vida consagrada al Señor.

Profundizando un poco sobre la traducción de la palabra


“contaminación” en este versículo se traduce también por “mancha”
o suciedad. De acuerdo a la N.V.I la palabra “carne” ha sido traducido
como cuerpo, ya que la palabra “carne” en griego sarkós significa
“carne, cuerpo físico; naturaleza humana”. Sin embargo, también
significa “naturaleza pecaminosa del hombre” también “impulso
sexual o deseo sexual”. De acuerdo al estudio inductivo de segundo
de corintios nos indica que “el limpiarse de la contaminación de la
carne tiene dos sentidos (a) Limpiarse de cualquier tipo de suciedad y
(b) Limpiarse de los deseos lujuriosos. Puede referirse a lo que dijo
Jesús “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos
pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los
hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia,
la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de
dentro salen y contaminan al hombre” (Marcos 7:21-23). Por otra
parte, nos exhorta a limpiarnos también de la “contaminación de
espíritu”. En este sentido en Hebreos 12: 15 dice “que brotando
alguna raíz de amargura, os estorbe y por ella muchos sean
contaminados” La amargura no es una maldad, pero contamina y
quita la paz y los deseos de servir al Señor. La amargura afecta
directamente a nuestro espíritu.” (2)

De acuerdo a este estudio una de las maneras de identificar que


contamina a nuestro espíritu y a nuestro cuerpo es saber si nuestro
corazón está limpio, puro y sanado de toda amargura. Entonces, se
puede inferir que lo que contamina al cuerpo son las ideas,
pensamientos, sentimientos que alberga un corazón no consagrado al
Señor. Sin embargo de nuevo entra la cuestión que contamina al
espíritu.

Es necesario entender que tanto nuestro cuerpo y nuestro espíritu


están viviendo juntos, están relacionados por lo que lo que contamina
al cuerpo contamina al espíritu. De acuerdo al estudio Vida “la razón
por la cual debemos evitar que nuestros ojos vean cosas perversas,
tales como fotos contaminantes es para mantener a nuestra espíritu
sin contaminación. Tales fotos no sólo contaminan nuestros ojos, sino
también nuestro espíritu. Si usted se contamina por haber mirado
ciertas fotos, su espíritu se contaminará y caerá en muerte. Como
resultado, no podrá orar a menos que primero le pida al Señor que lo
limpie de toda contaminación”. (3)

Por otro tanto podemos decir que lo que contamina al cuerpo


contamina al espíritu. Asimismo un espíritu con contaminación puede
ser el principio de una mala relación con el Señor y el estancamiento
de nuestro crecimiento espiritual. Ampliando un poco este concepto,
de acuerdo al estudio del pastor Tenes dice “(2 Co:7:1) ¿De qué
santidad está hablando? No es del espíritu, ya que nuestro espíritu ya
es santo. Está hablando de un correcto proceder, del hombre para con
sus semejantes, obviamente esto es fruto del Espíritu que ya mora en
nosotros Gálatas 5:22.” (4) Limpiarnos de toda contaminación de la
carne y del espíritu es parte de cómo nos comportamos en nuestra
vida cristiana, si estamos dando esos frutos del espíritu o no.
Finalizando esta breve investigación, puedo decir que hay muchas
cosas que contaminan el cuerpo del hombre, está en lo que ve, lo que
lee, lo que piensa, lo que toca sumando estas fuentes externas a un
corazón no limpio que tiene amargura dan como resultado un espíritu
contaminado. Con esto no quiero decir que si el cuerpo se contamina,
el espíritu no es afectado, por el contrario es necesario entender que
el cuerpo y el espíritu están relacionados de una manera muy
estrecha y todo lo que contamina al cuerpo contamina al espíritu. Si
nuestro espíritu se contamina puede morir, y como consecuencia nos
separamos de Dios. He aquí la importancia de alcanzar esa santidad
agradable a Dios.

FUENTES:

1) http://www.institutoalma.org/CorazonYVida/Cor-L13.htm
(Lección 13)

2) http://www.ublaonline.org/pdfs/2%20Corintios.%20Estudio%201
1.doc. Estudio Inductivo 2 Corintios

3) http://www.lsm.org/espanol/hwmr/pdfs/SummerTraining2005/we
ek09.pdf. (Estudio-vida de 1 Tesalonicenses, págs. 214, 215-
216, 217)

4) http://www.elamordedios.org/documents/estudios/el_templo_de_
dios.pdf LA NATURALEZA CARNAL Y LA NATURALEZA
ESPIRITUAL PASTOR: OSCAR E. TENES

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