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Acta geológica lilloana 20 (1): 9–17, 2007 9

Geoindicadores criosféricos en los Andes Centrales


del NW de Argentina

Ahumada, Ana Lía


Instituto de Geología del Cuaternario y Paleoclimas, Fundación Miguel Lillo. CONICET. Miguel Lillo
251, (4000) San Miguel de Tucumán. ana-ahumada@argentina.com

RE SUM EN — Los geoindicadores son medidas (magnitudes, frecuencias, tasas y series) de procesos
y fenómenos geológicos que se encuentran en o cerca de la superficie terrestre, sujetos a modificaciones
que son significativas para entender los cambios ambientales en períodos de 100 años o menos (variaciones
centeniales, decadiales). Se han identificado cuatro geoindicadores criosféricos de cambio climático global
que pueden ser usados para el monitoreo y seguimiento de cambios geológicos en la región del NW de
Argentina con permafrost andino. Se describen brevemente ejemplos de indicadores criosféricos.
P ALABRAS CLAVE : Cambio climático, geoindicadores, geoindicadores criosféricos, NW de Argentina, per-
mafrost andino.

A B S T R A C T — “Cryospheric geoindicators in Central Andes, Argentine NW”. Geoindicators are


measures (magnitudes, frequences, rates and trends) of geological processes and phenomena occurring at
or near the Earth’s surface and subject to changes that are significant for understanding environmental
change over periods of 100 years or less. Four cryospheric geoindicators of global climate change have
been identified that are aplicable to monitoring and assessing geological changes in this mountain region
with andean permafrost. Examples of typical cryospheric indicators are given and briefly describe.
K EYWORDS : Climate Change, geoindicators, cryospheric geoindicators, NW of Argentine, Andean perma-
frost.

INTRODUCCIÓN

En regiones de alta montaña rocas y mente congelados (permafrost) (Watson


suelos permanecen congelados todo el año. and Haeberli, 2004).
Estas zonas, con permafrost discontinuo o Los ambientes de alta montaña reaccio-
insular en muchos casos, están modificán- nan sensiblemente a los cambios climáticos
dose actualmente a una velocidad alarman- y algunos modelos predicen (Walker et al.,
te. Los países con cadenas montañosas de 2001) grandes reducciones en la extensión
altura se encuentran afectados para su de- de estas regiones de la criósfera.
sarrollo por este ambiente natural: si se En la Cordillera de los Andes las tempe-
desestabilizan las paredes rocosas y las al- raturas del siglo XX se han incrementado en
tas pendientes de montaña, las regiones 0,62º C entre 1901-1997, aumentando en 0,4
habitadas en niveles topográficos inferiores, grados por encima de lo esperado durante
están expuestas a desastres naturales que los 90. Estas temperaturas tienden a reflejar
las afectarán integralmente. la señal de calentamiento global. Entre 30ºS
Los glaciares y el permafrost reaccionan y 30ºN se ha medido entre los años 1958-
rápidamente a aumentos de temperatura 1990, un fuerte ascenso del nivel de congela-
debido a su relación directa con el punto miento del aire que varía entre 100 a 150
de descongelamiento. El calentamiento glo- m. Francou (en: Hansen, 2002), como resul-
bal del siglo XX ha incidido marcadamente tado de sus investigaciones de 20 años en
en las regiones glaciales y periglaciales de glaciares de los Andes de Perú, Bolivia y
alta montaña del mundo, indicando una Ecuador, predice que en los primeros 15
tasa acelerada de cambio (Haeberli y Be- años de este siglo el 80% de los glaciares de
niston, 1998). Si este régimen climático se América del Sur desaparecerán. Francou
mantiene, se puede producir la desapari- (2006) adjudica el rápido retroceso de los
ción de glaciares de montaña y el descon- glaciares de Ecuador durante los 80, al ca-
gelamiento profundo de suelos permanente- lentamiento del Océano Pacífico.

Recibido: 30/11/06 – Aceptado: 11/05/07


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En este marco de situación, numerosas mente hay un retardo entre las modificacio-
asociaciones científicas internacionales nes de la temperatura de superficie y el
(GLOCHAMORE Project, UNESCO, MAB, cambio de temperaturas del permafrost en
MRI, GSA y la IUGS) enfatizan la necesidad profundidad: si el permafrost es espeso este
de controlar y monitorear cambios en el pai- retardo puede ser del orden de cientos o
saje que ocurran en períodos inferiores a 100 miles de años, si el permafrost es fino,
años, especialmente en regiones con alto años o décadas.
riesgo de desastres naturales. No todo el permafrost existente en la
Este seguimiento debe hacerse mediante actualidad está en equilibrio con el clima
geoindicadores. Los geoindicadores son me- actual. En las regiones de permafrost dis-
didas (magnitudes, frecuencias, tasas y se- continuo, donde la temperatura del perma-
ries) de procesos y fenómenos geológicos frost está cerca de 1-2° C del descongela-
que se encuentran en o cerca de la superficie miento, el permafrost puede fácilmente des-
terrestre, sujetos a modificaciones que son aparecer como resultado de los cambios en
significativas para entender los cambios la temperatura del suelo asociados al ca-
ambientales en períodos de 100 años o me- lentamiento climático global. Esta degrada-
nos (variaciones centeniales, decadiales). ción del permafrost estará asociada a fuer-
(Berger y Iams, 1996). tes impactos naturales: hundimientos por
En este trabajo se realiza la identifica- descongelamiento, reptación y deslizamien-
ción de indicadores criosféricos de cambio tos de laderas. Estas inestabilidades pueden
climático aplicables al monitoreo y medi- provocar serios daños en el paisaje, el eco-
ción de las variaciones que acontecen en la sistema y la infraestructura de las regiones
región alto-andina del NW de Argentina. afectadas.
(figura 1). Los cambios potenciales futuros del per-
mafrost asociados al calentamiento global
Características del permafrost. Su sensibili- pueden afectar el estado natural de las pen-
dad a los cambios climáticos.— El perma- dientes de montaña provocando cambios en
frost es una condición térmica: si los suelos la actividad geomórfica: el aumento de
permanecen congelados permanentemente temperaturas de superficie puede provocar
por más de dos años se denominan perma- el adelgazamiento de la capa activa; des-
frost (International Permafrost Association, congelamiento basal del permafrost causan-
1994); su formación, persistencia o desapa- do su pérdida de espesor y en consecuencia
rición son altamente dependientes del cli- cambios hidrogeológicos. Las cuencas pue-
ma. Su distribución, temperatura y espesor den sufrir aumento de la carga sedimenta-
son afectados por cambios ambientales na- ria y variaciones no previstas de caudal,
turales y disturbios antropogénicos que cau- por el incremento en el descongelamiento
sen alteraciones en el régimen térmico del de laderas. La degradación del permafrost
suelo. Cambios en la temperatura del aire puede provocar profundos hundimientos,
y/o precipitación, modificaciones de la su- reptación de laderas, deslizamientos de ro-
perficie por desmonte, remosión de la ma- cas, flujos de detritos, flujos de barro, y el
teria orgánica aislante, incendios forestales, debilitamiento de la capa activa, una geli-
migración de cauces, etc. pueden producir flucción acelerada. (Ahumada et al., 2004).
modificaciones en su régimen térmico.
La interacción entre el clima sobre el La presencia de permafrost discontinuo en
suelo y el clima debajo del suelo es com- el NW de Argentina.— La caracterización
pleja, y dependiente de algunos factores, de pisos de acción periglacial han sido de-
muchos de los cuales son afectados por los finidos regionalmente para estas latitudes
cambios climáticos. Los cambios climáticos por Garleff y Stingl (1983).
que ocurren sobre el suelo, son muchas ve- Ahumada et al. (2000) delimitan pisos
ces amortiguados debajo del suelo por el altitudinales de procesos periglaciales en la
efecto aislante de la vegetación, materia Cuenca del río Los Reales (Sa. de Aconqui-
orgánica o la cubierta de nieve. General- ja), definiendo dos niveles de procesos peri-
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glaciales: un nivel inferior desde


2.500 msnm hasta 3.500 msnm con
heladas estacionales, acción de agu-
jas de hielo, y solifluxión y un nivel
superior, desde 3.500 msnm hasta
una altura media de 4.500 msnm,
con la presencia de gelifracción in-
tensa, glaciares de escombros acti-
vos e inactivos, canaletas de avalan-
cha, gelifluxión, depósitos moréni-
cos antiguos y circos glaciales. Ibá-
ñez Palacios (2006) e Ibáñez Pala-
cios y Ahumada (2006) recientemen-
te delimitan dos regiones altitudina-
les de acción periglacial en el Parque
Nacional Los Alisos.
En la región del NW argentino
Catalano (1927,1930) al describir
las acciones glaciarias en el am-
biente de Puna, señaló la presencia
de masas rocosas aglomeradas por
hielo que fluían por gravedad a
modo de un glaciar, similitud que
lo indujo a nominar dichos apara-
tos como litoglaciares.
La presencia de núcleos de hielo
cubiertos por detrito ubicadas en
las cumbres del Nevado de Queva
(6.130 msnm) y el Co Granadas
(5.705 msnm) ha sido detectada
por Igarzábal (1982) señalando que
los mismos mantienen precarios
cursos permanentes. Siguiendo la
clasificación de glaciares de escom-
bros de Corte (1976) los denomina
depósitos glaciolíticos. En la región
del Acay y los Nevados de Palermo-
Figura 1. Mapa de ubicación de la región de estudio. Cachi, Igarzábal (1982,1983) reali-
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za un inventario de glaciares de escombros dos en primer término para su implementa-


activos e inactivos, encontrando el límite ción y observación, en el marco de los re-
inferior de los glaciares de escombros en cursos disponibles en cada caso.
4.500 msnm. Fueron elegidos en función de su impor-
En la Sierra de Santa Victoria, Corte et tancia conceptual, facilidades de implemen-
al. (1982) efectúan el reconocimiento tación de su seguimiento, respuesta a la
geomorfológico de glaciares de escombros variabilidad y sencillez de interpretación y
activos a 4.300 msnm. En la misma región utilidad (Grabher et al., 2005).
Zipprich et al. (1998) distinguen tres gene- Se han identificado y seleccionado las
raciones sucesivas de glaciares de escom- siguientes geoformas como indicadores
bros, con glaciares de escombros activos criosféricos de alta montaña en la región
actualmente (sin mencionar la altura del de estudio:
frente activo de los mismos en su síntesis), – Glaciares de escombros.
y determinan un descenso del límite de pro- – Termocarst.
cesos periglaciales de aproximadamente – Solifluxion.
700 m y de 6º C de temperatura acaecido – Humedales.
alrededor de 27.979 ± 190B.P.
Ahumada et al. (2005a) presentan el Geoindicadores criosféricos.— Glaciares de
inventario de glaciares de escombros de la escombros: Los glaciares de escombros son
ladera Oriental de la Sierra de Aconquija, geoformas criogénicas que constituyen el per-
indicando el límite más bajo de actividad mafrost discontinuo o insular en las altas
en 4.000 msnm y posteriormente evalúan montañas del mundo. Son mesoformas sedi-
sobre esta base, las condiciones de acuífe- mentarias formadas por rocas y detritos con-
ros de altura de los glaciares de escombros gelados, con hielo lenticular e intersticial que
de la misma región (Ahumada et al., 2005 se mueven pendiente abajo muy suavemente,
b). Páez (2006) y Páez y Ahumada (2006) a bajas velocidades (0,1-1,0 ma-1), por medio
identifican glaciares de escombros activos a de deformación plástica y reptación del per-
4.500 msnm en el Río Cerrillos, en el borde mafrost (Barsch, 1969; Corte, 1976).
septentrional de la diagonal semiárida, de- Los glaciares de escombros se caracteri-
finiendo permafrost discontinuo en una zan por el desarrollo de arrugas o lomadas
cuenca de altura de la vertiente seca de la paralelas a la dirección del flujo y por una
Sierra de Aconquija. pendiente frontal cercana al ángulo de re-
Por lo precedente decimos que en la re- poso (35º-40º). Su parte superior está cu-
gión del NW argentino el permafrost discon- bierta, usualmente, por grandes bloques
tinuo ha sido detectado tempranamente en (0,1-5,0 m). Suman además zonas de hoyos
las cabeceras de sus ríos principales, a distin- o depresiones, que se observan a veces y
tas alturas y en diferentes condiciones de cli- que se considera que son provocadas por el
ma local. Su condición térmica actual, en descongelamiento parcial o completo de los
desequilibrio con los parámetros del modelo cuerpos de hielo interno. Los glaciares de
de estabilidad de permafrost de montaña, escombros activos son comunes en las altas
(Ahumada et al., 2006) requiere monitoreo montañas y en los polos, aunque se ha des-
mediante indicadores criosféricos. Estos geo- crito su presencia en regiones de condicio-
indicadores servirán para la prevención de nes climáticas templadas y tropicales, tal el
riesgos potenciales debido a que en los An- caso de esta presentación. Los glaciares de
des de estas latitudes, los períodos instru- escombros se presentan debajo de la línea
mentales son inexistentes o han sido inte- de nieve y por arriba del límite inferior del
rrumpidos y no es posible en consecuencia, permafrost discontinuo y han sido contem-
construir un modelo de estabilidad para las plados como geoformas características de
formas criogénicas en desequilibrio. climas continentales (Haeberli, 1985). Sin
embargo, se han presentado numerosos ca-
Selección de los indicadores criosféricos.— sos en ambientes marinos (Eyles, 1978;
Los indicadores criosféricos son recomenda- Humlum, 1982).
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La región altitudinal en la que se en- métricas se realiza mediante censos regio-


cuentran los glaciares de escombros de la nales anuales que se implementen mediante
zona de estudio está entre 4.000 y 4.500 distintas metodologías clásicas conocidas:
msnm, la cual tiene un alto gradiente topo- fotointerpretación e imágenes satelitales.
gráfico en el frente montano. Solifluxión.: El lento movimiento de rep-
El nivel altitudinal de ocurrencia del tación pendiente abajo (a partir de 1-2°) de
frente activo de los glaciares de escombros un suelo saturado, por congelamiento y des-
no está acorde con la isoterma media congelamiento en las regiones criogénicas
anual de -1º C actual (definición del límite recibe el nombre de solifluxión (Andersson,
inferior de permafrost discontinuo, valor 1906). Para especificar aún más la presen-
obtenido por interpolación de datos de esta- cia de hielo o el tipo de proceso interrela-
ciones meteorológicas de posición altitudi- cionado con la reptación se han usado
nal inferior, debido a que no existen datos también los nombres de congelifluxión
de temperaturas en estas alturas de la re- (Dylik, 1952), criofluxión (Corte, 1953),
gión) ya que las condiciones climáticas pre- gelisolifluxia (Pecsi, 1969) y otros.
sentes de campo así lo indicarían. (Ahuma- El término gelifluxión suele restringirse
da et al., 2005b, 2006). Esto implica que solo para la solifluxión de áreas con per-
todos estos cuerpos se encuentran en condi- mafrost (Washburn, 1979). La gelifluxión es
ciones de equilibrio muy inestable y ecoló- la resultante de dos fenómenos importantes:
gicamente resilientes con las condiciones de – El levantamiento de las partículas del
temperatura y precipitación del clima ac- suelo por crecimiento de hielo acicular, que
tual (figura 2). caen con el descongelamiento.
Su actividad o inactividad se manifiesta – La reptación propiamente dicha del
morfológica e internamente y puede ser suelo descongelado y saturado.
monitoreada mediante métodos geofísicos Cabe agregar que a esta reptación hay
(sísmica, geoeléctrica, etc.) o seguimientos que sumarle una componente horizontal
por imágenes satelitales y fotografias aé- debido al movimiento solifluidal en el sen-
reas. tido de Andersson (1906: “...the slow flo-
Termokarst: Se denomina termokarst a wing from higher to lower ground of mas-
sectores de glaciares de escombros secunda- ses of waste saturated with water...”) que
rios (Corte, 1976) que se caracterizan por se produce durante el descongelamiento
la presencia de hundimientos, lagos, caver- pero antes de haber finalizado la estación
nas, túneles y depresiones producto de la estival. Una discusión más profunda de los
degradación del permafrost discontinuo por procesos físicos que intervienen para el de-
descongelamiento del hielo interno. Este sarrollo de estas geoformas puede ser con-
último proceso es favorecido por el incre- sultada en Trombotto y Ahumada (2005).
mento de la temperatura superficial y la En la región de trabajo ha sido posible
presencia de una cobertura de detritos de identificar distintos tipos de solifluxión:
poco espesor. Constituyen un importante – Capas solifluidadas: Constituyen for-
geoindicador por su cercanía al punto de mas entrelazadas o cordadas, con relieves
fusión del hielo. remarcados por sedimentos gruesos. Se ob-
Su presencia indica el cambio de las servan en pendientes mayores de 2°.
condiciones climáticas que regulan la esta- – Lóbulos de solifluxión: Se identifican
bilidad de la geoforma originaria. Las dis- como protuberancias o lenguas adosadas a
tintas formas de termocarst y sus modifica- las pendientes (figura 2). Los lóbulos de soli-
ciones son indicadoras directas de degrada- fluxión pueden tener superficies aterrazadas,
ción de permafrost por aumento de la tem- frentes rocosos y estar combinados con grie-
peratura en el nivel topográfico de localiza- tas de circulación de agua de descongela-
ción. Estas geoformas han sido reconocidas miento en la base frontal. Son el clásico pro-
e inventariadas en la región que nos ocupa. ducto de la macrosolifluxión o solifluxión de
(Igarzábal, 1982, Ahumada et al., 2005a) pendiente que describiera Troll (1944). Los
La detección de sus alteraciones morfo- lóbulos pueden presentar una fábrica con
14 A. L. Ahumada: Geoindicadores criosféricos en los Andes centrales del NOA

marcada selección vertical en la parte más En los Andes se encuentran dos tipos de
superficial de su perfil interno. vegas: de valles y de pendientes montaño-
– Terracitas: Son formas escalonadas de sas. Éstas se encuentran en el piso denomi-
solifluxión pero relativamente más peque- nado por Ambrosetti et al. (1986) y Roig et
ñas. Pueden estar acompañando a los lóbu- al. (1985) nivel altoandino o tundra andi-
los y no necesitan permafrost. Son muy fre- na. En las turberas los procesos de congela-
cuentes en todas las regiones andinas. Su miento estacional se manifiestan confor-
perfil muestra selección vertical y abundan- mando domos con lentes de hielo, tipo thu-
cia en sedimentos finos. Su presencia se furs (figura 3).
asocia a distintos tipos de rocas y distintos Debido a las alteraciones climáticas re-
valores de inclinación de laderas. General- cientes el crecimiento y formación de hu-
mente suelen estar vegetadas (figura 2). medales o vegas de altura se produce por el
El régimen de movimiento por gelifluxión incremento de caudales del sistema hidroló-
se modifica por efecto de los cambios cli- gico que los alimenta, a expensas del des-
máticos y su medición actual puede propor- congelamiento definitivo de los núcleos de
cionar información necesaria para evaluar hielo de geoformas vecinas. Paradójicamen-
los potenciales incrementos en su actividad te, esta situación es indicadora de degrada-
por efecto del calentamiento global. ción del sistema que preserva los humedales
La solifluxión puede ser monitoreada de altura, ya que el crecimiento areal es
por distintos métodos: por los clásicos ya insostenible en el tiempo, por la desapari-
conocidos: mediante la introducción por ción de la fuente proveedora de agua (nú-
percusión de tubos fragmentados que des- cleos de hielo) y el aumento de superficie
pués se recuperan y miden la distancia y expuesta a evapotranspiración.
profundidad de movimiento a perfil descu- Estas geoformas pueden ser censadas
bierto según el sentido implementados por anualmente mediante fotografías aéreas e
Benedict (1970) y Washburn (1979) o me- imágenes satelitales, lo que permitirá esta-
diante la instalación de múltiples sensores blecer su grado de alteración según sus va-
digitales cada vez más sofisticados como lores morfométricos.
los implementados por Matsuoka et al.
(2005) o Kinnard y Lewkowicz (2005). DISCUSIÓN
Humedales: Mallines, vegas o turberas
son importantes humedales en ambientes de La compilación de observaciones de
alta montaña donde están sujetos a conge- crioindicadores en las regiones de alta
lamiento estacional y porque son ecosiste- montaña del NW argentino o en otras re-
mas remanentes que se formaron a medida giones similares, requiere de un diseño de
que se retiraban los hielos pleistocénicos o redes de monitoreo regional. Estas redes
en las fluctuaciones acaecidas durante el proveerán de:
Holoceno (Ahumada, 1987). Estos ambien- – series temporales de observación de
tes son los resultantes de zonas que tuvieron temperatura;
y tienen fenómenos asociados con el perma- – tasas de cambio de las geoformas;
frost o con procesos periglaciales. – series de tiempo en sitios que pueden
En estos ambientes andinos son turberas ser usados para comparar con datos análo-
minerotróficas que se producen con la exis- gos colectados en otros sitios.
tencia de un ambiente ácueo, cercano a Para que estas observaciones sean de
vertientes, arroyos o cauces originados por utilidad en la caracterización del sistema a
el descongelamiento de suelos del piso alti- observar (movimiento de lenguas de soli-
tudinal criogénico, cuando el agua tiene flucción, o reptación de permafrost, etc) el
dificultades de percolación y escurrimiento diseño de la red de observaciones debe esta-
al encontrar lechos sedimentarios imper- blecer objetivos, parámetros y procedimien-
meables (por ej. sedimentos glaciarios, ce- tos comunes para poder contribuir a la re-
nizas volcánicas, etc.). presentación de las variaciones areales o
gradientes de parámetros específicos.
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Figura 2 (arriba). a) Glaciares de escombros; b) lóbulos de solifluxión en bloques; c) solifluxión en


guirnaldas; d) depósitos morénicos y e) laguna post-glacial en las laderas de la Sierra de Aconquija.
Figura 3 (abajo). Humedales de altura en las cabeceras de cuenca de la Sierra de Aconquija.
16 A. L. Ahumada: Geoindicadores criosféricos en los Andes centrales del NOA

Climate Change: Organizing the Science for


CONCLUSIONES the American Cordillera (CONCORD). Mendo-
za: 51-52.
En el NW de Argentina la presencia de Ambrosetti, J. L.; J. Del Vito y F. Roig. 1986. La
permafrost discontínuo en alta montaña in- vegetación del Paso de Uspallata. Provincia
dica una fuerte sensibilidad a las modifica- de Mendoza, Argentina. Geobotanisches Ins-
titut ETH, Stiftung Rübel, 91: 141-180.
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los escenarios de Cambio Global. Los gla- subaerial denudation. Journal of Geology 14:
ciares de escombros activos, indicadores de 91-112.
permafrost discontínuo, se encuentran en Barsch, D. 1969. Studien und Messungen an Bloc-
kgletschern in Macun, Unterengadin. Zeits-
desequilibrio con la isoterma media anual chrift für Geomorphologie, Supplementband
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nes en el corto plazo para establecer redes
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féricos definidos en este trabajo. 43.
Benedict, J. B. 1970. Downslope soil movement in
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La realización de este trabajo ha sido Berger, A. R. y W. J. Iams 1996. Geoindicator-as-
posible gracias al apoyo logístico y finan- sesing rapid environmental changes in earth
systems. A.A. Balkema, Rotterdam, 446 pp.
ciero de la Fundación Miguel Lillo y al pro- Catalano, L. R. 1927. Datos hidrológicos del Desier-
yecto P6343 de CONICET. La autora agrade- to de Atacama. Boletín de la Dirección
ce las adecuadas sugerencias realizadas por General de Minas, Geología e Hidrología.
Publicación 35: 1-55.
los árbitros, Dra Lidia Espizúa y Lic. Enri-
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