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INSTITUTO LATINOAMERICANO DE LA COMUNICACIÓN EDUCATIVA

CENTRO DE ESTUDIOS EN COMUNICACIÓN Y


TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS

Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas

Módulo de Comunicación y Educación

Tarea Sesión No. 12

Reseña
Expectativas educativas de las audiencias
televisivas y
Televisión abierta y audiencia en América Latina

Tutor: Maestro. Enrique Cuauhtémoc Arellano Aguilar

Sede ILCE
Verónica Peña Caamaño
vpena2709@cecte.orbis.edu.mx

14 de octubre de 2008
Televisión abierta y audiencia en América Latina

Fuenzalida, V. (2002). Televisión abierta y audiencia en América Latina. En


Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicación. Volumen
30. (pp. 9 – 20). Buenos Aires, Grupo editorial Norma.

En esta introducción al primer volumen de la colección de la enciclopedia pone en


claro el autor los tres componentes que un canal de televisión debe de tomar en
cuenta para el éxito de la programación.
Son tres: La audiencia, las demandas sociales y la empresa televisiva. Estos tres
actores tienen composiciones diferentes, pesos sociales desiguales y demandas
que provienen de las diferentes relaciones que sostienen con relación a la TV.
Cada actor se rige internamente por diferentes leyes, lo que hace una relación de
conflicto entre los tres.
Audiencia: Se trata de un consumo privado en el hogar junto a la familia que
busca una gratificación en su audición. Estas audiencias son selectivas y escogen
la programación de acuerdo a lo que les motiva y gratifica, aunque no vaya de
acuerdo con la imposición del “deber ser” de la sociedad.
Actores sociales: Existe diferentes actores sociales que pretenden asignarle a las
audiencias un “deber ser” frente a las emisiones televisivas, y que comunican una
tensión a estas últimas, entre la gratificación y el “deber ser, cuando seleccionan
un programa. Lo mismo sucede con el actor emisor que se ve presionado por un
conflicto social relativamente oculto, de los diferentes actores por el poder de
expresarse. Cada actor construye su discurso destacando su trascendencia como
emisor sociocultural, pero en estos discursos se prescinde del interés del público
televidente y de las características semióticas e industriales de la TV.
Empresa televisiva: Una característica muy importante de este actor es su alta
institucionalidad; y la ley de la sustentación y reproducción es la norma que lo
guía. Para cumplir con esta premisa de sustentación las empresas televisivas
deben poner en actuación varias capacidades, además de comprender bien los
límites y potencialidades del lenguaje televisivo y advertir la situación de recepción
en el hogar; en esta relación lenguaje hogar se explica la ley de gratificación de la
audiencia.
Fuenzalida, V. (2002). Expectativas educativas de las audiencias televisivas. En
Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicación. Volumen
30. (pp. 9 – 79). Buenos Aires, Grupo editorial Norma.

En los aproximadamente setenta años de la televisión la relación entre ésta y la


educación ha evolucionado. Desde un principio se ha pensado en la capacidad
educativa de la TV, lo que la sociedad también le ha exigido, sobre todo a los
canales abiertos.
En los años cuarenta se pensó en la televisión como un apoyo a la educación
escolar formal con teleclases incorporas al currículo de la escuela, completadas
con material escrito. Sin embargo pedagógicamente no fue posible integrar
sistemáticamente la TV a manera de libro de texto, además de la falta de
experiencia de los profesores en esta forma de enseñar.
En los años setenta se pensó en una educación a distancia apoyada por la TV y
con material complementario como: textos escritos, CD, DVD, tutorías telefónicas
etc. Esto le dio un gran giro a la educación, pues por vez primera los materiales
se producían por una organización separada de la escuela; se introdujo la idea de
educación permanente y se crean canales tecnológicos exclusivos para la
educación.
Con esto, la programación educativa es concebida con un contenido temático
segmentado y es conducida tecnológicamente por canales televisivos diferentes a
los de la TV abierta.
Con la aparición de internet el concepto de enseñanza- aprendizaje se acentúa
más el aprendizaje y con esto, se valora también el intercambio en la construcción
del conocimiento entre los alumnos. Esta tecnología aparece más congruente con
las reformas educativas ya ineludibles. Además concentra en ella una
convergencia tecnológica.
La segmentación de las audiencias empieza en los años ochenta del siglo pasado
junto con la aparición de la TV de paga. En esta oferta televisiva se incluyen
programas educativos que la persona escoge de acuerdo a sus intereses. Este
tipo de aprendizaje es menos sistemático y más anecdótico.
Con la aparición de la TV por cable y del internet se ha acentuado el papel de la
TV abierta como una posibilidad de entretención en donde es la familia la
mediadora en esta selección de programas. En este sentido la televisión se
concibe como una agencia de socialización en una forma diferente a la de la
escuela, con un lenguaje también distinto y con temáticas diversas.
El estudio de la audiencia dentro del hogar ha mostrado que el concepto de
“televisión educativa” es diferente, con lo que las expectativas de los programas
también cambian. Los temas no son más escolarizados, sino existenciales y
cotidianos, que aparecen en géneros como las telenovelas, docudramas y
programas magazinescos. El concepto cambia a eduentretenimiento o
eduentretención. En donde se imbrican los dos elementos, educación y
entretenimiento.

Con estudios de opinión verbalizada de las mujeres que trabajan en el hogar se


han delimitado cuatro etapas en su ciclo diario de trabajo de lunes a viernes.
Este ciclo empieza temprano en la mañana, una vez que la familia ha salido a
estudia y a trabajar la mujer queda sola en el hogar experimentando algunos
sentimientos de aislamiento y lejanía, lo que requiere de un programa de televisión
que la llene de energía psicosomática para encarar los trabajos de esa hora del
día. La posibilidad de televidencia es solamente lo que se llama audición auditiva
de monitoreo. La mujer no puede sentarse a ver con atención los programas
televisivos, solamente monitorea en los códigos los temas de su interés. Los
programas que se aprecian son los interactivos, los que permiten supervisar el
entorno, los que transmiten energía física y psicológica y los que ayudan a
enfrentar los problemas cotidianos y salir adelante.

Después del trabajo intenso sigue una etapa de descanso físico y psicológico en el
que el ama de casa se sienta descansar mientras dormita o lleva a cabo una tarea
manual. Durante este período se siente atraída por programas ficcionales como
las telenovelas.
Terminado este lapso de descanso empieza a reincorporarse lentamente a la vida
cotidiana, puede concentrarse más que durante la mañana en la atención a la
televisión y su interés recae en programas de ayuda y servicio al hogar que
presente testimonios con problemas que puede reconocer como similares e
identificarse con ellos. La expectativa educativa es aprender, desde la experiencia
ajena, la forma de encarar problemas cotidianos.

Vienen después la tercera etapa de trabajo y atención a los hijos en donde espera
programas que puedan entretener a los niños y más tarde programas que
permitan una convivencia en familia entre miembros de diversas edades. En este
momento las decisiones del visionado de programas las cede a los que van
llegando a la casa.
Los programas deben ser sin violencia y que presenten ciertos valores que la
familia pueda comentar. En Latinoamérica ha aparecido, para este momento del
día, la telenovela familiar vespertina con características diferentes a la
postmeridiana. La atención en este momento es cercana a la atención
concentrada.

La cuarte etapa es ya en la noche, cuando los adultos que trabajan regresan al


hogar y son los que toman las decisiones de la programación. En esta hora del día
la atención es de alta concentración.

Todo este conocimiento de las necesidades educativas de la mujer en el hogar ha


llevado al análisis de la percepción de las formas de realización, esto es, de la
disposición en pantalla de un conjunto de signos visuales y auditivos para la mejor
comunicación de las intenciones del emisor que satisfagan las expectativas
educativas de la audiencia.

Una forma efectiva de programación educativa es la de potenciación del


protagonismo social. Ahí se concibe al escenario habitual en la vida humana
como un conflicto dramático, con energías en pugna y con dinamismos internos
que pueden alterar la situación existente; esto es, que se pueden desencadenar
diversas energías transformadoras. El conflicto dramático destaca la
transformación situacional por obra del protagonista, quien asume iniciativas con
actividades que alterna la condición socio-existencial. La acción del protagonista
se desplaza hacia un objetivo a alcanzar. En esta búsqueda se enfrenta a fuerzas
antagónicas y podrá obtener ayuda de actantes auxiliares.

Esta forma de programa del protagonismo nos lleva al tema de la forma televisiva,
ya que el manejo de una técnica específica de la elaboración del contenido o tema
del relato permite realizar un tipo de reportaje adecuado llamado agonal. Aquí el
tema es un problema adverso enfrentado por la gente que es protagonista en la
solución del mismo. El comunicador solamente presenta el drama. Los recursos
narrativos son: relato del comunicador, relato de la propia gente involucrada,
actuación y muestra de las obras. Las emociones que se transmiten son de
admiración y energización.

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