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Erlin Quimbay Arias 1

LA ENERGÍA DE LAS ONDAS Y EL SONIDO


Concepto de onda:

Onda: Perturbación que se propaga de un lugar a otro. Las perturbaciones son normalmente vibraciones de las
partículas de un medio material: una onda es la propagación en el espacio de un movimiento vibratorio.

Las ondas transfieren energía sin que exista transporte de materia.

Tipos de ondas

Según necesitan o no un medio para propagarse:

Ondas mecánicas: Necesitan un medio material para propagarse (ondas sonoras, ondas de la superficie del agua,
ondas producidas por resortes y cuerdas)

Ondas electromagnéticas: Propagan su energía por medio de perturbaciones eléctricas y magnéticas, y no


precisan necesariamente de un medio material para propagarse ya que también lo hacen en el vacío (ondas de luz
o de radio, rayos ultravioletas, rayos X)

Según su dirección de propagación, las ondas pueden ser:

Ondas longitudinales: La dirección de la vibración de las partículas y la dirección de propagación de la onda


coinciden: las partículas del medio giran paralelamente a la dirección de la onda (resorte, ondas sonoras)

Ondas transversales: La dirección de la vibración de las partículas es perpendicular a la dirección de


propagación de la onda (cuerda, la luz, ondas de radio y televisión, rayos X)

Las ondas mecánicas transversales solo se propagan en los sólidos y en las superficies de separación entre
líquidos o entre gas y líquido pero nunca en el interior de los gases o de los líquidos. En cambio, las ondas
longitudinales pueden hacerlo en cualquier medio.

Según la dimensión que ocupa la onda para transportar la Energía:

a) Unidimensionales: ej.: resorte.

b) Bidimensionales : ej.: olas de sismos.

c) Tridimensional: ej.: sonido.

Características de las ondas

A medida que la onda se mueve cara a la derecha, cada punto vibra cara arriba y cara abajo a lo largo de una recta
donde los extremos son el punto más alto (cresta) y el punto más bajo (valle) de la curva. En una onda
longitudinal, las regiones de compresión correspondes a las crestas y las de expansión o dilatación, a los valles.
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Longitud de onda (λ): Distancia entre dos crestas o dos valles consecutivos.

Período (T): Tiempo necesario para que cualquier partícula vuelva a encontrarse en el mismo estado de
vibración.

Frecuencia (f): Es el número de crestas o valles –número de ondas- que pasan por un punto dado cada segundo.
La unidad de frecuencia en el SI se denomina hertz (Hz) f=1/T

Amplitud (A): Distancia máxima que puede separar a una partícula de su posición de equilibrio.

La energía transportada por una onda es directamente proporcional al cuadrado de su amplitud y al cuadrado de
su frecuencia.

Como la velocidad de una onda en un determinado medio (v) es constante, el espacio que recorre es igual al
producto de su velocidad por el tiempo: s=vt

Ecuación fundamental de las ondas:

λ=V*T λ=v.(1/f) =v/f

FENOMENOS ONDULATORIOS:

1. Reflexión: Fenómeno que se produce cuando un frente de ondas alcanza un obstáculo que no
es capas de realizar, ej.: eco, olas de mar, etc..
a) Frente de Ondas Planas:

Ondas Incidentes
Ondas Reflejadas

Muelle

b) Frente de ondas ondulares:

Ondas incidentes
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Ondas Reflejadas
c) Un Pulso que viaja por una cuerda con extremo fijo:

Pulso Incidente

Pulso Reflejado

a) Un pulso que viaja por una cuerda con extremos libres.

Incidente

Reflejado

b) Un rayo de luz que incide sobre un espejo.

α1 = Angulo Incidente
α1 α2 α2 = Angulo Reflejado
Peso: α1= α2

Espejo
2. Refracción: Este fenómeno ocurre cuando una onda o una fuente de ondas pasa de un medio
a otro en distintas densidades.

a) Un rayo de luz que pasa del aire al agua.

n
α1 α2 α1 =α2
Rayo Refractado
Rayo Reflejado
H2O Rayo Incidente

Pulso Incidente
b)
+denso - denso
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Pulso Reflejado Pulso Refractor

c) Menos Denso a más Denso:

Incidente

Punto Fijo
Reflectado

Reflejado

INTERFERENCIA

efecto que se produce cuando dos o más ondas se solapan o entrecruzan. Cuando las ondas interfieren entre sí, la
amplitud (intensidad o tamaño) de la onda resultante depende de las frecuencias, fases relativas (posiciones
relativas de crestas y valles) y amplitudes de las ondas iniciales. Por ejemplo, la interferencia constructiva se
produce en los puntos en que dos ondas de la misma frecuencia que se solapan o entrecruzan están en fase; es
decir, cuando las crestas y los valles de ambas ondas coinciden. En ese caso, las dos ondas se refuerzan
mutuamente y forman una onda cuya amplitud es igual a la suma de las amplitudes individuales de las ondas
originales. La interferencia destructiva se produce cuando dos ondas de la misma frecuencia están completamente
desfasadas una respecto a la otra; es decir, cuando la cresta de una onda coincide con el valle de otra. En este
caso, las dos ondas se cancelan mutuamente. Cuando las ondas que se cruzan o solapan tienen frecuencias
diferentes o no están exactamente en fase ni desfasadas, el esquema de interferencia puede ser más complejo.

La luz visible está formada por ondas electromagnéticas que pueden interferir entre sí. La interferencia de ondas
de luz causa, por ejemplo, las irisaciones que se ven a veces en las burbujas de jabón. La luz blanca está
compuesta por ondas de luz de distintas longitudes de onda. Las ondas de luz reflejadas en la superficie interior
de la burbuja interfieren con las ondas de esa misma longitud reflejadas en la superficie exterior. En algunas de
las longitudes de onda, la interferencia es constructiva, y en otras destructiva. Como las distintas longitudes de
onda de la luz corresponden a diferentes colores, la luz reflejada por la burbuja de jabón aparece coloreada. El
fenómeno de la interferencia entre ondas de luz visible se utiliza en holografía e interferometría.

La interferencia puede producirse con toda clase de ondas, no sólo ondas de luz. Las ondas de radio interfieren
entre sí cuando rebotan en los edificios de las ciudades, con lo que la señal se distorsiona. Cuando se construye
una sala de conciertos hay que tener en cuenta la interferencia entre ondas de sonido, para que una interferencia
destructiva no haga que en algunas zonas de la sala no puedan oírse los sonidos emitidos desde el escenario.
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Arrojando objetos al agua estancada se puede observar la interferencia de ondas de agua, que es constructiva en
algunos puntos y destructiva en otros.

DIFRACCIÓN

fenómeno del movimiento ondulatorio en el que una onda de cualquier tipo se extiende después de pasar junto al
borde de un objeto sólido o atravesar una rendija estrecha, en lugar de seguir avanzando en línea recta. La
expansión de la luz por la difracción produce una borrosidad que limita la capacidad de aumento útil de un
microscopio o telescopio; por ejemplo, los detalles menores de media milésima de milímetro no pueden verse en
la mayoría de los microscopios ópticos. Sólo un microscopio óptico de barrido de campo cercano puede superar
el límite de la difracción y visualizar detalles ligeramente menores que la longitud de onda de la luz.

SONIDO

Sonido, fenómeno físico que estimula el sentido del oído. En los seres humanos, esto ocurre siempre que una
vibración con frecuencia comprendida entre unos 15 y 20.000 hercios llega al oído interno. El hercio (Hz) es una
unidad de frecuencia que corresponde a un ciclo por segundo. Estas vibraciones llegan al oído interno
transmitidas a través del aire, y a veces se restringe el término “sonido” a la transmisión en este medio. Sin
embargo, en la física moderna se suele extender el término a vibraciones similares en medios líquidos o sólidos.
Los sonidos con frecuencias superiores a unos 20.000 Hz se denominan ultrasonidos.

Este artículo se ocupa de este campo de la física en líneas generales. Para lo relativo a la ciencia arquitectónica
del diseño de estancias y edificios con propiedades adecuadas de propagación y recepción del sonido, véase
Acústica. Para lo relativo a la naturaleza del proceso fisiológico de la audición de sonidos y la anatomía del
mecanismo de audición en personas y animales, véase Oído. En cuanto a las propiedades generales de la
producción y propagación de ondas vibracionales, entre ellas las ondas de sonido,

En general, las ondas pueden propagarse de forma transversal o longitudinal. En ambos casos, sólo la energía y la
cantidad de movimiento del movimiento ondulatorio se propagan en el medio; ninguna parte del propio medio se
mueve físicamente a una gran distancia. Por ejemplo, imaginemos que atamos firmemente una cuerda a un poste
por un extremo, la estiramos sin tensarla del todo y sacudimos el otro extremo. Una onda se desplazará por la
cuerda hacia el poste, donde se reflejará y volverá hacia la mano. En realidad, ninguna parte de la cuerda se
mueve longitudinalmente hacia el poste, pero todas las partes de la cuerda se mueven transversalmente. Este tipo
de movimiento ondulatorio se denomina onda transversal. Del mismo modo, si tiramos una piedra a un estanque,
una serie de ondas transversales se propaga desde el punto de impacto. Un corcho que flote cerca de dicho punto
se moverá hacia arriba y hacia abajo, es decir, de forma transversal a la dirección del movimiento ondulatorio,
pero apenas mostrará movimiento longitudinal. En cambio, una onda de sonido es una onda longitudinal. A
medida que la energía del movimiento ondulatorio se propaga alejándose del centro de la perturbación, las
moléculas de aire individuales que transmiten el sonido se mueven hacia delante y hacia atrás, de forma paralela
a la dirección del movimiento ondulatorio. Por tanto, una onda de sonido es una serie de compresiones y
enrarecimientos sucesivos del aire. Cada molécula individual transmite la energía a las moléculas vecinas, pero
una vez que pasa la onda de sonido, las moléculas permanecen más o menos en la misma posición.

Naturaleza y propagación del sonido

En la mayoría de los casos, las vibraciones del foco sonoro se propagan en el aire y originan zonas de mayor
presión (compresiones) y otras de presión más baja (dilataciones) que al incidir sobre el oído producen una
sensación sonora.

Onda sonora: Oscilación de presión que se propaga por un medio.

Las ondas sonoras son ondas mecánicas longitudinales; por lo tanto, necesitan un medio material para
propagarse, y las compresiones y dilataciones se producen en las misma dirección de propagación de la onda.

Velocidad de propagación de las ondas sonoras:


En un medio homogéneo, las ondas sonoras se propagan a velocidad constante. El sonido se propaga a través de
todos los estados de agregación de la materia.

v sólidos>v líquido>v gases


En la velocidad de las ondas sonoras no influye ni su frecuencia, ni su longitud de onda, ni su amplitud. En los
sólidos y en los líquidos la velocidad del sonido tampoco depende de la temperatura; en cambio, ésta sí influye
en la velocidad del sonido en los gases.
En aeronáutica se usa a veces el número de Mach: Es el cociente entre la velocidad del avión y la velocidad del
sonido en las mismas condiciones.

Velocidad de Onda (V): Cociente entre la longitud de onda y el período, o el producto entre longitud de onda
y una frecuencia.
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V= λ V=λ xƒ Unidad de Medida m/s


T

CONDICIONES PARA QUE SE PRODUZCA EL EFECTO SONORO

1. Objeto emisor: Objeto que puede vibrar por medio de una perturbación.

2. Medio de Transporte: Medio suficientemente elástico por el cual viaja la perturbación u onda.

3. Receptor: sujeto que posee un órgano capáz de experimentar la sensación sonora.

4. Intervalos de Frecuencias Audibles:

Hombre : 20 Hz - 20.000 Hz

Infrasonidos Ultrasonidos

db

140_ Avión a reacción a chorro


130_ Taladro neumático (para cemento)
120_ Umbral sonoro (produce daños). Música rock amplificada (18 mt aprox).
110_ Cortadora de pasto mecánica
100_ Electrodomésticos
90_ Metro
80_ Tráfico urbano (dentro del vehículo)
70_ Cantante "fuertísimo"
60_ Conversación normal
50_ Calle tranquila
40_ Habitación tranquila
30_ Tic-Tac de un reloj
20_ Murmullo
10_ Susurro de las hojas de los árboles
0_ Límite audible

reflexión de las ondas sonoras:

Reflexión: Cambio de dirección que experimentan las ondas cuando inciden sobre un obstáculo y vuelven al
medio del que proceden. El eco se produce por la reflexión de las ondas de los sonidos.

Eco: Audición repetida de un mismo sonido: primero del sonidos directo y después reflectado en una superficie
que está suficientemente alejada.

El oído humano distingue dos sonidos consecutivos cuando los percibe con una diferencia de una décima de
segundo. Suponiendo que la velocidad del sonido en el aire es 340 m/s, en una décima de segundo el sonido
recorre 34 m, y como ha de ir y volver, necesitará para percibirse que el obstáculo este, por lo menos, a una
distancia de 17 m.

Cuando la distancia es menor, el sonido directo y los reflectados se superponen y la audición se hace confusa, los
sonidos no se perciben con nitidez. Éste fenómeno se denomina reverberación.

Cualidades del sonido

Sonoridad: Es la cualidad que permite identificar los sonidos como fuerte o débiles.
Depende de la intensidad de la onda, es decir, de la energía transportada por la onda, que
siempre es muy pequeña.

Para una determinada frecuencia, la intensidad de una onda es directamente proporcional


al cuadrado de la amplitud e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia al foco sonoro. La intensidad
física de la onda se mide en W/m2 y la sonoridad en dB.
Sin embargo, no existe proporcionalidad directa entre la intensidad física de un sonido y la sensación sonora
(sonoridad)
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El oído humano no puede percibir todos los sonido. Para cada frecuencia existe una intensidad física mínima
(límite de audición) por debajo de la cual el oído no percibe el sonido. El límite de audición está a 10 -12 W/m2,
que equivalen a 0 dB.

Tono: Es la cualidad de los sonidos que permite distinguir entre sonidos graves (o
bajos) y agudos (o altos)
El tono de un sonido está relacionado con su frecuencia; los sonidos graves son los de
baja frecuencia y los agudos los de alta frecuencia. El oído humano solo percibe los
sonidos comprendidos entre 20 y 20 000 Hz, aproximadamente, pero estos valores
pueden variar de unas personas a otras.
Los sonidos con frecuencias superiores a 20 000 Hz se denominan ultrasonidos; los
que tienen frecuencias inferiores a 20 Hz se llaman infrasonidos.

Los ultrasonidos tienen importantes aplicaciones en medicina y permiten evitar los efectos peligrosos que pueden
causar los rayos X: ecografías ginecológicas, de mama, para visualizar tejidos blandos que son poco visibles para
los rayos X, para romper piedras renales, etc. En la industria se usan para descubrir posibles efectos en piezas
metálicas.

El sonar emite ultrasonidos y recibe la onda sonora reflectada en los obstáculos submarinos. Se utiliza para
detectar bancos de peces, submarinos o cualquier otro cuerpo sumergido y para medir la profundidad del mar.

En la voz, la música y el ruido, es raro escuchar un tono puro. Una nota musical contiene, además de la
frecuencia fundamental, tonos más agudos que son armónicos de la misma. La voz contiene una mezcla
compleja de sonidos, de los que algunos (pero no todos) guardan una relación armónica entre sí. El
ruido está formado por una mezcla de muchas frecuencias diferentes dentro de un determinado rango;
por tanto, puede compararse con la luz blanca, que se compone de una mezcla de luces de los distintos
colores. Los distintos ruidos se distinguen por sus diferentes distribuciones de energía en los distintos
rangos de frecuencias.

Cuando se transmite al oído un tono musical que contiene determinados armónicos del tono
fundamental, pero carece de otros armónicos o del propio tono fundamental, el oído forma diferentes
“batidos” o pulsaciones cuya frecuencia es la suma o la diferencia de los sonidos originales, con lo que
producen los armónicos que faltan o el tono fundamental que no figura en el sonido original. Estas
notas también son armónicos de la nota fundamental original. Esta respuesta incorrecta del oído puede
resultar útil. Por ejemplo, un equipo reproductor de sonido sin un altavoz grande no puede producir
sonidos de tono más grave que el do situado dos octavas por debajo del do central; sin embargo, el oído
de una persona que escuche ese equipo puede proporcionar la nota fundamental a partir de las
frecuencias de batido de sus armónicos. Otra imperfección del oído ante los sonidos ordinarios es la
incapacidad de oír notas de alta frecuencia cuando existen sonidos de baja frecuencia de intensidad
considerable. Este fenómeno se denomina enmascaramiento.

En general, para que se entienda el habla y se comprenda satisfactoriamente un tema musical basta
reproducir las frecuencias entre 250 y 3.000 Hz (el rango de frecuencias de un teléfono normal), aunque
algunos sonidos —como la zeta— requieren frecuencias de hasta 6.000 Hz. Sin embargo, para que el
efecto sea natural hay que reproducir el rango que va aproximadamente de 100 a 10.000 Hz. Los
sonidos generados por unos pocos instrumentos musicales sólo pueden reproducirse con naturalidad con
frecuencias algo más bajas, y algunos ruidos necesitan frecuencias más altas.

En cuanto a la conversión de ondas de sonido en ondas eléctricas y viceversa.

Timbre: Es la calidad por la que se distinguen dos sonidos de la misma sonoridad y del mismo tono.

Ningún foco emisor produce una vibración única, sino que al sonido fundamental, de frecuencia definida, se
superponen otros más débiles, de frecuencias múltiplos de la onda fundamental (2f, 3f, etc.), que se denominan
armónicos o sobretonos.

Las sonoridades y las frecuencias de los armónicos que acompañan al sonidos fundamental varían de unos focos
sonoros a otros y determinan el timbre de cada sonido.

Si se toca el la situado sobre el do central en un violín, un piano y un diapasón, con la misma intensidad en los
tres casos, los sonidos son idénticos en frecuencia y amplitud, pero muy diferentes en timbre. De las tres fuentes,
el diapasón es el que produce el tono más sencillo, que en este caso está formado casi exclusivamente por
vibraciones con frecuencias de 440 Hz. Debido a las propiedades acústicas del oído y las propiedades de
resonancia de su membrana vibrante, es dudoso que un tono puro llegue al mecanismo interno del oído sin sufrir
cambios. La componente principal de la nota producida por el piano o el violín también tiene una frecuencia de
440 Hz. Sin embargo, esas notas también contienen componentes con frecuencias que son múltiplos exactos de
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440 Hz, los llamados tonos secundarios, como 880, 1.320 o 1.760 Hz. Las intensidades concretas de esas otras
componentes, los llamados armónicos, determinan el timbre de la nota

VELOCIDAD DEL SONIDO

La frecuencia de una onda de sonido es una medida del número de vibraciones por segundo de un punto
determinado. La distancia entre dos compresiones o dos enrarecimientos sucesivos de la onda se denomina
longitud de onda. El producto de la longitud de onda y la frecuencia es igual a la velocidad de propagación de la
onda, que es la misma para sonidos de cualquier frecuencia (cuando el sonido se propaga por el mismo medio a
la misma temperatura). Por ejemplo, la longitud de onda del la situado sobre el do central es de unos 78,2 cm, y
la del la situado por debajo del do central es de unos 156,4 centímetros.

La velocidad de propagación del sonido en aire seco a una temperatura de 0 °C es de 331,6 m/s. Al aumentar la
temperatura aumenta la velocidad del sonido; por ejemplo, a 20 °C, la velocidad es de 344 m/s. Los cambios de
presión a densidad constante no tienen prácticamente ningún efecto sobre la velocidad del sonido. En muchos
otros gases, la velocidad sólo depende de su densidad. Si las moléculas son pesadas, se mueven con más
dificultad, y el sonido avanza más despacio por el medio. Por ejemplo, el sonido avanza ligeramente más deprisa
en aire húmedo que en aire seco, porque el primero contiene un número mayor de moléculas más ligeras. En la
mayoría de los gases, la velocidad del sonido también depende de otro factor, el calor específico, que afecta a la
propagación de las ondas de sonido.

Generalmente, el sonido se mueve a mayor velocidad en líquidos y sólidos que en gases. Tanto en los líquidos
como en los sólidos, la densidad tiene el mismo efecto que en los gases; la velocidad del sonido varía de forma
inversamente proporcional a la raíz cuadrada de la densidad. La velocidad también varía de forma proporcional a
la raíz cuadrada de la elasticidad. Por ejemplo, la velocidad del sonido en agua es de unos 1.500 m/s a
temperaturas ordinarias, pero aumenta mucho cuando sube la temperatura. La velocidad del sonido en el cobre es
de unos 3.500 m/s a temperaturas normales y decrece a medida que aumenta la temperatura (debido a la
disminución de la elasticidad). En el acero, más elástico, el sonido se desplaza a unos 5.000 m/s; su propagación
es muy eficiente.

Velocidad del sonido


En la tabla se muestra la velocidad de propagación del sonido en distintos medios a una temperatura determinada.

SUSTANCIA VELOCIDAD DEL SONIDO (M/S)

Aire (0 ºC) 331,6


Aire (20 ºC) 344
Hidrógeno (0 1.280
ºC)
Agua (0 ºC) 1.390
Agua (20 ºC) 1.484
Cobre (20 ºC) 3.580
Acero (20 ºC) 5.050
Vidrio (20 ºC) 5.200

Sonido en el agua
Las ondas sonoras se desplazan con más rapidez y eficacia por el agua que por el aire seco, lo que permite a la
mayoría de los cetáceos comunicarse entre sí a grandes distancias. Muchos de estos animales también usan ondas
sonoras para orientarse en aguas oscuras, utilizándolas como el sonar de un barco o un submarino.

Barrera del sonido, término que se refiere a los efectos de compresibilidad experimentados por los aviones
supersónicos cuando su velocidad con respecto al aire se aproxima a la velocidad local del sonido (1.223 km/h a
nivel del mar en condiciones normales).
EL OIDO

Oído, órgano responsable de la audición y el equilibrio. Se divide en tres zonas: externa, media e interna. La
mayor parte del oído interno está rodeada por el hueso temporal

ESTRUCTURA

El oído externo es la parte del aparato auditivo que se encuentra en posición lateral al tímpano o membrana
timpánica. Comprende la oreja o pabellón auricular o auditivo (lóbulo externo del oído) y el conducto auditivo
externo, que mide aproximadamente tres centímetros de longitud y presenta dos zonas: una externa que es
fibrocartilaginosa y otra interna que es ósea.
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Las partes más externas del oído son el pabellón auditivo, que es la zona visible del oído, y el conducto auditivo,
que está encerrado y atrapa la suciedad. Este canal transmite los cambios de presión de aire y las ondas sonoras al
tímpano, o membrana timpánica. En el tímpano comienza el oído medio, que también incluye la trompa de
Eustaquio y los tres pequeños huesos vibrantes del oído: martillo, yunque y estribo. La cóclea y los canales
semicirculares constituyen el oído interno. La información pasa desde el oído interno al cerebro vía nervio
auditivo.

El oído medio se encuentra situado en la cavidad timpánica llamada caja del tímpano, cuya cara externa está
formada por la membrana timpánica, o tímpano, que lo separa del oído externo. Incluye el mecanismo
responsable de la conducción de las ondas sonoras hacia el oído interno. Es un conducto estrecho, o fisura, que se
extiende unos quince milímetros en un recorrido vertical y otros quince en recorrido horizontal. El oído medio
está en comunicación directa con la nariz y la garganta a través de la trompa de Eustaquio, que permite la entrada
y la salida de aire del oído medio para equilibrar las diferencias de presión entre éste y el exterior. Hay una
cadena formada por tres huesos pequeños y móviles (huesecillos) que atraviesa el oído medio. Estos tres huesos
reciben los nombres de martillo, yunque y estribo. Los tres conectan acústicamente el tímpano con el oído
interno, que contiene un líquido.

El oído interno es un laberinto de conductos enredados que contienen fluido y que están relacionados con el
sentido del oído y con el equilibrio. Hay tres canales dentro de una estructura con forma de caracol llamada
cóclea. Las vibraciones sonoras, amplificadas por los huesos del oído medio, viajan por estos canales y mueven
pequeños pelos que estimulan fibras conectadas a su vez con el nervio auditivo. Los sonidos procedentes del
exterior, se codifican de esta forma para viajar al cerebro. La parte posterior del oído interno alberga los canales
semicirculares. Estos canales, conectados entre sí por una estructura llamada vestíbulo, son sensibles a la
gravedad, a la aceleración y a la postura y movimientos de la cabeza.

El oído interno, o laberinto, se encuentra en el interior del hueso temporal que contiene los órganos auditivos y
del equilibrio, que están inervados por los filamentos del nervio auditivo (véase Sistema nervioso). Está separado
del oído medio por la fenestra ovalis, o ventana oval. El oído interno está constituido por una serie de cavidades
óseas, comunicadas entre sí, constituyendo el laberinto óseo; a su vez, dentro de estas cavidades óseas existen
otras cavidades membranosas que constituyen el laberinto membranoso, que está lleno de un líquido denominado
endolinfa. Entre el laberinto óseo y el membranoso existe otro líquido denominado perilinfa. Morfológicamente
podemos diferenciar en el oído interno tres partes: cóclea o caracol, vestíbulo y tres canales semicirculares..

CAPACIDAD AUDITIVA
Gama de frecuencias que escuchan los animales

Muchos animales oyen una gama de frecuencias


más amplia que la que son capaces de oír los
seres humanos. Por ejemplo, los silbatos para
perros vibran a una frecuencia alta, que los seres
humanos no son capaces de detectar; mientras
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que ciertas evidencias sugieren que los delfines y las ballenas se comunican con frecuencias fuera del alcance del
oído humano (ultrasonidos). La frecuencia se mide en hercios, o número de ondas sonoras que un objeto emite
por segundo. Cuanto más vibra el objeto, la frecuencia y el tono del sonido resultante son más altos.

Las ondas sonoras, en realidad cambios en la presión del aire, son transmitidas a través del canal auditivo externo
hacia el tímpano, en el cual se produce una vibración. Estas vibraciones se comunican al oído medio mediante la
cadena de huesecillos (martillo, yunque y estribo) y, a través de la ventana oval, hasta el líquido del oído interno.
El movimiento de la endolinfa que se produce al vibrar la cóclea, estimula el movimiento de un grupo de
proyecciones finas, similares a cabellos, denominadas células pilosas. El conjunto de células pilosas constituye el
órgano de Corti. Las células pilosas transmiten señales directamente al nervio auditivo, el cual lleva la
información al cerebro. El patrón de respuesta de las células pilosas a las vibraciones de la cóclea codifica la
información sobre el sonido para que pueda ser interpretada por los centros auditivos del cerebro.

El rango de audición, igual que el de visión, varía de unas personas a otras. El rango máximo de audición en los
seres humanos incluye frecuencias de sonido desde 16 hasta 28.000 ciclos por segundo. El menor cambio de tono
que puede ser captado por el oído varía en función del tono y del volumen. Los oídos humanos más sensibles son
capaces de detectar cambios en la frecuencia de vibración (tono) que correspondan al 0,03% de la frecuencia
original, en el rango comprendido entre 500 y 8.000 vibraciones por segundo. El oído es menos sensible a los
cambios de frecuencia si se trata de sonidos de frecuencia o de intensidad bajas.

La sensibilidad del oído a la intensidad del sonido (volumen) también varía con la frecuencia. La sensibilidad a
los cambios de volumen es mayor entre los 1.000 y los 3.000 ciclos, de manera que se pueden detectar cambios
de un decibelio. Esta sensibilidad es menor cuando se reducen los niveles de intensidad de sonido.

Las diferencias en la sensibilidad del oído a los sonidos fuertes causan varios fenómenos importantes. Los tonos
muy altos producen tonos diferentes en el oído, que no están presentes en el tono original. Es probable que estos
tonos subjetivos estén producidos por imperfecciones en la función natural del oído medio. Las discordancias de
la tonalidad que producen los incrementos grandes de la intensidad de sonido, es consecuencia de los tonos
subjetivos que se producen en el oído. Esto ocurre, por ejemplo, cuando el control del volumen de un aparato de
radio está ajustado. La intensidad de un tono puro también afecta a su entonación. Los tonos altos pueden
incrementar hasta una nota de la escala musical; los tonos bajos tienden a hacerse cada vez más bajos a medida
que aumenta la intensidad del sonido. Este efecto sólo se percibe en tonos puros. Puesto que la mayoría de los
tonos musicales son complejos, por lo general, la audición no se ve afectada por este fenómeno de un modo
apreciable. Cuando se enmascaran sonidos, la producción de armonías de tonos más bajos en el oído puede
amortiguar la percepción de los tonos más altos. El enmascaramiento es lo que hace necesario elevar la propia
voz para poder ser oído en lugares ruidosos. Véase Sordera.

EQUILIBRIO

Los canales semicirculares y el vestíbulo están relacionados con el sentido del equilibrio. En estos canales hay
pelos similares a los del órgano de Corti, y detectan los cambios de posición de la cabeza.

Los tres canales semicirculares se extienden desde el vestíbulo formando ángulos más o menos rectos entre sí, lo
cual permite que los órganos sensoriales registren los movimientos que la cabeza realiza en cada uno de los tres
planos del espacio: arriba y abajo, hacia adelante y hacia atrás, y hacia la izquierda o hacia la derecha. Sobre las
células pilosas del vestíbulo se encuentran unos cristales de carbonato de calcio, conocidos en lenguaje técnico
como otolitos y en lenguaje coloquial como arenilla del oído. Cuando la cabeza está inclinada, los otolitos
cambian de posición y los pelos que se encuentran debajo responden al cambio de presión. Los ojos y ciertas
células sensoriales de la piel y de tejidos internos, también ayudan a mantener el equilibrio; pero cuando el
laberinto del oído está dañado, o destruido, se producen problemas de equilibrio. Es posible que quien padezca
una enfermedad o un problema en el oído interno no pueda mantenerse de pie con los ojos cerrados sin
tambalearse o sin caerse.

ENFERMEDADES DEL OÍDO

Las enfermedades del oído externo, medio o interno pueden producir una sordera total o parcial; además, la
mayor parte de las enfermedades del oído interno están asociadas a problemas con el equilibrio. Entre las
enfermedades del oído externo se encuentran las malformaciones congénitas o adquiridas; la inflamación
producida por quemaduras, por congelación o por alteraciones cutáneas, y la presencia de cuerpos extraños en el
canal auditivo externo. Entre las enfermedades del oído medio se encuentran la perforación del tímpano y las
infecciones. En el oído interno pueden producirse alteraciones tales como las producidas por trastornos
congénitos y funcionales, por drogas y por otras sustancias tóxicas, problemas circulatorios, heridas y trastornos
emocionales. La otalgia, o dolor de oídos, no siempre está relacionada con alguna enfermedad del oído; a veces
la causa se encuentra en un diente dañado, sinusitis, amigdalitis, lesiones nasofaríngeas o adenopatías cervicales.
El tratamiento depende de cuál sea la causa principal. El acúfeno es un zumbido persistente que se percibe en los
oídos y puede producirse como consecuencia de alguna de las alteraciones anteriores; otras causas pueden ser la
excesiva cantidad de cera en el oído, alergias o tumores. Con frecuencia, el acúfeno persistente se debe a la
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exposición prolongada a un ruido excesivo que daña las células pilosas de la cóclea. A veces las personas que
padecen esta alteración pueden utilizar un enmascarador de sonido para paliar el problema.

ENFERMEDADES DEL OÍDO EXTERNO

Entre las malformaciones congénitas del oído externo destaca la ausencia del pabellón auditivo, e incluso la
ausencia de abertura del canal auditivo externo. Si las estructuras del oído medio son anormales es posible
realizar una cirugía reconstructora de la cadena de huesecillos para restablecer parte de la capacidad auditiva.
Entre las malformaciones adquiridas del oído externo se encuentran los cortes y las heridas. El otematoma,
conocido como oído en forma de coliflor y típico de los boxeadores, es el resultado frecuente de los daños que
sufre el cartílago del oído cuando va acompañado de hemorragia interna y una producción excesiva de tejido
cicatrizante.
La inflamación del oído externo puede aparecer como consecuencia de cualquier enfermedad que produzca a su
vez inflamación de la piel; es el caso de las dermatitis producidas por quemaduras, lesiones y congelaciones.
Enfermedades cutáneas como la erisipela o la dermatitis seborreica afectan al oído con mucha frecuencia.
Tuberculosis y sífilis cutánea son algunas de las enfermedades más raras que también afectan al oído externo.

La presencia de cuerpos extraños en el canal auditivo externo (insectos, algodón y cerumen —la cera que segrega
el oído—) produce alteraciones auditivas y deben ser extraídos con cuidado.

ENFERMEDADES DEL OÍDO MEDIO

La perforación del tímpano puede ocurrir por una lesión producida por cualquier objeto afilado, por sonarse la
nariz con fuerza, al recibir un golpe en el oído, o a causa de cambios súbitos en la presión atmosférica.

La infección del oído medio, aguda o crónica, se denomina otitis media. En la otitis media supurativa aguda se
incluyen todas las infecciones agudas del oído medio producidas por bacterias piógenas. Por lo general, estas
bacterias llegan al oído medio a través de la trompa de Eustaquio. Cuando el mastoides resulta afectado, la otitis
media se puede complicar y, con frecuencia, se produce sordera debido a la formación de adherencias y
granulaciones de tejidos que impiden el movimiento del tímpano y de los huesecillos. Si se produce una
distensión dolorosa del tímpano puede ser necesario realizar una intervención quirúrgica para permitir el drenaje
del oído medio. Desde que se comenzaron a utilizar de forma generalizada la penicilina y otros antibióticos, las
complicaciones que afectan al mastoides son mucho menos frecuentes. La otitis media supurativa crónica puede
producirse como consecuencia de un drenaje inadecuado del pus durante una infección aguda. Esta patología no
responde con facilidad a los agentes antibacterianos debido a que se producen cambios patológicos irreversibles.

Las otitis medias no supurativas, o serosas, agudas y crónicas, se producen por la oclusión de la trompa de
Eustaquio a causa de un enfriamiento de cabeza, amigdalitis o adenoiditis, sinusitis, o por viajar en un avión no
presurizado. La forma crónica también puede producirse como consecuencia de infecciones bacterianas
producidas por neumococos o por Haemophilus influenzae. Debido a que la descarga serosa (acuosa) empeora la
capacidad auditiva, se ha sugerido la posibilidad de que los niños que padezcan otitis media puedan encontrar
dificultades para el desarrollo del lenguaje. Se han utilizado diversos tratamientos, entre ellos el uso de
antibióticos y antihistamínicos, la extirpación de amígdalas y adenoides, y la inserción de tubos de drenaje en el
oído medio.

Uno de cada mil individuos adultos padece una pérdida de su capacidad auditiva debido a una otosclerosis, u
otospongiosis, que consiste en la formación de hueso esponjoso entre el estribo y la ventana oval. Como
consecuencia de esta formación de tejido, el estribo queda inmovilizado y ya no puede transmitir información
hacia el oído interno. Cuando esta alteración progresa, es necesario eliminar los depósitos óseos mediante
cirugía, y reconstruir la conexión entre el estribo y la ventana oval. En ocasiones, el estribo se reemplaza por una
prótesis similar a un émbolo. Incluso tras haber efectuado una operación quirúrgica con éxito puede continuar
depositándose tejido óseo y producirse la pérdida de capacidad auditiva años después.

ENFERMEDADES DEL OÍDO INTERNO

Las enfermedades del oído interno también pueden alterar el sentido del equilibrio e inducir síntomas de mareo.
Estos síntomas también pueden deberse a anemia, hipertermia, tumores del nervio acústico, exposición a un calor
anormal, problemas circulatorios, lesiones cerebrales, intoxicaciones y alteraciones emocionales. El vértigo de
Ménière aparece como consecuencia de lesiones producidas en los canales semicirculares y produce náuseas,
pérdida de la capacidad auditiva, acúfenos o ruido en los oídos y alteraciones del equilibrio. A veces está indicada
la destrucción del laberinto pseudomembranoso mediante criocirugía o por irradiación con ultrasonidos para
combatir vértigos que no tienen tratamiento.
Lic.Erlin Quimbay Arias 12

La destrucción traumática del órgano de Corti en el oído interno es la responsable de una gran proporción de los
casos de sordera total. En los últimos años, los científicos han desarrollado un dispositivo electrónico destinado a
adultos que padecen sordera profunda, que se conoce como implante coclear. Este aparato convierte las ondas
sonoras en señales eléctricas que se liberan en unos electrodos implantados en la cóclea, y de esta manera se
produce la estimulación directa del nervio auditivo. Sin embargo, los sonidos que produce son poco definidos y
hasta ahora el implante coclear se utiliza sobre todo como una ayuda para poder leer en los labios.

OTORRINOLARINGÓLOGOS

La mayor parte de las enfermedades del oído que implican procesos infecciosos, inflamatorios o alérgicos, son
tratadas por médicos conocidos como otorrinolaringólogos o especialistas en laringe, nariz y oídos (ORL). Los
cirujanos otorrinolaringológicos tratan problemas tales como la otosclerosis, el trauma físico y el drenaje de los
tejidos infectados que requieren operaciones quirúrgicas.

8.6 – Naturaleza y propagación de la luz

Luz: Onda transversal electromagnética que no necesita un medio material para propagarse: se propaga en el
vacío, como todas las ondas electromagnéticas, con una velocidad aproximada de 3.10 8 m/s La luz viaja en línea
recta. A estas líneas las llamamos rayos.

Rayo: Línea imaginaria dibujada en la dirección según la cual se propagan las ondas.

Un foco luminoso puntual A y un cuerpo


opaco B que origina una zona de sombra S,
no iluminada.

Si un foco luminoso es extenso, da lugar a


una región de sombra S y a otra de
penumbra P

Reflexión de la luz:
Cuando la luz incide sobre la superficie de un medio no transparente, opaco, vuelve al mismo medio en el que se
propagaba. Éste fenómeno se denomina reflexión. En cambio, si incide sobre la superficie de separación de dos
medios transparentes distintos, una parte vuelve al mismo medio en el que se propagaba (se reflecte) y otra parte
al segundo medio (se refracta)

La luz que se reflecte cambia de dirección pero conserva la misma velocidad. La luz que se refracta cambia
de dirección y de velocidad.

El ángulo formado por el rayo incidente y la normal N es el ángulo de incidencia (i). El ángulo de reflexión (r) es
el formado por la normal y el rayo reflectado. Experimentalmente se comprueban las leyes de Snell de la
reflexión:
• El ángulo de incidencia es igual al ángulo de reflexión.
• El rayo incidente, la normal, y el rayo reflectado se encuentran en el mismo punto.

Cuando colocamos un objeto delante de un espejo plano, creemos ver su imagen situada detrás del espejo. La
imagen es igual al objeto y simétrica respecto del espejo.

Cuando la luz incide sobre una superficie no pulida, los rayos reflectado sale en todas las direcciones, es lo que
se conoce con el nombre de reflexión difusa.

Refracción de la luz:
La luz se propaga en línea recta y con velocidad constante en un medio uniforme, pero cuando la luz pasa
oblicuamente de un medio transparente a otro, por ejemplo, aire y agua, experimenta un cambio de dirección de
propagación y de velocidad que se denomina refracción.

La refracción se produce cuado la luz pasa de un medio a otro donde su velocidad es diferente.

La velocidad de propagación de la luz en el vacío (c) es siempre mayor que en cualquier otro medio transparente
(v).
Índice de refracción (n): Es el cociente entre estas dos velocidades (n=c/v)
Lic.Erlin Quimbay Arias 13

Lentes:

Lente: Medio material transparente limitado por dos superficies que acostumbran a ser planas o esféricas.

Lente convergente: Son las lentes que son más gruesas por el centro que por los bordes. Concentran en un punto
los rayos que llegan paralelos a la lente.

Lente divergente: Son las lentes que son más gruesas por los lados que por los bordes. Separan los rayos que
llegan paralelos a la lente.

El ojo humano funciona como un instrumento óptico. En ocasiones presenta defectos que pueden corregirse con
lentes. El ojo miope no ve bien de lejos. Éste efecto se corrige con lentes divergentes. El ojo hipermétrope es el
caso opuesto al anterior, no ve bien de cerca. Se corrige con lentes convergentes. El ojo astigmático se corrige
con lentes cilíndricas.

8.7 – Dispersión de la luz. Espectro lumínico

La luz blanca es realmente una mezcla de luces de diferentes colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y
violeta.

Dispersión: Descomposición de la luz más compleja en otras luces más simples, la separación de la luz en las
longitudes de onda que la componen.

Se puede conseguir usando un prisma de vidrio. Al pasar la luz blanca, las distintas luces se separan por presentar
diferentes velocidades en el vidrio del prisma: la luz roja se propaga con mayor velocidad, por lo que es menos
desviada; la luz violeta es la más desviada porque tiene la menor velocidad.

Las luces de distintos colores se propagan en los medio materiales con velocidades distintas, solo en el vacío
se propagan con la misma velocidad.
Al conjunto de luces que aparecen dispersadas se le llama espectro lumínico o espectro visible.

8.8 – La división del color

Cuando se proyectan sobre una pantalla rayos luminosos de color rojo, verde y azul, se obtiene, junto con otros
colores, luz blanca. Con estos tres colores (rojo, verde y azul), llamados colores primarios, se puede reproducir
una gran gama de colores.

Con la mezcla de dos colores primarios se obtiene un tercer color llamado color secundario. Hay tres colores
secundarios: turquesa, amarillo o púrpura.

La obtención de color por medio de luces de colores se denomina mezcla aditiva o síntesis aditiva.

Los colores de los cuerpos dependen del tipo de luz que los ilumina y de la naturaleza de su superficie. Si son
opacos, su color se debe a la luz reflectada, si son transparentes a la luz que transmiten. Por ejemplo, un vidrio es
verde porque absorbe total o parcialmente las luces que no son verdes y transmite solo la verde. Un traje es rojo
porque absorbe total o parcialmente las luces que nos son rojas y reflecte solo la roja.

Una superficie que absorbe toda la luz que le llega se verá de color negro. Si reflecte toda la luz que incide sobre
ella, su color será la misma que la de la luz utilizada.

Cuando se mezclan pinturas el resultado es diferente al de la mezcla de las luces. La mezcla de pintura
siempre resta luz, por lo que se denomina mezcla substractiva o síntesis substractiva.

Al mezclar pinturas roja, azul y verde se obtiene color negro, no blanco. Este comportamiento se debe a que el
color rojo absorbe al azul y al verde; el verde al azul y al rojo; y el azul absorbe al rojo y al verde. El resultado
final tiene que ser el color negro.
En este caso, los colores primarios son púrpura, turquesa y amarillo. Cuando se mezclan se obtienen los colores
secundarios, que son más oscuras: rojo, azul y verde.

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