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Es llamada la Sucursal del cielo. La tierra de mujeres hermosas Los andenes dejaron
y de grandes deportistas. Su brisa vespertina y alegría de ser utilizados por
desbordante son envidiables. los peatones caleños y
se convirtieron en
Pero en la ciudad atravesada por siete ríos, inspiradora de poetas espacios para botar
y músicos, el caminante no tiene camino y, como en el poema escombros, basuras o
de Machado, debe hacerse camino al andar. ubicar ventas
informales.
En otras palabras, la ciudad no está construida para los peatones. Esta escena se repite
en muchos barrios de
Pese a que ha dado grandes pasos con la construcción del la ciudad.
Masivo Integrado de Occidente, MÍO, Cali está rezagada en Ernesto Guzmán Jr .I
comparación con urbes como Bogotá, Neiva, Manizales, El País
Cartagena y Paipa, en la recuperación del espacio público
peatonal.
Según él, las únicas áreas caminables son el Paseo Bolívar, algunos tramos del centro,
como la zona histórica, y las avenidas del Río y la Sexta.
Vallecilla sostiene que la carencia de andenes es de tal magnitud que estos espacios de
disfrute colectivo han sido sustituidos por los centros comerciales.
“La gente prefiere esos lugares porque allí encuentra senderos y bancas, además de
seguridad. Hasta hace unos años los caleños teníamos la cultura de la calle, pero ésta se
perdió por la falta de espacio físico”, expresa Vallecilla.
“Los caleños no utilizamos el medio de transporte elemental que es caminar. Pero en esta
ciudad, cada cual jala por su lado. Planeación Municipal es una oficina con cada vez
menos capacidad para actuar, cuando debía ser la más importante”.
Vallecilla, por su parte, considera que la ideología técnica de los funcionarios públicos ha
estado basada en el vehículo y no en los elementos más importantes que son los peatones
y los ciclistas.
“Siempre se dice que no hay plata, pero resulta que el Dagma le mete la mano a los
parques, la CVC y Metrocali invierten otros dineros, sin que haya una política clara sobre
el tema”.
Otro punto importante, añade Vallecilla, es definir la competencia de los agentes públicos
y quién hace el control.
Doce entes municipales y descentralizados tienen relación con el espacio público, pero
las competencias están fraccionadas y no hay un doliente.
Esa orfandad también se refleja en que desde el 2003 existe un Plan Especial del Espacio
Público, que a la fecha no ha sido aprobado por el Concejo.
Además, a su modo de ver, las autoridades son muy laxas en los controles y en el
cumplimiento de la reglamentación.
La señora Aguirre sostiene que ciudades como Bogotá, que cuentan con recursos
económicos, han podido desarrollar un plan maestro sobre la temática.
“Es claro que los espacios amplios ayudan a bajar la agresividad, generan pertenencia y
mejoran la calidad de vida”.
Invasión de ventas
A lo largo de estas cuadras, ventas de ropa, calzado, discos y otros productos impiden la
movilidad de los transeúntes.
“Ese espacio que se hizo para la lúdica se dejó ocupar”, expresa Ignacio Guerrero,
presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas.
Ocupación de carros
Al deterioro de las aceras por la falta de mantenimiento, se le suman los daños causados
por la ocupación de carros.
En las avenidas Sexta, Tercera Norte, Cañasgordas y Estación, la Calle 9 con carreras 24
y 26, a los ciudadanos no les queda de otra que caminar por el carril de los automóviles.
“Esta es una ciudad donde uno no puede caminar dos cuadras, a excepción del Paseo
Bolívar, sin que los andenes estén ocupados por los carros. Le toca a uno bajarse a las
calles”, manifiesta el arquitecto Benjamín Barney.
Reitera que la ciudad está diseñada para los automotores particulares y un poquito para el
transporte público. “No hay nada para los peatones”.
En la capital vallecaucana circulan cerca de 400.000 automotores, entre carros, buses y
colectivos, y cerca de cien mil motocicletas.
“Mucha gente hace eso. Monta el carro en el espacio público porque creen que debe ser
así, y aunque a los caleños les parezca extraño hay que hacer lo contrario”, concluye.
Estrechez y deterioro
Aparte de que no cumplen las especificaciones técnicas, no hay uniformidad entre ellos.
Una muestra de ello se observa en la Avenida Sexta, entre las calles 22 y 25, y en el
interior de los barrios San Vicente, San Nicolás y San Antonio.
“No tenemos ni un kilómetro de andenes que esté en buen estado. Hay unos que son tan
estrechos que escasamente por ellos caminan dos personas. Tienen 90 centímetros o un
metro de ancho”, expresó Juan Carlos Vallecilla, presidente regional de la SCA.
Vallecilla indicó que en los años 70 los urbanizadores construyeron esos andenes
angostos que no quedaron bien edificados y hoy están erosionados.
“Por eso uno encuentra en un mismo sector que hay espacios con cerámica, mármol o
granito. No se puede pretender que los particulares hagan andenes correctos. Eso no
permite que la ciudad sea armónica”, agregó el arquitecto.
En definitiva, afirma que a esta parte del espacio público es a la que menos se le invierte
y menos dimensión se le da.
No hay una estadística real del metraje lineal total de andenes existente en Cali.
Como lo sostiene el arquitecto Vallecilla, las áreas peatonales no han tenido dolientes y
han quedado a merced del abandono.
Hay sectores como El Refugio, Pance y el Distrito de Aguablanca, donde ni siquiera hay
zonas pavimentadas para la circulación de personas, pese a que hay inmuebles alrededor.
En otros casos, donde hay lotes baldíos o zonas verdes tampoco hay andenes. Y en otras
situaciones, en una misma cuadra ocurre que hay unos cuantos trechos de aceras
construidos.
De otro lado, los andenes son usados por los indigentes como dormitorios en el centro,
especialmente en las calles 5 y 9 y la Avenida Sexta.
El arquitecto paisajista Guillermo Pulecio señala que la ciudad dejó de ser caminable
también por el déficit de árboles.
De acuerdo con los estimativos del Dagma, esa estadística supera los 150.000 ejemplares
naturales.
“Las urbanizaciones han acabado con la vegetación. El MÍO tampoco está supliendo esa
necesidad porque los árboles sembrados son muy pequeños, entonces las personas
prefieren no caminar porque los andenes están desprotegidos de naturaleza”, asegura
Pulecio.
Trampas mortales
“A veces caminar por Cali es encontrarse con trampas mortales. Las cajas de contadores
de energía se las roban, quedan hierros mal cortados que se transforman en lancetas o
dejan huecos peligrosos”, acota María del Pilar García, presidenta de la Sociedad
Colombiana de Arquitectos Paisajistas. No es raro encontrar postes de energía mal
ubicados, escombreras, basuras, avisos publicitarios y excrementos de mascotas que se
interponen en la movilización de los ciudadanos. Estos elementos se ‘comen’ el lugar que
le corresponde a la comunidad.
“Como no hay un respeto hacia el espacio público, las aceras pasan a ser muladares.
Desde el más encopetado hasta el más humilde de los sectores puede padecer esta
problemática”, afirma Jaír Llanos, del Comité Ambiental de la Comuna 2.
Sumado a ello, algunos dueños de viviendas se apropian del entorno y extienden sus
antejardines o el tamaño de sus casas más de lo permitido por la ley. Hacen arreglos sin
tener en cuenta la estética del lugar o la normatividad.
La voz de la calle
- “Cali cuenta con buenos andenes, pero la gran mayoría están invadidos por los
vendedores o por los carros y motos que se estacionan sobre ellos, sin importar la
seguridad del transeúnte que transita por el lugar”. María del Socorro Bolaños, ama de
casa.
- “Desde un tiempo para acá, los andenes de Cali están deteriorados. O están invadidos
por las motos y los carros que los usan como parqueaderos, como por ejemplo el andén
de la Carrera 4 entre calles 14 y 15”. Blanca Montoya, empleada.
El espacio público
Según los arquitectos, el tamaño mínimo de un andén debe ser de cuatro metros de ancho.
Ese departamento capitalino tiene incluso una red de amigos que defienden el espacio
público y denuncian las irregularidades.
El Plan Especial del Espacio Público contiene varias estrategias y 1.300 proyectos de
intervenciones de pequeños parques y proyectos de consolidación de avenidas, parques y
plazas arborizadas.