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HERALDO DE HUESCA 03 J 05 J 2002
La firma ILas últimas decisiones judiciales con respecto al proyecto del embalse de Santaliestra" y los problemas que están surgiendo con
el recrecimiento de Yesa y la presa de Biscarrués plantean serias dudas sobre la posibilidad de llevar a cabo estas obras hidráulicas. El autor
pide que se busquen de inmediato alternativas que permitan atender las demandas de los regantes. Escribe León J.Buil Giral
Santaliestra y otras aguas·
l procedimiento pe-
E nal que se sigue en
un Juzgado de Ma-
drid a virtud de que-
rella planteada por el alcalde de
Santaliestra tomó nuevos de-
rroteros hace unas semanas al
acordar la Audiencia Provincial
de Madrid que se siguiera la
instrucción del asunto. El pro-
cedimiento se une a la parali-
zación del proyecto de cons-
trucción dictaminado por la
Audiencia Nacional por enten-
der que en el expediente se in-
currió no solo en defectos de
forma sino también en graves
defectos en cuanto a lós estu-
dios geológicos del terreno.
Ya cuando la Audiencia dictó
su auto hace unos meses se ma-
nifestaron tres reacciones dife-
rentes. Por una parte, la corpo-
ración municipal con su alcalde
a la cabeza y numerosas aso-
ciaciones conservacionistas
que celebraron el acuerdo, en
un caso por desaparecer un
_ riesgo siquiera remoto para la
vida y propiedades de los habi-
tantes del valle; en otro, por
preservarse los valores bioeco-
lógicos del valle del rio Ésera.
Una segunda posición adopta-
ron los regantes del sistema
Aragón-Cataluña y expectantes
de la Litera, manifestando su
preocupación por el futuro de
los regadíos, los actuales y los
proyectados, dependientes en
buena medida de una dotación
de agua que se esperaba de San-
taliestra. Finalmente otro gru-
po de personas e instituciones
consideran que hay que buscar
alternativas al embalse.
ay que reconocer
H que el actual pro-
yecto de embalse
en Santaliestra está
tocado de muerte, lo que obli-
ga a replantear la necesidad de
regulación del río Ésera y de
atender las demandas de agua
por parte de los regantes, so-
metidos a las reservas que pue-
de acumular Barasona.
En cuanto al primer aspecto,
rechazando de entrada las po-
siciones maximalistas, parece
incuestioüable que hay que dar
con algún sistema que impida
las devastadoras avenidas de
los años 1907, 1942 ó 1964. Por
- ciones para segunda residencia
ARCHIVO
El actual proyecto dé
embalse en
5antaliestta está
,
otra parte, bien sea directa-
mente sobre el cauce o en de-
rivación, y una vez construidos
los embalses de Fitablanca, Ple-
tocado de muerte, lo ta, Valpodrida ySan Salvador
que obliga a replantear (¿por qué está detenida la tra-
la necesidad de mitación de este último), habrá
que regular en la estricta medi-
~ulaci6n del río
da de las necesidades las aguas
És8ra y de atender las . del Ésera. Y además, habrá que
demandas de agua por instar toda celeridad y rigor en
parte de los regantes el planteamiento y ejecución
de las obras de reemplazo.
No mucho mejor marchan
las cosas en Yesa, proyectoim-
pugnado en via jurisdiccional y
afectado por la existencia del
Camino de Santiago en la zona
inundable, además de la afec-
ción directa al núcleo de Si-
güés. Es todo un rompecabezas
en el que se mezclan elementos
conservacionistas con estudios
técnicos que critican el sobre-
dimensionamiento del embal-
se, puesto que la aportación
media del río Aragón en los úl-
timos cincuenta años es de
952,4 Hm3año, y existe la posi-
bilidad de realizar los embalses
de Catcastillo, Laverné y Mal-
vecino que podrían hacer inne- _.
cesario ir a la cota máxima de
embalse en Yesa. En cuanto a
Biscarrués, tampoco las cosas
están, puesto que la aprobación
de su realización está recurrida
judicialmente.
El caso es que las obras hi-
dráulicas en el territorio arago-
nés no avanzan, y es urgente
acelerarlas o buscar alternati-
vas aceptables. Mala enco-
mienda tiene la Confederación
del Ebro para cumplir con los
compromisos adquiridos con
regantes y otros usuarios.
ntre tanto, en la zo-
E na le.vantina las c,?-
sas tIenen un canz
mucho más risueño.
Así se deduce de las iniciativas
de los beneficiarios expectan-
tes del trasvase. La solicitud de
licencias para construir nuevos
campos de golf se cuentan por
docenas; las nuevas urbaniza-
suponen decenas de millares
de nuevas viviendas: se trans-
forman miles de hectáreas de
nuevos regadíos, en gran parte
ilegales; la apertura de pozos si-
gue imparable agotando los
acuíferos; se reclasifican espa-
cios naturales para habilitarlos
Como urbanizables. El SEPRO-
NA formula miles de denuncias
con resultados bien inciertos.
Enla costa levantina se vive, y
se gasta, un anticipo del trasva-
se de aguas. Como si fuera algo
totalmente seguro. Aquí, solo
nos toca conservar el medio na-
tural y seguir oteando las este-
pas monegrinas. Es una mane-
ra singular de distribuir la ri-
queza y auspiciar el equilibrio
entre las regiones españolas.