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LAS BRIGADAS MIXTAS DEL EJÉRCITO POPULAR DE LA REPÚBLICA.

A modo de prólogo.

Este pequeño artículo no tiene muchas pretensiones y no busca, ni ha sido mi intención, explicar detalladamente
la historia de las Brigadas Mixtas del Ejército Popular. Únicamente he pretendido, y no se si lo habré logrado,
explicar cual fue su origen y la organización que se les dio. Esa ha sido mi única pretensión. La historia de las
diferentes Brigadas, sus diferentes mandos, las unidades que las formaron y las Divisiones y Cuerpos de
Ejército a los que pertenecieron están más o menos bien explicadas en otras obras.

Espero que nadie quede desilusionado.

Introducción y Antecedentes.

Probablemente nadie se imaginaba el 18 de Julio del 36 que los sucesos en África y en otras muchas ciudades
españolas eran el comienzo de una guerra que iba durar casi 3 largos años. Nadie, ni los sublevados que
contaban con una victoria rápida prácticamente en una semana, ni entre los que permanecieron leales a una
desvaída legalidad republicana. Los primeros porque creían contar con el factor sorpresa y con los suficientes
apoyos en las unidades y ciudades clave. Los segundos porque en la mayor parte de los casos, Azaña el
primero, despreciaban a los militares hasta niveles realmente inauditos. Reflejo de esto último es la increíble
frase de Casares Quiroga “¿Así que me dicen que los militares se han levantado? ¡Pues yo me voy a acostar!”.
En la situación en la que se encontraba en aquellos momentos la nación semejante actitud no sólo era estúpida,
sino que rondaba la traición por omisión.

Sin embargo una vez producida la sublevación, el gobierno de la República todavía podía, y debía, haberla
reconducido. Pero tomo dos decisiones que se demostraron con el tiempo fatales. La primera armar al “pueblo”,
que si bien fue crucial y decisiva para derrotar a los sublevados en Madrid y Barcelona (aunque hay quien
considera que lo fundamental fue la lealtad de parte de las fuerzas de Orden Público) supuso en la práctica la
renuncia al monopolio del aparato del Estado sobre la violencia. Esas armas acabaron en mucha ocasiones en
manos de gente que no tenía ningún interés en parar la sublevación y si mucho en vendettas personales y en
saqueos o simplemente en darse importancia con una pistola y un fusil. La otra fue el licenciamiento de las
unidades sublevadas, es decir casi todas. Esto sólo fue efectivo en la zona controlada por el Gobierno, mientras
que en la zona controlada por los sublevados es obvio que no tuvo efecto. Supuso la práctica disolución del
ejército en la zona gubernamental, pues muchos (por no decir casi todos) de los soldados licenciados no tenían
ni el más remoto interés en ir a la guerra (por mucho que fuera contra el fascismo y por la libertad) y su
sustitución por un conjunto de milicias tan heterogéneas como indisciplinadas que en ocasiones demostraron un
nulo interés en combatir y si mucho en eliminar “fascistas” (o sea todos sus rivales y alguno más). Cuando
fueron al combate lo hicieron en forma de las llamadas columnas, a las cuales se agregaban militares
profesionales y, ocasionalmente miembros de las fuerzas de orden público. Los militares no tenían mando en un
principio, y sólo ocupaban puestos de asesoramiento técnico. Así pues estos formaron las columnas en base a su
experiencia y lo que se les había enseñado: las columnas de las guerras de Marruecos. Exactamente igual que
los sublevados, pero con una diferencia fundamental. Estos disponían de tropas regulares, encuadradas en
unidades y con una disciplina que provenía de ser Ejército. Aquellos eran como mucho espectadores
privilegiados.

Con el tiempo se hizo evidente que la guerra iba a durar mucho y que el entusiasmo de los que combatían por
unos ideales no iba a suplir la ausencia de unas Fuerzas Armadas dignas de ese nombre. Para ello se empezaron
a tomar medidas que llevaran a su creación. En primer lugar el 30 de Septiembre se movilizaron las quintas del
32 y del 33 y se ordenaba la militarización de las milicias a partir del día 10 de Octubre y por Orden de fecha
20 de octubre su desaparición legal. El 7 de octubre una nueva disposición movilizan las quintas del 34 y del
35 y nuevamente las del 32 y 33. Estas movilizaciones ya habían sido efectuadas por autoridades locales y en
ocasiones sin respaldo legal alguno. Esto suponía la oficialización de esas movilizaciones. La reiteración de los
decretos de movilización de algunas quintas tenía por objeto vencer la resistencia que dichos decretos
encontraban, pero aún así la resistencia a acatarlos por parte de los interesados obligó a endurecer el Código de
Justicia Militar hasta extremos nunca vistos (Zugazagoitia). El 4 de Octubre una orden ministerial establece la
obligatoriedad del saludo cambiándolo y por orden de 31 de Octubre se modificaron las divisas de grado. Estas
dos últimas medidas algo perfectamente innecesario pues entregó una cierta legitimidad al bando sublevado (el
ejército legítimo eran ellos, que fuesen los sublevados los que eligieran otras divisas y otro saludo, es más
importante de lo que parece). El 8 de Octubre se dispuso la creación de las Brigadas Mixtas I y II. Eran las
primeras de las 246 Brigadas organizadas (sobre el papel o no) a lo largo de la guerra.

Organización y Origen del concepto.

Contrariamente a lo que parece la organización de las Brigadas Mixtas puede responder a la cuestión de dónde
surgió el concepto de tal Gran Unidad, cuya paternidad muchos se atribuyen. Pero vayamos por partes.

La plantilla inicial fue fijada en el mismo mes de octubre (obviamente no fue publicada) de la siguiente forma:

Cuatro Batallones de Infantería (a cuatro compañías de fusiles, una de ametralladoras y un pelotón de


morteros).
Un Escuadrón Motorizado.
Cuatro Baterías de Artillería ligera (75 mm) y una batería de 105mm.
Una Compañía de Zapadores.
Columna de municionamiento.
Unidades de Transmisiones, Intendencia y Sanidad.

En total 150 oficiales y 3.700 Suboficiales y clases.

En noviembre (Salas Larrazábal fija el cambio en junio del 37) se fijó una nueva plantilla más acorde con los
medios disponibles:

Cuatro Batallones de Infantería y una Compañía de reserva.


Un Pelotón de Caballería.
Una Batería de Artillería con tres piezas de 75 mm
Compañía de Zapadores.
Columna de municionamiento.
Unidades de Transmisiones, Intendencia y Sanidad.

Para un total de 134 oficiales, 32 comisarios y 4.029 suboficiales y clases. (En ambos casos hay que agregar
ocho cañones de Infantería).

En ésta última plantilla se puede notar las carencias de la Brigada Mixta: exigua caballería, escaso apoyo de
artillería y una “cola” excesiva para su tamaño que lastra su operatividad pues muchos de sus hombres siempre
quedarían fuera de primera línea. Respecto a la organización del 36 supusieron un paso atrás, pero partían de
una realidad que no se podía ignorar. Por otro lado se apartaban de las tendencias europeas que buscaban
grandes Divisiones más poderosas y fáciles de abastecer en combate. No creo que otro de los reproches que se
le han hecho, un Estado Mayor digno de una división, sea pertinente. Sin embargo, esta debilidad en apoyos fue
advertida al poco y el 27 de noviembre fueron creadas las tres primeras Divisiones y los dos primeros Cuerpos
de Ejército (se llegaron a organizar 77 y 24 a lo largo de la guerra cifras a las que habría que sumar los de vida
efímera) y se acordó que la tercera Brigada de cada División tuviera un pelotón de Blindados. He de reconocer
que en esto último no tengo nada claro en que fecha se hizo. Carlos Engel señala que se fijó en éste momento,
en tanto que Salas Larrazábal lo fija en la reorganización que siguió a la desastrosa Batalla de Teruel y la
llegada al mar de los sublevados. Es de destacar que en este momento Vicente Rojo se quejara amargamente del
escaso volumen de armas automáticas por Brigada, aunque personalmente considero que si fue en ese momento
cuando se asignó ese pelotón la razón real de la queja de Rojo podría ser que suponía la muerte de las Brigadas
Mixtas como Gran Unidad independiente y la vuelta al sistema tradicional de divisiones, algo que ya se había
hecho de facto durante la guerra, pero que llevaba a la multiplicación de soldados ocupados en menesteres lejos
del frente entorpeciendo las operaciones pues todos los servicios de la Brigada se conservaban.
Bien como muchos os habréis percatado, la plantilla de las Brigadas Mixtas correspondía “grosso modo”,y en
forma aparente, con la organización de columnas utilizada hasta ese momento. Bien y aquí se empieza con el
problema de la paternidad de la idea y , conforme avance, os percataréis de por qué ambos temas, paternidad y
orgánica, están ligados.

El PCE reivindicó para sí la originalidad de la idea, pero sin pruebas. En las publicaciones comunistas de la
época sólo se habla de la Brigadas Mixtas a posteriori, una vez organizadas y lo más plausible es que el PCE
aprovechara el que la I Brigada Mixta fue organizada en base al 5º Regimiento para extender la especie de que
la idea era suya.

Tampoco se puede considerar la posible colaboración de los asesores del ejército soviético y para ello hay tres
razones:

1. En aquellos momentos todavía no había asesores o no los había en un número suficiente como para
influir en este asunto.
2.La Brigada Mixta se mantiene dentro de la ortodoxia militar española y su organización se
corresponde con Brigadas preexistentes en el ejército español en el 36.
3.En la tradición militar soviética no existía la Brigada. Su Gran Unidad Táctica era la División de
Infantería con tres Regimientos de Infantería (a 3 batallones), un Regimiento de Artillería (a cuatro
grupos) y un batallón de morteros, uno de exploración y uno de asalto. Es de sentido común que
hubieran buscado una organización similar (o la más parecida posible para sus aliados).

Como ya he señalado ya existían Brigadas en el ejército del 36, en concreto dos Brigadas de Montaña y la
Brigada Mixta de Asturias. La estructura que tenían las Brigadas de Montaña era la siguiente:

Dos Medias Brigadas a dos batallones.


Un Regimiento de Artillería a dos Grupos.
Una Compañía de Zapadores Minadores.
Un Grupo de Transmisiones.
Una Compañía de Intendencia.
Secciones de Sanidad, Transporte y Municionamiento.

La Brigada asturiana era semejante, pero con un Grupo de Artillería, un Batallón de Zapadores Minadores y
una Compañía de Transmisiones.

Pero la cosa no termina aquí. En Septiembre de 1934 el Estado Mayor Central publicó las plantillas de una
Brigada Mixta. Tal plantilla era como sigue:

Cuartel General.
Compañía de Transmisiones.
Dos Regimientos de Infantería (a dos batallones).
Un Regimiento de Artillería (cuatro Baterías de 75 mm y dos Baterías de 105 mm).
Un Grupo de Caballería.
Un Grupo de Zapadores.
Un Grupo de Sanidad.
Un Grupo de Intendencia.
Una Compañía de Veterinaria.
Una Compañía de Transporte.
Parque de Artillería.

En total su armamento sería: 6.476 fusiles, 115 ametralladoras, 151 fusiles ametralladores, 4.475 pistolas, 20
morteros de 81mm, 144 de 50mm, 6 cañones de Infantería, 24 cañones de 75mm y 12 de 105mm. Todo esto
para un total de más de 12.000 hombres. Es decir unos efectivos superiores a los de muchas divisiones de la
guerra. Esto fue debido a que la proporción de artillería y servicios que se podía alcanzar en pleno conflicto no
era no era, ni de lejos, la que se preveía en esos planes.

La Brigada Mixta gubernamental era casi idéntica a la asturiana, suprimiendo el nivel regimental. Luego hubo
que hacer más adaptaciones acordes con la realidad bélica. De todos modos queda bastante claro que el origen
y la idea misma de las Brigadas Mixtas es española y del ejército de preguerra, ni siquiera fue una adaptación
del sistema de columnas a una situación más “marcial”.

Ventajas e inconvenientes de la Brigada Mixta.

Vicente Rojo en su libro “Elementos del Arte de la Guerra” habla de los diferentes tipos de Grandes Unidades
(capítulo VIII). Según él ya antes de la Guerra Civil y de la II Guerra Mundial existía una tendencia a unidades
de menor tamaño que las divisiones clásicas donde realizar mejor la coordinación infantería artillería. Para él
esto sólo cristalizaría si:

a.Lo consiente un sustancial aumento de la potencia de fuego y de choque.


b.Una mayor capacidad de maniobra de estas unidades que les permita acciones en profundidad.

Las ventajas de este tipo de unidades serían:

1.Mayor flexibilidad en su maniobra y variedad de articulación con un manejo sencillo.


2.Mayor coordinación infantería-artillería.
3.Menor tiempo en aprovechar las opciones que se presenten en el transcurso del combate.
4.Mayor movilidad todo terreno.
5.Mayor autonomía en unidades menores y por tanto sistemas más flexibles.
6.Mejor adaptación al terreno y por tanto mayores posibilidades de pasar desapercibido y de
dispersión sin romper lazos tácticos.
7.Mejor adaptación a grandes espacios con pocas comunicaciones o abruptos.
8.Favorece la economía de medios, la iniciativa y las diferentes fases del combate.

En general las Brigadas Mixtas (en el libro las llama Divisiones ligeras) serían más maniobreras y favorecerían
la conducción en todas las fases de la maniobra y de la batalla.

Sin embargo... Sin embargo los problemas surgen al intentar establecer los límites que tiene como unidad de
combate, algo que debería conocer, pero que considera que todavía no se han dado las condiciones apropiadas
para determinarlos. Además el tipo de combate que puede librar dependerá de su potencia y de su masa (y es
obvio que de la del enemigo) y que habrá situaciones que la sobrepasen y por tanto será necesaria o bien la
División tradicional o bien la organización de Cuerpos de Ejército con dos o más Brigadas Mixtas.

Ciertamente la manera de tratarla, al final del capítulo y tras haber hablado de los tipos más tradicionales, suena
a auto justificación y de no creer mucho en ellas, al menos para ese momento concreto. El que admita que para
algunas acciones concretas sea necesario el Cuerpo de Ejército como agrupación de dos o más Brigadas Mixtas
suena a admisión de fracaso, pues eso más servicios es una División tradicional.

En consecuencia el problema y desventaja fundamental de una Brigada Mixta es que tiene la “cola” de una
División convencional sin su pegada. Es posible que este tipo de unidades sea adecuada para guerras de tipo
irregular (o asimétrico como las llaman ahora), pero es dudosa su efectividad en un enfrentamiento mas
convencional. El incremento de potencia de fuego debido a la tecnología y la gran proporción de armas
automáticas es efectivo mientras no te enfrentes a un adversario que disponga de lo mismo o similar. Entonces
es el peso lo que vale.

A modo de Conclusión.

Las Brigadas Mixtas surgieron en un momento muy particular de la historia militar. Su experiencia, no es
ciertamente extrapolable a ninguna otra situación y los resultados de tales unidades siempre estuvieron lastrados
en parte por la falta de oficiales subalternos y escasez de equipo y en parte por el caos que reinaba en la zona
gubernamental. Las razones por las que los mandos de la República se decidieron por este tipo de unidades
nunca los sabremos. Quizá fue porque buscaban diferenciarse de lo anterior, buscar algo nuevo, fresco y sin
usar que les pudiera dar la victoria. O tal vez, de manera mucho más práctica, porque pensaron que los
milicianos se adaptarían mejor a esta estructura. En todo caso una guerra desatada no es el momento más
adecuado para experimentos tácticos. Aprender sobre la marcha nunca es lo más acertado y es posible que si la
guerra no hubiera estallado la Brigada planteada por el Estado Mayor Central en el 34, o algo muy similar, se
hubiera convertido en la Gran Unidad del Ejército español en la tormenta que se avecinaba en Europa. El
resultado que hubiera dado no se sabrá nunca y hoy por hoy, con unos presupuestos menguantes y unas
plantillas con dificultades crecientes en cubrirse, no se si se debe desempolvar este tipo de organización o
esperar y ver los resultados de conflictos en curso o futuros. Aunque en la actual guerra contra el terrorismo es
difícil llegar a conclusiones que se puedan generalizar, debido a su carácter de conflicto asimétrico, pienso que
sería muy adecuado estudiar detenidamente los diferentes enfrentamientos entre Israel y sus vecinos árabes ya
que son las únicas guerras dignas de tal nombre libradas en los últimos 40 años.

Hace tiempo vi una caricatura en una revista especializada (no recuerdo el nombre lo siento) en la que se veía a
un marine con una pistola y un teléfono móvil, cuerpo a tierra y en medio de un diluvio de balas pidiendo a
gritos más potencia de fuego ¿Es ése el destino de las Brigadas Mixtas siempre que se enfrenten a un ejército
clásico?.

BIBLIOGRAFÍA:

Historia del Ejército Popular de la República. Ramón Salas Larrazábal.


Elementos del Arte de la Guerra. Vicente Rojo Lluch.
Historia de las Brigadas Mixtas del Ejercito Popular de la República. Carlos Engel.

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