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LA ESENCIALIDAD DEL AGUA

PARA LA VIDA EN EL PLANETA


El agua y la ecología política

Desde el comienzo de la campaña en


defensa del agua como bien público, sentí
que habíamos elegido un camino certero
para repensar nuestra acción, nuestra
propia ecología política, que tiene que
tener como base una ética ambientalista
apropiada a nuestra historia y a nuestra
realidad presente.
¿Qué es el agua...?

El agua es fuente de vida, esa es la mejor


definición que hemos encontrado, aunada a
estimarla como un bien vital que por siempre
ha sido considerado común a la humanidad,
común a todos los seres vivos.
Pero, ¿qué es el agua?

Ese elemento que todos los días y a


todas horas nos acompaña, nos
humedece, nos alimenta y limpia, nos
refresca y nos calienta, nos alegra y
tranquiliza.
Pero, ¿qué es el agua?

¿Una sustancia? ¿Un elemento? ¿Una


juntura de elementos químicos? ¿Un
líquido? ¿Un sólido? ¿De qué materiales
está hecha esta cosa que nos da
ingeniosidad, nos despierta, nos moja, nos
duerme, nos desespera? ¿Qué es esa cosa
de la que estamos hechos, como dicen los
que saben, en un 60 o 70 por ciento?
La química la define como una
sustancia que proviene de la reacción
del hidrógeno y el oxígeno. Su fórmula
es H20, su peso molecular es 18 g/mol.
Es al mismo tiempo un ácido, un
hidróxido, una sal y un óxido, es decir,
es una cuadratura más compleja que la
santísima trinidad.
Nos sirve de base para medir la
densidad de las sustancias y el calor, y
éste la hace pasar constantemente del
estado líquido al sólido y al gaseoso.

Es vapor, hielo, líquido, granizo, nieve,


lluvia, quebrada, río, mar, nube, cielo.
Es también la sustancia que
tiene más calor específico, es
decir, la que más calor necesita
para aumentar un grado y la que
más desprende calor al
disminuirlo.
Tal vez por esta razón es la sustancia que
escogió la vida para ser contenida, porque
es la que más capacidad tiene de
amortiguar los cambios de temperatura.
Esta mágica sustancia es vida, simboliza
vida. Sin ella no existiríamos y no
podríamos estar en comunicación.
Podemos afirmar que somos la
inteligencia del agua.
Existe una realidad irrefutable en el ser
humano:

su cuerpo está compuesto en un 60 por ciento


de agua, el cerebro de un 70 por ciento, la
sangre en un 80 por ciento y los pulmones en
un 90 por ciento.
Si se provocara un descenso de tan sólo
un 2% de agua en el cuerpo se
comenzaría a perder momentáneamente
la memoria y de forma general se
descompensaría el mecanismo de
relojería corporal.
Todo lleva a una reflexión muy importante: el
agua nos permite ser inteligentes. Y la
disponibilidad del líquido elemento en el planeta
que habitamos es la siguiente: hay 1.400
millones de kilómetros cúbicos de agua, de los
cuales el 97 por ciento es agua salada. Del 3 por
ciento restante de agua dulce, tres cuartas
partes corresponden a agua congelada en los
Polos o a recursos inaccesibles que, por lo
tanto, tampoco se pueden beber. Eso nos deja a
los humanos cerca de un uno por ciento del
total de agua en la Tierra para usar.
Siempre, en los mitos acerca del origen, en los
hechos primordiales que explican la existencia
de las diversas culturas humanas, encontramos
el agua, dioses y diosas de la lluvia, los mares,
lagunas y humedales presentes en la
explicación de nuestra existencia como especie
y como cultura(s); nuestras necesidades y
sueños, nuestros miedos y esperanzas siempre
nadan en el caldo acuático.
Veamos esta recreación del Popol Vuh:

Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se


dividieron las corrientes de agua, los arroyos se fueron
corriendo libremente entre los cerros y las aguas quedaron
[

separadas cuando aparecieron las altas montañas. Así fue la


creación de la tierra, cuando el cielo estaba en suspenso y la
tierra se hallaba sumergida dentro del agua. 
El antropólogo Luis Guillermo Vasco recoge así el mito
guambiano publicado en su página web.
 
Primero era la tierra… y eran las lagunas, grandes
lagunas. La mayor de todas era la de Nupisu Piendamó
en el centro de la sabana, del páramo, como una matriz
como un corazón, es Nupirrapu, que es un hueco muy
profundo.
 
El agua es Vida. Primero eran la tierra y el agua. El agua
no es buena ni es mala. De ella resultan cosas buenas y
cosas malas. Allá en las alturas, era el agua. Llovía
intensamente, con aguaceros, borrascas, tempestades.
Los ríos venían grandes, con inmensos derrumbes que
arrastraban las montañas y traían piedras como casas;
venían grandes crecientes e inundaciones. Era el agua
mala. En ese tiempo, estas profundas guaicadas
(hondonadas entre dos montañas) y estas peñas no eran
así, como las vemos hoy, todo esto era pura montaña,
esos ríos las hicieron cuando corrieron hasta formar el
mar. El agua es vida. Nace en las cabeceras y baja en
los ríos hasta el mar.
Leamos de la obra Los Kogui, una tribu de la Sierra
Nevada de Santa Marta, de Gerardo Reichel-Dolmatoff:

Entonces, como todavía no había agua dulce en la tierra,


la Madre mandó bajar a Satuviá. Satuviá hizo las lagunas
en el Páramo y de las lagunas hizo nacer ríos que bajaban
al mar. Así había agua para beber. Entonces la Madre
mandó a JaIyuintána para que se hiciera cargo del mar.
Entonces la Madre mandó a Kassaúgi a la tierra y
Kassaúgi hizo todos los árboles.[i]

[i] Reichel-Dolmatoff, Gerardo, Los kogui, una tribu de la


Sierra Nevada de Santa Marta, Bogotá, Procultura, 1985.
Por la ecología sabemos que la vida se originó en
el agua y que ella es condición de su permanencia.
Si obramos con la plena conciencia de ser parte de
la inteligencia de la vida, si por nosotros y nosotras
habla, se expresa y comunica el agua base de la
vida, entonces podemos defender sus derechos,
pues son nuestros derechos a la vez. ¿Cómo
separarnos de ella si ella somos y navegamos en
ella y por ella en la biosfera? Tan sencillo de
comprender y tan difícil de hacer norma, derecho y
jurisprudencia.
Hoy se enfrentan dos visiones sobre la
sustancia de la vida; la pregunta que nos
hace Leonardo Boff es clara para
comprender estas dos visiones y sus
derivaciones en múltiples matices. “¿Es
fuente de vida o fuente de lucro? ¿Es un
bien natural, vital e insustituible o es un
bien económico y una mercancía?”
[i] (Boff, Leonardo, Agua ¿vida o
mercancía?) Éste es el quid del asunto.
LA IDEOLOGÍA NEOLIBERAL, BASE
CULTURAL DE LA COACCIÓN DEL
AGUA COMO MERCANCÍA

Volviendo a la teoría del valor,


recordemos que las cosas y bienes
que poseen valor son aquellos que
incorporan trabajo humano, y
desde esta perspectiva el agua no
tiene valor, pues el ser humano no
puede producir agua, o no la puede
producir sino en ínfima cantidad y
con un inmenso gasto de energía.
Es el agua condición de la
existencia del ser humano y de la
vida en el planeta azul.
Todos estos procesos y procedimientos hidroútiles la
vuelven utilizable, le añaden valor y la hacen valor de uso,
nos permiten beberla, asearnos, producir nuestra
alimentación y gozarla en la diversión, pero ella siempre
es la misma sustancia, siempre permanece como una
condición de esos procesos, carente de valor. Estos
procesos son los que tienen valor, porque tienen trabajo
humano, esfuerzo humano, pero el agua no. Ella es la
sustancia de la vida, y en la lógica económica “el agua es
un valor de uso, carente de valor y premisa de la vida”.
La pregunta que salta es: ¿si no tiene valor, por qué se
le pone precio? O también, para salirnos de la
connotación económica de la palabra valor, ¿por qué,
si es invaluable, se le pone precio? Una característica
del neoliberalismo es precisamente la de imponer
precio y extender la propiedad privada sobre todo.
A la gente le parece, por puro sentido
común, que es imposible siquiera pensar
en la monopolización del agua, porque un
vaso de agua no se le niega a nadie, y por
siempre ella ha estado allí, dispuesta,
distribuyéndose democráticamente para la
vida.
Al dársele al agua esta connotación que
la mercantiliza se vuelve objeto del
manejo empresarial. Silvia Ribeiro, en su
artículo “Las caras de la privatización del
agua”, que forma parte del libro Aguas
en movimiento de los amigos y amigas
de Uruguay, nos sintetiza las maneras de
la privatización muy claramente:
PRIVATIZACIÓN DE LOS TERRITORIOS

Monopolio del uso del agua por empresas


que compran territorios donde se
encuentran las masas de agua
necesarias para su industria.
PRIVATIZACIÓN POR DESVIACIÓN.
Construcción de megaproyectos represas,
hidrovías y desviación para consumo
agroindustrial, industrial y urbano.
PRIVATIZACIÓN POR CONTAMINACIÓN:

Es una apropiación “negativa”, pues se


usan los cauces y los cuerpos de agua,
los humedales, para deshacerse de
desechos y aguas residuales,
contaminando e impidiendo su uso a
otras personas y comunidades.
PR IVA TI ZA CIÓN DE LO S SER VI CIOS DE
AG UA POTA BLE, MED IANT E CONC ESI ONES
Y CONTRA TO S.

Accede al agua potabl e qui en la pueda


pagar. (En Col ombi a este pr oces o de
mercant ili zación del agua ti ene un marco
legi slati vo en la Ley 142 de 1994, que
procura la ef ici encia económi ca en
detri mento de l a de la ef ici enci a soci al .)
PRIVATIZACIÓN POR EMBOTELLAMIENTO

Negocio de máxima mercantilización, que


bajo la falsa oferta de un agua de mejor
calidad la embotellan y la venden hasta más
de 200 veces su valor, si la comparamos con
el agua de nuestro acueducto. Según
Confecámaras (2005), se estima que el
mercado potencial de agua embotellada en
Colombia creció, entre 1999 y 2004, a una tasa
de 12% anual, y alcanzó para el 2004 un valor
de 87 millones de dólares. De acuerdo con el
INVIMA, existen 724 registros vigentes de
empresas fabricantes de agua embotellada,
100 de ellos en Bogotá.
LA PRIVATIZACIÓN DEL
MONOPOLIO DE LAS TECNOLOGÍAS
por parte de empresas que son
presentadas como las únicas que
pueden permitir el acceso al agua,
porque son las que tienen las
tecnologías.
Las
mul ti nac io na l
es
ya e stá n en
Col om bia
La Contraloría General de la República informa que entre 1995 y
2002 los incrementos oscilaron entre el 38 y el 226% en las 18
principales ciudades de Colombia.

En Bogotá, entre 1995 y 2005 se reporta una cifra de 236.754


suscriptores desconectados, sobre un total de 1.600.000
suscriptores.

Y en el valle de Aburrá cerca de 60.000 suscriptores


desconectados del servicio de agua potable.
UNA ÉTICA DEL AGUA
UNA ÉTICA DEL AGUA

1. Ser responsables
2. Estar en fluidez
3. Ser transparentes
4. Estar en equilibrio
5. Estar en movimiento
6. Ser en reciprocidad
7. Ser precavidos/as
8. Estar en incertidumbre
9. Ser solidarios y solidarias
10. Ser democráticas y democráticos

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