Cul es el fin ltimo de la vida?

Se han dado diversas opiniones al respecto.

Nosotros aplicamos una tica deontolgica.
Aquello se refiere al estudio o ciencia de los
deberes u obligaciones morales.
deontologa proviene del gr. to deon que se
traduce como lo conveniente, lo debido.
Por ello se llama tica del deber al nfasis
puesto en el cumplimiento de las leyes morales.
 Debemos respetar el orden social pues es Dios quien lo ha
Leyes de los hombres
permitido.
Debemos respetar a las autoridades que nos representan en
la sociedad.
Debemos obedecer los cdigos pues a travs de ellos los
pueblos y las familias vivirn en paz y armona.
Debemos sujetarnos a la Ley y ser conscientes que no todas
las leyes son buenas segn el criterio de Dios.
Debemos respetar las leyes no slo porque quienes la
administran estn autorizados para castigar a los que la
quebrantan, sino porque eso es justo.
Debemos cumplir con los impuestos para sostener el orden
social.
Mandamientos de Dios dados por Moiss

No debemos dudar en cumplir la ley de Dios, pues a diferencia de

las leyes de los hombres, la ley de divina es perfecta.
Tenemos el deber de obedecer la ley de Dios ya que muchos al
ignorarla no la cumplen pero pueden conocerla al ser enseados
en ella y al observarla mediante nuestra vida.
Debemos obedecer los mandamientos de Dios para mantenernos
en armona con l as como para obtener sus bendiciones. Dios no
pasa por alto la desobediencia.
Debemos adorar exclusivamente a Dios, no hay ningn otro
objeto de nuestro inters mayor que Dios mismo.
Debemos postrarnos en reverencia ante Dios, nunca ante los
hombres o representaciones de lo creado.
Debemos respetar el nombre Dios, sin usarlo para justificarnos por nuestros
errores.
Debemos dedicar un da para el servicio de Dios, sin faltar al culto.
Debemos respetar a nuestros padres, honrndolos en todo tiempo y en especial en
su vejez.
Debemos respetar la vida humana.
Debemos respetar la propiedad ajena.
Debemos respetar la dignidad de las personas como honestas sin hacer
conjeturas sobre ellas injustamente.
Debemos respetar el carcter sagrado de las relaciones matrimoniales de
nuestros semejantes.