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Durante la segunda mitad del siglo XIX se desarrolló la corriente

denominada realismo. EL mundo burgués, que había despertado en los


románticos el deseo de evadirse de la realidad, se convirtió en objeto de
estudio.
Concepto de realismo
El realismo intenta un acercamiento al hombre y a la sociedad de su tiempo
con el objeto de conocerlos y analizarlos. El autor realista observa la
realidad y trata de reproducirla en sus obras, cuyos temas giran en torno a
los conflictos humanos y las relaciones del individuo con la sociedad
contemporánea.
“Imagen de la vida es la novela, y el arte de componerla estriba en reproducir los
caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y
las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea, y el lenguaje,
que es la marca de la raza, y las viviendas, que son el signo de familia, la vestidura, que
diseña los últimos trazos externos de la personalidad: todo esto sin olvidar que debe
existir perfecto fiel de balanza entre la exactitud y la belleza de la reproducción.”
Para reproducir el mundo que lo rodea, el escritor realista adopta las
siguientes actitudes:
 Pretende que sus obras sean verosímiles, con personajes y situaciones
que, sin haber existido en la realidad, resulten convincentes.
 Adopta una actitud objetiva, pues para dar cuenta exacta de lo que
ocurre, no debe desatar su imaginación.
 Como el reflejo de la realidad no puede ser total, selecciona solamente
aquello que le interesa retratar.
 Busca la exactitud en los datos, por lo que la fase previa a la escritura
requiere un riguroso proceso de documentación.
EL género más adecuado es la novela, ya que brinda un espacio lo
suficientemente amplio como para mostrar las fuerzas que actúan en la
sociedad y ofrecer distintas perspectivas mediante el narrador y los
personajes.
Rasgos de la novela realista
En la novela realista, los personajes proceden del mundo más inmediato: el
clero, la política, la burguesía, la aristocracia o el pueblo llano. Los
protagonistas aparecen definidos por sus pensamientos, sus sueños, sus
defectos o sus virtudes. Al autor le interesa profundizar en el análisis de
caracteres, conocer cómo es el hombre y qué piensa de lo que le rodea.
La novela de esta época cuenta una historia con un principio y un final en un
espacio y en un tiempo concretos, y la acción avanza de forma lineal.
EL narrador omnisciente puede adoptar un punto de vista más o menos
objetivo, pero normalmente interviene en la obra con opiniones y juicios.
Naturalismo
La máxima figura del naturalismo francés, Emile Zola, sostenía que este no
consistía en una tendencia literaria, sino en una forma de analizar el
comportamiento de las personas. Proponía, por tanto, la aplicación del
método científico-experimental al ser humano, el cual está determinado
por su herencia biológica y por el medio en el que vive.
La novela naturalista presenta sus propias características:
 Refleja los aspectos más sórdidos de la realidad y la degradación humana.
 Le interesan los personajes con taras o vicios para analizar el
determinismo hereditario y la influencia del medio.
 El narrador se mantiene al margen de los acontecimientos, intenta ser
impersonal, pero su deseo de manifestar las lacras de la sociedad capitalista
es evidente.
Aunque no pueda hablarse de obras estrictamente naturalistas en España, hay
textos realistas en los que se observa cierta influencia del naturalismo:
A mano derecha hay una vía que empieza en calle y acaba en horrible desmonte, zanja,
albañal o vertedero, en los bordes rotos y desportillados de la zona urbana. Antes de
entrar por esta vía, Isidora hizo rápido examen del lugar en que se encontraba, y que no
era muy de su gusto. Tenía, juntamente con el don de imaginar fuerte, la propiedad de
extremar sus impresiones, recargándolas a veces hasta lo sumo; y así, lo que sus
sentidos declaraban grande, su mente lo trocaba al punto en colosal; lo pequeño se le
hacía minúsculo, y lo feo o bonito enormemente horroroso, o divino sobre toda
ponderación.
Al ver, pues, las miserables tiendas, las fachadas mezquinas y desconchadas, los letreros
innobles, los rótulos de torcidas letras, los faroles de aceite amenazando caerse; al ver
también que multitud de niños casi desnudos jugaban en el fango, amasándolo para
hacer bolas y otros divertimientos; al oír el estrépito de machacar sartenes, los berridos
de pregones ininteligibles, el pisar fatigoso de bestias tirando de carros atascados, y el
susurro de los transeúntes, que al dar cada paso lo marcaban con una grosería, creyó
por un momento que estaba en la caricatura de una ciudad hecha de cartón podrido.
Aquello no era aldea ni tampoco ciudad; era una piltrafa de capital, cortada y arrojada
por vía de limpieza para que no corrompiera el centro.
Benito Pérez Galdos, La desheredada
El estilo del realismo
En las novelas realistas debe distinguirse entre cómo habla el narrador y
cómo lo hacen los personajes. El lenguaje del narrador suele ser culto y
cuidado, pero también puede adoptar el registro coloquial. Los personajes
se expresan de acuerdo con su condición social. Los personajes se expresan
de acuerdo con su condición social y cultural.
Los diálogos pretenden salvar la monotonía y conseguir una impresión de
realidad.
Se introducen minuciosas y detalladas descripciones de ambientes, que
interesan por sí mismas, y retratos de la vida interior de los personajes, así
como de su aspecto interno.
Novela realista en España
 Prerrealismo. En 1849 se publicó La gaviota, de Cecilia Böhl de Faber,
conocida por el seudónimo de Fernán Caballero. No se considera una
novela plenamente realista porque conserva elementos costumbristas y
transmite una visión romántica del mundo.
 Comienzos del realismo. En la década de los años setenta, aparece un
nuevo tipo de literatura. Los escritores muestran en sus novelas sus propias
posturas ideológicas.
 Algunos autores idealizan la realidad desde planteamientos tradicionales y
católicos, como Pedro Antonio de Alarcón y José María de Pereda.
 Otros narradores apoyan las ideas liberales y, a veces, no religiosas. Aquí se
sitúan las primeras novelas de Benito Pérez Galdós.
Juan Valera comparte las ideas liberales, pero su visión esteticista de la
literatura le obliga a dejar de lado los aspectos desagradables.
 La década milagrosa (1880-1890). Su nombre se debe a la importancia de
los títulos publicados durante este período. Las novelas de Zola despiertan
gran interés con su observación objetiva de la realidad y la preferencia por
temas sórdidos. Sin embargo, los novelistas españoles rechazaron la idea
fundamental del naturalismo francés: el determinismo francés, que negaba
la libertad del individuo.
 Superación del realismo. En los últimos años del siglo XIX, tras intentar la
explicación de la conducta y de la sociedad de un modo “científico”, se
concluyó que el camino para penetrar en el alma humana no era la
observación científica de los comportamientos sino la captación del espíritu
humano a través de la intuición y la literatura.
Principales autores y novelas realistas
Prerrealismo La década milagrosa
 Fernán Caballero: La gaviota (1849)  Benito Pérez Galdós: La desheredada (1881) y
Fortunata y Jacinta (1886-1887)
 Leopoldo Alas Clarín: La Regenta (1884-1885)
Emilia Pado Bazán: Los Pazos de Ulloa (1886) y
La madre Naturaleza (1887)
 Vicente Blasco Ibáñez: La barraca (1898)

Comienzos del realismo Superación del realismo


 Juan Valera: Pepita Jiménez (1874) y  Emilia Pardo Bazán: La prueba (1890)
Juanita la Larga (1895)  Leopoldo Alas, Clarín: Su único hijo (1891)
 Pedro Antonio de Alarcón: El sombrero  Benito Pérez Galdós: Misericordia (1897)
de tres picos (1874) y El escándalo (1875)
 José María de Pereda: Sotileza (1885) y
Peñas arriba (1890)
 Benito Pérez Galdós: Doña Perfecta
(1876) y Gloria (1877)
Benito Pérez Galdós (1843-1920) nació en Las Palmas de
Gran Canaria. A los diecinueve años se trasladó a Madrid
para estudiar Derecho, aunque pronto abandonó sus
estudios inmerso ya en sus grandes aficiones: la lectura y
la escritura.
Además de viajar por España, su visita a París en 1867 le
puso en contacto con las novelas realistas europeas. Fue
nombrado miembro de la Real Academia Española, pero
sus posibilidades de que la fuera concedido el Premio
Nobel de Literatura fracasaron debido a las campañas de
sus detractores.
Los últimos años de su vid fueron tristes y estuvieron
marcados por las penalidades, apuros económicos, una
ceguera que le obligó a dictar sus obas y el ataque de sus
enemigos políticos y literarios.
¿Acaso hemos nacido para trabajar como animales?
La experiencia es una llama que no alumbra sino
quemando.
Obra narrativa de Galdós
La extensa obra narrativa de Galdós aborda los problemas de la sociedad de
su tiempo: liberta, educación, progreso y religión.
Su pensamiento conjuga el interés por las tierras y las gentes de España,
una ideología liberal y el anticlericalismo con una profunda atención hacia el
hombre en el momento histórico en que le tocó vivir.
Empezó como autor teatral, pero pronto se decantó por el periodismo y la
novela. Como novelista, pretendió renovar la narrativa española. La obra de
los autores realistas extranjeros (Balzac, Dickens, Tolstoi) despertó su
admiración. Su maestro entre los españoles fue Cervantes, y su modelo, El
Quijote.
Su propósito era reproducir la sociedad. En sus páginas se encuentran
representantes de todos los grupos sociales, desde la aristocracia hasta el
pueblo, incluso el mundo de los mendigos, pero su centro de interés se
dirigió hacia la burguesía madrileña.
Episodios nacionales
Son cincuenta y seis relatos en los que se narra acontecimientos recientes
de la historia de España para mostrar no solo a sus héroes, sino el punto de
vista de los protagonistas anónimos. Consideraba que el conocimiento de
esos hechos era fundamental para comprender su época y proyectar el
futuro.
Los Episodios comienzan con la guerra de la Independencia y terminan con
la Restauración y están unidos mediante un hilo argumental. Algunos títulos
destacados son Trafalgar, El terror de 1824 y Zumalacárregui.
Novelas de Galdós
 Novelas de la primera época. Estas novelas, llamadas de tesis, enfrentan
las ideas políticas y religiosas tradicionales con las más liberales de la
burguesía progresista. En Doña Perfecta, el enfrentamiento entre la libertad
y el progreso termina en tragedia.
 Novelas contemporáneas. En ellas pretendía reflejar la sociedad de su
tiempo mediante un complejo panorama de personajes, algunos de los
cuales reaparecen en varias novelas:
 Novelas de influencia naturalista. Galdós cree haber encontrado la técnica
que le permite captar la realidad. Le interesa saber cómo son los personajes,
independientemente de si son “buenos” o “malos”. Destacan títulos como La
desheredada.
 Novelas de transición. Galdós descubre que no se puede conocer al ser
humano mediante la observación porque, más allá de lo que se puede ver,
existe el espíritu. A este grupo pertenece Fortunata y Jacinta.
 Novelas espiritualistas. En sus últimas obras, entre las que destaca
Misericordia, Galdós profundiza en su descubrimiento anterior e intenta
reflejar la realidad de forma más compleja interesándose por la sicología y
el mundo interior de los personajes.
Técnicas narrativas
Galdós utiliza el narrador omnisciente. Puede presentarse como si él mismo
hubiese sido testigo de los acontecimientos o como si alguien cercano se los
hubiese contado. Incluso interviene para hacer comentarios o dirigirse de
forma familiar al receptor.
El narrador revela todo lo que pueda interesar al lector sobre los
personajes, los lugares, el tiempo, sin rechazar digresiones que informan de
la historia anterior de un personaje o de los antecedentes de la acción.
Tipos de discurso
Además de la narración y del diálogo, en Galdós destaca el empleo del
monólogo. El novelista reproduce los pensamientos y los sentimientos de
los personajes cuando estos se encuentran a solas, lo que permite
conocerlos en su absoluta intimidad.
«He faltado á la Humanidad, y esa muy tal y cual me las cobra ahora con los creditos
atrasados.... No: pues si Dios, ó quien quiera que sea, me lleva mi hijo, ¡me voy á volver más
malo, más perro...! Ya verán entonces lo que es canela fina. Pues no faltaba otra cosa....
Conmigo no juegan.... Pero no, ¡qué disparates digo! No me le quitará, porque yo.... Eso que
dicen de que no he hecho bien á nadie, es mentira. Que me lo prueben ... porque no basta
decirlo. ¿Y los tantísimos á quien he sacado de apuros?”
Personajes
Galdós retrata a sus personajes y los convierte en seres humanos capaces
de modificar su conducta, sus pensamientos o sus emociones. Alguos
adquieren semejante entidad por su reaparición en distintas novelas,
mezclándose con personajes reales de la época. Además, Galdós siente
especial curiosidad por los individuos dementes, neuróticos, histéricos…
En ciertas ocasiones críticas, a raíz de un trabajo excesivo o de un disgusto, he sentido... así
como si me suspendieran en el aire. No lo entenderás, ni lo entiende nadie más que yo. Voy
por la calle, y se me figura que no veo el suelo por donde ando; pongo los pies en el vacío...
Al mismo tiempo experimento la ansiedad del que busca una base sin encontrarla... Pero
ando, ando, y aunque creo a cada instante que me voy a caer, ello es que no me caigo. La
suspensión, como yo llamo a esto, me dura tres o cuatro días, durante los cuales no como ni
duermo;
Fortunata y Jacinta. Los hechos se desarrollan en Madrid. Juan Santa Cruz,
hijo de una familia de la burguesía, vive una aventura amorosa con
Fortunata, una bella muchacha del pueblo, sin modales ni educación; sin
embargo, termina aceptando el matrimonio con su prima Jacinta.
Santa Cruz no dese prescindir de ninguna de las mujeres: Jacinta es la
esposa virtuosa y enamorada, obsesionada por su frustrada maternidad.
Fortunata representa el amor incondicional y primitivo. Esta tiene un hijo de
Juan, pero él la abandona por otra mujer. El engaño infligido a la esposa y a
la amante provoca que Fortunata, enferma de muerte, ceda su hijo a
Jacinta.
En ciertas ocasiones críticas, a raíz de un trabajo excesivo o de un disgusto, he sentido... así
como si me suspendieran en el aire. No lo entenderás, ni lo entiende nadie más que yo. Voy
por la calle, y se me figura que no veo el suelo por donde ando; pongo los pies en el vacío...
Al mismo tiempo experimento la ansiedad del que busca una base sin encontrarla... Pero
ando, ando, y aunque creo a cada instante que me voy a caer, ello es que no me caigo. La
suspensión, como yo llamo a esto, me dura tres o cuatro días, durante los cuales no como ni
duermo;
Fortunata y Jacinta. Los hechos se desarrollan en Madrid. Juan Santa Cruz,
hijo de una familia de la burguesía, vive una aventura amorosa con
Fortunata, una bella muchacha del pueblo, sin modales ni educación; sin
embargo, termina aceptando el matrimonio con su prima Jacinta.
Santa Cruz no dese prescindir de ninguna de las mujeres: Jacinta es la
esposa virtuosa y enamorada, obsesionada por su frustrada maternidad.
Fortunata representa el amor incondicional y primitivo. Esta tiene un hijo de
Juan, pero él la abandona por otra mujer. El engaño infligido a la esposa y a
la amante provoca que Fortunata, enferma de muerte, ceda su hijo a
Jacinta.
La moza tenía un pañuelo azul claro por la cabeza y un mantón sobre los hombros, y en el momento de ver el
Delfín se infló con él, quiero decir, que hizo ese característico arqueo de brazos y alzamiento de hombros con
que las madrileñas del pueblo se agazapan dentro del mantón, movimiento que les da cierta semejanza con
una gallina que esponja su plumaje y se ahueca para volver luego a su volumen natural.
−¿Vive aquí −le preguntó− el señor de Estupiñá?−¿Don Plácido?... En lo más último de arriba −contestó la
joven, dando algunos pasos hacia fuera. Y Juanito pensó: «Tú sales para que te vea el pie. Buena bota»...
Pensando esto, advirtió que la muchacha sacaba del mantón una mano con mitón encarnado y que se la llevaba
a la boca. La confianza se desbordaba del pecho del joven Santa Cruz, y no pudo menos de decir:−¿Qué come
usted, criatura?
−¿No lo ve usted? −replicó mostrándoselo−. Un huevo.
−¡Un huevo crudo! Con mucho donaire, la muchacha se llevó a la boca por segunda vez el huevo roto y se atizó
otro sorbo.
−No sé cómo puede usted comer esas babas crudas −dijo Santa Cruz, no hallando mejor modo de trabar
conversación.
−Mejor que guisadas. ¿Quiere usted? −replicó ella ofreciendo al Delfín lo que en el cascarón quedaba. Por
entre los dedos de la chica se escurrían aquellas babas gelatinosas y transparentes. Tuvo tentaciones Juanito de
aceptar la oferta; pero no; le repugnaban los huevos crudos.
−No, gracias.
Ella entonces se lo acabó de sorber, y arrojó el cascarón, que fue a estrellarse contra la pared del tramo inferior.
Estaba limpiándose los dedos con el pañuelo, y Juanito discurriendo por dónde pegaría la hebra, cuando sonó
abajo una voz terrible que dijo:
−¡Fortunaaá!
Entonces la chica se inclinó en el pasamanos y soltó un yiá voy con chillido tan penetrante que Juanito creyó se
le desgarraba el tímpano. El yiá principalmente sonó como la vibración agudísima de una hoja de acero al
deslizarse sobre otra.
Leopoldo Alas, Clarín (1852-1901). “Me nacieron en Zamora”.
Con esta frase, Clarín indicaba su nacimiento circunstancial en
esta ciudad. En 1863 se instaló en Oviedo, donde estudió el
bachillerato y la carrera de Derecho. Posteriormente se
trasladó a Madrid para doctorarse y estudiar la carrera de
Letras. Conoció a las personalidades del momento, con
algunas de las cuales trabó amistad, Durante esta época
comenzó su carrera profesional con diversas publicaciones en
prensa.
Ocupó cátedras en las universidades de Zaragoza y de
Oviedo, ciudad en la que se instaló definitivamente. Allí
compaginó su actividad docente con la escritura hasta su
muerte.

“Mucho más grande que no admirar nada es no despreciar nada.”


“Más que a España, amo yo al mundo, y más que a mi tiempo, a toda la historia de
esta pobre, interesante humanidad, que viene de las tinieblas y se esfuerza,
incansable, por llegar a la luz.”
Obra narrativa de Clarín
Periodista y crítico literario, en la actualidad Clarín debe su fama a las
novelas La Regenta y Su único hijo y a más de sesenta cuentos que lo sitúan
entre los mejores cultivadores del relato corto.
Ideas
Clarín se identificó con los ideales republicanos. Su concepto de la justicia y
la verdad lo llevó a denunciar los males que aquejaban a la sociedad
contemporánea.
Como novelista y crítico literario contribuyó al conocimiento del
naturalismo, que le proporcionaba la libertad de abordar cualquier tema y
la objetividad necesaria para el estudio de la sociedad.
Cuentos
En ellos, Clarín transmite su concepción de la vida a través de la crítica
social y política mezclada con la ternura hacia los seres más débiles. El
humor y el retrato de los personajes son los dos recursos estilísticos más
destacados. Destacan títulos como: ¡Adiós Cordera!, Pipá, La mosca sabia…
La Regenta
La acción se desarrolla en Vetusta, nombre tras el que se esconde la ciudad
de Oviedo. El relato revela la falsedad de sus habitantes, cuyos valores
morales quedan cuestionados.
Argumento
La vida de Ana Ozores –llamada la Regenta por haber sido su marido
regente de la Audiencia- está marcada por su temperamento apasionado,
por la rigidez de la sociedad y por su relación con tres hombres:
 Víctor Quintanar, su marido, es mucho mayor que ella y el amor que le
profesa es más el de un padre que el de un esposo.
 Fermín de Pas, sacerdote que ejerce el cargo de magistral de la catedral,
es el confesor de Ana, sobre la que ejerce una gran influencia.
 Álvaro Mesía es un hombre de mundo, con fama de donjuán, su edad le
anuncia que Ana puede ser una de sus últimas conquistas.
El canónigo y Álvaro Mesía se disputan Ana, una mujer de temperamento
sensible y apasionado y fantasioso. Su vida en Vetusta carece de atractivos
y su matrimonio tampoco cumple sus expectativas. Su insatisfacción la
conduce unas veces a arrebatos místicos y otras a desear un amor pasional.
Pronto toda Vetusta vivirá pendiente de si Ana, a la que admiran y envidian,
caerá en manos de Álvaro Mesías.
Cuando Ana comprende que su confesor está enamorado de ellas, siente tal
desencanto que cederá a los requerimientos del donjuán. De Pas planea su
venganza de modo que Quintanar descubra el adulterio y rete a Mesía a un
duelo. Quintanar muere a manos de don Álvaro que huye de Vetusta
abandonando a Ana. La sociedad vetustense, que casi ha empujado a la
Regenta en brazos de Álvaro, la rechaza sin piedad.
Estilo
El detallismo de las descripciones casi fotográficas, y la reproducción fiel del
lenguaje coloquial en los diálogos representan dos rasgos que definen el
estilo de La Regenta. Generalmente, el narrador cede la palabra a sus
personajes para mantener así la impresión de objetividad, aunque a
menudo interviene expresamente en la novela.
Pero al fin Ana se vio sola en el comedor, cerca de aquella chimenea de campana,
churrigueresca, exuberante de relieves de yeso, pintada con colores de lagarto; la
chimenea, al amor de cuya lumbre leyera en otros días tantos folletines la señorita
doña Anunciación Ozores, que en paz descansa. Ahora no había allí fuego; la
hornilla, descubierta, era un agujero de tristeza.
Petra recogió el servicio del café. Andaba perezosa. Entró y salió muchas veces. El
ama no la veía siquiera, miraba, sin mover los párpados, a la hornilla negra y fría.
La doncella se comía con los ojos a la señora. «¡No va al teatro! Aquí pasa algo.
¿Estorbaré? ¿Me necesitará?».
-¿Querrá algo la señora? -preguntó.
Sobresaltada la Regenta, respondió:
-¿Yo?... ¿qué?... Nada; vete
Estilo indirecto libre
En La Regenta es especialmente brillante el uso del estilo indirecto libre; el
narrador omite sus reflexiones, se introduce en el cerebro de los personajes
y expresa lo que sienten y piensan.
Pero no importaba; ella se moría de hastío. Tenía veintisiete años, la juventud huía;
veintisiete años de mujer eran la puerta de la vejez a que ya estaba llamando... y no
había gozado una sola vez esas delicias del amor de que hablan todos, que son el
asunto de comedias, novelas y hasta de la historia. El amor es lo único que vale la
pena de vivir, había ella oído y leído muchas veces. Pero ¿qué amor? ¿dónde estaba
ese amor? Ella no lo conocía.

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