Sunteți pe pagina 1din 18

EL MATRIMONIO EN LA CREACIÓN

 La Sagrada Escritura, en los relatos de la creación,


presenta como fundamento del matrimonio el
designio de Dios desde los orígenes.
 Hay que tener en cuenta que
hay dos relatos creacionales:
el relato de la tradición
sacerdotal y el relato de la
tradición yahvista. Cada uno
de ellos manifiesta un
enfoque distinto sobre la
realidad del matrimonio.
Hombre y mujer en Gn 1, 26-28
Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen,
como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar
y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las
alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean
por la tierra. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen
suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó.
Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y
multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en
los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo
animal que serpea sobre la tierra.»
 ¿Cuáles son los puntos fundamentales de este relato?
a. El ser humano es el punto culminante de la obra
creadora de Dios.
b. La unidad y diferenciación sexual del ser humano es
causa de la ordenación del matrimonio a la
fecundidad como finalidad directamente querida por
Dios en el acto creacional.
c. La masculinidad y la feminidad son don del Creador.
Por lo tanto, el ser del hombre no es independiente
de la sexualidad.
d. La procreación es una participación en el poder
creador divino a fin de transmitir la imagen y
semejanza de Dios de generación en generación.
 ¿Qué nos ha recordado el Papa Francisco en la Amoris Laetitia?
El libro del Génesis ofrece la realidad fundamental de la pareja
humana fundamentada en la teología de la imago Dei:
a. El hombre en su totalidad (varón-mujer) es creado a imagen de
Dios: El hombre es hecho a imagen de Dios y no viceversa. En
ese sentido, Dios no es un ser sexuado. Por eso, la pareja
participa del acto creador, ya que la fecundidad de la pareja
humana es «imagen» viva y eficaz, signo visible del acto
creador.
b. El amor fecundo llega a ser el símbolo de las realidades íntimas
de Dios, puesto que «la pareja que ama y genera vida es la
verdadera “escultura” viviente… capaz de manifestar al Dios
creador y salvador» (AL, 11). Así, la generación se convierte en
camino por el que se desarrolla la historia de la salvación, y
mediante esta imagen se descubre y describe el misterio de
Dios: «El Dios Trinidad es comunión de amor, y la familia es su
reflejo viviente».
Creación del hombre y la mujer en Gn 2, 18-24
Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a
hacerle una ayuda adecuada.» Y Yahveh Dios formó del suelo todos
los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el
hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente
tuviese el nombre que el hombre le diera. El hombre puso nombres a
todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del
campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada.
Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el
hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando
el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios había tomado del
hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste
exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi
carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.»
Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer,
y se hacen una sola carne.
 ¿Cuáles son los puntos fundamentales de este relato?
a. La diferenciación del ser humano en varón y mujer
está orientada a la mutua complementariedad. El ser
humano se realiza plenamente existiendo con
alguien o, más exactamente, para alguien.
b. El valor y el significado del cuerpo: el cuerpo es
vehículo por el cual la persona se comunica a sí
misma.
c. La dualidad de la unidad: la mujer es para el varón y
el varón para la mujer.
d. La unión del varón y de la mujer proviene de una
opción libre: el varón abandona la casa paterna para
unirse a su mujer.
 ¿Qué nos ha recordado el Papa Francisco en la Amoris
laetitia?
En Génesis 2 hay un admirable retrato de la pareja:
a. La inquietud del varón que busca una “ayuda
recíproca” sin encontrarla en los animales. Así, la
mujer es reflejo del amor divino que significa para el
varón prosperidad, ayuda y apoyo.
b. El encuentro produce generación y familia. El unirse
indica “estrecha sintonía, adhesión física e interior.
El fruto de esta unión: ser una sola carne.
EL MATRIMONIO EN JESUCRISTO
 En Cristo se revela la verdad del matrimonio
en su totalidad. Esta verdad se manifiesta en
la Alianza de Dios y su pueblo (la
humanidad), que alcanza su plena
realización en el misterio de amor entre
Cristo y la Iglesia. En otras palabras, el
matrimonio cristiano es el reflejo del amor
de Cristo hacia su Iglesia.
 Por otro lado, Jesucristo anuncia la verdad
sobre el matrimonio mostrando claramente
la continuidad del designio divino
manifestado en los orígenes y a través de la
Alianza entre Dios e Israel.
El debate sobre el divorcio (Mt 19, 4-8)
Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le
dijeron: «¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo
cualquiera?» El respondió: «¿No habéis leído que el Creador,
desde el comienzo, los hizo varón y hembra, y que dijo: Por eso
dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su
mujer, y los dos se harán una sola carne? De manera que ya
no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió
no lo separe el hombre.» Dícenle: «Pues ¿por qué Moisés
prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?» Díceles:
«Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os
permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue
así.
 ¿Cuáles son las conclusiones de esta disputa?
a. «¿No han leído que el Creador en el principio los creó
hombre y mujer?» (Mt 19, 4). Jesús citará las palabras
del Génesis: «Por eso abandonará el hombre a su
padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los
dos una sola carne». Se observa que el designio
originario del matrimonio exige unidad e
indisolubilidad.
b. Por otro lado, se afirma la necesidad de la gracia de
Dios para comprender y vivir el misterio del
matrimonio: «No todos entienden este lenguaje, sino
aquellos a quienes se les ha concedido» (Mt 19, 10).
El matrimonio desde el misterio de Cristo
(Ef 5, 21-33)
Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las mujeres a sus
maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo
es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo. Así como la Iglesia está sumisa
a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.
Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a
sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua,
en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que
tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada. Así
deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama
a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborreció jamás su propia carne;
antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia,
pues somos miembros de su Cuerpo. Por eso dejará el hombre a su padre y a su
madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio
es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. En todo caso, en cuanto a
vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que
respete al marido.
 ¿Cuál es la espiritualidad del matrimonio?
a. El matrimonio cristiano es un misterio que consiste en
anticipar temporalmente la unión eterna de la
humanidad salvada (la Iglesia-Esposa) con su Salvador
(Cristo-Esposo). El matrimonio de Cristo con la Iglesia es
la realidad –que no pasará– mientras que el matrimonio
cristiano es la sombra y figura –que pasará– de aquella
realidad.
b. El matrimonio cristiano ha de entenderse y vivirse a
partir del misterio de amor que se da en la unión entre
Cristo y la Iglesia.
c. Por tanto, el matrimonio cristiano es una actualización
real y verdadera, no sólo figurativa, de la alianza de amor
entre Cristo y la Iglesia. El sacramento del matrimonio es
un signo eficaz de la presencia de Cristo que comunica la
gracia, ya que santifica a los contrayentes y los capacita
para cumplir las exigencias del estado matrimonial.
LA DIGNIDAD DEL MATRIMONIO
Y DE LA FAMILIA
 Desde la creación, el matrimonio es
visto como un don de Dios. Ahora
bien, hay que tener en cuenta que
todo don exige la responsabilidad de
cuidarlo.
 En su predicación, Jesús reafirma la
unión indisoluble entre varón y mujer,
ya que ese es el designio primigenio de
Dios. Esta indisolubilidad no es un
yugo impuesto, sino es un don hecho a
las personas unidas en matrimonio.
 Mediante la redención, Jesús restaura la familia
y el matrimonio a imagen de la Santísima
Trinidad. Así, «de Cristo, mediante la Iglesia, la
familia y el matrimonio reciben la gracia
necesaria para testimoniar el amor de Dios y
vivir la vida de comunión» (AL, 63)
 El amor y la fidelidad que se encuentra en la
Sagrada Familia de Nazaret es luz para todas las
familias y les enseña a afrontar mejor las
vicisitudes de la vida y de la historia. A su vez,
cada familia se capacita para ser luz para otras
familias.
 ¿Qué es el matrimonio cristiano?

EL MATRIMONIO SÍ ES EL MATRIMONIO NO ES
• Un don para la santificación • Una convención social
y la salvación de los esposos • Un rito vacío
• El recuerdo permanente • Un mero signo externo de
para la iglesia de lo que un compromiso
acaeció en la cruz; son el
uno para el otro y para los
hijos, testigos de la salvación
• Una vocación específica
 En el matrimonio, los novios se prometen entrega
total, fidelidad y apertura a la vida. De esta
manera, «el matrimonio cristiano es un signo que
no sólo indica cuánto amó Cristo a su Iglesia en la
Alianza sellada en la cruz, sino que hace presente
ese amor en la comunión de los esposos» (AL, 73)
 La unión sexual es camino de crecimiento en la
vida de la gracia para los esposos. Las palabras del
consentimiento otorgan un significado a la
sexualidad y la liberan de cualquier ambigüedad.
Así, el consentimiento y la unión de cuerpos
expresan el ser una sola carne de la acción de Dios.
 El Concilio Vaticano II define el matrimonio como
comunidad de vida y amor, señalando que este amor es
el centro de la familia. Este amor entre marido y mujer
implica entrega mutua, incluye e integra la dimensión
sexual y afectiva (cf. GS, 48-49). Además, los esposos
tienen su raíz en Cristo, ya que Él sale al encuentro de
ellos y permanece con ellos.
 Gracias a la fidelidad de las familias se hace creíble la
belleza del matrimonio indisoluble y fiel para siempre.
Por ello, ella es de modo verdadero una Iglesia
doméstica.
 La Iglesia es familia de familias. Cada familia, por la
fuerza del matrimonio cristiano, se convierte en un
bien para la Iglesia. A su vez, la Iglesia es bien para la
familia.

S-ar putea să vă placă și