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Conceptos básicos

- Desviación
- Normas
- Conformidad
- Delito
Todos sabemos quienes son los individuos de conducta desviada o, al menos, así lo creemos. Dichos
individuos son aquellos que se niegan a vivir según las reglas que aceptamos la mayoría. Son
delincuentes violentos, drogadictos o "vagabundos" que no se adaptan a lo que la mayoría de las
personas definiría como reglas normales de aceptabilidad. Sin embargo, las cosas no son lo que
parecen y ésta es una lección que la sociología nos enseña a menudo, al instarnos a ir más allá de lo
evidente. Como veremos, el concepto de individuo con conducta desviada no es tan fácil de definir.
Anteriormente hemos visto que la vida social humana se rige por reglas o normas. Nuestras
actividades conducirían al caos si no respetáramos unas reglas que definan, en cada contexto, los
comportamientos que son adecuados y los que no lo son. El orden en las carreteras, por ejemplo,
sería imposible si no se condujera siempre por la derecha (o por la izquierda en países como Gran
Bretaña). Se podría pensar que en este caso no hay individuos..
El estudio del comportamiento desviado

El estudio del comportamiento desviado es una de las áreas más fascinantes de la sociología,
aunque también una de las más complejas, ya que nos enseña que ninguno de nosotros es tan
normal como podríamos pensar. También nos ayuda a darnos cuenta de que el comportamiento de
ciertas personas, que podría parecemos incomprensible o ajeno, puede resultar racional cuando
comprendemos por qué actúan de esa manera.
El estudio de la desviación, al igual que otras áreas de la sociología, centra nuestra atención en el
poder social, así como en la influencia de la clase social, es decir, las divisiones entre ricos y
pobres.
¿Qué es la desviación?
La desviación puede definirse como la falta de conformidad con una serie de normas dadas, que sí
son aceptadas por un número significativo de personas de una comunidad o sociedad. Ninguna
sociedad puede dividirse sin más entre los que se desvían de las normas y los que las aceptan. Todos
transgredimos en alguna circunstancia reglas de comportamiento generalmente aceptadas. Por
ejemplo, puede que hayamos cometido en alguna ocasión algún robo menor, al llevarnos algo de
una tienda sin pagar o al coger pequeños objetos del trabajo, como cuadernos de notas, para uso
particular.
El alcance del concepto de desviación es muy amplio, como mostrarán los siguientes ejemplos. El
multimillonario Howard Hughes creó su inmensa fortuna mediante una mezcla de trabajo duro,
ideas creativas y decisiones astutas. En su carrera hacia el éxito sus actividades se ajustaron a
algunos de los valores clave de las sociedades occidentales, que hacen hincapié en la recompensa
notablemente de las normas ortodoxas. Vivió los últimos años de su vida prácticamente aislado de
cualquier contacto con el mundo exterior, casi sin salir de la suite de hotel que había convertido en
su hogar. Se dejó crecer el pelo y una barba larga y rala, con lo que parecía más un profeta bíblico
que un empresario de éxito.
Normas y sanciones
Todas las normas sociales van acompañadas de sanciones que
Fomentan la CONFORMIDAD y que protegen contra la falta de ella. Sanción es cualquier tipo de
reacción por parte de los demás ante el comportamiento de un individuo o grupo con el fin de
garantizar que se cumpla una determinada norma. Las sanciones pueden ser positivas (ofrecer
recompensas a la conformidad) o negativas (castigos por un comportamiento no conformista).También pueden ser formales o informales: las primeras las impone un determinado
cuerpo o
institución cuando quiere asegurarse de que se respetan ciertas normas y las segundas son
reacciones menos organizadas, más espontáneas, ante la falta de conformidad, como cuando los
amigos toman el
pelo a un compañero acusándole de trabajar demasiado o de ser un "empollón" si decide pasar la
noche estudiando en vez de ir a una fiesta.
Los principales tipos de sanciones formales que se dan en las sociedades modernas son las
que representan los tribunales y las prisiones. Evidentemente, la policía es la institución encargada
de conducir a los transgresores ante la ley y a un posible encarcelamiento. Las leyes son sanciones
formales elaboradas por los gobiernos para que sirvan de principios que los ciudadanos deben
respetar, y se utilizan contra aquellos que no se ajustan ellas. Donde existen leyes también hay
delitos, ya que el delito, en su acepción más simple, puede definirse como cualquier forma de
comportamiento que vulnera la ley.
Teorías del delito y la desviación
• El punto de vista biológico
Algunos de los primeros intentos de explicar el delito y otras formas de desviación tuvieron un
carácter esencialmente biológico. El criminalista italiano Cesare Lombroso, que trabajó en la
década de 1870. creía que se podían identificar las clases de delincuentes por la forma del cráneo.
Aceptaba que el aprendizaje social pudiera influir en el desarrollo del comportamiento delictivo
pero creía que la mayor parte de los delincuentes eran degenerados o anormales desde el punto de
vista biológico. Estas ideas se vieron completamente desacreditadas, pero puntos de vista similares
han aparecido con frecuencia. A la hora de demostrar el carácter hereditario de las tendencias
delictivas también tuvo bastante aceptación el estudio de los árboles genealógicos que, sin embargo,
no demuestran prácticamente nada sobre esta influencia, ya que es imposible desligar los factores
hereditarios de los ambientales.
Posteriormente, hubo una teoría que distinguía tres tipos de estructura física humana y que
afirmaba que uno de ellos estaba directamente asociado con la delincuencia. Según esta teoría, es
más posible que se hagan delincuentes los tipos musculosos y activos (mesomorfos) que los de
onstitución delgada (ectomorfos) o que la gente más gruesa (endomorfos) (Sheldon, 1949; Glueck
y Glueck, 1956). Estas ideas han sido muy criticadas. Aunque existiese una relación global entre
constitución física y delincuencia, ello no demostraría la influencia del factor hereditario. Puede que
las personas de constitución musculosa se vean atraídas por las acciones delictivas porque éstas
ofrecen oportunidades de demostrar sus capacidades atléticas. Además, casi todos los estudios en
este campo se han limitado a investigar a los internos de reformatorios y puede que los delincuentes
más fuertes y de complexión más atlética tengan más posibilidades de ser enviados a estas
instituciones que los de aspecto frágil o delgado.
El punto de vista psicológico

Del mismo modo que las interpretaciones biológicas se basan en tipos físicos, las teorías
psicológicas asocian la delincuencia con ciertas clases de personalidad. Algunos autores han
indicado que en una minoría de individuos se desarrolla una personalidad amoral o psicopática. Los
psicópatas son personas retraídas, sin emociones y que se deleitan en la violencia por si misma.
Los individuos con rasgos psicopáticos a veces cometen delitos violentos pero el concepto
de psicópata plantea graves problemas. No está del todo claro que esos rasgos sean inevitablemente
delictivos. Casi todos los estudios de individuos que se creía que tenían rasgos psicopáticos se han
basado en prisioneros condenados, cuya personalidad tiende inevitablemente a presentarse de forma
negativa. Si describimos estos mismos rasgos de forma positiva, el tipo de personalidad resulta
bastante diferente y no parece que haya una razón para pensar que las personas que pertenezcan a él
sean delincuentes de forma inherente. Si buscásemos individuos psicópatas para una investigación
podríamos poner el siguiente anuncio (Widom y Newman, 1985):
Sociedad y delito: teorías sociológicas

Cualquier explicación satisfactoria de la naturaleza del delito debe ser sociológica, porque la
definición de delito depende de las instituciones sociales de una sociedad. Uno de los aspectos más
importantes del pensamiento sociológico sobre el delito es el énfasis que pone en las
interconexiones entre conformidad y desviación en diferentes contextos sociales. Las sociedades
modernas contienen muchas subculturas distintas y el comportamiento que respeta las normas de
una de ellas puede considerarse desviado en otra. Por ejemplo, un miembro de una banda juvenil
puede verse muy presionado a ponerse a prueba robando un coche. Además, existen profundas
diferencias de riqueza y de poder en la sociedad, que determinan en gran medida las oportunidades
de que dispone cada grupo. No resulta sorprendente que el robo y el allanamiento de morada los
realicen personas que pertenecen a los sectores más pobres de la población, mientras que la
malversación de fondos o la evasión de impuestos están limitados, por definición, a las personas
que ocupan posiciones de cierta influencia.
Desviación aprendida: asociación diferencial

Edwin H. Sutherland vinculó el crimen a lo que él llamó asociación diferencial (Sutherland, 1949).
La idea es muy sencilla. En una sociedad que contiene diversas subculturas algunos ambientes
sociales tienden a orientar hacia las actividades ilegales y otros no. Los individuos se convierten en
delincuentes al asociarse con aquellos que son portadores de normas delictivas. Según Sutherland,
en general el comportamiento delictivo se aprende en los grupos primarios y especialmente entre
compañeros. Esta teoría contrasta con la idea de que existen diferencias psicológicas que separan a
los delincuentes del resto de la gente; considera que las acciones delictivas son tan aprendidascomo
las que respetan la ley y que tienen como fin las mismas necesidades y valores. Los ladrone
intentan ganar dinero igual que la gente que tiene trabajos convencionales, pero eligen una forma
ilegal de hacerlo.
Conclusiones teóricas

¿Qué conclusiones debemos sacar de esta revisión de las teorías del delito? Antes de nada debemos
reiterar una afirmación hecha anteriormente. Aun cuando el delito sea una subcategoría del conjunto
de la conducta desviada, cubre tal variedad de tipos de actividades -desde llevarse una chocolatina
hasta la matanza en masa- que resulta bastante poco probable que podamos desarrollar una única
teoría que explique todas las formas de conducta delictiva.
Todas las teorías anteriores tienen algo que aportar a nuestra comprensión de algunos
aspectos de la delincuencia o de ciertos tipos de delitos. Los enfoques biológicos y psicológicos
pueden identificar algunos rasgos de la personalidad que, en determinados contextos de aprendizaje
y experiencia, predisponen a determinados individuos a cometer actos delictivos. Por ejemplo,
aquellos que tienen rasgos denominados generalmente psicopáticos puede que estén más
ampliamente representados entre ciertas categorías de delincuentes violentos que entre el conjunto
de la población. Por otro lado, quizá estén sobrerrepresentados entre los que han cometido actos de
heroísmo extremo o participado en actividades arriesgadas.
Delito y estadísticas sobre delincuencia
¿Qué grado de delincuencia existe y cuáles son sus manifestaciones más frecuentes? Para responder
a estas preguntas podemos empezar por revisar las estadísticas oficiales. Al publicarse éstas
regularmente, no debería existir ningún problema en calcular las tasas de delincuencia, pero esta
suposición es del todo errónea. Las estadísticas de crimen y delincuencia son probablemente las
menos fiables de todas las cifras oficiales que se publican sobre cuestiones sociales.
La principal limitación de este tipo de estadísticas oficiales es que sólo incluyen delitos
registrados por la policía. Existe una larga cadena de decisiones problemáticas entre un posible
delito y su registro por la policía (véase la figura 8.l). La mayoría de los delitos, especialmente los
pequeños hurtos, nunca se denuncian. La gente diverge en su capacidad para reconocer los delitos y
su voluntad de denunciarlos. De aquellos que llegan a oídos de la policía, una proporción no se
refleja en las estadísticas porque los agentes, por ejemplo, pueden recelar de la validez de una
información que llega a sus manos sobre un supuesto delito. Los sondeos calculan que más de la
mitad de los delitos importantes, incluidos la violación, el robo y la agresión grave, no se denuncian
a la policía.
El realismo de la Nueva Izquierda

Durante bastantes años muchos criminólogos, en particular los más progresistas o izquierdistas,
tendieron a minimizar la importancia del aumento en la tasa oficial de delitos. Trataban de mostrar
que los medios de comunicación creaban una alarma social innecesaria sobre este asunto o
argumentaban que muchos delitos eran una forma disfrazada de protesta contra la desigualdad, tal
y
como podría sugerir el esquema de la anomia mertoniana. El realismo de la Nueva Izquierda (New
Left Realism, NLR), asociado en particular con el trabajo de Jock Young, se apartó de dicha
tendencia (Young, 1988).
El NLR sostiene que realmente se ha producido un aumento de la delincuencia y que el
público tiene motivos para preocuparse por ello. En consecuencia,...
El homicidio

Las tasas de homicidios (asesinatos) son probablemente las más precisas de todas las estadísticas
sobre delincuencia. Pero aquí también existen problemas. Para que una muerte se clasifique como
asesinato tiene que saberse que ha ocurrido. Por regla general, esto significa que hay que encontrar
un cadáver; pocas muertes en las que éste no se encuentre se clasifican como homicidio. Si el
cuerpo aparece, sólo se sospecha que ha habido asesinato cuando las circunstancias indican que la
muerte se ha producido por causas "no naturales", como serias contusiones o laceraciones en el
cráneo. Una vez que se acusa a alguien, la sentencia podría concluir que el acusado fue culpable de
homicidio sin premeditación y no de asesinato
Las prisiones y el desarrollo moral

El encarcelamiento es una forma de castigar a los malhechores y de proteger a los ciudadanos de


ellos. Pero el principio subyacente al sistema de prisiones es el de "mejorar" al individuo para que
desempeñe un papel adecuado y digno en la sociedad. ¿Tienen las cárceles este efecto en los que
son internados allí durante determinados períodos? Hay pruebas claras de que no es así.
En general, ya no se maltrata físicamente a los prisioneros, como era habitual en otras
épocas; aunque las palizas no han desaparecido por completo, incluso en las cárceles de mujeres
(como veremos mas adelante). Sin embargo, los prisioneros sufren otras muchas privaciones. No
sólo se les priva de su libertad, sino también de un salario digno, de la compañía de sus familiares y
anteriores amigos, de relaciones heterosexuales, de su propia ropa y de otros objetos personales.
Con frecuencia viven en cárceles superpobladas y tienen que aceptar los estrictos métodos
disciplinarios y la reglamentación de su vida cotidiana.
Protesta Carcelaria y alternativas al
encarcelamiento
En la actualidad, las cárceles británicas, al igual que las de la mayoría de los países industrializados,
están superpobladas (para conocer la población de las prisiones véase la figura 8.4). Si la prisión
apenas rehabilita e incluso no refrena, ¿por qué no pensar en otras alternativas para enfrentarse a la
delincuencia? Otras opciones se están contemplando o aplicando en diversos países.
Una de ellas es la supervisión dentro de la comunidad, incluyendo la libertad condicional, bajo
palabra y bajo fianza. Tal es el caso del Reino Unido, en el que siempre hay más condenados en
libertad condicional o bajo palabra que en la cárcel. La libertad condicional se utiliza mucho cuando
se trata de delitos relativamente pequeños y supone que la persona tenga "buen comportamiento"
durante un cierto período y que se presente regularmente ante las autoridades. Cumplido ese
período el caso queda cerrado. La libertad bajo palabra es una reducción de la condena que se
otorga como recompensa al buen comportamiento que el individuo ha tenido mientras estaba en la
cárcel. La libertad bajo fianza, a menudo utilizada en los Estados Unidos, mantiene a las personas
fuera de la cárcel mientras están a la espera de juicio, bajo una vigilancia responsable y antes de que
su inocencia o culpabilidad hayan sido determinadas.
La pena de muerte

Desde que la condena de cárcel se convirtió en la forma principal de


castigo para el delincuente, la pena de muerte ha sido cada vez más
polémica. La mayoría de los reformadores considera que es bárbaro
ejecutar a las personas por sus delitos. Además, allí donde se utiliza la
pena de muerte, es imposible corregir injusticias si después salen a la
luz pruebas de que un individuo fue condenado por error
Género y delito

Al igual que en otras áreas de la sociología, lo tradicional era que los estudios criminológicos no
prestaran atención a la mitad de la población. Muchos manuales de criminología siguen sin decir
prácticamente nada acerca de la mujer -excepto en las secciones que se ocupan de la violación y la
prostitución y la mayoría de las teorías de la desviación también pasan por alto a las mujeres casi
totalmente. Un ejemplo de ello es la explicación de Merton sobre la estructura social y la anomia.
Se supone que la "presión hacia el triunfo" alcanza prácticamente a todos en las sociedades
modernas. Lógicamente, por tanto, se podría argumentar que las mujeres deberían figurar de un
modo más prominente que los hombres en las diversas categorías de desviación identificadas por
Merton, incluyendo el delito, dado que ellas tienen menos oportunidades de triunfar que los
hombres. Sin embargo, las tasas de delincuencia de las mujeres son -o así parece- excepcionamente
bajas. Incluso en el supuesto de que las mujeres, por alguna razón, fueran menos dadas a participar
en actividades desviadas que los hombres, ello no es razón para dejar de tenerlas en cuenta.
Tasas de delincuencia masculina y femenina
Las estadísticas sobre género y delincuencia son sorprendentes. Por ejemplo, existe un
enorme
desequilibrio en la proporción entre hombres y mujeres que están en la cárcel; no sólo en
Gran
Bretaña, sino en todos los países industrializados. Las mujeres constituyen sólo el 3% de la
población reclusa británica. También existen contrastes entre los tipos de delitos que
cometen los
hombres y las mujeres, al menos según las estadísticas oficiales (véase el cuadro 8.2). Los
delitos de
las mujeres rara vez incluyen violencia y casi todos son a pequeña escala. Hurtos menores,
como
robar en los comercios, y alteraciones del orden público como borracheras escandalosas y
prostitución, son delitos típicamente femeninos

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