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MORFEMAS ARCAICOS AIMARAS

EN LA TOPONIMIA ANDINA:
LOS SUFIJOS –Y, -NA-, -RA.
Rodolfo Cerrón Palomino

Arteaga Uribe, Paulo


Bedregal Soto, Bryant
Lingüística Histórica 2016-II
INTRODUCCIÓN
• El tema a desarrollar trata sobre el estudio de tres sufijos
recurrentes en la toponimia de los Andes centro-sureños.
• Estos sufijo no han sido estudiados sino hasta ahora
(2002).
• Las razón principal para evitar estos sufijos en los
estudios radica en lo arcaico de su origen. Además, están
estas dos razones que Cerrón Palomino (CP) considera:
La necesidad de un enfoque diacrónico que tome en cuenta el contacto entre
el quechua y el aimara, y no solo información lingüística colonial y actual.
 Los afijos en cuestión no aparecen adheridos a raíces castellanas a diferencia
de otros fenómenos lingüísticos.

• Se usó los diccionario toponímos clásicos de Paz Soldán y


Stiglich.
• El procedimiento para el estudio de los sufijos -y, -na y -ra es el
siguiente:

Ilustración del
•Detección de desinencias en el corpus:
sufijo configuraciones naturales, edificaciones
y reino animal y vegetal.

Caracterización • Recurriendo al quechua y/o aimara


morfológica

•Recurriendo al quechua y/o


Etimología aimara

Enigmas
toponímicos •A manera de ilustración
Registro de -y
•Ilustración del sufijo:
• Caracterización morfológica
 La desinencia –y se añade, en términos formales, a una base nominal,
siendo por tanto un derivador denominativo, y, en razón del
significado de aquella, la referencia implicada es siempre de
naturaleza puntual y no abstracta.
 Sin embargo, a pesar que este sufijo se añade a formas
nominalizadas, su protoforma *-wi, como se verá más adelante, se
yuxtapone solo a verbos, funcionando como un nominalizador
deverbativo.
 Para CP esto no supone un problema, pues el postula que esta
protoforma tiene un carácter ambivalente original que se fu
especializándose como deverbativo para terminar como tematizador
denominativo.
• Etimología
 CP asume que el sufijo -y proviene de la preforma *wi.
Para ello postula dos cambios de naturaleza histórica:
a) Apócope

*wi pierde su vocal final –w

b) Disimilación consonántica

-w deviene en yod -y
a) Apócope
 Según CP este cambio tuvo una motivación
independiente, muy generalizada en el ámbito quechua:
-p/-pa -m/-mi -š/-ši -ĉ/-ĉi

Este cambio, muy antiguo y que afecta a los dialectos


quechua, se dejó de aplicar dejando como huella las
alternancias mencionadas.

Este cambio operó únicamente sobre estructuras


complejas, y no sobre formas no irreductibles.
b) Disimilación consonántica
 Este proceso es más bien esporádico en distintas épocas.

Justamente esta particularidad confirma la alternancia


entre ambas semiconsonantes tanto en el quechua como en
el aimara.

Sin embargo, este proceso se origina en el aimara.

Así, para CP dicha propensión aimara da forma a las


interjecciones quechuas como: alala-w / alala-y , achacha-w
/ achacha-y
 De esta manera, entonces, los dos cambios postulados
son los responsables del pase del sufijo aimara -wi al
quechua, para devenir finalmente en -y.
Paso al
quechua.
Forma actual
Aplicación del
-y
apócope
*w
Aplicación de la
Disimilación
Consonántica
Proforma *w → y
aimara *wi
• Enigmas resueltos
 La problemática para interpretar semánticamente los
topónimos fue solucionada a través de la identificación de
la raíz que era obtenida mediante los registros coloniales,
o también con la reconstrucción quechua o aimara de los
mismos.
El problema central fue el vacío encontrado en las
secuencias posibles de los topónimos: u-y & i-y apenas se
encuentras. CP asume que esta ausencia en la toponímia
actual se debe a la castellanización en la escritura de
dichos topónimos.
Registro de -n
• Ilustración del sufijo
• Caracterización morfológica
Se trata, también, de un sufijo de derivación nominal.

No existe dentro del quechua, un derivativo formalmente


semejante.

El significado que el sufijo insinúa en los ejemplos


proporcionados es el de ‘lugar de que tiene X’.

El significado de la base tiene un referente estrictamente


concreto y puntual.
• Etimología
Dejando de lado el quechua como posible explicación,
Cerrón-Palomino encuentra los siguientes cognados:
• Cota-n (Bolognesi) ~ Cota-ni (Junín, Sandía)
• Copa-n (Cajatambo) ~ Copa-ni (Yauyos)
• Huaca-n (Huancayo) ~ Huaca-ni (Cangallo)
• Huanca-n (Sihuas) ~ Huanca-ni (Canta,
Huancayo, Andahuailas, Puno)
Tomando en cuenta que el sufijo aimara –ni indica que

el lugar posee o registra el elemento que recibe dicho


sufijo, el autor concluye que:

*–ni> –n (el mismo cambio que operó en *–wi> –w> –y)

Asimismo, el hecho de que los topónimos terminados

en –n sean agudos, refuerza la hipótesis de que se trata


de un proceso de elisión:

*[wan.’ka.ni] > [wan.’kaŋ]


3.3. Enigmas resueltos
• Enigmas resueltos

De acuerdo con la hipótesis anterior, Cerrón-Palomino

explica también los siguientes topónimos:

• Oyó-n ‘(lugar) con corral (< uyu ‘corral’ (A))

• Huaicá-n ‘(lugar) con ajíes’ (<wayk’a ‘ají’ (A))

• Conchá-n ‘(lugar) con hongos’ (< quncha ‘hongo’ (Q))

• Hualcá-n ‘(lugar) con collar’ (< waʎqa ‘collar’ (Q))


Registro del sufijo -ra
Configuraciones naturales:
• Anta-ra-y < anta ‘cobre’ (Q/A),
(Paucartambo)
• Huanga-ra-y < wanka ‘peñón’ (Q/A), (Yungay)
Edificaciones:
• Marca-ra-y < marka ‘pueblo’ (A), (Huanta)
• Pucu-ra-y < phukhu ‘olla’ (A), (Chumbivilcas)
Reino animal y vegetal:
• Siqui-ra-y < sik’i ‘hurón’ (Q),
(Tiabaya)
• Cantu-ra-y < qantu ‘cantuta’ (Q/A),
(Cangallo)
• Caracterización morfológica

Este sufijo siempre se encuentra en posición interna. Existen


topónimos con –ra en posición final: Marca-rá (Huaraz),
Chamba-rá (Concepción). Cerrón-Palomino explica que en
estos se puede evidenciar claramente apócope de vocal final y
consiguiente pérdida del sufijo final. Además, la
documentación indica que el sufijo respectivo es nada menos
que –y.
Para formar parte de un topónimo, necesita de una desinencia
final. Por lo general es –y (o el cognado –wi) aunque también
admite –n(i): Huasca-rá-n (Ancash), Maca-ra-ni (Arequipa).
El radical al que se le agrega es nominal.

El único sufijo quechua candidato que plantea el autor sería

el estativo –raya. Sin embargo, no lo considera pertinente


principalmente por ser un derivador deverbativo.

El aimara sí presenta un sufijo parecido al que se busca

explicar en este apartado: el ‘multiplicador’ o ‘distributivo’:

• laki-ra- ‘repartir separando’

• parla-ra- ‘hablar por turnos’

No obstante, este sufijo no es pertinente para esta discusión.


• Etimología

Bertonio (1603) registra el obsoleto sufijo <-ctara> que pospuesta


al nombre, significa ‘estar lleno o tener abundancia de lo que el
sustantivo significa’. Según Cerrón-palomino, el sufijo –ra tiene
gran relación con este sufijo, en forma y significado.
Además, que –ra aparezca junto con <-cta>, que junto a nombres o
adjetivos significan multitud de cosas o personas, induce al autor a
pensar que cuando Bertonio introduce el complejo desinencial <-
cta-ra>, el segundo segmento ya estaba siendo dejado de lado, lo
que se reflejaría en su recurrente presencia en los topónimos
acuñados por los mismos hablantes de aimara.
De este modo, la hipótesis más razonable sería

asignarle al sufijo –ra el significado de ‘abundancia o


multitud de algo’.

Por lo tanto la diferencia entre topónimos como Cota-y

y Cota-ra-y sería la siguiente:

• Cota-y ‘lugar donde existe una laguna’

• Cota-ra-y ‘lugar donde existen muchas


lagunas’
• Enigmas resueltos

Paca-rá-n (Cañete) < *paka-ra-ni ‘lugar con abundantes


águilas’
paka ‘águila’ (quechumara)
Huayta-ra-y (Castrovirreina) < *wayta-ra-wi ‘lugar donde
abundan flores’
wayta ‘flor’(Q)
Cancha-ra-ni (Puno) <*kanĉa-ra-wi ‘lugar donde hay
muchos cercos’
*kanĉa ‘cerco’
Por último, Cerrón-Palomino se refiere también al

glotónimo aimara:

• Ayma-ra < *ayma-ra-y < ayma-ra-ni ‘lugar donde


abundan aymas’

Se desconoce el significado del término ayma.


Apreciación final
• El haber encontrado recurrentemente sufijos de origen aimaraico
en la toponimia que se consideraba eminentemente quechua
revela el gran enraizamiento del aimara en el área centroandina
peruana, lo que invalida que su origen haya sido altiplánico.
• La naturaleza híbrida de muchos de los topónimos estudiados
muestra la gran interacción y compenetración de las lenguas
aimara y quechua. El aimara fue desplazado sistemáticamente por
el quechua hacia el sur y los mecanismos de acuñamiento
toponímico se desplazaron también lo que resultó en dobletes y,
en algunos casos, tripletes toponímicos a lo largo del territorio
centroandino.
• Cerrón-Palomino considera tarea siguiente identificar

los componentes radicales que resultan del análisis


hecho.

• A falta de buenos léxicos locales, tanto quechuas como

aimaras, los topónimos permanecerán como un enigma


que, con el paso del tiempo, desaparecerán sin que se
pueda rescatar el contenido que encierran.

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