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UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA

DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS GENERALES

REGIÓN Y CONTEXTO CARIBE


y/o CÀTEDRA CARIBE

LAS BASES
GEOHISTÓRICAS
DEL
CARIBE COLOMBIANO
FRANCISCO AVELLA

Un objetivo de Francisco Avella es plantear la estructuración


del Caribe colombiano, desde el punto de vista de la
geohistoria, no en el sentido de las partes que lo componen,
sino de las relaciones que hacen que pertenezca a la vez a:

1. Un país de 4 esquinas (amazónica, orinoquense, pacífica y


caribe): Colombia.

2. La cuenca del Gran Caribe, tal vez el más grande crisol de


culturas del planeta, y el mixer cultural más importante de la
historia, pues todo lo que ingresa a su territorio, lo integra, lo
vuelve suyo, lo vuelve Caribe, desde la economía y la política,
hasta la música, así haya tenido como origen Europa, África,
Asia o, como en mi caso personal, la región Andina
¿QUÉ ES EL CARIBE?

Oruno Lara (1998), el más importante «caribólogo»


(no sé si exista esta profesión) francés, escribía:

«El Caribe es un personaje complejo que escapa a


nuestras medidas y a nuestras categorías, que no
se puede definir con nuestras normas habituales».

Y, agregamos, que no se puede entender con la


racionalidad con la que otros buscan explicar, por
ejemplo, a Europa
¿QUÉ ES LO QUE SE LLAMA
CARIBE A TRAVÉS DE LA HISTORIA?

Colón buscaba las Indias Orientales y encontró lo que hoy


llamamos las Indias Occidentales, y, de paso, un continente,
denominado posteriormente «América», en homenaje a su
cartógrafo, y no «Colombia» como le correspondería por su
descubridor.

Colón encuentra, de pronto, otros hombres, «pobres y


desnudos», y regresa creyendo haber encontrado el paraíso
perdido.

Pero, como en todo paraíso se da el pecado original, los


divulgadores de la «invasión», para unos, y del «encuentro»,
para otros, descubrieron que «el otro» no sólo era salvaje,
sino «caníbal».
Con la connotación de comedor de carne, que se
orientaron a proyectar en la imaginación europea
un ser antropófago, engendrador de hijos que
luego devoraba (Lestringant, 1996).

A partir de tales imágenes, se justificaba la


redención de este salvaje por la esclavitud.
Desde cuando la reina Isabel la Católica autorizó
la esclavización en 1505, prácticamente en todos
los demás sitios donde los indígenas fueron
declarados «caribes» se les acusó de las mismas
atrocidades.
Este parece ser el origen de la palabra usada para
llamar «Mar de los Caribes» al mar semicerrado que
está entre el arco de las Antillas y el continente
americano, el núcleo que estructura lo que hoy se llama
«el GRAN CARIBE», el cual abarca no sólo la cuenca
de dicho mar, sino su entorno exterior. Algunos lo
extienden incluso hasta el nordeste del Brasil, la
desembocadura del Amazonas y el Orinoco, que
constituye el territorio original de donde el grupo de
lengua «karaïb» se dispersó a través de las Antillas
Menores, y de quienes Colón escuchó hablar en su
primer viaje, bien al norte, en lo que hoy son las
Bahamas.
Durante la colonización posterior al
descubrimiento, el Caribe pasó a ser uno de los factores
fundamentales en el proceso de acumulación de capital en
Europa. Fue la llave del oro de América, el cual no sólo
sirvió para dar vano esplendor al imperio español, sino
también para pagar sus deudas con las casas hanseáticas
de comercio y de préstamo, causa decisiva de su
decadencia.
El Caribe fue también el campo de experimentación de la
economía de plantación impuesta por los imperios inglés,
francés y holandés, y los procesos asociados a su
explotación: reemplazo y destrucción de la mano de obra
indígena, en su gran mayoría cambiada por la esclava,
traslado masivo de poblaciones del África y mestizaje
asociado a la colonización española que marcaría su
destino para siempre.
Después de la gran importancia que tuvo en el siglo
XIX con las perspectivas de apertura del Canal de
Panamá por los franceses y luego con la apertura real
por los americanos en el siglo XX, el Caribe se
convirtió en el centro geopolítico en donde los
Estados Unidos implantaron su hegemonía a partir de
la segunda Guerra Mundial a través de un sistema de
bases estratégicas, cuya más álgida coyuntura se
produjo con la instalación de misiles en Cuba, un país
que había cambiado de campo político con la
Revolución, haciendo evidente el conflicto Este-Oeste
a 90 millas de los Estados Unidos.
En los años 70, frente al ímpetu con el que el «Área Pacífica»
entra a la historia después del triunfo industrial del Japón y
de los nuevos «dragones industriales» de la cuenca (Corea
del Sur, Taiwán, Hong Kong, Singapur), el Caribe cede su
importancia estratégica, y pasa a ser un área secundaria
en el juego geo-político y comercial internacional, hasta el
punto de que algunos autores empiezan a estudiar su
situación futura en el «siglo del Pacífico»

Con la caída del Muro de Berlín y los demás procesos de


distensión que han conducido a la conformación de un
mundo unipolar, el Caribe se convierte en el Mediterráneo de
los americanos o, más comúnmente, en el patio trasero de
Estados Unidos. Hoy el Canal de Panamá, perdida su
importancia estratégica, se le devuelve a los panameños.
¿QUÉ ES LO QUE SE LLAMA CARIBE,
DESDE EL PUNTO DE VISTA GEOGRÁFICO

El más reciente «caribólogo» inglés, James Fergusson, señala


en su libro La historia del pueblo Caribe, que las Indias
Occidentales, las Antillas, son «diferentes nombres para una
misma región, que reflejan diferentes percepciones y mitos».
Por lo anterior, en su obra se propone «estudiar la región como
un todo, mirando no sólo lo que separa las agrupaciones de las
diferentes islas, sino lo que tienen en común histórica y
culturalmente». La consecuencia es que el Caribe continental
(que abarca desde Miami, bordeando el Golfo de México, hasta
las Guayanas), una región que comprende tanto el Caribe como
mar interior, como la cuenca de su borde exterior, no figura en
la historia. Como no la ve formando parte del Caribbean,
Fergusson no alude una sola vez a su existencia y reduce el
Caribe exclusivamente al mundo insular.
EL GRAN CARIBE
¿QUÉ ES LO QUE SE LLAMA
CARIBE COLOMBIANO?

VISIÓN INTERNA

La primera visión de la región, que se ha llamado interna, es la de


sus propios habitantes quienes la designaron como la «Costa
Atlántica». Esta designación revela la «desidia geográfica»
mediante la cual la Nación ha cedido y perdido extensos
territorios en el Caribe.

El Instituto Geográfico Agustín Codazzi, IGAC, desde 1995, con la


edición de las últimas cartas, ha corregido este error. Por fortuna,
no ha sido sólo el cambio de nombre, sino que, por primera vez,
aparece el Caribe insular como parte del territorio nacional. Ya no
aparecen las islas de San Andrés y Providencia, en Urabá, en La
Guajira, en la Amazonía o donde quedara un campito para
incluirlas en un mapa en donde parecían no tener cabida, por
simples problemas de escala.
¿QUÉ ES LO QUE SE LLAMA
CARIBE COLOMBIANO?

VISIÓN EXTERNA

Una visión externa sobre la región es la de Jacques Gilard


(1984), uno de los mejores «caribólogos» franceses, quien en
su monumental tesis de geografía cultural, «García Márquez y
el Grupo de Barranquilla», la más importante que se haya
escrito sobre una región en América, plantea que para entender
a García Márquez es necesario considerar el mundo de donde
había salido. Gilard señala que «hemos dicho que él se
comporta como un hombre de la Costa (Atlántica), región de la
cual hemos señalado ciertas particularidades, al menos para
establecer un contraste con el interior andino de Colombia.
Además hemos destacado ese rasgo fundamental de un
escritor que sin dejar de ser colombiano, se define en función
de la cultura Caribe.
En la primera mitad del siglo XX y en el siglo XIX,
el Caribe continental se empezó a llamar Costa
Atlántica tanto en Centroamérica como en
Suramérica. Algunas regiones de Nicaragua (los
departamentos de Zelaya Norte y Sur), se llaman
Atlánticas a pesar de que una universidad se
llama Universidad de las Regiones Autónomas
de la Costa Caribe de Nicaragua, URACAN. Lo
mismo sucede actualmente en Costa Rica,
Honduras y Panamá, en donde se utiliza todavía
el término Costa Atlántica en las cartas oficiales.
BASES GEOHISTÓRICAS
DEL CARIBE COLOMBIANO:

UNA METODOLOGÍA
Ahora que conocemos los hilos, es importante
saber qué es lo que queremos tejer, qué región y
qué nación queremos hacer. Ha sido muy difícil
entender la región porque simplemente se pensó
que la región era la costa, y que la costa era una
misma comunidad de destino parecida a la nación.
Este supuesto implícito lo asumían los
historiadores, por lo menos los de los 80, quienes
veían en la historia regional dos relatos muy
distintos de los que se aprendían en la historia
patria (Fals Borda,1986).
HISTORIA PATRIA vs. HISTORIA REGIONAL
Historia Patria es el estudio de los hechos de cualquier
país en forma general. Tiene el propósito fundamental de
estudiar el origen, el desarrollo y las transformaciones de
la sociedad desde la época de los primeros pobladores
del territorio nacional hasta la actualidad.

Historia Regional es una de las ramas más recientes


de la Historia, desarrollada principalmente a partir de la
segunda mitad del siglo XX. Como lo dice su nombre, la
Historia Regional busca estudiar la historia de regiones
particulares en vez de analizar a las grandes
civilizaciones estudiadas tradicionalmente por la Historia
común (Patria). En este sentido, la Historia Regional
emerge como un buen complemento que da especificidad
a los grandes procesos históricos.
HACIA UNA ESTRUCTURACIÓN REGIONAL:
En la última década ha existido una inquietud
de procurar el desarrollo del Caribe colombiano,
frente a esta inquietud cabe preguntarse: qué
región y qué nación queremos hacer?
En este sentido, lo que parecía buscar la
historia regional era superar el esquema
nacional y fundar una región, como si fuera una
nación. Pero rápidamente se evidenció que la
historia regional, tal como estaba concebida, y
se estaba desarrollando por los nuevos
historiadores, no tenía las mismas
connotaciones a pesar de haber producido un
cambio fundamental en la visión histórica:
1. Había deconstruido (voluntariamente o a la
fuerza) los mitos de unidad nacional

2. y había sacado a la luz pública un “enemigo


simbólico” contra el cual luchar. El enemigo que la
historia patria siempre ocultó y que resultó ser el estado
centralizador

Por lo tanto, otra visión para entender el proceso de


estructuración regional (como esta formada). Esta visión
la encontramos en el método de la geohistoria, que nos
permitió superar dos problemas fundamentales:

1. El de ver la región como un todo uniforme, cuando en


realidad es sólo una parte de un conjunto complejo en el
que se incluyen una gran variedad de ideas, de
territorios, de propósitos sociales, política e ideológica.
2. El de ver la región sólo como un
componente nacional, cuando en realidad se
estructura cultural, ideológica, social y
económicamente con una unidad más amplia
como es la Cuenca del Gran Caribe.

Superados estos obstáculos, es clara la tarea


de entender el sentido que tienen la diversidad
de estructuraciones regionales: diferencias,
inclusive de oposiciones y de disputas entre
los grupos que habitan el Caribe colombiano.
La visión GEOHISTÓRICA que explica por qué y
cómo se estructuran los diferentes elementos
de la construcción regional, se impone como
requisito.
Pero ¿por qué la GEOHISTORIA y no
simplemente la historia y la geografía
a la vez?

Ya se había hecho referencia a que la


historia colombiana, como toda historia
no crítica, ha sido escrita como una
“historia patria”, en la que la fundación de
la nación se ha hecho a partir de una serie
de actos heroicos que construyen la
geografía histórica, es decir, donde se
inscriben los hechos fundadores.
Mientras que la historia de lo que
hacen la mayoría de colombianos
todos los días, la historia de lo que
compone la Nación, es decir de las
regiones, no figura en las cartas, por
ser hechos banales nada heroicos,
poco significativos. Así la carta
histórica de las regiones que no
tuvieron hechos heroicos es una carta
vacía. De este modo se presenta una
ruptura entre la historia y la geografía,
y cada una va por su lado.
La geohistoria, como método, permite
superar esta situación ya que busca
entender un territorio a partir de la
historia.

Lo que interesa no es contar qué pasó,


sino entender lo que ha pasado, a partir
del tiempo (periodización) y en un
espacio definido (el territorio) a través
de los cambios que ha tenido la región.
 Según E. Juillard las relaciones entre la
historia y la geografía son tan estrechas
que la separación de ambas sólo
puede ser mental, ya que una
separación física en cualquier tiempo
histórico es injustificada

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