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DROGAS”
Equipo 6 (adictos):
García Villanueva Oswaldo cesar
Ramírez López Lisbeth Saraí
LEON RODRIGUEZ RICARDO
BAQUIRU UGALDE DULCE MARIA
SAMANO YEPEZ ANA ISABEL
EL SER HUMANO ES PARTE IMPORTANTE DEL EQUILIBRIO DE LOS
ECOSISTEMAS EN LA MEDIDA QUE INTERACTÚA PERMANENTEMENTE CON
EL MEDIO AMBIENTE Y LO MODIFICA DE ACUERDO A SUS NECESIDADES Y
REQUERIMIENTOS.
DESDE OTRO PUNTO DE VISTA NO PUEDE DEJAR DE RECONOCERSE QUE EL
MEDIO AMBIENTE TAMBIÉN JUEGA UN ROL FUNDAMENTAL EN EL
EQUILIBRIO BIOPSICOSOCIAL DEL INDIVIDUO.
Muchas veces se ha hecho referencia a los daños que sufren las personas que se
dedican a la elaboración de drogas. tales daños van desde casos de descascaramiento
de la piel ocasionado por el contacto con químicos nocivos hasta quemaduras por
accidentes con estos materiales y problemas respiratorios por inhalación de vapores
tóxicos.
Desde una perspectiva psicosocial debe mencionarse que la accesibilidad en las zonas
de producción de drogas, ha generado un aumento progresivo del número de
consumidores. De igual manera, los adictos provenientes de otras zonas, que toman
conocimiento de la producción de drogas a menor costo suelen establecerse en zonas
de producción, sirviendo de modelos inadecuados para los jóvenes de la zona, quienes al
imitarlos se involucran cada vez más en el consumo de PBC.
Hasta no hace mucho tiempo se pensaba que en las zonas de producción
de drogas no había consumo pues la mayor parte de los psicoactivos
procesados salían de esas zonas mayormente rurales hacia las grandes
ciudades y centros urbanos. Sin embargo, esta situación se ha revertido
rápidamente pues el exceso de oferta de drogas a bajo precio ocasionó el
incremento de su consumo.
Se trata pues de un problema que cada vez adquiere mayor gravedad pues se ha
asentado en regiones generalmente distantes, donde las poblaciones carecen de
adecuadas condiciones de subsistencia, no tienen acceso a servicios educativos, de
salud o de comunicaciones.
No sorprende entonces que un número cada vez mayor de pobladores, especialmente
los más jóvenes se hayan involucrado en las drogas, sea como participantes en las
actividades de comercialización de drogas, como en el consumo de las mismas.
EL INDIVIDUO Y LA DROGODEPENDENCIA
El estigma de consumidor de drogas actúa marcando negativamente la vida social
del individuo. El proceso de la construcción de este estigma es siempre arbitrario,
cultural y surge de la necesidad de censurar a aquellas personas que se desvían
de lo que es o no asumido como aceptable desde el punto de vista social y cultural.
Opera como una definición totalizadora con capacidad para desacreditar a la
persona/consumidora de sustancias tóxicas en el intercambio social. El proceso
de estigmatización convierte al drogodependiente en un ser desposeído, su
definición social se establece por comparación con los no consumidores y esta
comparación sirve para fijar su posición social como alguien que es diferente e
inferior. El toxicómano (consumidor activo) es representado como un objeto por
su imposibilidad social a la hora de definirle Socialmente no es sujeto de habla ni
de acción (no participa, no interviene), son los demás quienes desde posiciones
superiores toman la palabra por ellos/ellas.
Su vida como individuo se ve señalada y cargada de atributos negativos. El trato con el/ella puede
implicar riesgo, desconfianza al ser percibido como un individuo que puede llegar a ser peligroso
(imagen negativa que cambiará gracias a los programas de metadona), que cuando ingiere sustancias
no es “capaz” de distinguir entre lo que debe y no debe hacerse, creyéndose que perjudica a los demás
y así mismo con sus actos.
Hacia la drogadicción existe una visión social negativa que legitima su exclusión. Lo que busca la
Sociedad es una taxonomía para clasificar a los seres humanos en función del grado de pertenencia o
no social, su grado de implicación en relación con la vida Pública de modo que sus aspectos (génesis
social) está más en función de lo que es, que de lo que le pase. A todos nos sorprende la facilidad con
la que los sistemas sociales inventan cada día nuevas formas de exclusión social, incluso más lo hacen
los pliegues justificativos de esa minusvaloración social de los excluidos, ocultando bajo las
argumentaciones “científicas”, políticas e ideológicos constructos sociales trasnochados y vinculados
a las desigualdades humanas.
El drogodependiente por el consumo reiterado de sustancias tóxicas será víctima de una deficiencia
social –pérdida de habilidades, de una estructura o función, dependiendo de las sustancias
consumidas-, por tanto, adquiere una discapacidad –restricción o ausencia de la capacidad de realizar
una actividad en la forma o dentro del margen considerado “normal” para un ser humano-. Y una
minusvalía social –situación desventajosa tanto social como laboral, consecuencia de esa deficiencia
adquirida y por la discapacidad social que limita o impide el desarrollo y desempeño de un rol socio-
laboral que es “normal” en otras personas semejantes a el/ella-. Que en el caso de los consumidores
de sustancias tóxicas, se produce su apartamiento social.
EL INDIVIDUO, LA SOCIEDAD Y LAS DROGAS.
A lo largo de la historia las sociedades y los
individuos se han vinculado de múltiples maneras
con las diversas sustancias psicoactivas o
estupefacientes mejor conocidas como “drogas”,
generando distintos arreglos institucionales para
reglamentar este vínculo. La presencia de
cambios sociales y culturales muy acelerados y
universales modificaciones en el sistema de
relación y organización social, cambios en las
formas de vida, alteraciones en la jerarquía de
valores y aspiraciones colectivas, evolución de los
esquemas de ocio y del sistema de ocupación
laboral. Hace que estos movimientos
socioculturales, más aún sí coinciden con
circunstancias de desequilibrio social y
económico, condicionan una elevación
importante de los factores de predisposición al
consumo y, por lo tanto, un incremento notable
de la denominada 'demanda' de drogas.
CONSECUENCIAS PERSONALES Y
SOCIALES
La utilización de la droga
frente a diferentes estímulos,
pero aún sin regularidad en el
tiempo. Ejemplo: el estudiante
que además de recurrir a la
droga frente a un examen , la
emplea para pretender un
mayor rendimiento en una
competencia deportiva,
desplegar mayor brillo en una
reunión social , etc.-
VARIACIÓN DE LA DROGA
El individuo utiliza distintas
drogas, de efectos contrarios,
en forma compensatoria.
El individuo toma estimulantes
para estudiar, depresores
para dormir y contrarrestar el
efecto de los primeros y
vuelve a aquéllos al
levantarse para superar el
embotamiento y poder
concurrir al trabajo.
Ya sea crea un círculo vicioso
imposible de interrumpir por sí
mismo, sin ayuda
especializada.-
USO INDEBIDO DE DROGAS
El uso indebido y el tráfico ilícito de drogas constituyen un
problema de trascendencia nacional que afecta a la
sociedad peruana, en especial a los grupos humanos más
vulnerables, conformados por los niños, niñas y adolescentes.
Antecedentes:
El consumo de sustancias psicoactivas ha sido una costumbre
ancestral entre las poblaciones humanas; solía ser un acto de
naturaleza ritual, cuya regulación y significado estaban inscritos
en una compleja trama cultural.
Pero el agravamiento del consumo es sólo un aspecto de un
fenómeno mucho mayor, ya que junto con él han venido
consolidándose los procesos de producción y comercialización
de estas sustancias.