“La restauración y el resurgimiento de la humanidad
comienzan en el hogar. La obra de los padres es la
base de toda obra. La sociedad está compuesta por familias, y éstas dirigidas por los jefes de familia. Del corazón ‘mana la vida’ (Proverbios 4:23); y el corazón de la comunidad, de la iglesia y de la nación es el hogar. La felicidad de la sociedad, el éxito de la iglesia y la prosperidad de la nación dependen de las influencias domésticas.” El Hogar Cristiano, p.17 CONSTRUYE PUENTES DE AMOR. “Un espíritu tierno y un trato benigno y persuasivo pueden salvar a los perdidos y cubrir multitud de pecados. La revelación de Cristo en tu propio carácter tendrá un poder transformador sobre aquellos con quienes te relaciones” (DMJ, p. 119). “La cuestión que se ha de decidir es esta: ¿Debe la esposa sentirse obligada a ceder implícitamente a las exigencias del esposo, cuando ve que solo las pasiones bajas lo dominan y cuando su propio juicio y razón la convencen de que al hacerlo perjudica su propio cuerpo, que Dios le ha ordenado poseer en santificación y honra y conservar como sacrificio vivo para Dios?” (TI, t. 2, p. 422). “Cuando la esposa entrega su cuerpo y su mente al dominio de su esposo, y se somete pasiva y totalmente a su voluntad en todo, sacrificando su conciencia, su dignidad y aun su identidad, pierde la oportunidad de ejercer la poderosa y benéfica influencia que debiera poseer para elevar a su esposo” (TI, t. 2, p. 423). “Los que siguen sus propias inclinaciones, en su afecto ciego por sus hijos, y permitiéndoles que satisfagan sus deseos egoístas, no les hacen sentir el peso de la autoridad de Dios para reprender el pecado y corregir el mal, ponen de manifiesto que honran a sus hijos impíos más que a Dios” (ibíd., p. 220). “El mundo rebosa de influencias corruptoras. Las modas y las costumbres ejercen sobre los jóvenes una influencia poderosa. Si la madre no cumple su deber de instruir, guiar y refrenar a sus hijos, estos aceptarán naturalmente lo malo y se apartarán de lo bueno. Acudan todas las madres a menudo a su Salvador con la oración: ‘¿Cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él?’ Cumpla ella las instrucciones que Dios dio en su Palabra, y se le dará sabiduría a medida que la necesite” (PP, p. 618). “Nunca digan a sus hijos: ‘No puedo tolerarte’. “Manifestar ira hacia Mientras tengamos un niño que se acceso al Trono de Dios, equivoca es aumentar como padres deberíamos el mal. Eso despierta avergonzarnos de las peores pasiones en pronunciar tales palabras. el niño y lo induce a Clamen a Jesús, y él los creer que no se ayudará a conducir a sus pequeños preocupan por él. [...] a Dios” (ibíd., p. 223). ¿Y ustedes piensan que Dios no sabe la forma en que son corregidos esos niños? AYUDA DIVINA “Dios bendecirá una disciplina justa y correcta. Pero Cristo dice: ‘Sin mí nada podéis hacer’ (Juan 15:5). Los seres celestiales no pueden cooperar con los padres y las madres que descuidan la educación de sus hijos” (ibíd., p. 217).