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ALUMNA:
ESTEFANY RIVAS # 9
Prof.: María A. Betancourt
5to Sección “U”
Solo existía el Creador, Tepeu y Gucumatz, cuando entonces llegaron y se pusieron a meditar y a
compartir ideas, pensaron que al día siguiente que amaneciera debía aparecer el hombre.
Entonces fue así como comenzó la creación de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la
vida y con ello la creación del hombre.
Después de ésto pensaron, cómo haremos para que aclare y amanezca, quién producira el
alimento y sustento. Entonces dijeron: ique se llene el vacío!, ique surga la tierra y que se
afirme!, ique amanezca y anochezca! Y fue así como la tierra fue creada. Posteriormente
empezaron por crear a los animales, les dieron lugar en donde vivir, comida y todo lo necesario,
pero cuando se dieron cuenta de que no podían hablar y no los iban a poder alabar pensaron
mejor en cambiarlos y mandarlos a los cerros, barrancos y bosques, y les dieron que su carne
iba a ser comida e iban a ser matados.
Entonces pensaron en crear a otro y a otro pero no les salía lo que ellos querían, a un ser que
les pudiera hablar y adorar como se merecían por el hecho de ser sus creadores. A
continuación vino la adivinación y juntaron madera y fue labrada por Tepeu y Gucumatz, y al
instante fueron hechos los muñecos de madera, se parecían al hombre, hablaban como el
hombre pero no tenían alma, ni entendimiento, no recordaban a su creador; después los
mataron y los destruyeron porque no eran buenos, maltrataban a los animales y éstos al verlos
destruidos empezaron a hablar y a maltratarlos por como los hombres los habían tratado. Dicen
que la descendencia de aquellos hombres fueron los monos y es por eso que el mono se
parece al hombre.
Comentario personal.
Habiendo leído el libro del Popol Vuh, y siendo una de las máximas representaciones de la
literatura latinoamericana, específicamente de la cultura maya, podemos considerar dicha obra
como una eminencia de gran importancia cultural por parte de las civilizaciones indígenas
maya. El legado histórico del Popol Vuh tiene un valor incalculable, debido a la amplia gama de
conocimientos plasmados en esta obra, con respecto a diversos aspectos del mundo maya y
sus costumbres.
Sintetizando los puntos más relevantes que se aprecian a lo largo del documento literario, se
pueden destacar aspectos como la imaginación, la gran creatividad, ligado al aspecto religioso,
cosmogónico, teogónico, teológico mitológico, político y social.
Se puede ver que ésta obra literaria está orientada a entretener al público, contando grandiosas
hazañas de héroes irreales, conscientes de que todo era fantasía. A describir costumbres,
creencias de carácter religioso, origen del hombre, y origen de todas las cosas según la cultura
que lo creó, la maya-quiché. En numerosas ocasiones el hombre y los dioses se ponen a un mismo
nivel, interactuando unos con otros en batallas y diversas hazañas. Los Dioses son muy
superiores a los humanos, crean a las criaturas para que los veneren y rindan culto, de lo contrario
serán castigadas. Durante toda la obra se habla de un héroe y un antihéroe, pueden ser dioses o
seres humanos, no se habla de uno en específico.
En esta obra literaria se presentan conceptos muy avanzados en cuanto a la creación del mundo y
del hombre por parte de dioses. Al mismo tiempo podemos observar como estos dioses cometen
errores y fallan en múltiples oportunidades, es decir no son perfectos. Por ejemplo, la creación del
hombre de barro, de madera y finalmente el hombre de maíz. Así mismo se destaca el aspecto
religioso y su marcado politeísmo con sus respectivas creencias, ritos, adoraciones, sacrificios,
ofrendas, danzas. También es importante mencionar la lucha entre dioses o las llamadas “gestas
de los dioses”, causadas por diferencias entre los dioses del bien y los dioses del mal.
CREACIÓN DEL MUNDO
Ésta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil,
callado, y vacía la extensión del cielo.
Ésta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros,
peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sólo el cielo existía.
No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensión.
No había nada junto, que hiciera ruido, ni cosa alguna que se moviera, ni se agitara, ni hiciera ruido
en el cielo.
No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo. No
había nada dotado de existencia.
Al acercarse la aurora se dijeron que debían apurarse y realizar otro intento. Con lodo hicieron al
hombre pero este no movía la cabeza ni los miembros. Al comienzo hablaba pero no tenía ningún
entendimiento. Primero se endureció pero luego se humedeció en el agua y ya no se pudo sostener
en pie. Entonces deshicieron su obra y discutieron en consejo.
Decidieron hacer un hombre de madera y procedieron. Fueron hechos los hombres– muñeco.
Hablaban y se arrastraban por la tierra. Tuvieron hijos que eran muñecos de palo. Sin sangre sus
manos y sus pies estaban secos. Ante el fracaso de los muñecos, los Formadores mandaron una
gran lluvia. Se formó un Diluvio que comenzó a caer desde lo profundo del Cielo.
Todos los seres se rebelaron contra los hombres de palo. Los animales grandes y chicos, las
piedras, los platos, las tinajas, las ollas, todos se alzaron y comenzaron a gritar: “¡nos
golpearemos!”. Sin saber a dónde ir los hombres de madera subían a las casas pero estas los
arrojaban desde sus techos; se escondían en las cuevas pero estas se cerraban y los
trituraban. Así fueron aniquilados. Hay quienes dicen que su descendencia se conserva en los
monos de las selvas. Estos seres son parecidos al hombre pero en realidad son los sucesores
de aquellos muñecos.
Los Formadores platicaron y decidieron poner alimento y bebida saludable en el interior del
ser humano, por ello de maíz blanco y amarillo formaron su carne y prepararon líquidos con
los que hicieron su sangre, produciendo su gordura y vigor. Como parecían hombres
terminaron siendo hombres. Fueron buenos y bellos, fueron dotados de inteligencia. Miraron y
prontamente su vista se alargó alcanzando a ver todo lo que hay en el mundo. Prontamente
dieron gracias al Creador y al Formador. Dijeron: “hablamos, pensamos, sentimos y
conocemos lo que está lejos y cerca, vemos lo grande y lo pequeño en el cielo y en la tierra”.
Pero al Formador y al Creador no les gustó lo que escucharon de sus criaturas. “No está bien lo
que dicen nuestras obras, ¿serán más que criaturas y acaso dioses como nosotros?– dijeron los
Primeros Padres. Luego se reunieron en Consejo y discutieron el futuro de sus criaturas porque
tenían temor a que no se multiplicaran, a que no se reprodujeran cuando comenzara la era de la
salida del sol. Por todo ello los dioses discutieron una y otra vez hasta que decidieron infundir el
sueño y velar los ojos humanos permitiendo que vieran solamente lo que estaba a corta
distancia. Así fue suprimida la sabiduría del origen de la raza Quiché. El Creador y el Formador
crearon a las mujeres y cuando los hombres despertaron de su sueño se alegraron sus
corazones a causa de sus esposas
LA CREACIÓN DE LOS HOMBRES
DE MAÍZ
los Progenitores, los Creadores y Formadores, que se llamaban Tepeu y Gucumatz: "Ha
llegado el tiempo del amanecer, de que se termine la obra y que aparezcan los que nos han de
sustentar y nutrir, los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados. Que aparezca el hombre, la
humanidad sobre la superficie de la tierra".
Éstos son los nombres de los animales que trajeron la comida: Yac (el gato de monte), Utiú (el
coyote), Quel (una cotorra vulgarmente llamada chocoyo) y Hoh (el cuervo). Estos cuatro
animales les dijeron que fueran al pueblo de Paxil y les enseñaron el camino.
Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto una hermosa tierra, llena
de deleites, abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas, y abundante también en
cacao y en innumerables zapotes, anonas, jocotes, nances, matasanos y miel. Abundancia de
sabrosos alimentos había en aquel pueblo llamado de Paxil.
Había alimento de todas clases, alimentos pequeños y grandes, plantas pequeñas y grandes.
Los animales enseñaron el camino. Y moliendo entonces las mazorcas amarillas y las mazorcas
blancas, hizo lxmucané, la diosa adivina, nueve bebidas. Y de este alimento provinieron la fuerza
y la gordura, y con él crearon los músculos y el vigor del hombre. Esto hicieron los
Progenitores, Tepeu, dios creador, y Gucumatz, padre y madre de todo lo que hay en el agua.