Título: Un puente de libros infantiles Subtítulo: La inspiradora autobiografía de una mujer excepcional Autora: Jella Lepman Género: Autobiografía Editorial: Creotz
Un puente de libros infantiles es la autobiografía que Jella
Lepman escribió sobre una faceta importante de su vida. Alemana de origen judío, Jella Lepman fue una periodista y escritora que, tras la Segunda Guerra Mundial regresó a su país natal como colaboradora del ejército norteamericano. Su misión era la de ayudar a la reconstrucción de la zona controlada por los Estados Unidos centrándose en la educación de las mujeres y los niños. “Mi principal misión era investigar la situación de las mujeres y los niños, proponiendo cuanto antes acciones a llevar a cabo en material cultural.”
Mariana Flores Melo
El libro de Lepman recoge todos los pasos que fue dando en aquella difícil tarea, los problemas con los que se topó y las ayudas que encontró. Un relato apasionante de la mano de una mujer excepcional. Una historia contada en primera persona por un espíritu soñador con los pies muy bien puestos en la tierra. Lepman sabía que los niños necesitaban comida, ropa y un hogar en el que volver a empezar sus cortas vidas truncadas, pero también era consciente de la necesidad de devolverles la capacidad de emocionarse. Había que curar las heridas de sus pequeños cuerpos, pero también las de sus almas.
Mariana Flores Melo
La autobiografía de Lepman nos relata, paso a paso, como consiguió sus principales logros: la primera exposición internacional de libros infantiles en Múnich, la Biblioteca Internacional de la Juventud, la Organización Internacional para el Libro Juvenil, IBBY según sus siglas en inglés (International Board on Books for Young People) y el Premio Hans-Christian Andersen. Un amplio legado que continúa vivo en la actualidad.
Mariana Flores Melo
La labor de Lepman se encajó en la complicada recuperación después de los años de la guerra y a pesar de no parecer algo prioritario, ella se dio cuenta de la necesidad de utilizar la cultura como herramienta tanto o más valiosa que las grúas y excavadoras.
“Habían pasado doce años sin que entraran en la
Alemania nazi libros juveniles del mundo libre: las obras maestras ardieron en hogueras y los grandes éxitos de la literatura infantil fueron prohibidos. Además, las bibliotecas de libre acceso, algo existente en cualquier otro país, eran vistas en Alemania con gran desconfianza.”