Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
CIENCIAS POLÍTICAS
VI CICLO ACADÉMICO
.
Dichas figuras procesales las debemos vincular con
la denuncia civil, regulada en el Art. 102 del C.P.C.,
pues la misma también significa la incorporación de
un tercero al proceso ante propuesta del
demandado.
Cada uno de los terceros mencionados tiene diferente
interés. Ergo, los distintos tipos de terceros son distingibles
en función al interés que tenga cada uno de ellos.
Entonces, el interés que tenga el tercero para su
incorporación al proceso, puede ser propio, compartido
con cualquiera de las partes o puede ser para que se le
reconozca su derecho en oposición a los litigantes.
La admisión de la intervención de los terceros dentro
del proceso varía según el tipo de los mismos.
Para la intervención coadyuvante y para la
intervención litisconsorcial puede ser incluso durante
el trámite en segunda instancia.
Parala intervención excluyente principal puede ser
hasta antes que se emita sentencia de primera
instancia.
Para la intervención excluyente de propiedad,
considerando que debe hacerse valer mediante
tercería, rige lo siguiente:
Tercería de propiedad, puede ser interpuesta en
cualquier momento antes que se inicie el remate del
bien. Tercería de derecho preferente de pago antes
que se realice el pago al acreedor.
Para finalizar, el juez, aplicando la figura procesal de la
extromisión, excepcionalmente y en cualquier
momento, por resolución debidamente motivada,
puede separar del proceso a un tercero legitimado, al
considerar que el derecho o interés que lo legitimaba a
desaparecido o por haber comprobado su inexistencia.
Art. 107 del C.P.C.
El Estado como parte en un Proceso Civil
El Estado también puede tener la calidad de parte en
un proceso civil. Cuando interviene en el mismo se
somete al Poder Judicial, estando prohibido de ejercer
injerencia que distorsione la dinámica procesal y el
sentido de la sentencia.
Interviene en igualdad con cualquier ciudadano
litigante, sin más privilegios que los señalados por ley.
Tales privilegios los encontramos establecidos en los
Arts. 413, 614 y 616 del C.P.C. e igualmente en el Art.
49- Inc. 4 de la L.O.P.J., donde respectivamente el
Estado queda eximido de la condena en costas y
costos, exceptuado de prestar contracautela y de ser
afectado por medidas cautelares para futura ejecución
forzada.
Como también cuando se establece que la competencia
en los juicios civiles contra el Estado corresponde a los
jueces civiles de las provincias sede del respectivo
distrito judicial.
Todo lo acotado, estando regulado en el Art. 59 del
C.P.C. , también rige para las dependencias del Estado,
las empresas públicas y las empresas privadas con
participación económica determinante del Estado.
Cuando el Estado es parte en un proceso civil, como
demandante o demandado, su representación y defensa
estará a cargo de la Procuraduría Pública competente.
También cualquier entidad del Estado puede actuar
mediante su representante judicial, debidamente
autorizado por norma legal.
Deberes y Responsabilidades de las Partes y de sus
Apoderados así como de sus Abogados
Abogado, es el profesional conocedor del Derecho, que
cuando se dedica a patrocinar juicios se le conoce
como defensor, cuando es hombre de consejo y
consulta se le llama jurisconsulto y cuando es erudito en
Derecho se le denomina jurista.
Apoderado, es la persona que interviene en un proceso
representando a una de las partes del mismo, conforme
al poder que le ha sido otorgado por escritura pública o
por acta ante el juez del proceso. A dicho apoderado se
le denomina apoderado judicial.
Cuando una de las partes confiere poder, para ser
representada en un proceso, ejercita la facultad de la
representación judicial voluntaria.
La parte que otorga poder, como poderdante, debe tener
capacidad para comparecer por sí al proceso y disponer
de los derechos que en él son discutidos. Asimismo, el
apoderado judicial debe tener capacidad para
comparecer por sí en un proceso.
El poder, para su eficacia procesal no requiere estar
inscrito en los Registros Públicos.
Los deberes y responsabilidades de las partes y de sus
abogados así como de sus apoderados, son principios-
deberes que se les establece en el Art. 109 del C.P.C. en
su condición de intervinientes en el proceso civil.
Es decir, el comportamiento de esos intervinientes debe
ceñirse a los principios éticos de veracidad, probidad y
lealtad.
Los principios de veracidad, probidad y lealtad son
conformantes del principio de la buena fe procesal.
El principio de la buena fe procesal, siendo un concepto
jurídico indeterminado, es la conducta aceptada como
válida para la sociedad y exigible a los intervinientes en
un proceso jurisdiccional, tal como es la naturaleza de
un proceso civil.
En ese sentido, el no actuar con temeridad dentro del
proceso, el guardar el debido respeto al juez, como a los
auxiliares de justicia y a las partes como también a sus
abogados, el acatar las órdenes del juzgador y el prestar
diligente colaboración en las actuaciones judiciales, son
situaciones por las que se pone de manifiesto el principio
de la buena fe procesal en el proceso civil, como proceso
jurisdiccional.
Las partes, sus abogados, sus apoderados y los terceros
legitimados, que fueran generadores de perjuicios por su
actuación procesal temeraria o de mala fe, serán
pasibles de responsabilidad civil, previo el respectivo
juicio, ejercitado por el dañado con arreglo a ley.
Dentro del proceso, el juez que haya comprobado una
actuación procesal temeraria o de mala fe, impondrá una
multa al causante.
Representación Procesal
Esta institución del Derecho procesal civil está legislada
para tutelar los derechos de las personas naturales que
por sí mismas están impedidas de ejercerlos dentro de
un proceso civil, porque son menores de edad o porque
pese a ser mayores de edad están incursos en causales
de incapacidad absoluta o relativa.
También existe dicha institución para que un ente
abstracto como una persona jurídica o el patrimonio
autónomo, así como la propia sociedad conyugal,
teniendo capacidad de ejercicio, pueda manifestar su
voluntad y por ende hacer valer sus derechos en el
proceso civil en la forma prevista por ley.
La institución tratada, conforme está normada en
nuestro cuerpo civil adjetivo, se refiere a la
representación legal más no así a la representación
voluntaria de diferentes sujetos de derecho dentro de un
proceso civil.
Arts. 63, 64, 65, 66 y 67 del C.P.C.
Arts.146 y 292 del C.C.
La representación legal, tiene su
origen en la ley, pues ella es la
que señala quién debe
representar en el seno de un
proceso civil a los sujetos de
derecho antes mencionados, para
la cautela de sus intereses.
La representación voluntaria, tiene su origen en la
voluntad del representado, que teniendo capacidad
para comparecer directamente en un proceso civil,
decide que otra persona la represente en el mismo,
confiriendo el respectivo poder, que puede ser por acta
o por escritura pública.
En ese sentido, se trata los supuestos de
representación procesal siguientes:
Acumulación
Originaria
Subjetiva
Sucesiva
La acumulación objetiva originaria, es cuando la
acumulación se plantea en la misma demanda o en la
ampliación de ella.
La acumulación objetiva sucesiva, es cuando la
acumulación se plantea después de iniciado el
proceso, es decir después de notificada la demanda o
su ampliación.
La acumulación subjetiva originaria, es cuando la
demanda es interpuesta por varios demandantes o
dirigida contra varios demandados.
La acumulación subjetiva sucesiva, es cuando un tercero
legitimado incorpora nuevas pretensiones, como también,
cuando dos o más pretensiones intentadas en procesos
autónomos son reunidas en un proceso único.
Nuestra norma civil adjetiva señala los requisitos para la
procedencia de ambas acumulaciones, objetiva y
subjetiva.
Estos requisitos los encontramos respectivamente en los
Arts. 85 y 86 del C.P.C.
Sin embargo, para algunos de estos requisitos se
establece ciertas excepciones.
Para conocer tales requisitos estudiaremos en la clase los
artículos precitados, igualmente, algunas de las
excepciones aludidas, como por ejemplo las contenidas
en los Arts. 85-Inc. 2, 483 y 602 del C.P.C.
Es decir, el estudio de los requisitos mencionados debe
hacerse en forma concordada.
Algunos supuestos de Acumulación
Cuando en una sola demanda se plantea como pretensiones
la resolución de contrato más la indemnización por daños y
perjuicios: acumulación objetiva.
Cuando en una sola demanda sobre responsabilidad civil se
emplaza al conductor de una vehículo así como al propietario
del mismo y a la aseguradora: acumulación subjetiva.
La legislación precitada,
según muchos juristas
nacionales, ha recibido
múltiples criticas, pues se
considera que es perturbadora
y que induce a error, además
de ser confusa.
Dicha critica, se funda en que no es correcto hablar de
acumulación en base a la pluralidad de partes, pues lo
que realmente se acumula en un proceso no son
personas sino objetos, esto es pretensiones.
Ergo, no basta la pluralidad de partes para que estemos
ante un auténtico fenómeno de acumulación.
Igualmente, esa misma critica, se sustenta en que la
regulación comentada no permite distinguir fácilmente
cuáles condiciones y requisitos se precisa para una
acumulación originaria y cuáles para una acumulación
sucesiva.
Por tanto, esa carencia, genera relevantes consecuencias
sobre la funcionalidad del fenómeno acumulativo.
Ministerio Público en el Proceso Civil
El Ministerio Público, dentro del proceso civil,
acorde a lo dispuesto en el Art. 113 del C.P.C.,
ejerce las atribuciones siguientes:
1. Como parte
2. Como tercero con interés, cuando la ley dispone
que sea citado.
3. Como dictaminador.
Como parte, está facultado para participar en el
proceso civil en los supuestos normados en los Arts.
63, 120, 254, 275, 460, 516 y 583 del C.C., así como
en los Arts. 481, 574, 583, 827 y 830 del C.P.C.
Por ejemplo y dentro de todas esas facultades,
contempladas en los artículos aludidos, puede promover
la acción de nulidad del matrimonio, solicitar la
interdicción de un incapaz, pedir la tutela de un menor
de edad, promover procesos de sucesión intestada
cuando se trate de incapaces sin representación legal,
intervenir en los procesos de separación convencional y
divorcio ulterior, etc.
Como tercero con interés, interviene para vigilar el
cumplimiento en la aplicación de las normas de carácter
sustantivo y procesal . Esta participación la hace en
representación de la sociedad.
Actúa como tercero con interés, cuando en la ley se
establece que debe ser citado.
El Ministerio Público tiene que ser citado, por imperio
de la ley, en el proceso de adopción-constitución de
patrimonio familiar-comprobación de testamentos
militar, marítimo y aéreo-sucesión intestada y en los
proceso no contenciosos.
La base normativa de lo precitado la encontramos en
los Arts. 759,781, 798, 825 y 835 del C.P.C.
Como dictaminador, interviene emitiendo dictamen, es
decir, opinando sobre un determinado asunto, en vía de
ilustración al órgano jurisdiccional.
El dictamen debe estar debidamente fundamentado. Se
emite después de la actuación de los medios probatorios
y antes de expedirse sentencia, salvo en el supuesto del
Art. 512 del C.P.C., donde se emite antes de proveerse la
demanda, sobre la procedencia de la misma.
Emite dictamen en los casos considerados en los Arts.
507, 508 y 512 del C.P.C, referidos a los procesos de
títulos supletorios, prescripción adquisitiva,
rectificación de área o linderos, responsabilidad civil
de jueces y cuando se ignora o desconoce el domicilio
de un demandado en los procesos de rectificación de
áreas o linderos de predios rústicos.
En los proceso de títulos supletorios, prescripción
adquisitiva y rectificación de área o linderos, cuando el
dictamen es contrario a la pretensión y pese a ello el
juez ampara la pretensión, debe elevarse en consulta la
decisión a la instancia superior, para su aprobación o
desaprobación.
Consecuentemente, la participación del Ministerio
Público en el proceso civil, sea como parte, tercero con
interés cuando la ley dispone su citación o como
dictaminador, está expresamente regulada en forma
respectiva por la norma civil sustantiva y/o por la norma
civil adjetiva.