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UN “LEÓN” DENTRO DE

NOSOTROS
Santiago 1
19 Por esto, mis amados
hermanos, todo hombre sea
pronto para oír, tardo para
hablar, tardo para airarse;
20 porque la ira del hombre

no obra la justicia de Dios.


La ira o rabia es una emoción
que se expresa con el
resentimiento, furia o
irritabilidad.
Algunos ven la ira como parte
de la respuesta cerebral de
atacar o huir de una amenaza
o daño percibidos.
La ira puede tener muchas
consecuencias físicas y
mentales.
Las expresiones externas de la
ira se pueden encontrar en
la expresión facial, lenguaje
corporal, respuestas
fisiológicas, y ,en momentos,
en actos públicos de agresión.
La ira depende de muchos
aspectos: Del temperamento,
de los patrones de conducta
aprendidos en el seno
familiar y de las experiencias
de injusticia o de dolor no
resueltas en tu pasado; pero
sobre todo de la incapacidad
de perdonar al prójimo como
a ti mismo. También por ser
incapaz de someterte a la
voluntad y autoridad de Dios;
por falta de paciencia y
dominio propio así como de
comprensión y aceptación
del punto de vista del otro.
La ira puede hacernos
perder las bendiciones
espirituales que Dios tiene
para los que le buscan,
pero también puede dañar
nuestras relaciones con
nuestros hermanos de la
iglesia, el matrimonio, las
amistades, etc. Dios desea
que seamos personas
perdonadoras, y Cristo es
nuestro mejor ejemplo.
Origen de la ira:
Por falta de amor a
Dios y compasión por
nuestro prójimo. Mt
26:7
Por celos y envidias:
Lucas 13
Por orgullo: 2 Reyes
5:10-12
Por egoísmo o
vanagloria: Mateo
20:20-24
La ira entre los
hermanos:

Causa de división. I
Tim 2:8
Causa de fracaso y
estorbo en nuestra
relación con Dios.
Dios perdona si
perdonamos.
La ira afecta las
relaciones
familiares:

El amor en la
pareja. Prov 21:19
Col 3:19
La relación con los
hijos. Efe 6:4
¿Cuál debe ser nuestro comportamiento?

Aunque haya momentos cuando


pensemos que tenemos razón para estar
enojados y quizás hasta sintamos algún
tipo de 'ira santa' como dicen muchos por
el celo de Dios que hay en nosotros, lo
cierto es que la Biblia nos ordena a que
quitemos el enojo de nuestra vida
(Efesios 4).
Consejos prácticos:
"Si es posible en cuanto dependa de
vosotros, estad en paz con todos los
hombres." Romanos 12:18.
El deseo de los justos es solamente el bien;
Mas la esperanza de los impíos es el enojo.
El que fácilmente se enoja hará locuras; Y el
hombre perverso será aborrecido.
"Porque no nos ha dado Dos espíritu de
cobardía, sino de poder, amor y dominio propio"
(2 Timoteo 1:7).
"No te apresures en tu espíritu a enojarte,
porque el enojo se anida al seno de los
necios"(Eclesiastés 7:9).

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