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FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA DE FORMACIÓN PROFESIONAL
DE GEOLOGIA
LAS CONDICIONES MATERIALES DE ACTUACIÓN DE LAS
FUERZAS MORFOGENÉTICAS EXTERNAS
CURSO :
Geomorfología
DOCENTE:
Ing. HUAMÁN MARTEL, Janeth
INTEGRANTES:
_ALVARO MAURICIO, Lito
_TOMAS ESPINOZA, Jhefer
SEMESTRE:
V-2018A
PASCO – PERÚ
2018
Visión
Nuestra visión como escuela de formación
profesional es ser la facultad de geología
acreditada, líder e innovadora en la formación
profesional e investigación para el desarrollo,
sostenimiento de la región y el Perú.
Misión
Nuestra misión como escuela de formación
profesional de ingeniería geológica es: formar
ingenieros geólogos innovadores con capacidad
para mejorar la calidad de vida de la sociedad,
mediante el uso de tecnología adecuada e
investigar los recursos naturales con docentes
competitivos con valores.
INTRODUCCIÓN
Considerando que las fuerzas morfogenéticas internas son la tectónica y la
litología, las fuerzas morfogenéticas externas son: la gravedad y la energía
térmica. Para que las fuerzas externas actúen debe haber, en la superficie,
elementos susceptibles de ser movilizados. La competencia de dichas fuerzas para
movilizar fragmentos depende de su calibre (relación entre el peso y el tamaño). A
los fragmentos que se pueden mover se les llama, normalmente, partículas. Es más
fácil mover las partículas de pequeño calibre, así que serán estas las que antes se
pongan en marcha y las que más lejos lleguen, y más rápidamente. Esta selección
queda impresa en las características de los depósitos de derrubios. Las rocas
coherentes y las recubiertas por vegetación son difícilmente movilizables, por lo
que precisan de un proceso de meteorización.
Naturaleza y función de las
fuerzas morfogeneticas externas
Estas fuerzas, que tienen su origen o su ámbito propio fuera del globo
sólido de la Tierra, actúan sobre las irregularidades generadas por la
tectónica o por el yacimiento de los distintos tipos de rocas, tendiendo a
cambiar la forma de las mismas en la búsqueda de una situación de equilibrio
nunca plenamente conseguida en ningún sector de la superficie terrestre.
Así, las regiones con mayor potencial morfogenético derivado de la gravedad son
aquellas en las que se dan simultáneamente grandes desniveles y pendientes fuertes.
Una sola de estas condiciones no es suficiente para elevar dicho potencial: una
desnivelación marcada o una gran densidad de pendientes fuertes no aseguran,
independientemente, desplazamientos de partículas importantes tanto por su
volumen como por su trayecto.
Los controles superficiales de
la actuación de la gravedad
Entre éstas ocupan sin duda un lugar preeminente las fuerzas internas, en
concreto la tectónica; pero también se encuentran fenómenos externos como
las mareas, las variaciones eustáticas del nivel del mar (derivadas en último
término de cambios en el balance global de radiación) o la acción de los
propios agentes de modelado. Y hay que tener en cuenta que todas las citadas
acciones de modelado impulsadas por la gravedad tienden a la búsqueda del
equilibrio.
las acciones geomorfológicas producidas por esta fuerza de convección térmica tienen
siempre carácter indirecto y, como se ha indicado, se realizan por medio de la
escorrentía de fluidos de baja densidad fundamentalmente el aire atmosférico, la cual
transmite la energía a la superficie mediante fricción o roce. Dada la inviabilidad de las
acciones directas y la menor densidad del aire, los procesos de modelado de origen
convectivo.
Si la energía de origen convectivo no alcanza un nivel suficiente, el peso impide su
transformación en trabajo geomorfológico; si, por el contrario, la fuerza del flujo
convectivo es suficiente, el desplazamiento se produce, implicando un
levantamiento de las partículas en sentido contrario al de la atracción
gravitatoria. Como consecuencia de esto la actividad morfogenética impulsada por
la convección térmica no tiende siempre ni prioritariamente a disminuir el
desnivel y el vigor del relieve.
Las condiciones materiales de actuación
de las fuerzas morfogenéticas externas
En un desplazamiento de partículas capaz de cambiar la configuración
de la superficie litosférica es preciso, en primer lugar, que existen en
ésta pendientes con inclinación y rugosidad adecuadas, en segundo lugar
que se encuentren volúmenes suficientes de elementos fluidos
susceptibles de transformar en escorrentía los impulsos gravitatorios o
los gradientes térmicos y, en tercer lugar, que existan en la superficie
litosférica partículas movilizables.
Si no se dan estas circunstancias la totalidad de la energía de las
fuerzas externas se «despilfarra» a efectos geomorfológicos, ya que,
pese a la importancia del impulso de la gravedad o a la existencia de un
fuerte gradiente de origen térmico, no es posible desplazamiento
alguno cuando ambas fuerzas son contrarrestadas por una superficie
demasiado inclinada o rugosa, cuando falta agua o aire capaz de
transmitir con su flujo la energía gravitatoria o convectiva.
El calibre de las partículas y la
competencia de las acciones de modelado
Que la totalidad de esta esfera sólida está constituida por rocas. Y, entre
éstas, existen unas formadas por partículas escasamente cohesionadas y
cuyo tamaño o calibre se encuentra dentro de los márgenes de actividad
eficaz de los procesos de modelado; y existen también, e inicialmente en
mayor abundancia que estas «rocas deleznables» o «blandas».
Puede decirse que un proceso sólo actúa cuando se dan las condiciones
ambientales que lo permiten funcionar y las necesarias para la
intervención del proceso de meteorización que le prepara el material,
de modo que el concepto de amplitud ecológica, utilizado en relación
con las especies o las comunidades vivas, resulta aplicable a los
procesos de modelado.
CONCLUSIÓN