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Historia del magnetismo

Introducción
Todos estamos familiarizados con el magnetismo, ya sea en menor o
en mayor medida. Una de las formas más comunes en las que este
fenómeno físico se nos manifiesta, o una de las que más
acostumbrados estamos a presenciar en lo cotidiano, es la
capacidad de determinados objetos para atraer o repeler otros
metales.
Ahora bien, utilizamos los imanes muy a menudo, pero, ¿Cuál es su
historia?
A continuación hablaremos acerca del magnetismo y sus
antecedentes.
Descubrimiento del imán

Acerca del descubrimiento del imán como tal,


existen varias versiones. Una de ellas le da una
antigüedad de 2 500 años y lo hace originario de
la ciudad de Magnesia en Asia Menor, por lo que
a sus propiedades se les llama magnéticas; su
aspecto era el de una piedra negra a la que se
llamó piedra imán.
Entre las leyendas chinas, se cuenta una en la que los
chinos se
adjudican el descubrimiento de la piedra imán en el año 2
700 a J.C., e
incluso haberla utilizado para fabricar una brújula
rudimentaria.
¿Quién inició los estudios sobre
magnetismo?

Cristóbal Colón, en su primer viaje a América, observó que


los polos geográficos de la Tierra no coinciden con los
magnéticos. Mucho tiempo después, alrededor del año
1600 de nuestra era, el médico de cabecera de la reina
Elizabeth I, William Gilbert, publicó en Londres un libro
titulado De Magnete, que era una recopilación de los
conocimientos existentes sobre la electricidad y el
magnetismo.
Entre los científicos más destacados y que
contribuyeron en forma decisiva al desarrollo de
la teoría magnética se encuentran Charles
Coulomb y Hans Christian Oersted. Charles
Coulomb descubrió en 1785 cómo varía la fuerza
de interacción entre polos magnéticos, cuando
cambia la distancia entre ellos.
Historia del
magnetismo
El fenómeno del magnetismo se conoce desde
hace miles de años. Las manifestaciones
conocidas antiguamente son las que
corresponden a los imanes naturales o piedras
imán, como la magnetita. Fueron los griegos
quienes primero reflexionaron sobre las
maravillosas propiedades de la magnetita, una
piedra negra capaz de atraer objetos de hierro.
Alrededor del año 600 antes de Nuestra Era, Tales
de Mileto describió al imán en forma detallada.
Dos siglos después, Platón hizo decir a Sócrates que la
magnetita no sólo atraía anillos de hierro, sino que les
impartía un poder similar para atraer a otros anillos,
fenómeno que en la actualidad llamamos magnetización
por inducción. De esta manera se formaban cadenas de
anillos, colgados unos de otros.

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