ciencia positivista: el predominio de la razón sobre la imaginación. A la fe ciega en la objetividad, que predicaban los científicos naturales de la época, los artistas respondieron con la defensa de la subjetividad como expresión de la relación entre el ser humano y la naturaleza. Los pintores impresionistas organizaron su primera exposición independiente en 1874. Los treinta participantes compartían su rechazo al academicismo imperante y su admiración por las atrevidas composiciones de Monet. El término impresionista fue usado por primera vez por el crítico Leroy en la revista Charivari para denominar irónicamente un cuadro de Claude Monet titulado Impresión, amanecer (1872, Museo Marmottan, París). El Impresionismo parten del análisis de la realidad. Hasta ahora la pintura reproducía un escenario en el que ocurría un acontecimiento que conformaba el mensaje para el espectador. Ahora, se quiere que la obra reproduzca la percepción visual del autor en un momento determinado, la luz y el color real que emana de la naturaleza en el instante en el que el artista lo contempla. Edouard Manet (1832- 1883): Más que un impresionista es un precursor, un símbolo del antiacademicismo. Su formación es clásica, con influencias de Tiziano, Velázquez o Goya, aunque concibe sus obras con un sentido muy moderno del color y del dibujo a base de grandes manchas de colores planos aplicados con una pincelada suelta. Dentro de su obra destacan temas con referentes clásicos pero contextualizados en su época: El almuerzo campestre, inspirado en una obra veneciana del siglo XVI, o la Olimpia, inspirada en la Venus de Urbino de Tiziano. Claude Monet (1840- 1926): Es el impresionista por excelencia. Se interesa sobre todo por el paisaje y la incidencia de la luz a diferentes horas. Capta la vibración lumínica mediante pequeños y rápidos toques de colores puros que dan aspecto inacabado a sus obras desde cerca, pero que se funden a determinada distancia. Es amante de representar los efectos de la niebla, el humo, los reflejos de las aguas o la luz solar Auguste Renoir (1841- 1919): Comienza captando temas de la vida amable de diversiones en los que refleja las vibraciones de la luz (Le moulin de la Galette) o desnudos en los que estudia los efectos de luz y sombra en las carnaciones. Después de un viaje a Italia se obsesiona por el dibujo abandonando parcialmente el impresionismo. Edgard Degas (1834- 1917): Es un impresionista de la forma más que del color (utiliza el negro). Introduce temas nuevos en los que aparece el movimiento (carreras de caballos, bailarinas). No se limita al mundo elegante sino que pinta también el cansancio (Planchadoras) o escenas íntimas de mujeres (Toilette). Seurat (1859-1891): Es el mejor representante del impresionismo científico o puntillismo, al asumir la teoría de los colores de Chevreuil en su totalidad. Sus obras se basan en una suma de pequeños puntos de color colocados junto a sus complementarios, por lo que la elaboración de las mismas era muy lenta. El ojo del espectador al amalgamar los puntos debía recibir la impresión de realidad lumínica. En su obra destaca Domingo en la isla de la Grand Jatte Vincent Van Gogh (1853- 1890): Holandés de nacimiento, es el prototipo del artista maldito, perseguido por el fracaso, la locura y el suicidio. Comienza tratando temas sociales influido por su vocación de pastor protestante y por la obra de Millet (Los comedores de patatas) pero enseguida su pintura se ve influida por la viveza de colorido de los impresionistas y las estampas japonesas. pintura de paisajes irreales (La noche estrellada) y subjetivos que muestran su sufrimiento (Campo de trigo con cuervos) realizada con colores vivos aplicados con pinceladas Toulouse-Lautrec (1864- 1901): Sufre la influencia impresionista en el color vivo y, sobre todo, de Degas en los temas y las composiciones. Su carácter de aristócrata bohemio y deforme le lleva a reflejar magistralmente lugares de diversión nocturna (Baile en el Moulin Rouge), burdeles, circos, etc. Igualmente eleva a la categoría de arte el cartel (Jane Avril). En sus carteles aparecen las líneas decorativas y sinuosas propias del modernismo. Paul Gauguin (1848- 1903): Abandona una inicial formación impresionista para marchar a Bretaña y, luego, a Tahití en busca de la autenticidad. En su pintura abandona la perspectiva y utiliza colores puros aplicados de forma plana, delimitados por un dibujo muy grueso y sin respetar el color local. Sus temas principales son bretones (Visión después del sermón) o tahitianos (Mujeres tahitianas). Se le considera el antecedente de los simbolistas, los fauves y de la pintura abstracta.