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SIGLO DE ORO ESPAÑOL

¿Qué fue el siglo de oro?


Fue un período de florecimiento de las artes y la literatura en la España., Abarca toda la época clásica o
de apogeo de la cultura española, esencialmente el Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del siglo
XVII. Para la historiografía y los teóricos modernos, pues, y ciñéndose a fechas concretas de
acontecimientos clave, el Siglo de Oro abarca desde la publicación de la Gramática castellana de
Nebrija en 1492 hasta la muerte de Calderón en 1681.

Fue un período histórico de relativa fortaleza política española, dominada por el espíritu de la
contrarreforma y la Santa Inquisición de la Iglesia Española, de manera que se trató de un período
esencialmente católico, pero que le brindó a España el reconocimiento y la admiración internacionales.
Características
Se considera que el Siglo de Oro abarca
dos períodos estéticos distintos:

• El renacimiento español. Siglo XVI,


surge una interpretación muy
particular de las influencias italianas
renacentistas con formas estéticas
propiamente ibéricas.

• El barroco hispano. Tiene lugar en el


siglo XVII y presenta una verdadera
explosión de las artes plásticas y la
literatura en un estilo propio de
abundancia de formas y temáticas
sociales atrevidas.
El Greco, El entierro del Conde de
Orgaz, 1587.
Características
El Siglo de Oro se caracterizó por una tendencia a la vulgarización de
los saberes humanísticos, lo cual potenció los géneros de la sátira y la
comedia popular, que tuvo su correspondencia en la novela picaresca
y, sobre todo, en la novela polifónica cuya semilla representa el
Quijote de Cervantes.
Literatura
La literatura del Siglo de Oro alcanzó un esplendor
único en la historia literaria universal, gracias a
diversas tendencias:

• La novela picaresca. Protagonizada por pícaros, es


decir, jóvenes pobres y taimados que hacían la
vida aprovechándose de los demás y de su
ingenio. Será un modelo arquetípico importante
en la literatura universal.
• La poesía ascética y mística. De raigambre
católica, en la que los poetas exploraban
poéticamente su llamado religioso.
• La sátira. Tanto en poesía, narrativa como en
dramaturgia, la sátira y la burla al clasicismo
solemne fue central en el imaginario literario del
Siglo de Oro.
• La comedia. El teatro fue uno de los grandes
ganadores del Siglo de Oro, con más de 400 obras
compuestas por grandes nombres que pasarían a
Niños comiendo uvas y melón . la historia universal de las letras.
Estilo barroco por Bartolomé
Esteban Murillo (1645-1650)
Exponentes
Los grandes autores del Siglo de Oro español
fueron:

• Miguel de Cervantes. Escritor del Quijote, así


como de las Novelas Ejemplares y otras formas
de narrativa que serían centrales y
fundamentales para la literatura mundial de
Europa.
• Luis de Góngora. Poeta y dramaturgo, cuya
tendencia estética dentro de la poesía sería
conocida como el culteranismo o gongorismo.
• San Juan de la Cruz. Poeta místico, religioso de
oficio, reformador de la Orden de Nuestra
Señora del Monte Carmelo y de la Orden de las
Carmelitas Descalzas. Desde 1952 es patrono de
los poetas en lengua española.
• Santa Teresa de Jesús. Religiosa y cofundadora
de la orden de las Carmelitas Descalzas, se la
considera junto a San Juan de la Cruz la cumbre
de la poesía mística española.
Exponentes
Los grandes autores del Siglo de Oro español fueron:

• Francisco de Quevedo. Uno de los autores


fundamentales de la literatura española y autor
de poesía, narrativa y dramaturgia.
• Tirso de Molina. Dramaturgo, poeta y narrador,
religioso, se le considera uno de los tres grandes
de la dramaturgia del barroco español.
• Pedro Calderón de la Barca. Segundo de los tres
grandes dramaturgos del siglo de Oro, es autor de
la célebre La vida es sueño, fue también un
sacerdote de la orden de Santiago.
• Lope de Vega. El tercero de la trinidad de grandes
dramaturgos del Siglo de Oro y uno de los autores
más prolíficos de la literatura universal. Renovó
las fórmulas del teatro para la época y fue autor
de más de 3000 sonetos, tres novelas, cuatro
novelas breves y una epopeya.
Pedro Calderón de la Barca
Monólogo de Segismundo (La vida es sueño)

Sueña el rey que es rey, y vive sueña el que agravia y ofende,


con este engaño mandando, y en el mundo, en conclusión,
disponiendo y gobernando; todos sueñan lo que son,
y este aplauso, que recibe aunque ninguno lo entiende.
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte Yo sueño que estoy aquí
la muerte, ¡desdicha fuerte! destas prisiones cargado,
¿Que hay quien intente reinar, y soñé que en otro estado
viendo que ha de despertar más lisonjero me vi.
en el sueño de la muerte? ¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
Sueña el rico en su riqueza, una sombra, una ficción,
que más cuidados le ofrece; y el mayor bien es pequeño:
sueña el pobre que padece que toda la vida es sueño,
su miseria y su pobreza; y los sueños, sueños son.
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
Fray Luis de León
Oda a la vida retirada
¡Qué descansada vida Despiértenme las aves Téngase su tesoro
la del que huye del mundanal ruïdo, con su cantar sabroso no aprendido; los que de un falso leño se confían;
y sigue la escondida no los cuidados graves no es mío ver el lloro
senda, por donde han ido de que es siempre seguido de los que desconfían
los pocos sabios que en el mundo han sido; el que al ajeno arbitrio está atenido. cuando el cierzo y el ábrego porfían.

Que no le enturbia el pecho Vivir quiero conmigo, La combatida antena


de los soberbios grandes el estado, gozar quiero del bien que debo al cielo, cruje, y en ciega noche el claro día
ni del dorado techo a solas, sin testigo, se torna, al cielo suena
se admira, fabricado libre de amor, de celo, confusa vocería,
del sabio Moro, en jaspe sustentado! de odio, de esperanzas, de recelo. y la mar enriquecen a porfía.

No cura si la fama Del monte en la ladera, A mí una pobrecilla


canta con voz su nombre pregonera, por mi mano plantado tengo un huerto, mesa de amable paz bien abastada
ni cura si encarama que con la primavera me basta, y la vajilla,
la lengua lisonjera de bella flor cubierto de fino oro labrada
lo que condena la verdad sincera. ya muestra en esperanza el fruto cierto. sea de quien la mar no teme airada.

¿Qué presta a mi contento Y como codiciosa Y mientras miserable-


si soy del vano dedo señalado; por ver y acrecentar su hermosura, mente se están los otros abrazando
si, en busca deste viento, desde la cumbre airosa con sed insacïable
ando desalentado una fontana pura del peligroso mando,
con ansias vivas, con mortal cuidado? hasta llegar corriendo se apresura. tendido yo a la sombra esté cantando.

¡Oh monte, oh fuente, oh río,! Y luego, sosegada, A la sombra tendido,


¡Oh secreto seguro, deleitoso! el paso entre los árboles torciendo, de hiedra y lauro eterno coronado,
Roto casi el navío, el suelo de pasada puesto el atento oído
a vuestro almo reposo de verdura vistiendo al son dulce, acordado,
huyo de aqueste mar tempestuoso. y con diversas flores va esparciendo. del plectro sabiamente meneado.

Un no rompido sueño, El aire del huerto orea


un día puro, alegre, libre quiero; y ofrece mil olores al sentido;
no quiero ver el ceño los árboles menea
vanamente severo con un manso ruïdo
de a quien la sangre ensalza o el dinero. que del oro y del cetro pone olvido.
Juan de Arguijo
A la felicidad de Eumelo

En segura pobreza vive Eumelo


con dulce libertad, y le mantienen
las simples aves, que engañadas vienen
a los lazos y liga sin recelo.

Por mejor suerte no importuna al cielo,


ni se muestra envidioso a la que tienen
los que con ansia de subir sostienen
en flacas alas el incierto vuelo.

Muerte tras largos años no le espanta,


ni la recibe con indigna queja,
mas con grato sosiego y faz amiga.

Al fin muriendo con pobreza tanta,


ricos juzga sus hijos, pues les deja
la libertad, las aves, y la liga.
Sor Juana Inés de la Cruz
Soneto VI – Escoge antes el morir que exponerse a los ultrajes de la vejez

Miró Celia una rosa que en el prado


ostentaba feliz la pompa vana
y con afeites de carmín y grana
bañaba alegre el rostro delicado;

y dijo: -Goza, sin temor del Hado


el curso breve de tu edad lozana,
pues no podrá la muerte de mañana
quitarte lo que hubieres hoy gozado;

y aunque llega la muerte presurosa


y tu fragante vida se te aleja,
no sientas el morir tan bella y moza:

mira que la experiencia te aconseja


que es fortuna morirte siendo hermosa
y no ver el ultraje de ser vieja.
Diego Velásquez – Venus del espejo (barroco)
Francisco de Zurbarán – Cristo en la cruz

Francisco de Zurbarán – La inmaculada concepción


Bartolomé Esteban Murillo – Niño espulgándose
Luis de Góngora
Mientras por competir con tu cabello
Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Mientras a cada labio, por cogello,


Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,

Goza cuello, cabello, labio y frente,


Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,

No sólo en plata o vïola troncada


Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

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