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Inseguridad Pública: Antecedentes y

hacia una nueva perspectiva de gestión


LAS DIMENSIONES DE LA INSEGURIDAD
PÚBLICA
• LA INSEGURIDAD pública se ha convertido en un problema social,
público y gubernamental en México, en la medida en que la gestión y
sus políticas de prevención han sido ineficaces para reducirla y
fundamentalmente evitarla. La inseguridad es un problema social
porque desde el agudizamiento de la crisis económica mexicana en
1994, ha afectado a los distintos estratos sociales de la población.
• La inseguridad es un problema social
porque desde el agudizamiento de la
crisis económica mexicana en 1994,
ha afectado a los distintos estratos
sociales de la población. La
inseguridad pública se ha concebido
como una prioridad de la sociedad
mexicana en los últimos años. Una
expresión notable de este
descontento fue la marcha ciudadana
contra la inseguridad convocada por
distintas organizaciones el día 27 de
junio de 2004 en la ciudad de
México.
• . Sin embargo, a pesar de que la inseguridad se comenzó a agudizar hace 10 años,
recientemente se le ha concebido como una política prioritaria en la agenda
gubernamental del gobierno federal. Se concibe que si la seguridad pública hubiera
sido una prioridad desde inicios de los años noventa, en la actualidad el problema
no fuera tan alarmante, como lo indica la encuesta del Instituto Ciudadano de
Estudios sobre la Inseguridad, A.C. (IcEsi) del 2005.
• Una de las causas de la inseguridad se atribuye al contexto de
inestabilidad económica, que se ha concebido como una
oportunidad y necesidad para delinquir. Como oportunidad,
porque existe una oferta de drogas de distinto tipo y según los
ingresos personales se puede acceder a alguna de ellas.
• En tal contexto, los consumidores mexicanos de escasos
recursos y marginados para mantener el acceso a su consumo
de drogas se ven obligados a delinquir.
• Algunos actores han generado actos delictivos con base en los siguientes contextos:
• Robos domiciliarios y comerciales: como una alternativa de obtener dinero fácil
para la adquisición de drogas.
• Asaltos a personas: una opción para obtener ingresos para consumo de drogas o de
manutención personal.
• Robo de autos: se podría explicar en dos vertientes: para acceder a ingresos fáciles
para mantener el consumo de drogas o en su defecto, como parte de la delincuencia
organiza-da en un marco transfronterizo e internacional.
• Homicidios: generalmente vinculados a crimen organizado, rencillas por venganzas
personales y recientemente, se han asociado a un aumento en la violencia
doméstica.
• Los diversos estudios y diagnósticos de la inseguridad en
México (Bergman, Magaloni, Negrete y Azaola, 2003; Zepeda,
2003), han concluido que uno de los factores principales ha
sido la ineficacia de las instituciones responsables de
combatir el delito, el impacto negativo de la corrupción,
factores que de manera general trastocan los intentos de
reducir la criminalidad y que hacen evidente la falta de un
proyecto integral para enfrentar y resolver la inseguridad.
Antecedentes
De La
Inseguridad
Pública.
• En el caso de los delitos del fuero
común su número se ha
incrementado desde 1990 en los
cuatro estados fronterizos,
sobresaliendo el estado de
Tamaulipas (7,474) que registra
cerca de la mitad de los delitos
cometidos en el Distrito Federal
(15, 488).
• El estado de Baja California en el año de 1997
presentaba un total de 153,448 hechos
delictivos denunciados, mientras que en el año
2001, la cantidad ascendía a 73,350 hechos (véa-
se cuadro 3). Es decir, en cuatro años el número
de denuncias disminuye casi en un 100 por
ciento. Lo cual puede tener las siguientes
interpretaciones: primero, la población ha
incrementado sus niveles de desconfianza hacia
las autoridades policiacas.
LA IMPORTANCIA DELICTIVA Y SOCIOECONÓMICA
DEL MUNICIPIO DE TIJUANA
• EN LOS últimos años la incidencia delictiva de Tijuana
relacionada con la inseguridad y el crimen organizado ha
generado repercusiones en los ámbitos internacional,
nacional, regional y local. Los antecedentes de la
relevancia del estado de Baja California radican en el
hecho de que entre los años de 1997 y 1999 el promedio
de delitos tales como homicidios, lesiones y robos
registrados en el ámbito estatal ascendió a poco más de
30,000, de los cuales 19,600 se cometieron en Tijuana.
Es decir, una ocurrencia de dos tercios del total de la
incidencia delictiva de tipo violento en el ámbito estatal,
tiene lugar en Tijuana, en donde habitan el 49.2 por
ciento de la población que vive en el estado.
• Según un análisis de Fuentes (2000) una de las
variables principales que explica la inseguridad
pública en Tijuana es su situación socioeconómica.
La cual ha experimentado un paradójico desarrollo
con pobreza, producto de un rápido crecimiento
con pleno empleo, pero con una desigual
distribución del ingreso.
• El desequilibrio social para el acceso a bienes y servicios públicos en
Tijuana y su impacto en las condiciones de vida establece las bases para
un aumento de la delincuencia en las principales localidades urbanas.
Lo cual asociado al impacto que tiene el tráfico de drogas en distintas
escalas y a su lógica estructural —corrupción, impunidad, ineficacia y
aplicación laxa de la ley— explican el aumento de la delincuencia por
delitos de orden federal y común en el ámbito local.
• Una de las conclusiones a las que
llega Fuentes (2000) es que la
marginalidad urbana en el
municipio de Tijuana no se
corresponde con una
marginalidad ocupacional, sino
más bien con una agudización de
las condiciones de vida de los
habitantes.
Diagnostico General De La
Inseguridad Pública En México
• DESDE EL AÑO 2002, la Presidencia de la
República dispone de un diagnóstico criminal en el
cual una de las conclusiones centrales era que la
ineficacia de las instituciones dedicadas a combatir el
delito y la forma como la corrupción trastoca los
intentos de abatir la criminalidad, reflejaban la falta
de un proyecto integral para enfrentar y resolver el
problema. Dicho estudio también establece que el
elevado índice de pobreza y marginalidad incide
directamente en el incremento de la criminalidad,
por lo que el control de la delincuencia es cada vez
más difícil en un país que no ofrece perspectivas ni
posibilidades de desarrollo (Proceso, 4 de julio de
2004, núm. 1,444).
Delitos de robo de personas,
casas y autos
• Este tipo de violencia impacta de manera negativa en estratos
populares, que no cuentan con los recursos para evitar ser
víctimas o protegerse contra la inseguridad. Es decir, la
inseguridad pública está afectando de manera desigual a los
distintos estratos sociales en México, porque la protección
contra la inseguridad va desde contar con seguridad personal,
seguros para casas habitación, alarmas en residencias, rejas,
sistemas de circuito cerrado, etcétera. De los cuales, la mayor
parte de la población de escasos recursos en México no tiene
acceso a tales formas de protección, por lo cual son más
vulnerables ante la inseguridad, la cual generalmente no se
denuncia, por apatía, ignorancia y sobre todo, porque se
percibe que el gobierno no hace nada.
• Uno de los delitos que perjudica en mayor medida a
la población de ingresos bajos es el robo de
vehículos. El impacto social del robo de autos se
aprecia en el hecho de que la población de escasos
recursos con dificultades puede acceder a la compra
de un auto, por lo cual, en la mayor parte de los
casos, carece de seguro contra robo de autos. En
tales circunstancias, la población de escasos recursos
que ha sido víctima de tal delito, se ve gravemente
afectada en su patrimonio personal.
• El diagnóstico más actualizado sobre la criminalidad en México fue
concluido en el 2002 —demandó dos años de trabajo— El primer paso
de ese estudio fue un análisis de la realidad social a partir del
comportamiento delictivo que tuvieron poco más de 35,000 presos
encuestados en los penales más poblados del país —muchos de ellos
reincidentes.
• Con base en la información obtenida, el estudio concluye entre otros aspectos
que, como consecuencia de la ineficacia de las instituciones responsables de la
seguridad y la elevada corrupción policiaca, en las prisiones no habitan los
delincuentes más peligrosos, sino los más pobres, cuya captura implicó menor
esfuerzo.
• El diagnóstico también reveló que la mayoría de los presos están recluidos por
delitos menores, mien-tras que la más peligrosa delincuencia sigue operando en
toda la República (Bergman, Magaloni, Negrete y Azaola, 2003).
• Lo anterior se refuerza con un solo dato: más del 60 por ciento de la
población en reclusión fue capturada en flagrancia por la policía
preventiva. Ello indica, según el análisis, que las procuradurías tienen
una escasa capacidad para realizar investigaciones policiacas
profesionales que permitan capturar a delincuentes profesionales.

• https://www.youtube.com/watch?v=rvm-Cn9LC7w

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