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Cap.

32

Los amigos de Pixar … y sus enemigos

• Cuando Apple desarrolló el iMac, Jobs se desplazó en coche junto con Jony Ive
para ir a mostrárselo a la gente de Pixar. . Sentía que aquel ordenador tenía la
atrevida personalidad que podría agradar a los creadores de Buzz Lightyear y
Woody

• Jobs se deleitaba con el ambiente a la vez lúdico y concienzudo de la creación


de películas, y le apasionaban los algoritmos que hacían posibles procesos
mágicos como el de permitir que las gotas de lluvia generadas por ordenador
reflejaran los rayos del sol, o que las hojas de hierba se agitaran con el viento.
Cap.33

Los Macs del siglo XXI Diferenciando a Apple

• Desde la presentación del iMac en 1998, Jobs y Jony Ive habían hecho de sus
cautivadores diseños una seña de identidad de los ordenadores Apple. Sin
embargo, aquellos modelos sirvieron para diferenciar a Apple, ofreciéndole
los revulsivos publicitarios que necesitaba para sobrevivir en un mundo
plagado por Windows.

• Las innovaciones de Apple no eran algo meramente superficial. Desde 1994,


habían comenzado a utilizar un microprocesador, llamado PowerPC, fabricado
en virtud de un acuerdo entre IBM y Motorola. Durante algunos años, fue
más rápido que los chips de Intel, una ventaja que Apple promocionaba en
algunos anuncios cómicos.
Cap.34

Primer asalto Memento mori

• Su cáncer se hubiera originado a lo largo del agotador año que pasó a partir
de 1997, dirigiendo Apple y Pixar al mismo tiempo. Mientras iba de acá para
allá, sufrió de piedras en el riñón y otras afecciones, y llegaba tan extenuado a
casa que apenas podía hablar.

• Steve tiene un deseo tan fuerte de hacer que el mundo funcione de una
forma determinada que cree que puede cambiarlo con su mera voluntad —. A
veces eso no funciona.

• Jobs mantuvo en secreto su constante batalla contra el cáncer —le dijo a todo
el mundo que se había «curado»— con la misma discreción que había
mantenido con respecto a su diagnóstico en octubre de 2003.
Cap.35

El iPhone Tres productos revolucionarios en uno

• En 2005, las ventas del iPod se habían disparado. Ese año vendió la
asombrosa cifra de veinte millones de unidades, cuadruplicando la cantidad
del año anterior. Aquel producto estaba siendo cada vez más importante para
el balance final de la empresa, el 45 % de sus ingresos en 2005, y también
fomentaba la imagen moderna y actual de la compañía, gracias a lo cual
incrementaba las ventas de los Macs.

• Jobs llegó a la oficina al día siguiente, reunió a su equipo y afirmó: «Quiero


fabricar una tableta, y no puede tener ni puntero ni teclado». Los usuarios
debían ser capaces de teclear tocando la pantalla con los dedos. Eso
implicaba que la pantalla necesitaba contar con una tecnología conocida
como «multitáctil», que le otorgaba la capacidad de procesar múltiples
órdenes al mismo tiempo.
Cap.36

Segundo asalto El cáncer reaparece

• A principios de 2008, tanto Jobs como sus médicos tenían claro que el cáncer
se estaba extendiendo. Cuando le extirparon los tumores de páncreas en
2004, secuenciaron parcialmente el genoma del cáncer.

• La blogosfera bullía con especulaciones sobre su salud, gran parte de las


cuales estaban impregnadas del odioso aroma de la verdad. Jobs estaba
furioso y sentía que habían violado su intimidad. También le molestaba que
Apple no estuviera adoptando un papel más activo a la hora de resistirse a los
rumores.

• El jefe del equipo de oncólogos de Jobs era George Fisher, de la Universidad


de Stanford, uno de los principales investigadores en cánceres
gastrointestinales y de colon y recto. Llevaba meses advirtiéndole a Jobs de
que quizá debiera considerar la posibilidad de un trasplante de hígado, pero
ese era el tipo de información que Jobs se resistía a procesar.
Cap.37

El iPad La llegada de la era post-PC

• Jobs había estado ansioso por demostrar cómo debía hacerse correctamente
aquello —¡nada de punteros!—, pero cuando vio la tecnología multitáctil que
estaba desarrollando Apple, decidió emplearla en primer lugar para crear el
iPhone

• El entusiasmo habitual que Jobs lograba despertar en los estrenos de sus


productos palidecía en comparación con el frenesí desatado antes de la
presentación del iPad el 27 de enero de 2010 en San Francisco.

• «El motivo por el que Apple puede crear productos como el iPad es que
siempre hemos tratado de situarnos en la intersección entre la tecnología y
las humanidades», concluyó. El iPad era la reencarnación digital del Catálogo
de toda la Tierra, aquel lugar donde la creatividad se encontraba con las
herramientas necesarias para la vida
Cap.38

Nuevas batallas Y los ecos de las antiguas

• A Jobs le enfurecía que Google hubiera decidido competir con Apple en el


mercado de la telefonía. «Nosotros no nos hemos metido en el campo de los
motores de búsqueda — señaló—. Son ellos quienes han entrado en el
mundo de los teléfonos. No os confundáis: quieren destruir el iPhone y no
vamos a permitírselo

• La insistencia de Jobs en mantener un control absoluto se puso también de


manifiesto en otras batallas. Cuando atacó a Google en la reunión de
empleados, también acusó a Flash, la plataforma de gráficos de Adobe para
páginas web, de ser un agotador de baterías «lleno de errores» y fabricado
por «holgazanes». Aseguró que el iPod y el iPhone nunca serían compatibles
con Flash.
Cap.39

Hasta el infinito La nube, la nave espacial y más allá

• Jobs ya estaba pensando en lo que debería incluirse en el iPad 2. Sin embargo,


había un asunto secundario en el que se centró, las fundas que utilizaban los
usuarios, incluidas las que se producían en Apple, cubrían las hermosas líneas
del iPad y le restaban protagonismo a la pantalla. Engordaban un producto
que debía ser más delgado. Tapaban con una burda capa un aparato que
debería ser mágico en todos los sentidos.

• Para 2010 estaba claro que Google, Amazon, Microsoft y otras empresas
estaban tratando de ser la compañía que mejor almacenase los contenidos y
datos digitales de los consumidores en la nube, de forma que los
consumidores pudieran sincronizarlos con sus diferentes dispositivos. Así
pues, Jobs redobló sus esfuerzos.
Cap.40

Tercer asalto El combate final

• Jobs sentía un deseo muy acusado de llegar a presenciar la graduación de su


hijo en el instituto, en junio de 2010. «Cuando me diagnosticaron cáncer, hice
un trato con Dios o con quien fuera, que consistía en que lo que realmente
quería era ver como Reed se graduaba, y aquello me ayudó a superar el año
2009», afirmó.

• Jobs también atacó al sistema educativo estadounidense. Aseguró que estaba


terriblemente anticuado y que se veía entorpecido por los reglamentos
laborales sindicales. Hasta que desaparecieran los sindicatos de profesores,
no había apenas esperanzas de lograr una reforma educativa.

• Jobs permitió que su esposa convocara una reunión con sus médicos. Su
tratamiento era fragmentado en lugar de integrado. Las distintas
enfermedades que lo aquejaban estaban siendo tratadas por diferentes
doctores —oncólogos, especialistas en dolor, nutricionistas, hepatólogos y
hematólogos—
Cap.41

El legado El más brillante cielo de la invención

• La personalidad de Jobs se veía reflejada en los productos que creaba. En el


núcleo mismo de la filosofía de Apple, desde el primer Macintosh de 1984
hasta el iPad, una generación después, se encontraba la integración completa
del hardware y el software, y lo mismo ocurría con el propio Steve Jobs: su
personalidad, sus pasiones, su perfeccionismo, sus demonios y deseos, su
arte, su difícil carácter y su obsesión por el control se entrelazaban con su
visión para los negocios y con los innovadores productos que surgían de ellos.

• La historia de Steve Jobs es un claro ejemplo del mito de la creación de Silicon


Valley: el comienzo de una compañía en el proverbial garaje y su
transformación en la empresa más valiosa del mundo. Jobs no inventó de la
nada demasiadas cosas, pero era un maestro a la hora de combinar las ideas,
el arte y la tecnología de formas que inventaban el futuro.

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