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CULTURA DEL

DIALOGO EN EL
PERU
CULTURA DEL DIALOGO EN EL PERU
La frecuencia y la intensidad de los conflictos sociales originaron interrogantes sobre la
factibilidad del diálogo en nuestro medio: del lugar que este ocupa en nuestra cultura; de la
disponibilidad a hablar y escuchar con un cierto orden por parte de los actores sociales,
estatales o empresariales con intereses enfrentados, lo que dependerá de nuestro perfil
dialogante como sociedad.

Este capítulo busca echar luces sobre lo que se ha dado en


llamar cultura del diálogo: su significado, alcances, nivel de
penetración en la vida social, en el Estado, en el mercado,
etcétera. Para ello nos valdremos de una encuesta nacional
contratada por la Defensoría del Pueblo, cuyos resultados
interpretaremos más adelante. Previamente, conviene hacer
algunas precisiones sobre la cultura del diálogo.
Hablando de diálogo, recordemos la definición propuesta por la Defensoría del
Pueblo en términos prácticos –aunque existen otras definiciones validas:

El diálogo es un proceso comunicacional en el que


dos o más partes en conflicto, de manera directa o
asistida, informan, argumentan, debaten, crean
opciones, negocian con la intención de llegar a
acuerdos en un espacio ordenado e igualitario.

Es en este contexto y con este sello que las distintas partes en un conflicto hacen
frente a sus diferencias y en muchos casos logran acercar sus perspectivas o crear
nuevas perspectivas compartidas.
Para entender mejor qué significa concretamente la cultura del diálogo, son útiles
los conceptos básicos de la ciencia política. El diálogo democrático, por ejemplo,
resulta relevante, especialmente si se pondera que los conflictos sociales develan
fallas institucionales en el funcionamiento del sistema político–administrativo. El
diálogo democrático se define como “un diálogo que respeta y fortalece la
institucionalidad democrática y busca transformar las relaciones conflictivas para
evitar las crisis.

“Un diálogo democrático es siempre un


proceso de colaboración y trabajo conjunto”
Inspirándose en los conceptos de cultura y de diálogo, así como de cultura
política y de diálogo democrático, este informe propone la siguiente definición
de cultura del diálogo:
Conjunto de pautas, prácticas, conocimientos y
valoraciones que definen nuestra manera particular de
interacción dialógica frente a los retos que nos plantea la
convivencia social y que nos hace distintos a otras
sociedades. Esta, a su vez, se expresa en la
institucionalidad y en la participación activa y franca de
todos los actores sociales.

La cultura del diálogo reviste una importancia particular, tanto para la gestión de
conflictos como para la democracia, dado que cumple una función legitimadora del
ejercicio del poder de todos los actores. Según Hannah Arendt
VALORACIÓN DEL DIÁLOGO
El entendimiento compartido del concepto de diálogo entre los ciudadanos y la valoración
de este mecanismo para resolver conflictos son factores que caracterizan la cultura del
diálogo.
Distribución de los encuestados según su respuesta a la pregunta: ¿Cuál de las
siguientes afirmaciones coincide mejor con lo que usted considera que es diálogo?

El diálogo es visto como una herramienta cuyo uso genera una utilidad concreta: encontrar
soluciones a través del intercambio de mensajes. La tercera respuesta va también en la dirección
de encontrar salidas.
Distribución de los encuestados según su respuesta a la pregunta: ¿Cuál de las siguientes
afirmaciones refleja mejor lo que usted piensa respecto a cómo son los peruanos frente al
diálogo?

En el cuadro se destaca que el 56% (671 personas) considera que los peruanos no optan por
dialogar cuando surge un problema. Sin embargo, cabe recalcar que en el área rural los
peruanos son percibidos en mayor proporción como dialogantes. Una causa de ello puede
deberse a las formas tradicionales de abordar las diferencias en el ámbito rural.
CONOCIMIENTO Y EVALUACIÓN DE LA EFICIENCIA DE LOS
MECANISMOS DE ACTUACIÓN CIUDADANA

Los ciudadanos disponen de varias opciones para influenciar en las decisiones del
Estado y hacer valer sus necesidades, preocupaciones y demandas. En este punto
prestaremos especial atención al valor que la población le atribuye a cada una de
las distintas formas de actuación ciudadana.

Considerando que constituye un factor determinante en la participación


ciudadana. Así, a la pregunta: ¿Con qué frecuencia conversa acerca de temas
políticos?, el 68% (822 personas) contestaron que lo hacían con poca frecuencia,
el 27% (332 personas) con mediana frecuencia y el 4% (49 personas) con mucha
frecuencia.
MECANISMOS DE DIÁLOGO INSTITUCIONALIZADOS
La participación de los ciudadanos en los asuntos políticos no solo constituye un derecho
fundamental, como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos,44
también es un mecanismo idóneo para que el Estado fortalezca la democracia y favorezca
la gobernabilidad.
Mecanismos no institucionalizados de transmisión de demandas
Si bien es cierto que la acción ciudadana se despliega en los espacios creados por
normas jurídicas, hay casos en los que la protesta pública, sea pacifica o violenta, se
convierte en el mecanismo de transmisión de demandas. Aunque las demandas de la
sociedad civil parecen justas para la mayoría de los encuestados, un porcentaje alegó
que los conflictos sociales son el producto de intereses de ciertos actores que no
necesariamente comparten todos los miembros de la comunidad.
Mecanismos no institucionalizados de transmisión de demandas
Si bien es cierto que la acción ciudadana se despliega en los espacios creados por
normas jurídicas, hay casos en los que la protesta pública, sea pacifica o violenta, se
convierte en el mecanismo de transmisión de demandas
Percepción de las demandas de la sociedad civil y su atención
Según la Defensoría46 “todo conflicto incluye demandas ciudadanas que hacen
referencia a derechos presuntamente vulnerados o en riesgo”. Una de las formas de
prevenirlos es la atención oportuna de estas demandas sociales.
La legitimidad de las demandas
Desde el punto de vista de la población sondeada, las demandas expresadas por la
ciudadanía en el marco de conflictos sociales aparecen como legítimas. En efecto, a la
pregunta: ¿Está de acuerdo con que la mayoría de las movilizaciones y protestas sociales
expresan justas demandas de la población?, el 30% (364 personas) respondió que está
muy de acuerdo y el 43% (520 personas) que está algo de acuerdo. Una proporción
menor de los encuestados (24%; 293 personas) declaró que está poco de acuerdo o nada
de acuerdo.
La representación y atención de las demandas
Si bien los encuestados consideran que las demandas de los ciudadanos son justas, no
sienten que el Estado las tome en cuenta. Esta percepción de indiferencia estatal está
relacionada con la representatividad política de las autoridades.
EL DESEMPEÑO DE LOS ACTORES INVOLUCRADOS EN LOS
CONFLICTOS SOCIALES

Las partes que intervienen en los conflictos sociales pueden provenir de distintos
sectores: la sociedad, el Estado y las empresas. De hecho, siempre contamos con los
actores primarios, que tienen una participación central en el conflicto, a los cuales se
pueden agregar actores secundarios que apoyan a las partes enfrentadas, y actores
terciarios que desempeñan un papel en la mediación o la negociación.

Responsabilidad de los actores en los conflictos socioambientales


Los conflictos socioambientales, que en mayo del 2016 representaban el 79,8% de
todos los conflictos sociales en el Perú, 52 tienen normalmente como actores
principales a las organizaciones sociales, al Estado y a las empresas. Según los
encuestados, cada uno de ellos asume una parte de la carga de la responsabilidad en
la generación de conflictividad social
Confianza de la sociedad civil hacia las instituciones para resolver conflictos sociales
La encuesta demuestra claramente que la población sondeada tiene una confianza limitada
hacia la mayoría de las instituciones para resolver los problemas que están detrás de los
conflictos sociales.
Percepciones de la sociedad civil con respecto a la intervención de las
instituciones en los conflictos sociales Si bien los entrevistados no confían en las
instituciones para resolver los conflictos sociales, tampoco estiman que intervienen
eficientemente cuando estas últimas se involucran en la búsqueda de soluciones.

EL DIÁLOGO COMO HERRAMIENTA PARA PREVENIR Y SOLUCIONAR LOS


CONFLICTOS SOCIALES

El diálogo permite comprender mejor una situación, ya que valora el punto de vista de
todos y, a través de un proceso de interacción, se convierte en una herramienta que
favorece la búsqueda de acuerdos. Normalmente, en situaciones de conflictividad social,
son las autoridades competentes las que deben activar mecanismos de diálogo o pedir la
mediación de un tercero.
En suma, la encuesta ha permitido destacar que de manera global los
ciudadanos no solo valoran el diálogo, sino que también creen que debería
ser la manera idónea de abordar problemas y conflictos sociales. Pero, a su
vez, la encuesta mostró que una mayoría de ciudadanos no confía en sus
autoridades para abordar conflictos, puesto que creen que privilegian
intereses económicos sobre el bien común y que esperan hasta el último
momento para establecer un diálogo con la comunidad. Esta percepción
surge probablemente de las particularidades de la realidad peruana, en la
que se observa un pasado marcado por gobiernos autoritarios, corrupción,
periodos de alta violencia y exclusiones múltiples de grandes sectores de la
población.

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