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ONTOLOGÍA POLÍTICA
EN: “AGAMBEN Y LA PREGUNTA POR LA ONTOLOGÍA POLÍTICA”
MATHEW ABBOT
“Those who talk about revolution and class struggle without referring
explicitly to everyday life ... have a corpse in their mouth.”
Si la filosofía política es el estudio del bien político realizado "enteramente desde la base de la sabiduría
humana", entonces la teología política es el estudio de la misma desde el punto de vista de una "fe en la
revelación". - Heinrich Meier
• Meier entiende la diferencia como algo más que simplemente doctrinal, argumentando, en cambio, que
"se refiere a la fundación y la afirmación de una posición existencial"
• Qué podría ser más inmaterial que la distinción entre un pensamiento que quiere moverse y ser
concebido obedeciendo a la fe y uno que no está atado a ninguna autoridad y no escatima nada de sus
preguntas
DEFINICIÓN DE LA ONTOLOGÍA POLÍTICA
• Existe un tercer término, la ontología política, que puede compararse con estas dos alternativas.
Podríamos dar una definición preliminar de esto de la siguiente manera: el estudio de cómo nuestra
ontología, nuestra concepción del mundo como tal, condiciona lo que consideramos las posibilidades
ónticas para los colectivos humanos.
• Esta definición se complica por el hecho de que la filosofía política hace afirmaciones ontológicas, y que
a veces tratan acerca de la relación de la filosofía con la ontología trastornando la posibilidad de
entender esa relación como unidireccional (de manera que el ontólogo político podría desacreditar al
ingenuo filósofo político al mostrar la contingencia de sus afirmaciones sobre una imagen ontológica
que no ha reconocido como tal).
• Y de hecho, esta definición se complicará aún más por el propio entendimiento acerca del proyecto
político teológico, que considera involucra una "sociología de conceptos" basada en la comprensión de
que "la imagen metafísica del mundo que una determinada época forja tiene la misma estructura que
lo que el mundo entiende inmediatamente como apropiado como forma de su organización política“
DEFINICIÓN DE LA ONTOLOGÍA POLÍTICA
• Mientras que para el Schmitt de Meier este era el problema de cómo vivir y pensar en
obediencia a Dios, el problema de la ontología política es la pregunta ontológica en sí
misma.
• La ontología política es el estudio de los intereses políticos de la pregunta por el ser. Así, el
ontólogo político está de acuerdo con el teólogo político en que pensar lo político significa
responder a una exigencia irreductible - aquel piensa como situado en respuesta a una
determinada moral o una exigencia ética - mientras que el ontólogo político considera que
esta exigencia no consiste en la relevación divina, sino en el hecho de que los seres humanos
son seres para los que el ser está en cuestión.
LA ONTOLOGÍA POLÍTICA NO PUEDE SER UNA
ONTOTEOLOGÍA.
• La ontología política tiene que trabajar a la luz de una especia de ateísmo. Esto debido a que
una confrontación adecuada con la pregunta ontológica requiere que continuemos con una
cierta experiencia de abandono (tanto el abandono de lo humano después de la muerte de
Dios, como el abandono ontológico de lo existente por la existencia (que Jean-Luc Nancy
llamará la "retirada de la causa en la cosa")
• O al menos, este será el caso en la medida en que el concepto 'Dios' funcione como un medio
para evitar la cuestión ontológica, en tanto que la existencia de un creador pueda resolver
esa pregunta (lo que puede dejar abierta la posibilidad de que la ontología política se
acomode a una imagen diferente de lo divino).
OTROS ACERCAMIENTOS
• Desde luego, ninguna de estas imágenes es totalmente errónea: una de las afirmaciones
orientadoras de la ontología política, según tengo entendido, es que la distinción tradicional
entre pensamiento y política debe ser cuestionada; otra es que un pensamiento adecuado de
la diferencia ontológica pondrá en tela de juicio todos los intentos de "poner a tierra" la
política. Pero la tarea de la ontología política no es solo insistir en la contingencia de los
conceptos ontológicos, o pensar otros nuevos con el fin de abrir las posibilidades políticas
ónticas (como si esto por sí solo constituyera algo más que una especulación melancólica y /
o utópica) . Es pensar lo político a través de la exigencia de la cuestión ontológica.
LA PERSPECTIVA HEIDEGGERIANA
• De particular importancia para este proyecto es su concepción acerca de que la metafísica (su
término para la trayectoria del pensamiento occidental desde Platón) no puede pensar la
pregunta ontológica. Ahora esta afirmación es desarrollada y restituida varias veces a lo largo
de su obra: Sin embargo, una de sus formulaciones más claras se expresa en la 'Carta sobre el
humanismo'. Aquí Heidegger afirma que la característica definitoria del pensamiento
metafísico es que "no piensa la diferencia" entre el ser y el ente; esa metafísica "no pregunta
acerca de la verdad del ser en sí mismo".
• Una declaración es entonces un medio para señalar cosas acerca del mundo, en términos de
Heidegger es una "presentación y representación de lo real y lo irreal.
Esta es la raíz de la historia del ser, de Heidegger, como metafísica, bajo la cual la
cuestión del ser ni siquiera se puede plantear como tal. Como el mismo
Heidegger estipula, "dentro de la metafísica no hay nada del ser como tal". La
historia del ser como metafísica es una historia de ceguera ante la cuestión del
ser, de modelos representacionales de verdad que pasan repetidamente su
estado como una pregunta.
VUELTA A LA ONTOLOGÍA POLÍTICA
• Cuando Heidegger afirma que no hay nada por ser como tal dentro de la metafísica,
entonces, Agamben lo lleva un paso más allá para afirmar que no hay nada en la vida
desnuda dentro de nuestra política. Al igual que Heidegger, Agamben encuentra aquí
algo así como una ley ontológica: lo que se presupone y se pasa por alto por un
sistema de pensamiento volverá a ese sistema como algo impensable (de modo que
cualquier exclusión de ser / vida ya es siempre una inclusión).
VIDA DESNUDA
• Sin embargo, si leemos a Agamben como un ontólogo político, quedará claro que este es el
registro natural de su pensamiento, el lugar en el que piensa. Las discusiones sobre política
concreta, como la que tiene lugar en la primera parte del Estado de excepción, aparecerán
desde aquí como secundarias a su objetivo real, como funcionamiento para ilustrar un punto
ontológico (a menudo se lee a Agamben al revés, (invocando ontológicamente la ontología
como una forma de reforzar sus amplias reivindicaciones políticas).
• La vida desnuda, en otras palabras, es una figura metafísica de (un fracaso del) pensamiento,
y no una categoría de política óntica. Esto quiere decir que no hay vida desnuda: que (y de
hecho a pesar de algunas de las sugerencias aparentes de Agamben en sentido contrario)
ninguna forma de vida humana se ha reducido a la vida desnuda. La vida desnuda, como el
ser puro, nunca puede existir (nunca ha existido). Pero esto no quiere decir que no
desempeñe ningún papel en la política óntica.
“CAMPOS”
• Por el contrario, esta figura es una condición metafísica de posibilidad de esos espacios
ónticos de dominación que Agamben llama ‘campos’, sean campos de muerte, campos de
concentración, campos de refugiados, centro de detención de refugiados, Guantánamo, etc.
• Ónticamente, estos espacios son muy diferentes; Sin embargo, están regidos por la misma
lógica metafísica. Las condiciones de la posibilidad de la exclusión inclusiva de la vida
desnuda de los seres humanos son las mismas que las que permiten la presuposición de ser
puro en metafísica. Cancelar estas condiciones metafísicas, entonces, requerirá un
replanteamiento politizado de la categoría ontológica del ser puro y una política que piense
adecuadamente.
LA EXCEPCIÓN
• Un movimiento político consciente de esto sería uno que insiste, uno que
demuestra en la práctica, la verdad de las afirmaciones de que no hay vida
desnuda y que lo ordinario es excepcional. Estas son proposiciones
ontológicas, pero también son proposiciones éticas; Hacen afirmaciones
ontológicas, pero también nos demandan.