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LA PREGUNTA POR LA

ONTOLOGÍA POLÍTICA
EN: “AGAMBEN Y LA PREGUNTA POR LA ONTOLOGÍA POLÍTICA”
MATHEW ABBOT
“Those who talk about revolution and class struggle without referring
explicitly to everyday life ... have a corpse in their mouth.”

“Aquellos que hablan de revolución y lucha de clases sin referirse


explícitamente a la vida cotidiana… tienen un cadaver en sus bocas”

- Vaneigem, The Revolution of Everyday Life, 26


DIFERENCIA ENTRE FILOSOFÍA POLÍTICA Y TEOLOGÍA POLÍTICA

Si la filosofía política es el estudio del bien político realizado "enteramente desde la base de la sabiduría
humana", entonces la teología política es el estudio de la misma desde el punto de vista de una "fe en la
revelación". - Heinrich Meier

• Meier entiende la diferencia como algo más que simplemente doctrinal, argumentando, en cambio, que
"se refiere a la fundación y la afirmación de una posición existencial"
• Qué podría ser más inmaterial que la distinción entre un pensamiento que quiere moverse y ser
concebido obedeciendo a la fe y uno que no está atado a ninguna autoridad y no escatima nada de sus
preguntas
DEFINICIÓN DE LA ONTOLOGÍA POLÍTICA
• Existe un tercer término, la ontología política, que puede compararse con estas dos alternativas.
Podríamos dar una definición preliminar de esto de la siguiente manera: el estudio de cómo nuestra
ontología, nuestra concepción del mundo como tal, condiciona lo que consideramos las posibilidades
ónticas para los colectivos humanos.

• Esta definición se complica por el hecho de que la filosofía política hace afirmaciones ontológicas, y que
a veces tratan acerca de la relación de la filosofía con la ontología trastornando la posibilidad de
entender esa relación como unidireccional (de manera que el ontólogo político podría desacreditar al
ingenuo filósofo político al mostrar la contingencia de sus afirmaciones sobre una imagen ontológica
que no ha reconocido como tal).

• Y de hecho, esta definición se complicará aún más por el propio entendimiento acerca del proyecto
político teológico, que considera involucra una "sociología de conceptos" basada en la comprensión de
que "la imagen metafísica del mundo que una determinada época forja tiene la misma estructura que
lo que el mundo entiende inmediatamente como apropiado como forma de su organización política“
DEFINICIÓN DE LA ONTOLOGÍA POLÍTICA

La ontología política, entonces, forma parte de la filosofía política (aunque


aparezca con grados variables de explicitud), y es también presupuesta como
parte de la metodología de la teología política, al menos en su variante
Schmittsiana (sin duda, paradigmática)
REDEFINICIÓN DE LA ONTOLOGÍA POLÍTICA
• Una forma de pensamiento que tiene su fundamento principal no en la contemplación
desinteresada desde el punto de vista de la razón pura, sino en la confrontación con un
problema existencial.

• Mientras que para el Schmitt de Meier este era el problema de cómo vivir y pensar en
obediencia a Dios, el problema de la ontología política es la pregunta ontológica en sí
misma.

• La ontología política es el estudio de los intereses políticos de la pregunta por el ser. Así, el
ontólogo político está de acuerdo con el teólogo político en que pensar lo político significa
responder a una exigencia irreductible - aquel piensa como situado en respuesta a una
determinada moral o una exigencia ética - mientras que el ontólogo político considera que
esta exigencia no consiste en la relevación divina, sino en el hecho de que los seres humanos
son seres para los que el ser está en cuestión.
LA ONTOLOGÍA POLÍTICA NO PUEDE SER UNA
ONTOTEOLOGÍA.
• La ontología política tiene que trabajar a la luz de una especia de ateísmo. Esto debido a que
una confrontación adecuada con la pregunta ontológica requiere que continuemos con una
cierta experiencia de abandono (tanto el abandono de lo humano después de la muerte de
Dios, como el abandono ontológico de lo existente por la existencia (que Jean-Luc Nancy
llamará la "retirada de la causa en la cosa")

• O al menos, este será el caso en la medida en que el concepto 'Dios' funcione como un medio
para evitar la cuestión ontológica, en tanto que la existencia de un creador pueda resolver
esa pregunta (lo que puede dejar abierta la posibilidad de que la ontología política se
acomode a una imagen diferente de lo divino).
OTROS ACERCAMIENTOS

• Según Strathausen -> El pensamiento ontológico político post-heideggeriano


insiste en la naturaleza construida de cualquier ontología política, y, entonces,
quiere comprometerse con las estructuras políticas materiales trabajando
para deconstruir y volver a trabajar sus fundamentos ontológicos.
Inmediatamente podemos ver el problema aquí: si Strathausen está correcto
en su lectura, entonces los teóricos sobre los que escribe estarían en peligro
de trabajar desde una concepción inflada de la relación entre el pensamiento
y sus objetos, de modo que la especulación ontológica podría de alguna
manera representar , o incluso identificarse con, el cambio político material.
OTROS ACERCAMIENTOS

• Oliver Marchart, termina entendiendo que el pensamiento político ontológico se deriva de un


compromiso con la contingencia radical del cimiento político, el hecho de que "lo político"
como el terreno ontológico para las políticas ónticas es de hecho un terreno sin fundamento.

• Desde luego, ninguna de estas imágenes es totalmente errónea: una de las afirmaciones
orientadoras de la ontología política, según tengo entendido, es que la distinción tradicional
entre pensamiento y política debe ser cuestionada; otra es que un pensamiento adecuado de
la diferencia ontológica pondrá en tela de juicio todos los intentos de "poner a tierra" la
política. Pero la tarea de la ontología política no es solo insistir en la contingencia de los
conceptos ontológicos, o pensar otros nuevos con el fin de abrir las posibilidades políticas
ónticas (como si esto por sí solo constituyera algo más que una especulación melancólica y /
o utópica) . Es pensar lo político a través de la exigencia de la cuestión ontológica.
LA PERSPECTIVA HEIDEGGERIANA

• De particular importancia para este proyecto es su concepción acerca de que la metafísica (su
término para la trayectoria del pensamiento occidental desde Platón) no puede pensar la
pregunta ontológica. Ahora esta afirmación es desarrollada y restituida varias veces a lo largo
de su obra: Sin embargo, una de sus formulaciones más claras se expresa en la 'Carta sobre el
humanismo'. Aquí Heidegger afirma que la característica definitoria del pensamiento
metafísico es que "no piensa la diferencia" entre el ser y el ente; esa metafísica "no pregunta
acerca de la verdad del ser en sí mismo".

• De hecho, no solo la metafísica ha fallado en su búsqueda de la verdad del ser en sí mismo,


sino que la pregunta es inaccesible para la metafísica en sí misma. EL pensamiento metafísico
no puede simplemente hacer frente a la pregunta por el ser; o, mejor, el ser es es incapaz de
volverse pregunta en el pensamiento metafísico. El pensamiento metafísico da por sentado el
hecho de que las cosas existen.
LA PERSPECTIVA HEIDEGGERIANA
• Pero el ser de los seres se presupone por estos modos de pensamiento y por una razón
estructural esencial: estas filosofías están atrapadas en varias versiones del paradigma
representacional -> En este paradigma hay un modelo de verdad en funcionamiento en el que
es una propiedad de las declaraciones que representan correctamente cómo es el mundo.

• Una declaración es entonces un medio para señalar cosas acerca del mundo, en términos de
Heidegger es una "presentación y representación de lo real y lo irreal.

• Y el problema de los modelos representacionales es que no pueden señalar el hecho de que


la existencia exista, ya que como Kant mostró en su ataque sobre la prueba ontologica de
Dios, la existencia no es y no puede ser una propiedad de la existencia (no es un predicado
real).
LA PERSPECTIVA HEIDEGGERIANA

Esta es la raíz de la historia del ser, de Heidegger, como metafísica, bajo la cual la
cuestión del ser ni siquiera se puede plantear como tal. Como el mismo
Heidegger estipula, "dentro de la metafísica no hay nada del ser como tal". La
historia del ser como metafísica es una historia de ceguera ante la cuestión del
ser, de modelos representacionales de verdad que pasan repetidamente su
estado como una pregunta.
VUELTA A LA ONTOLOGÍA POLÍTICA

• Ya en este punto debería quedar claro que la ontología política es post-


metafísica. Esto significa que trabajará desde la premisa de que la ceguera
ante la pregunta ontológica, característica de la metafísica, tiene
consecuencias reales para las políticas ónticas.
• Participar en la ontología política, entonces, significa pensar desde fuera de la
idea de que nuestro sistema conceptual tiene un profundo y problemático
punto ciego.
• El pensamiento político ha heredado el defecto básico de la metafísica, ya que
proviene de la misma tradición que Heidegger trabajó para socavar.
PENSAMIENTO DE AGAMBEN

• La crítica más fácil de los escritos políticos de Agamben es que están


marcados por un profundo desorden: las distinciones importantes son
borrosas y los ejemplos concretos se sublacen en un argumento esencialista,
ahistórico, que potencialmente paraliza porque pasa por alto las
especificidades situacionales que caracterizan la política real. Mi afirmación es
que tales críticas dependen en gran parte de un error de categoría; que los
conceptos más importantes de Agamben seguirán siendo ininteligibles para
nosotros hasta que comprendamos su fundamento en una ontología política
que intente pensar la cuestión del ser.
EXCLUSIÓN INCLUSIVA

• Exclusión inclusiva -> Paradoja de la polis occidental


• En esta aporía, la vida natural de los sujetos humanos se excluye
de la ciudad como algo ajeno a la vida política y, sin embargo, es
constitutiva de la ciudad como lo que debe presuponerse para que
la construcción de la vida política sea posible.
VIDA DESNUDA
• El concepto agambeniano básico de la vida desnuda debe entenderse como el
comienzo de una transposición de la diferencia ontológica de Heidegger a las
categorías biológicas clásicas, donde zoē (el hecho de la vida) se relaciona con el
hecho de ser como tal, y bios (vida políticamente calificada) en el nivel óntico de
seres particulares. Esto le permite a Agamben leer la distinción entre vida natural y
política en términos ontológicos fundamentales, y enciende su movimiento hacia el
campo de la ontología política.

• Cuando Heidegger afirma que no hay nada por ser como tal dentro de la metafísica,
entonces, Agamben lo lleva un paso más allá para afirmar que no hay nada en la vida
desnuda dentro de nuestra política. Al igual que Heidegger, Agamben encuentra aquí
algo así como una ley ontológica: lo que se presupone y se pasa por alto por un
sistema de pensamiento volverá a ese sistema como algo impensable (de modo que
cualquier exclusión de ser / vida ya es siempre una inclusión).
VIDA DESNUDA

• Sin embargo, si leemos a Agamben como un ontólogo político, quedará claro que este es el
registro natural de su pensamiento, el lugar en el que piensa. Las discusiones sobre política
concreta, como la que tiene lugar en la primera parte del Estado de excepción, aparecerán
desde aquí como secundarias a su objetivo real, como funcionamiento para ilustrar un punto
ontológico (a menudo se lee a Agamben al revés, (invocando ontológicamente la ontología
como una forma de reforzar sus amplias reivindicaciones políticas).

• La vida desnuda, en otras palabras, es una figura metafísica de (un fracaso del) pensamiento,
y no una categoría de política óntica. Esto quiere decir que no hay vida desnuda: que (y de
hecho a pesar de algunas de las sugerencias aparentes de Agamben en sentido contrario)
ninguna forma de vida humana se ha reducido a la vida desnuda. La vida desnuda, como el
ser puro, nunca puede existir (nunca ha existido). Pero esto no quiere decir que no
desempeñe ningún papel en la política óntica.
“CAMPOS”
• Por el contrario, esta figura es una condición metafísica de posibilidad de esos espacios
ónticos de dominación que Agamben llama ‘campos’, sean campos de muerte, campos de
concentración, campos de refugiados, centro de detención de refugiados, Guantánamo, etc.

• Ónticamente, estos espacios son muy diferentes; Sin embargo, están regidos por la misma
lógica metafísica. Las condiciones de la posibilidad de la exclusión inclusiva de la vida
desnuda de los seres humanos son las mismas que las que permiten la presuposición de ser
puro en metafísica. Cancelar estas condiciones metafísicas, entonces, requerirá un
replanteamiento politizado de la categoría ontológica del ser puro y una política que piense
adecuadamente.
LA EXCEPCIÓN

Si es correcto decir que la vida desnuda es la figura metafísica en el trabajo en el


campamento, entonces, al pensar correctamente, se requerirá que
comprendamos la excepción, que es el fundamento metafísico de la estructura
legal específica del campamento (como el sitio óntico en cuál 'la excepción
comienza a convertirse en la regla)

La soberanía le pertenece a quien pueda determinar el estado de excepción


SÍNTESIS - AGAMBEN

¿Qué es lo que una lectura resueltamente ontológica de Agamben cerrará? No


hay vida desnuda en el sentido óntico: más bien, la vida desnuda es la figura del
regreso de un problema metafísico reprimido, una imagen metafísica o incluso
una fantasía que acecha nuestra política.
SÍNTESIS - AGAMBEN
• Entonces, ¿qué valor podemos extraer de Agamben en esta lectura de su
trabajo? ¿Qué valor político tiene la ontología y la crítica metafísica? El peligro
obvio aquí es que la ontología política terminará calificándose no como una
política real (porque no se ocupa principalmente de los asuntos políticos
ónticos) ni como una ontología válida (porque importa 'valores' políticos a lo
que se pretende que sea una especulación filosófica desinteresada - piense
en lo extraña, incluso absurda, que la idea misma de "ontología política" le
parecería a los metafísicos contemporáneos que trabajan en la tradición
analítica).

• En relación con la primera preocupación, en la que enfrentamos el problema


de si extraer las afirmaciones de Agamben sobre la vida desnuda de un
registro sociológico las privará de cualquier relevancia teórica crítica y de la
compra política concreta que puedan haber tenido.
CONCLUSIONES
• El interés político ontológico de esto tiene su inicio en el hecho de que dejar abierta la
cuestión ontológica, permitiendo que surja como una pregunta (que es la condición clave
para el pensamiento ontológico), significaría asumir la absoluta gratuidad del mundo. La
excepción, entonces, representa el residuo metafísico de una incapacidad o negativa a
aceptar esto; surge de la incapacidad de reconocer la excepcionalidad real de la existencia
como tal.
• El campo, como el sitio óntico en el que se expone la figura metafísica de la vida desnuda a
través de la fantasía de la excepcionalidad, también tiene algunas de sus condiciones de
posibilidad en este fracaso del pensamiento
• Al igual que con la vida desnuda, la excepción representa el retorno de la presuposición
impensada de ser; como con la vida desnuda, pensar más allá de esto requerirá un cambio
ontológico por el cual se cancelan sus condiciones metafísicas. Porque si la pregunta
ontológica se enfrenta adecuadamente, si es que podemos reconocer la fuerza sin
fundamento de la misma, entonces lo milagroso se neutralizará y generalizará de manera tal
que lo ordinario se reconozca como excepcional.
CONCLUSIONES

• La ontología política muestra que el estado real de excepción sería un estado


en el que el ser como tal se vive colectivamente como excepcional, lo cual es
lógicamente idéntico a la ausencia de excepciones (si ser como tal es
excepcional, entonces nada en particular lo es). Aquí vemos cómo la ontología
política nos obligará a recurrir no a la teorización del evento excepcional como
Badiou, sino a lo ordinario y lo cotidiano, y en particular a una idea de lo
ordinario como posible logro político.
CONCLUSIONES
• La ontología política no sostiene a otro mundo como un ideal al cual se debe
hacer que el actual se ajuste; en cambio, exige la abolición del presente
esquema metafísico de las cosas, en el que se anula la dulzura natural de la
vida, el compartir la gratuidad del mundo.

• Un movimiento político consciente de esto sería uno que insiste, uno que
demuestra en la práctica, la verdad de las afirmaciones de que no hay vida
desnuda y que lo ordinario es excepcional. Estas son proposiciones
ontológicas, pero también son proposiciones éticas; Hacen afirmaciones
ontológicas, pero también nos demandan.

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