sujetos de derecho o de dirigirse a la justicia para obtener el respeto de sus derechos o de sus intereses legítimos. . Es, la facultad que tiene el individuo para promover el ejercicio de la jurisdicción, a fin de que esta se resuelva sobre la pretensión, que aquel dice tener.
Se trata de una facultad diferente del
derecho sustantivo o material que con ella hace valer al actor. Puede existir derecho de acción sin que exista derecho de índole sustantiva así se ve en los procesos que culminan en sentencia desestimatoria de la pretensión del actor; este ejercito la acción de actuar en juicio, pese a carecer de la facultad material que pretendía tener. . La acción es el poder jurídico que hace valer la pretensión. Ese poder existe en el individuo aunque la pretensión sea infundada. Chiovenda dice que “la acción es el poder jurídico de dar vida (porre in essere) a la condición para la actuación de la voluntad de la ley”. Alcalá Zamora y Castillo “la acción pone en movimiento al proceso para que por este medio la jurisdicción acuda a resolver la controversia”. Gracias a la acción se establece la relación jurídica procesal entre el actor, el juzgador y el demandado. La acción es un derecho frente al Estado que tiene como contrapartida o correspondencia el deber de este de administrar justicia, ejerciendo la jurisdicción; derecho abstracto a la tutela jurídica que se obtiene de la administración de justicia. La acción se dirige contra la persona de la que se reclama el cumplimiento de cierta obligación o el reconocimiento de un derecho determinado. Da cauce a la pretensión de justicia. Calamandrei dice: “acción es el derecho subjetivo autónomo (esto es, tal que puede existir por si mismo, independientemente de la existencia de un derecho subjetivo sustancial) y concreto (esto es, dirigido a obtener una determinada providencia jurisdiccional, favorable a la petición de reclamante)”. Mi concepto sería “La acción es el poder jurídico de un sujeto de derechos para plantear una pretensión y así poner en movimiento al órgano jurisdiccional, para que este resuelva sobre la misma”. Recursos judiciales De manera impropia, se le llama recursos a las acciones de inconstitucionalidad, de amparo y de hábeas corpus. La primera, está establecida en el artículo 185 de la Constitución, la segunda y la tercera en los artículos 71 y 72, respectivamente, en la misma Ley Sustantiva. todos los órganos del Estado, y podrá recibir instancias del presidente de la República, de una tercera parte de los miembros del Senado o de la Cámara de Diputados y de cualquier persona con interés legítimo y jurídicamente protegido. El tribunal competente para conocer las acciones de inconstitucionalidad es el Tribunal Constitucional. Sus decisiones son definitivas e irrevocables y constituyen precedentes vinculantes con los poderes públicos . En la legislación anterior, la acción de hábeas corpus examinaba dos aspectos fundamentales: la existencia de indicios de culpabilidad y la prisión ilegal de un ciudadano. En el nuevo ordenamiento solo examina la ilegalidad o no de la prisión. La acción de amparo extiende la protección de los derechos inherentes a la persona, al instituir que cualquier ciudadano tiene derecho a reclamar ante los tribunales la protección de sus derechos fundamentales, no protegidos por el hábeas corpus, cuando resulten vulnerados o amenazados por la acción u omisión de toda autoridad pública o de particulares. El procedimiento es preferente, sumario, oral, público, gratuito y no sujeto a formalidades. Los recursos ordinarios son la apelación y la oposición. El primero tiene diferentes ámbitos de aplicación, tanto en materia penal como civil. De conformidad con el nuevo Código Procesal Penal en su artículo 407, el recurso de oposición procede solamente contra las decisiones que resuelven un trámite o incidente del procedimiento, mientras en los litigios entre particulares tiene un efecto suspensivo y devolutivo, salvo los casos excepcionalmente señalados por la ley. Conforme hemos visto el Proyecto de Reforma del Código Civil Dominicano contempla regular algunos aspectos del concubinato. Es de suma importancia que se establezca una regulación legal integral para esta realidad social y más imperante es esta necesidad, luego del vigente reconocimiento constitucional del año 2010 sobre este tema, para que de esta forma el sistema jurídico pueda tener parámetros específicos a la hora de evaluar una demanda en partición como consecuencia de la disolución del concubinato.