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4
Misterios Gloriosos
cuarta parte de
acuerdo con los
Evangelistas.
Miércoles y
domingos
Francisco Martínez
A.
Octubre 2010
Primer misterio
La Gloriosa
Resurrección de
Jesucristo
de acuerdo con
los pasajes
bíblicos de los
cuatro
evangelistas
Los misterios
gloriosos del
Rosario nos
estimulan a ser
sembradores de
esperanza y
alegría, dando
testimonio de la
Resurrección de
Cristo.
La resurrección
es el mayor
triunfo de Cristo.
Jesucristo ha
resucitado,
triunfador sobre
el pecado y la
muerte
Jesucristo sube
a los cielos y allí
nos prepara un
lugar (Cf. Jo.
14,2),
nos envía su
Espíritu para
que nos
santifique
Pero no sólo
significa que Él
resucitó y que Él
es la
Resurrección,
eso significa
que nosotros
podemos
juntarnos en su
resurrección
Recordemos las
palabras de
Jesús a sus
discípulos : “Le
dijo Jesús: Yo
soy la
resurrección y la
vida; el que cree
en mí, aunque
esté muerto,
vivirá” (Juan
11:25).
Recordemos las
palabras de
Pablo a los
Romanos:
“Porque si
fuimos plantados
juntamente con él
en la semejanza
de su muerte, así
también lo
seremos en la de
su resurrección”
(Romanos 6:5).
20:1 El primer día
de la semana,
María Magdalena
fue de mañana,
siendo aún
oscuro, al
sepulcro;
-- Jesús resucitó
de entre los
muertos el primer
día de la semana.
Juan, 20: 1
28 1 Pasado el
sábado, al
amanecer del
primer día de la
semana, María
Magdalena y la
otra María fueron a
visitar el sepulcro.
2 De pronto, se
produjo un gran
temblor de tierra:
el Ángel del Señor
bajó del cielo, hizo
rodar la piedra del
sepulcro y se
sentó sobre ella.
5 El Ángel se dirigió a
las mujeres y les dijo:
«Vosotras no temáis,
pues sé que buscáis a
Jesús, el
Crucificado;
6 no está aquí, ha
resucitado, como lo
había dicho. Venid,
ved el lugar donde
estaba.
7 Y ahora id
enseguida a decir
a sus discípulos:
"Ha resucitado de
entre los muertos
e irá delante de
vosotros a Galilea;
allí le veréis." Ya
os lo he dicho.»
Mateo, 28: 1-2,
5-7
1 Pasado el sábado,
María Magdalena,
María la de Santiago
y Salomé compraron
aromas para ir a
embalsamarle.
2 Y muy de
madrugada, el primer
día de la semana, a
la salida del sol, van
al sepulcro.
5 Y entrando en el sepulcro
vieron a un joven sentado
en el lado derecho, vestido
con una túnica blanca, y se
asustaron.
3 y entraron, pero no
hallaron el cuerpo del
Señor Jesús.
5 Como ellas temiesen
e inclinasen el rostro a
tierra, les dijeron: «¿Por
qué buscáis entre los
muertos al que está
vivo?
6 No está aquí, ha
resucitado. Recordad
cómo os habló cuando
estaba todavía en
Galilea, diciendo:
7 "Es necesario
que el Hijo del
hombre sea
entregado en
manos de los
pecadores y sea
crucificado, y al
tercer día
resucite. "»
Lucas, 24: 1-3,
5-7
Rezar:
1 Padrenuestro,
10 Avemarías,
1 Gloria,
y la siguiente oración al
final:
“La Ascensión de
Jesucristo a los
cielos.
24:51 Y aconteció
que bendiciéndolos,
se separó de ellos,
y fue llevado arriba
al cielo.
24:52 Ellos, después
de haberle adorado,
volvieron a Jerusalén
con gran gozo;
24:53 y estaban
siempre en el templo,
alabando y bendiciendo
a Dios. Amén.
Lucas, 24:50-53
16:19 Y el Señor,
después que les habló,
fue recibido arriba en el
cielo, y se sentó a la
diestra de Dios.
De acuerdo con:
Los Hechos de los
Apóstoles
El día de
Pentecostés fue de
inmensa alegría,
pues se produjo la
venida del Espíritu
Santo con todos
sus dones,
carismas y frutos.
Jesús había
prometido enviar al
Espíritu Santo. Los
Apóstoles, junto con la
Santísima Virgen,
esperaban orando.
Hechos 1, 14
El Espíritu Santo es
enviado por el Padre
y el Hijo. Es un don,
el consolador, el
maestro de la
verdad, el valor y
fortaleza.
El día de
Pentecostés,
escucharon un
ruido muy fuerte y
aparecieron
lenguas de fuego
sobre cada uno de
ellos y se llenaron
del Espíritu Santo
(Hechos 2:1-4 )
Abriendo las
puertas del
cenáculo, los
apóstoles
comienzan a
predicar a los judíos
que habían acudido
a ver lo que
sucedía
(Hechos 2:6)
Entonces Pedro
toma la palabra y
les dice:
“Ustedes
crucifcaron a
Jesús de
Nazaret”
(Hechos 2:22 ).
Pero Dios lo
resucitó de entre
los muertos y
nosotros somos
testigos de ello”
(Hechos 3:15)
Conmovidos los
judíos con las
palabras de
Pedro,
preguntaban:
“¿Qué debemos
hacer?”
(Hechos 2.37)
Pedro les contestó
“…Arrepiéntanse,
bautícense y
recibirán al Espíritu
Santo”
(Hechos 2:38)
Acostumbrémonos
a frecuentar al
Espíritu Santo que
es quien nos ha de
santificar, a
confiar en Él, a
pedir su ayuda, a
sentirlo más cerca
de nosotros.
Así se irá
agrandando
nuestro corazón,
tendremos más
ansias de
amar a Dios y por
Él, a todas las
criaturas
.
Como creyentes
en el Espíritu
Santo, tenemos el
dulce
deber de anunciar
que Cristo murió y
resucitó
para nuestra
salvación.
Rezar:
1 Padrenuestro,
10 Avemarías,
1 Gloria,
y la siguiente oración al
final:
“La Asunción de
María Santísima en
cuerpo y alma al
Cielo”
De acuerdo con:
algunos pasajes
bíblicos
"Toda espléndida, la
hija del rey"
(Sal 45, 14)
“La Coronación de
María Santísima
como Reina y
Señora de todo lo
creado”
De acuerdo con:
diversas fuentes
La devoción popular invoca
a María como Reina. El
Concilio, después de
recordar la asunción de la
Virgen «en cuerpo y alma a
la gloria del cielo», explica
que fue «elevada (...) por el
Señor como Reina del
universo, para ser
conformada más
plenamente a su Hijo, Señor
de los señores (cf. Ap 19,16)
y vencedor del pecado y de
la muerte»
(Lumen gentium, 59).
En efecto, a partir del siglo V,
casi en el mismo período en
que el concilio de Éfeso la
proclama «Madre de Dios»,
se empieza a atribuir a María
el título de Reina. El
pueblo cristiano, con este
reconocimiento ulterior de su
excelsa dignidad, quiere
ponerla por encima de todas
las criaturas, exaltando su
función y su importancia en la
vida de cada persona y de
todo el mundo.
Observando la analogía
entre la Ascensión de
Cristo y la Asunción de
María, podemos concluir
que, subordinada a
Cristo, María es la reina
que posee y ejerce
sobre el universo una
soberanía que le fue
otorgada por su Hijo
mismo.
El título de Reina no
sustituye, ciertamente,
el de Madre: su realeza
es un corolario de su
peculiar misión
materna, y expresa
simplemente el poder
que le fue conferido
para cumplir dicha
misión.
“Toda espléndida, la
hija del rey, va adentro,
con vestidos en oro
recamados; con sus
brocados es llevada
ante el rey.” Y “una
gran señal apareció en
el cielo; una mujer,
vestida del sol, con la
luna bajo sus pies, y
una corona de doce
estrellas sobre su
cabeza.”
14 En ropaje tejido será
llevada al rey. Las
vírgenes de su séquito
como compañeras suyas
están siendo
introducidas a ti.