Objetivo: Reflexionar en torno a la temática del amor en la literatura Táctica y estrategia (Mario Benedetti)
Lo que siento por ti no es amistad, voy por ti y esto va en serio. Una
declaración de amor. Mi táctica es mirarte, aprender como sos quererte como sos. Mi táctica es hablarte y escucharte, construir con palabras un puente indestructible. Mi táctica es quedarme en tu recuerdo, no sé cómo ni sé con qué pretexto, pero quedarme en vos. Mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros, para que entre los dos no haya telón ni abismos. Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple. Mi estrategia es que un día cualquiera, no sé cómo ni sé con qué pretexto, por fin me necesites. Encuentro (Federico García Lorca) Ni tú ni yo estamos en disposición de encontrarnos. Tú... por lo que ya sabes. ¡Yo la he querido tanto! Sigue esa veredita. En las manos tengo los agujeros de los clavos. ¿No ves cómo me estoy desangrando? No mires nunca atrás, vete despacio y reza como yo a San Cayetano, que ni tú ni yo estamos en disposición de encontrarnos. El Fornicio (Gonzalo Rojas) Te besara en la punta de las pestañas y en los pezones, te turbulentamente besara, mi vergonzosa, en esos muslos de individua blanca, tocara esos pies para otro vuelo más aire que ese aire felino de tu fragancia, te dijera española mía, francesa mía, inglesa, ragazza, nórdica boreal, espuma de la diáspora del Génesis, ¿qué más te dijera por dentro griega, mi egipcia, romana por el mármol? ¿fenicia, cartaginesa, o loca, locamente andaluza en el arco de morir con todos los pétalos abiertos, tensa la cítara de dios, en la danza del fornicio? Te oyera aullar, te fuera mordiendo hasta las últimas amapolas, mi posesa, te todavía enloqueciera allí, en el frescor ciego, te nadara en la inmensidad insaciable de la lascivia, riera frenético el frenesí con tus dientes, me arrebatara el opio de tu piel hasta lo ebúrneo de otra pureza, oyera cantar a las esferas estallantes como Pitágoras, te lamiera, te olfateara como el león a su leona parara el sol fálicamente mía ¡te amara! Vergüenza ( Gabriela Mistral) Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa como la hierba a que bajó el rocío, y desconocerán mi faz gloriosa las altas cañas cuando baje al río.
Tengo vergüenza de mi boca triste,
de mi voz rota y mis rodillas rudas; ahora que me miraste y que viniste, me encontré pobre y me palpé desnuda.
Ninguna piedra en el camino hallaste
más desnuda de luz en la alborada que esta mujer a la que levantaste, porque oíste su canto, la mirada. Yo callaré para que no conozcan mi dicha los que pasan por el llano, en el fulgor que da a mi frente tosca en la tremolación que hay en mi mano...
Es noche y baja a la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura, ¡que ya mañana al descender al río lo que besaste llevará hermosura! El amor en la literatura A lo largo de los siglos el amor ha sido fuente de inspiración para toda clase de artistas, esto porque el amor es considerado el vínculo fundamental de la unidad universal; un poder casi irresistible que puede desencadenar grandes desastres o precipitar el alcance de la anhelada felicidad. En la tradición literaria, el amor es un motivo recurrente que ha sido abordado desde diversos puntos de vista, por ejemplo a través del amor Sensual- terrenal o el amor idealizado. Tales clasificaciones están asociadas a otros temas literarios, entre ellos la trascendencia, la muerte o los celos; lo que da origen a nuevas manifestaciones del tema del amor en literatura. Es importante también tener en consideración que el amor ha sido representado a través de figuras míticas como Eros y Cupido, personajes que encarnan la idea de que este sentimiento es ineludible (inevitable- necesario). A lo largo de la tradición literaria, muchos autores han intentado definir el concepto “Amor”, destacándose en ello los artistas del Barroco; el resultado ha sido una interesante variedad de descripciones, algunas de ellas se encuentran en los textos bíblicos y en autores como Aristóteles, Juan Ruiz el arcipreste de Hita, Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Mario Benedetti y Gonzalo Rojas por nombrar algunos. Sin embargo, como no sólo se da el amor romántico en la vida diaria, en las obras literarias el amor aparece de diferentes maneras, y asociado a temas que lo dificultan o lo potencian. Hemos de tener presente que esta variedad de expresiones del amor en las obras literarias depende, en gran medida, de la época histórica a la que pertenecen. Por otra parte, en una misma obra, generalmente encontramos más de un tipo de amor.