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«Pondré mi Espíritu
dentro de vosotros y
haré que andéis según
mis leyes, que guardéis
mis decretos y que los Por nuestra naturaleza pecaminosa somos
egoístas, y no podemos amar a Dios ni a
pongáis por obra». nuestro prójimo, sino por el poder del E.
Santo.
Sólo quienes tengan un corazón renovado por la
gracia divina podrán guardar la ley de Dios,
porque “la mente carnal... no se sujeta a la ley
de Dios, ni tampoco puede” (Rom.8:7).
La promesa de un poder
que, por medio del
Espíritu Santo, capacitaría
al hombre para obedecer
a Dios fue una parte
esencial del pacto eterno
de Dios con el hombre.
Efesios 6:13-18.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que
podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo,
estar firmes.
Ahora Cristo les dice a sus testigos: «Vayan por todo el mundo y
díganle a los hombres que no importa los pecados que hayan
cometido, Dios los ama, que regresen a El».
¿Como funcionaba la luz en los tiempos de Cristo?