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LOS INCAS

Ubicación Geográfica
La civilización incaica se desarrolló en una región geográfica bastante compleja: los Andes.
Con paisajes muy diferentes entre sí, tales como la costa (oasis y desiertos), la sierra (valles
húmedos y altiplanos secos) y la montaña (bosque tropical lluvioso). Así y todo, los incas
lograron habitar esta difícil región gracias a la implementación de complejos cultivos en
terrazas, inmensas obras de infraestructura y una gran eficacia en la producción y
distribución de alimentos, que incluso les permitió almacenar excedentes. Por eso es
sorprendente pensar que su historia no duró más de cien años.
La historia de los incas se mezcla fuertemente con sus relatos legendarios, debido a que
esta civilización no desarrolló un sistema de escritura que diera cuenta de sus orígenes. Sin
embargo, se sabe que desciende de antiguas culturas andinas que se establecieron en los
Andes Centrales, entre ellas el pueblo de Chavín de Huantar, una pequeña villa cordillerana
en el norte del Perú, cuyo mayor aporte fue ayudar por primera vez a la unificación de
dichas culturas.
Con posterioridad, alrededor del 300 a. C., declina la cultura chavín y surgen otros reinos,
como el Moche, Nazca, Tiahuanaco y Huari, todos ellos con su respectivo tiempo de
apogeo.
Los últimos reinos en aparecer fueron el Chimú en el norte y el Inca en el sur. La influencia
de este último fue la que derivó finalmente en la constitución del magnífico imperio
andino.
Economía Incaica
Cuando se habla de la economía incaica necesariamente debe hablarse de la
agricultura, por cuanto esta, dirigida por el Estado, era la base. Sus cultivos
principales eran la papa y el maíz, aunque también sembraban otras variedades de
vegetales, como los porotos, zapallos, calabaza, quinoa, algodón, maní y guayaba. Los
incas habían descubierto la ventaja de abonar la tierra con ciertos productos,
utilizando los excrementos de animales como fertilizante.
El paisaje geográfico en el que habitaron los impulsó a usar sistemas de cultivo que
consistían en terrazas hechas con paradores de piedras en las laderas de las
montañas. El sembrado se efectuaba abriendo la tierra con mazas y las semillas se
colocaban luego en las hileras de orificios que se realizaban para este fin. La siembra
se potenció con un completo sistema de irrigación que contemplaba canales y
acueductos.
La ganadería estaba constituida por llamas y alpacas, animales que, además de
otorgar productos como la leche, carne y lana, eran empleados para el transporte.
A pesar de la extensa red de caminos que atravesaban todo el imperio incaico, el
comercio no tuvo un gran desarrollo. Tampoco se conocía la moneda, por lo que la
manera en que se pagaba era mediante el trabajo o el trueque (intercambio directo
de bienes y servicios).
Religión Inca
Inicialmente los incas fueron politeístas, es decir, adoraron a muchos dioses, a los que
consideraban como benefactores y elementos principales de la naturaleza. Entre ellos se
encontraba Viracocha, dios inmortal, creador del universo, que había enseñado a los
hombres a cultivar la tierra y tenía la mayor preponderancia.
También fueron adoradores de Inti, el dios Sol, que protegía a la dinastía real y se
consideraba el padre del emperador. Le seguía en jerarquía el dios del Trueno o Illapa, y la
Luna o Mamaquilla. Asimismo, las diosas de la tierra, Pachamama, y del mar, Mamacocha,
eran muy importantes para asegurar la agricultura y la pesca.
Las ceremonias tenían lugar al aire libre y en ocasiones en los templos, a los que solo
podían acceder los sacerdotes y altos funcionarios. El santuario más importante era el de
Coricancha o templo del Sol, que contenía los objetos de adoración y las tumbas de los
emperadores.
Las ofrendas a los dioses eran colocadas en altares a la vera de los caminos y recibían el
nombre de huacas. Existían también santuarios de piedra para orar, llamados apachetas.
Dentro de la religión incaica el culto de los muertos ocupaba un lugar muy destacado. Por
esto, después de la muerte las personas eran momificadas y luego de un tiempo llevadas a
sus casas.
Respecto a los sacerdotes, estos componían una poderosa jerarquía que se dividía en
categorías. El Sumo Sacerdote recibía el nombre de Villac Umu y era siempre un pariente
cercano del Inca.
Organización Social
Este ayllu venía a ser como una extensión de la familia, que se caracterizaba por ser una colectividad
agraria unida por lazos de parentesco, en la que los miembros se consideraban descendientes de un
antepasado común. Cuando este parentesco era de tipo real y tenía una organización territorial estricta,
era conocido como ayllu real o panaca. El ayllu real estaba formado por todos los descendientes varones
de un determinado inca, salvo el sucesor, quien creaba a su vez un nuevo ayllu real.
Cada uno de los ayllu ponía a disposición diez hombres, que se encargaban de cultivar las tierras del
emperador, participar de las guerras cuando así se requería y trabajar en minas y obras públicas.
La sociedad era muy jerárquica, siendo la máxima autoridad el Inca o emperador, es decir, el monarca
que gobernaba con poder absoluto, pues provenía directamente de Inti el dios Sol, y que por lo mismo
debía ser venerado por todos sus súbditos. El monarca habitaba en un palacio en Cuzco y por lo general
se casaba con su hermana mayor. La sucesión de su trono la ocupaba un hijo legítimo, que no
necesariamente debía ser el mayor. El Inca gobernaba asistido por una aristocracia selecta llamada
orejones, quienes recibían esa denominación como consecuencia de los grandes adornos que les
deformaban sus orejas.
Esta aristocracia, compuesta por los familiares del emperador, ocupaba las mejores tierras y era
constituida igualmente por generales y altos oficiales. Luego se ubicaban los curacas, nobles de carácter
local. Una posición de privilegio ocupaba también la clase sacerdotal, integrada por el willaq uma o
cabeza sagrada, las aqllas o escogidas y los sacerdotes. Les seguían los hatunruna, que eran agricultores
y artesanos que, junto con cultivar sus propias tierras, debían trabajar gratuitamente las de la nobleza a
modo de tributo. Finalmente, se encontraban los yanaconas o siervos, y los mitimaes o prisioneros de
guerra.
MUCHAS GRACIAS

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