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PLANIFICACIÓN, DISEÑO,
EJECUCIÓN Y GESTIÓN DEL
ESPACIO VIAL
Repensar la calle: Nuevos usos, nuevas funciones,
nuevos diseños… una relación diferente entre las
personas y el espacio urbano!
CONTENIDO
• 1.- La función del espacio vial a lo largo de la historia.
• 2.- Relaciones personales, sociales, económicas,... en el espacio urbano.
• 3.- Relación entre espacio público y propiedad privada, aspectos urbanísticos.
• 4.- Funciones de las vías urbanas: tráfico, aparcamiento, transporte público, usos
privativos, ocio y relación social,…
• 5.-Tipologías de vías urbanas.
• 6.- La sección de la calle: diseño, forma y función.
• 7.- La adaptabilidad de la vía pública.
• 8.- Aspectos constructivos en la ejecución de las vías: geometría, redes de
servicios, materiales, durabilidad y ciclo de vida.
• 9.- Infraestructuras de TPC, en la superficie y el subsuelo del sistema viario.
• 10.- Equipamiento y mobiliario urbano. Naturalizar las vías. Plantaciones.
• 11.- La gestión de la vía pública. Titularidad, usos privativos, publicidad, policía y
control social,…
• 12.- Aspectos sociales en la gestión de la vialidad: seguridad, segregación de usos,
vialidad amable; la calle, lugar de relación.
• 13.- Economía y fiscalidad en relación al sistema vial.
• 14.- Conclusiones.
La función del espacio vial a lo largo de la historia.
• La calle origen de los asentamientos humanos de carácter urbano.
• En el “rur” no hay calles.
• La evolución del camino a la calle.
• Del cruce de caminos a la plaza.
• Espacios fortificados, accesos y calles.
• El caballo y los carruajes en la configuración de la calle. Las pendientes.
• La “Ley de Indias” y otras maneras de lotizar el territorio.
• El “higienismo”, como regeneración del espacio público urbano.
• Los primeros ensanches, “control social” de la calle.
• La industrialización y el crecimiento de las ciudades.
• Los barrios populares. La socialización de la vivienda.
• Déficits de infraestructura urbana.
• La ciudad informal.
• La ciudad dispersa.
• La ciudad del automóvil.
• El transporte público y la calle.
• La recuperación del espacio viario para/por el peatón y los modos no
motorizados.
Del camino a la calle. Cambios en la conceptualización de una
superficie explanada y pavimentada, apta para los
desplazamientos…y otras funciones.
Un aspecto diferencial entre el camino y la calle deriva del
carácter de asentamiento compartido, en un ámbito urbano, que
constituye el entorno de la calle.
En el “rur” no hay calles!
Los primeros asentamientos al pié de los caminos, que no han
sido la única manera histórica de crear núcleos de población,
derivaron de los cruces de vías.
Un cruce de caminos, la aparición de una iglesia, una posada, una
posta de caballos, un puente para cruzar un lecho fluvial, un puesto
avanzado del Señor del lugar,… Así han nacido muchas de nuestras
poblaciones.
Y del cruce de caminos al recinto seguro, al espacio compartido,
a la plaza, al “mercado”: transacciones comerciales, servicios
personales, relaciones sociales, lugar de encuentro…en diversos
escenarios sociopolíticos, culturas y entornos geográficos.
Existen otras causas de agregación, en la formación de núcleos
de población: razones defensivas, principalmente, pero también
socioculturales, tribales, de pertenencia a un colectivo social…
El origen de nuestro concepto de ciudad, planificada y
estructurada, en el pensamiento europeo occidental, debe
buscarse en la Antigua Grecia.
Pero la teorización de la planificación urbanística de las ciudades, a partir de la
estructura viaria, y la ejecución programada e impulsada desde los poderes
públicos, se debe a la organización administrativa e ingenieril del Imperio
Romano.
En Europa, muchas de las estructuras urbanas heredadas proceden de
asentamientos romanos, que posteriormente adquirieron la forma de nuestros
centros históricos medievales, articulados alrededor del entramado de calles
insertado en un recinto amurallado, y que han evolucionado hasta hoy.
La vialidad de la ciudad histórica depende, en cuanto a pendientes, secciones,
pavimentos, accesos, etc. de las necesidades de desplazamiento de los
ciudadanos a pié o en vehículos de tracción animal.
De alguna manera, la calle la genera el caballo!
En la España imperial, el urbanismo se refunda por razón de la
ocupación de los territorios conquistados. La calle adquiere condición
de hito para la lotización y distribución de predios.
Un nuevo concepto de retícula y de organización del espacio urbano.
Nuestro urbanismo moderno procede de los Planes de Ensanche del
Siglo XIX, necesarios para atender los anhelos de derribo de murallas
históricas, que impedían el crecimiento de la ciudad burguesa, y la
mejora de las condiciones higiénicas de los tejidos existentes.
En función de los intereses del Poder dominante, de la Administración
impulsora, cada Plan obedece a criterios diversos, que generan formas y
estructuras urbanas particulares.
Del Plan Hoffman de París, al Ensanche Cerdá de Barcelona
En Gran Bretaña, tras el modelo Victoriano de ciudad, nace con la
Industrialización la ciudad obrera,
un ámbito para la producción intensiva, para la acumulación de mano de obra.
No es espacio para vivir, sólo para trabajar y producir.
Tras los episodios bélicos de la primera mitad del Siglo XX, las necesidades de
reconstrucción y de alojamiento para las migraciones que se producen,
reclaman grandes complejos habitacionales, que pierden toda su “urbanidad”.
Son contenedores de individuos. No hay calle como lugar de relación.
Desgraciadamente el paso siguiente es la absoluta suburbialización de
la ciudad. La globalización del desprecio o la impotencia por el espacio
público de calidad, adaptado a las necesidades de la colectividad.
Nuestra civilización, la evolución (involución?), ha conseguido que ya
no haya CALLE, o que el nivel de degradación impida darle tal
calificativo.
En entornos más “ricos”, la calle en la nueva ciudad planificada, los nuevos
ensanches, es básicamente acceso a los predios privados.
Desaparece la función del espacio urbano de relación.
Se incrementa la sensación de individualismo, también de inseguridad.
En términos de desplazamientos “individualismo” es sinónimo de
motorización privada, de congestión de tránsito. De ocupación de la
calle por el coche. El coche se apropia de la calle.
Pero hay muchas formas de desplazarse, más eficientes, socialmente
más equitativas, ambientalmente más sostenibles, que requieren de
otro modelo de calle.
Y no solo para los desplazamientos motorizados. Podemos y debemos
recuperar los modos “amables” de utilización del espacio viario.
Modos que convierten la calle en punto de encuentro, lugar de relación.
RELACIONES PERSONALES, SOCIALES, ECONÓMICAS,…
EN EL ESPACIO URBANO.