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Parábola sobre las

riquezas
Daniela Ospina
Parábola
Uno de entre la gente dijo a Jesús: –Maestro, dile a mi hermano que reparta
conmigo la herencia.
Jesús le contestó: –Amigo, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o
partidor?
También dijo: –Guardaos de toda avaricia, porque la vida no depende del poseer
muchas cosas.
Entonces les contó esta parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras dieron
una gran cosecha.
El rico se puso a pensar: ‘¿Qué haré? ¡No tengo donde guardar mi cosecha!’
Y se dijo: ‘Ya sé qué voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más
grandes en los que guardar toda mi cosecha y mis bienes.
Luego me diré: Amigo, ya tienes muchos bienes guardados para muchos años;
descansa, come, bebe y goza de la vida.’
Pero Dios le dijo: ‘Necio, vas a morir esta misma noche: ¿para quién será lo que
tienes guardado?’
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Interpretación
 Jesús no quiere perder tiempo resolviendo disputas
jurídicas. Reserva su autoridad para cosas esenciales:
rebajar el ansia de riqueza es más importante que
discutir sobre unos derechos de herencia: "Guardaos de
toda avaricia". Jesús no hace de mediador, sino que
recuerda los principios espirituales y éticos donde se
deben fundamentar nuestro comportamiento. No hay
que poner la confianza en los bienes materiales, sino
solamente en Dios.

3
 Los bienes materiales seducen con mucha facilidad el corazón
de las personas. La verdadera riqueza, según Jesús, es ser
generoso con los demás, como nuestro Padre lo es con todo el
mundo. Poner confianza en las riquezas significa falta de
cordura, de sabiduría. Quien pone el corazón en el dinero
tiene en muy poca consideración la vida humana, la vierte al
fracaso más absoluto. De hecho, la experiencia nos lo dice:
quien se encierra en él mismo y en sus bienes, en su mundo,
se pierde lo mejor de la vida.

 En esta parábola, Jesús ataca la codicia y el egoísmo. Este


hombre rico vive solamente para este mundo y esta vida.
Piensa solo en sí mismo, sin darse cuenta de las necesidades
de los demás, a pesar de su propia abundancia. Todos los
ambiciosos planes del hombre rico son en vano, porque esa
misma noche morirá.

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Enseñanzas
 Si de Dios recibimos dones tan grandes, también nosotros debemos
dar: en ámbito espiritual debemos dar bondad, amistad y amor. Pero
también debemos dar en el ámbito material, compartir el pan.
 Jesús nos ofrece un mejor camino enfocarnos en Él y dejar que sus
riquezas nos rodeen pero riquezas en el sentido de todas las formas
no meramente material sino integral. Jesús nos da la sabiduría para
vivir plenamente sin necesidad de acumular riquezas, nosotros solo
tenemos que evitar caer en la avaricia.

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