Aquellos fueron días difíciles para los hombres simples que aceptaron la invitación y seguían al Maestro. A pesar de los sermones, milagros, oraciones y una relación íntima con Jesús y con los demás discípulos, ellos estaban tristes y perdidos en sus pensamientos. Desconsolados y tristes, vuelven para dar continuidad a sus vidas, sin saber que un encuentro cambiará todo. Aquellos fueron días difíciles para los hombres simples que aceptaron la invitación y seguían al Maestro. A pesar de los sermones, milagros, oraciones y una relación íntima con Jesús y con los demás discípulos, ellos estaban tristes y perdidos en sus pensamientos. Ellos estaban sin un norte y su jornada no tendría fin si Jesús no se hubiese aproximado a ellos para ayudarlos. Las palabras de Jesús dieron un nuevo sentido a las escenas vividas por los discípulos. Su percepción comenzó a cambiar y como una espada de dos filos, las Sagradas Escrituras comenzaron a penetrar en sus corazones. Es posible que haya alguien aquí tan abatido y angustiado por las decepciones de la vida que solo tenga tristeza en su corazón. A pesar de todo eso, vuelva a Cristo y su Palabra, y su corazón tendrá motivos para reavivar la esperanza. La Palabra hizo arder el corazón de aquellos hombres y puede hacer arder su corazón hoy. Ahora es el momento en el que debemos tomar la decisión de permitir que el Señor nos haga renacer por su Palabra y eso solo es posible mediante una entrega total.