ACUERDO DE BASILEA vballena@unac.pe INTRODUCCION El avance de los mercados financieros asociado al contexto de la globalización ha implicado también un acompañamiento exhaustivo por parte de las autoridades de manera que los efectos que pueden generar inestabilidad financiera sean tratados de manera oportuna. Algunos cuestionan la efectividad de la supervisión bancaria, y más bien la observan como elemento obstaculizador de la dinámica de los negocios en el mundo actual. El Comité de Basilea fue creado con el propósito de estudiar los fenómenos financieros para preparar recomendaciones que permitan de manera oportuna minimizar el riesgo al que se exponen las instituciones financieras. Desarrollaron el concepto de “supervisión prudencial”, que revolucionó en los noventa, y hoy en día ha dejado de estar relacionado con el estricto cumplimiento de un marco regulatorio y de vigilancia de los riesgos propios de los instrumentos financieros, para dar paso a la evaluación integral de riesgos. ACUERDO DE BASILEA El Comité de Basilea o Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS), establecido Suiza, en 1975, es el principal organismo normativo mundial que reúne a las autoridades de supervisión bancaria para la regulación prudencial de los bancos. Su mandato consiste en fortalecer la regulación, la supervisión y las prácticas de los bancos de todo el mundo con el fin de mejorar la estabilidad financiera. Estructura administrativa: una secretaría rotativa entre los países, que debe reportar las distintas iniciativas al Comité de los Gobernadores de los bancos centrales. La mayoría de los países están representados por dos delegados (un directivo del banco central con experiencia en los mercados de cambio y un alto funcionario responsable del control bancario). BASILEA I En 1988, el Comité decidió introducir un sistema de medición de capital, conocido como El Acuerdo de Capital de Basilea (Basilea I), compuesto por los gobernadores de los bancos centrales de Alemania, Bélgica, Canadá, España, EEUU, Francia, Italia, Japón, Luxemburgo, Holanda, el Reino Unido, Suecia y Suiza. Se trata de un conjunto de recomendaciones para establecer un capital mínimo que debía tener una entidad bancaria en función de los riesgos que afrontaba. Se estableció la definición de capital regulatorio compuesto por elementos agrupados en 2 categorías, se debía cumplir ciertos requisitos de permanencia, capacidad de absorción de pérdidas y protección ante quiebra. Este capital debe ser suficiente para hacer frente a los riesgos de crédito, mercado y tipo de cambio, medidos con criterios aproximados y sencillos. BASILEA I El capital mínimo que la entidad bancaria debía tener es el 8% del total de los activos de riesgo (crédito, mercado y tipo de cambio sumados). Jugó un papel muy importante en el fortalecimiento de los sistemas bancarios. La repercusión, en el grado de homogeneización alcanzado en la regulación de los requerimientos de solvencia, fue extraordinaria. Entró en vigor en más de 130 países. En Junio del 2004 fue sustituido, debido a ciertas limitaciones en su definición. BASILEA II Se estaba ignorando la calidad crediticia, es decir, la diversa probabilidad de incumplimiento de los distintos prestatarios. Se consideraba que los créditos tenían la misma probabilidad de incumplir. Se hizo necesario acercar el cálculo del capital regulatorio al cálculo del capital económico, es decir, un requerimiento patrimonial que se ajuste al riesgo que asumen las entidades. A partir de los aportes y resultados obtenidos, emitieron en la Convergencia Internacional de Medidas y Normas de Capital – Marco Revisado (Basilea II) Este acuerdo desarrollaba de manera más extensa el cálculo de los activos ponderados por riesgo y permitía que las entidades aplicasen calificaciones de riesgo basadas en sus modelos internos, siempre que estuviesen previamente aprobados por el supervisor. BASILEA II • Pilar I: Cálculo de los requisitos mínimos de capital Comparando con Basilea I: Fondos propios > 8% de activos de riesgo, considerando: riesgo de crédito + riesgo de negociación + riesgo de tipo de cambio Basilea II considera adicionalmente el riesgo operacional, que es el riesgo de incurrir en pérdidas directas e indirectas como resultado de fallas en los procesos internos, fallas del personal o del sistema o eventos externos. BASILEA II • Pilar II: Proceso de Supervisión de la Gestión de los Fondos Propios • Asegurar que cada banco cuente con procesos internos confiables para evaluar la suficiencia de su capital, a partir de una apreciación meticulosa de sus riesgos. • Se intenta promover un diálogo más activo entre los bancos y sus supervisores, para actuar con rapidez y decisión y reducir el riesgo o restaurar el capital cuando se identifiquen deficiencias. BASILEA II • Pilar III: Disciplina de Mercado Estableció normas de transparencia y exigió la publicación periódica de información acerca de su exposición a los diferentes riesgos y la suficiencia de sus fondos propios. Señala criterios cualitativos y cuantitativos para la publicación de información referente a la estructura de capital de la entidad y la metodología para determinar el grado de adecuación. COMPARACION BASILEA I Y II BASILEA III Se refiere a un conjunto de propuestas de reforma de la regulación bancaria, publicadas a partir del 16 de diciembre de 2010. Se desarrolló en respuesta a las deficiencias en la regulación financiera revelada por la crisis financiera de finales de la década del 2,000, con las hipotecas subprime. Se introdujeron 2 ratios de liquidez: • "LCR" (Liquidity Coverage Ratio), permitir a las instituciones financieras soportar graves crisis de liquidez por un mes. • "NSFR" (Net Stable Funding Ratio), permitir a los bancos resistir un año a una crisis específica de la institución. Su filosofía es que el importe de los requisitos de recursos estables debe ser menor que la cantidad de recursos disponibles.