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LA AUTORIDAD DE DIOS Y

LA AUTORIDAD DELAGADA
(PARTE II)
Romanos 13:2
“De modo que quien se opone a la
autoridad, a lo establecido por Dios
resiste y los que resisten, acarrean
condenación para si mismo”
INTRODUCCION
En el tema anterior, vimos que uno de los atributos de Dios es el
tener autoridad sobre todo lo creado. El dice y hace; El
quita y pone sencillamente porque “El es Dios”. Sin embargo,
vemos que pudiendo El mandar sobre todo, en su soberanía, El
gobierna a través de autoridades delegadas instituidas por su
designio y soberanía. Su misma Palabra nos dice que no
hay autoridad sino por parte de Dios, y las que hay, por Dios han
sido establecidos.
En esta oportunidad estudiaremos a un Dios que respalda lo que
El levanta, y que nos manda que no nos opongamos a sus
autoridades a sus autoridades, porque quien se opone, a lo
establecido por Dios resiste, y los que resisten, acarrean
condenación para si mismos.
DESARROLLO
Por medio de las escrituras podemos observar
como el mismo Dios llamo a Moisés para
delegarle autoridad sobre el pueblo de Israel
(Exo 3:1:10).
Ese mismo Dios que lo llamo le dio autoridad
para que pudiera ejecutar la obra para lo cual
instituyo (Exo. 4:13).
Ese mismo Señor, a través de Moisés, saco con
mano poderosa a Israel de Egipto… Sin
embargo, al verse en el desierto, el pueblo
comenzó a murmurar en contra Moisés. Veamos
algunos detalles de este capitulo 16 del Éxodo:
Verso 1 Partieron de Elim donde habían 12 fuentes de
agua al desierto de Sin
Verso 2 Toda la congregación murmura contra Moisés
y Aaron (en el desierto es que se murmura)
Verso 3 “Ojala hubiéramos muerto…”, recordaban las
ollas de carne de Egipto y solo miraban las
circunstancias y no al Dios de las
circunstancias.
Verso 4-6 Dios prometió enviar alimentos
Sobrenaturalmente.
Verso 7 Moisés les dijo “Y mañana veréis la gloria de
Dios; porque El ha oído vuestras
murmuraciones contra el Señor”
En Numeros 12 se nos narra algo similar y las consecuencias
que trae al oponerse a la autoridad puesta por Dios

Verso 1 Notamos que no pasó nada: Dios no actúo


cuando María y Aaron hablaron de su
hermano Moisés.
Verso 2 “Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado el
Señor?, ¿No hablado también por nosotros? Y lo oyó el
Señor”. Observemos el mismo ingrediente que encendió
en Luzbel su rebelión: el orgullo.

Verso 5-9 Dios mismo salio a defender a su siervo y dejo ver su


ira, por haberse querido poner a la par o por encima de la
cabeza que Dios había puesto.

Verso 15 María fue condenada a estar 7 días leprosa, fuera del


campamento y el pueblo estacando por su causa.
A.- UN DIOS QUE RESPETA EL MISMO ORDEN POR EL
ESTABLECIDO

Sin lugar a dudas, Dios no se puede negar a si mismo. Por eso, el Señor nos
deja una preciosa figura de cómo El es cuidadoso de respetar su mismo
orden (Num. 30).

Verso 3 “Si una joven hace voto al Señor, y se ligare con obligación en casa de
su padre” en ese caso su padre era su cobertura visible, “si su padre oyere de
su voto, y la obligación con que ligo su alma, y su padre callare a ello, todos
los votos de ella serán firmes, y toda obligación con que hubiera ligado su
alma, firme Sera”.

Verso 5 Sin embargo este verso nos muestra la autoridad del que cubre a la
joven: “Mas si su padre le prohibiere el DIA que oyere todos su votos y sus
obligaciones con que ella hubiere ligado su alma, no serán firmes; y el Señor
la perdonara, por cuanto el padre se lo prohibió”.
Verso 6-7 Aquí encontramos el mismo
ejemplo, solo que en este caso es el voto
hecho por una esposa. Es si el esposo lo
acepta, queda aceptado por Dios; pero si
lo rechaza, Dios la perdona a ella.
Notemos que la perdona a ella y honra
por sujeción; no así a la cabeza, porque si
esta actúa mal, Dios tratara con la misma.

¡Que maravilloso Dios es el nuestro que


respeta el mismo orden puesto por El!....
¡GLORIA A DIOS!
¿Qué pasa si la cabeza anda mal delante de Dios? Puede darse el caso de
alguien que ha sido puesto por cabeza, este desagradándolo con su actuar.
La escritura nos da muchos ejemplos en los que nos muestra que hacer en
estos casos:

1.- Saúl andaba mal delante de Dios, mas David no se atrevió a poner mano
contra El, ni contra sus Hombres. “Después de esto se turbo el corazón de
David porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus hombres;
EL SEÑOR me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido del Señor,
que yo extienda mi mano contra el; porque es el ungido del Señor (I Samuel
24:5-7).

2.- Sansón, siendo juez sobre Israel, no fue juzgado por el pueblo, sino por el
mismo Dios. “Al que mas se le da, mas se le demanda”.

3.- “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con El por
el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra El, si no
que dijo: El Señor te reprenda” (Jud.1:9); mostrándonos que no corresponde al
pueblo juzgar a los que Dios ha puesto en eminencia (aunque anden mal, sino
El es quien se encarga de ellos. Existe un límite puesto por Dios mismo,
dejando claro que la autoridad delegada por El jamás lo podrá sobrepasar
Hechos 4:19).

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