Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Levrero repudiaba a los intermediarios entre el lector y su trabajo. Y aquí estoy yo, escribiendo una reseña sobre su
Trilogía involuntaria. Pero bueno, tomad estas palabras como un mero reflejo de mi experiencia personal (¡faltaría
más!), y no como la única aproximación posible a estas novelas. O mejor: leedlas a ellas antes que a mí. En cuanto
a ti, Mario, no me odies, por favor.
Mario Levrero: Trilogía involuntaria Javier Ceballos Jiménez
Un elemento recurrente en esta trilogía son los espacios. No digo que sea el elemento
aglutinador, porque creo que la relación que existe entre estas novelas va más allá de
que aparezcan en ellas espacios vagos y abstractos. Pero bueno, éstos siguen teniendo
un interés primordial. No es para menos: la portentosa imaginación de Levrero le
granjea un hueco en la tradición de arquitectos soñadores de la talla de Piranesi, Kafka
o Calvino.
París es, probablemente, la pieza más difícil de la trilogía. En primer lugar, porque la
prosa alterna constantemente dos tiempos verbales, pasado y presente. También,
porque en ella se solapan la vigilia y el sueño, los cuales conviven como dos realidades
igual de tangibles. Y, sobre todo, porque los simbolismos que la recorren son más
crípticos aún que en sus predecesoras. Además, es un bloque monolítico de texto que
no está dividido en varios capítulos que permitan al lector descansar, al contrario que La
ciudad y El lugar.
Pero creedme cuando os digo que el esfuerzo de leer esta obra es recompensado
con creces. No en vano, esta es la novela con las imágenes más poderosas. Ah, y
probablemente la que tiene un lenguaje más rico. También es la única de las tres
en las que se intuye el gusto de Levrero por la serie B, guiño que sin duda
apreciarán los mitómanos del auto
Mario Levrero: Trilogía involuntaria Javier Ceballos Jiménez
javierceballosjimenez.blogspot.com/2019/03/javier-ceballos-jimenez-mario-levrero.html