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Aspectos del discurso oral y

la figura del narratario en


Gran sertón: Veredas.
Daniela Pomés
Nicolás Sánchez
Relación
Oralidad/Escritura:
Dos ejemplos
● "Testimonio" (Nogueira Galváo, 1972)
● "Monólogo exterior" (Coutinho, 2002)
● "Diálogo por la mitad" o "Monólogo
insertado en una situación dialógica"
(Schwarz, 1991)
● "Diálogo-monólogo" (Dacanal, 1988)
"Escriba usted en el cuaderno:
siete páginas [...]"(Guimaráes R.
p. 375)
“No obstante, lo que está ante los ojos, lo que se
lee, es el producto de una transcripción: ese es el
evento específico de lenguaje que tiene lugar en
Gran Sertón: Veredas. La diferencia entre el
narrador y el narratario, entonces, hace aquí
toda la diferencia” (Barthes, 1990).
La escritura como toma
de posesión y como
falsificación del ser.
Dadivón y Faustino
“¡Cuánta cosa limpia verdadera no concibe una
persona de alta instrucción! Entonces pueden llenar
este mundo de otros movimientos sin los errores y
volteos de la vida en su necedad de chapucear ¿La
vida disfraza? [...] En lo real de la vida, las cosas
acaban con menos formato, ni siquiera acaban. Es
mejor así.” (Guimaráes R. p.69-70)
"[...]usted es hombre sobrevenido,
sensato, fiel como papel, usted me
oye, piensa y repiensa y redice,
entonces me ayuda" (Guimaráes R.
p,81)
La Figura del narratario.

 El narratario es aquel a quien va dirigido el


discurso del narrador.

 “Como el narrador, el narratario es uno de los


elementos de la situación narrativa y se sitúa
necesariamente en el mismo nivel diegético: es
decir, que a priori no se confunde más con el
lector (ni siquiera virtual) de lo que se confunde
necesariamente el autor con el narrador.”
(Genette. p.313)
En la novela de Guimaraes Rosa, la
figura del narratario resalta en el relato,
a diferencia de otras obras donde este
pasa desapercibido.
“Nonada. Los tiros que usted ha oído
han sido no de peleas de hombres,
Dios nos asista.” (Guimaraes R. p.13)
“El doctor”

 “Envidia mucha tengo de gentes conforme usted, con


toda lectura y suma doctoración. No es que yo sea
analfabeto…” (Guimaraes R. p.19)
 “Se ve que sabe usted mucho, firme de ideas, además
de tener título de doctor.” (Guimaraes R. p.28)
 “Lo que envidio es la instrucción que usted tiene. Yo
querría descifrar las cosas que son importantes. Y lo que
estoy contando no es una vida de sertanero, sea que
fuese yagunzo, sino la materia vertiente.” (Guimaraes R.
p.93)
 Si bien a este doctor nunca se le da voz directamente
en la narracion, sí reconocemos algunos de sus deseos y
acciones a partír del monologo de Riobaldo.
 “¿Eh, qué se va? ¿Jajá? Es que no. Hoy, no. Mañana,
no. No lo consiento. Usted me disculpe, pero en
empeño de mi amistad, acepte: usted se queda.
Después, el jueves de mañana temprano, si usted
quiere irse, entonces se va, aunque me deje sintiendo su
falta. Pero hoy o mañana, no. ¡Una visita, aquí en casa,
conmigo, es por tres días!” (Guimaraes R. p.29)
 Así como usted, que quiere tirar una instantánea de las cosas,
aproximar la naturaleza. Yo me entiendo. (Guimaraes R. p.70)
 Hablo con torcidas palabras. Cuento mi vida, que no entendí. Usted es
hombre muy ladino, de instruida sensatez. Pero no se moleste, no
quiera lluvia en el mes de agosto. Ya cuento, ya voy a hablar del
asunto que está usted esperando de mí. Y escuche. (Guimaraes R.
p.431)
 De contar todo lo que hubo, me retiro, usted está cansado de oír la
narración, y esto de la guerra es mismedad, mismismo. (Guimaraes
R. p.269)
Funciones del narratario en
la novela
• Verosimilitud.

 “El narrador esta en relación directa con su materia y así


lo narrado se le hace más verosímil al lector. Por dos
motivos: quien narra vivió los hechos y, además, Ribaldo
se dirige a un interlocutor ficticio: un doctor. De esta
manera, organiza la narración y orienta al interlocutor,
que se identifica con un lector virtual.” (Neghme p.139)
• Justificar la estructura caótica de la
novela.

 El discurso oral y el tono coloquial que permean toda la novela, asi como
las constantes digresiones y divagaciones, generan una estructura caótica
dificil de seguir para el lector. El autor, quien es consciente de esto, usa la
figura del narratario, con quien el lector puede identificarse plenamente
en este aspecto, para excusar los cambios abruptos en el relato que
realiza Riobaldo en su discurso. En este sentido, la estructura caótica se
justifica no solo a traves de la ignorancia de Riobaldo, sino al hecho de
que se esta recreando un diálogo.
 Corté un avance en mi historia. Tolere usted mis malas inquisiciones en el
contar. Es ignorancia. Yo no converso con nadie de fuera, casi No sé
contar bien. (Guimaraes R. p.178)
 Disculpa me dé usted, de que estoy hablando demás,
por los codos. Resbalo. Esto es lo que hace la vejez…
Pero cuento. Cuento para mí, cuento para usted. Al
cuando bien no me entienda, espéreme. (Guimaraes R.
p.132)
• Justificar el relato de Riobaldo.

Todo relato necesita alguien que lo narre


y quien lo escuche.
No intento relatarle a usted mi vida con
doblados pasos; ¿para qué serviría? Lo
que quiero es armar el punto de un
hecho, para después pedirle un consejo.
(Guimaraes R. p.194)
Usted es de fuera, amigo mío pero mi extraño.
Mas tal vez, por eso mismo. Hablar con el
extraño así, que bien oye y luego lejos se va, es
un segundo provecho: es como si hablase
conmigo mismo. (Guimaraes R. p.41)
Lo que yo quiero es que usted repiense mis
tontas palabras. (Guimaraes R. p.154)
• Realizar una confesion.

 Sé que estoy contando mal, por lo alto. Desenmiendo. Pero no es


por disfrazar, no lo piense. De lo grave, por la ley de lo común, se lo
he dicho a usted casi todo. (Guimaraes R. p.92)
 Fui alabado y dicho valedor, acertado en las ideas. A usted
confieso, desmedí satisfacción, al oír aquello: que el soplo en la
vanidad es la alegría que produce llama más de prisa y más al aire.
(Guimaraes R. p.134)
 ¿Para qué voy a mentirle a usted? (Guimaraes R. p.181)
 Le digo esto a usted en confianza (Guimaraes R. p.28)
• Apelar al lector indirectamente.

 Durante la novela Riobaldo le hace preguntas retoricas al doctor o lo invita


a sacar conclusiones respecto al relato que esta contando. Podemos
nosotros como lectores sentirnos parte de esa invitacion y a traves de
nuestra interpretacion construir el sentido del relato.
 Entonces, respóndame usted: ¿el amor puede venir del demonio?
¡¿Podrá?! ¿Puede venir de uno-que-no-existe? Pero convenga usted
callado. (Guimaraes R. p.127)
 Rece usted por esta alma mía. ¿A usted le parece que la vida es tristona?
(Guimaraes R. p.531)
 Lo que le cuento a usted es lo que sé y usted no sabe; pero lo que
principal quiero contar es lo que no sé si sé, y que puede ser que usted
sepa. (Guimaraes R. p.205)
• Mostrar la distancia entre el lector y el
narrador.

 Riobaldo se encarga en variadas ocasiones de mostrar la


distancia que hay entre él mismo, un hombre que vivio como
yagunzo y puede a partir de su propia experiencia relatar la
forma de vida del sertanejo, y el doctor. Sin embargo, el
lector puede sentir, así mismo, la distancia que Riobaldo
evidencia en su discurso.
 “Mire: el yagunzo se rige de un modo encubierto, muy
costoso de poder explicárselo a usted.” (Guimaraes R. p.152)
 “Usted mal conoce a esta gente sertanera.” (Guimaraes R.
p.223)
 Del sol y de todo, usted puede completar, imaginado;
lo que no puede, para usted, es haber sido, vivido.
(Guimaraes R. p.50)
 “usted mismo nunca ha visto cosa así, sólo en novela
descrito.” (Guimaraes R. p.121)
• La escritura.

 A partir de varios momentos en la novela, uno puede


suponer que el texto escrito es el producto de la
transcripcion que realiza el doctor del discurso oral de
Riobaldo.
 “vea usted, escriba usted.” (Guimaraes R. p.257)
 “Escriba usted en el cuaderno” (Guimaraes R. p.440)
Bibliografía.

 Escallón, B. (2009). El Lenguaje Y La Muerte En Gran Sertón: Veredas.


Enunciación, Vol. 14, n.º 1, Jan. 2009, pp. 35-50.
 Genette, G.(1989). Figuras III. Madrid : Editorial Lumen S.A.
 Guimaraes Rosa, J.(1979). Grande Sertón: Veredas. La Habana : Casa de
las Américas.
 Neghme, L.(1983). Teoría Narrativa y Metafísica en Gran Sertón: Veredas.
Revista Chilena de Literatura,, No. 21 (Apr., 1983), pp. 137-148.

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