SECULARIZACIÓN DE LA

POLÍTICA
• Juan de París, 1255-1306: Teólogo
• Marsilio de Padua, 1275-1342(3): Filósofo, médico, teólogo y
pensador político
• Guillermo de Occam, 1280 (8)- 1349: Fraile franciscano, filósofo
 JUAN DE PARÍS, 1255-1306
“DE POTESTATE REGIA ET PAPALI”
El autor sostiene que la iglesia necesita universalidad, pero que no
ocurre lo mismo con la autoridad política. La sociedad civil surge por
un instinto natural, pero los hombres tienen inclinaciones e intereses
diversos. La división política natural es la provincia o el reino, y no
hay necesidad de que todos los reinos estén subordinados a una sola
cabeza.
 De París, tomo de Aristóteles como lo había hecho Santo Tomás, la
idea de que el gobierno civil es necesario para una vida buena y por
consiguiente está justificado por los beneficios éticos que de él se
derivan.

Es un error sostener que lo espiritual es en todos los aspectos superior

a lo temporal
 Sostiene que es legítimo que el clero tenga propiedad, como medio de desarrollar
su tarea espiritual, pero el control legal de la misma reside en la autoridad secular:

• Niega que la posesión de propiedad eclesiástica sea del papa, no corresponde a

ningún individuo sino a la comunidad como cuerpo, y el control que de ella tiene
el papa es solo de administrador.
• El derecho del clero solo alcanza a la excomunión, esta no tiene efectos
materiales, no juzga y no corrige a los malhechores. La coacción es tarea del
brazo secular.
• Cualquiera que fuesen las relaciones entre el papa y el imperio, no había razón
para considerar al rey de Francia (Luis IX:1248-1255 ) sujeto al papa (Bonifacio
VIII: 1235-1303). (ambos pueden ser legítimamente depuestos)
• Se niega en absoluto la pretensión papal a un tipo único de autoridad en la
iglesia. El primado del papa es solo cuestión de organización administrativa no
espiritual.
• El oficio papal es sin duda, único y deriva de Dios, pero la elección de quien lo
desempeña requiere la cooperación humana.
 Sus argumentos son contra la invasión de la religión por el derecho, y
contra la tendencia a investir al papa, de un poder soberano modelado
por la posición jurídica ocupada por el emperador. (…). Finalmente,
sugiere, frente al absolutismo del papa, la conveniencia de contemplar
la monarquía con la representación.

La defensa de la representación, como parte intrínseca de todo buen

gobierno, se expuso por primera vez de modo sistemático en la teoría
conciliar del gobierno de la iglesia :
(o Concilio ecuménico es la asamblea de obispos. Cuerpo colectivo de autoridad de la iglesia
superior al Papa, y que toma su legitimidad directamente de Dios).
 MARSILIO DE PADUA, 1275-1342(3)
Defensor pacis: 1324
No escribía para defender al imperio, sino para:

• destruir todo el sistema de imperialismo papal, que se había

desarrollado con la práctica de Inocencio III ( 1198-1216 ),

• la teoría del derecho canónico. Este es una ciencia jurídica que

conforma una rama dentro del derecho cuya finalidad es estudiar y
desarrollar la regulación jurídica de la Iglesia católica.
 EL IMPERIO DE INOCENCIO III
Esta es la historia de Inocencio, un hombre inteligente y astuto que
mediante el engaño y su imagen de calidez logró unir a la cristiandad
en una sola Iglesia. Para tal propósito tuvo que “conciliar” y asesinar a
musulmanes, herejes y príncipes infieles. Todas sus acciones y
atrocidades fueron justificadas por haber logrado la libertad de la
Iglesia Católica Romana de la invasión del Imperio germano. No sólo
logró convencer a la cristiandad de ser el sucesor de San Pedro, sino
que este es el representante de Jesucristo en la Tierra.
(De Padua)Su objeto era definir y limitar del modo más
categórico posible las pretensiones de la autoridad
espiritual encaminadas a controlar, directa o
indirectamente, la acción de los gobiernos seculares
(…) casi colocar a la iglesia bajo el poder del estado.
 Desde el punto de vista de la razón (…), las sociedades humanas son autárquicas
en el más pleno sentido. Independientemente de su verdad, la religión tiene
consecuencias sociales y, por lo tanto, puede ser regulada por la sociedad.

Los intereses espirituales son idénticos a los intereses ultraterrenos y son

irrelevantes. Por otra parte, las preocupaciones morales o religiosas que afectan a
la vida presente caen, sin ninguna excepción, dentro del control de la comunidad
humana.
 SOBRE EL ESTADO
El Estado: es una especie de “ser vivo” compuesto por partes que
desarrollan las funciones necesarias para su vida. Su “salud” o paz,
consiste en el ordenado funcionamiento de cada una de sus partes, y la
lucha surge cuando alguna de ellas funciona mal o provoca
interferencias en la labor de otra.

La ciudad es una "comunidad perfecta” o sea una comunidad capaz de

subvenir a todo lo necesario para una vida
 LA VIDA BUENA
1. Lo bueno en esta vida: materia de la filosofía, que la estudia por
medio de la razón. La razón muestra la necesidad del gobierno civil.
Como medio de paz y de orden.

2. Lo bueno en la vida futura: se basa en la revelación y procede

únicamente de la fe. Una necesidad de religión que tiene sus usos en
esta vida y constituye el medio de salvación en la venidera.
Para todo propósito político (…) es el de que, en todas las relaciones
seculares, el clero no es sino una de las clases de la sociedad y debe
ser considerado junto con las demás.

El clero cristiano (que tiene la verdad) como cualquier otro lo que

enseña sobrepasa los linderos de la razón y solo se aplica a una vida
futura.
Hoy se puede decir, que al ser la religión un fenómeno social
y produce consecuencias sociales, es decir, al afectar a los
asuntos terrenales es parte del estado secular.
 LEY Y LEGISLADOR
• La ley divina tiene la sanción de las recompensas o castigos que
medirá Dios en la vida futura. Su violación no comporta ninguna pena
terrenal.
• La ley humana no deriva de la divina, sino que la contrasta. Toda
norma que implique una penalidad terrena corresponde, ipso facto, a
la ley humana y deriva su autoridad de la promulgación humana.
 SOBRE LA LEY HUMANA
Surge por la acción conjunta de un pueblo que establece normas para
gobernar las acciones de sus miembros o, inversamente, un estado es
el conjunto de hombres que deben obediencia a un determinado
cuerpo de leyes.

La fuente de la autoridad legal es siempre un pueblo o la parte

predominante de él, aunque en un caso particular actúe mediante una
comisión (o en el caso del imperio a través del emperador) a la que
haya delegado su autoridad.
 IGLESIA Y CLERO
El clero carece de poder coactivo

El clero no es sino una clase dedicada a practicar de los servicios

religiosos, está sometido a regulación como cualquier otra clase, y sus
miembros, los seglares, son responsables ante los tribunales civiles por
las violaciones a la ley humana.
Según De Padua, difícilmente puede afirmarse que la iglesia posea en
absoluto propiedad.
La propiedad eclesiástica es por naturaleza una concesión o subsidio
hecho por la comunidad para el sostenimiento del culto público.
 LOS CONFINES DE LA RELIGIÓN
La coloca entre los límites más reducidos.

Afirma que la confesión, la penitencia, las indulgencias, la absolución y

la excomunión, no son esenciales, sino el arrepentimiento por los
pecados y el poder divino. Sin estos dos elementos la ceremonia es en
absoluto impotente.

(Indulgencias: Cristianismo antiguo siglo III. En los siglo XI-XII: Se pasa a realizar
transacciones por sacrificios para ganar la gracia).
 EL CONCILIO GENERAL

De Padua, prefirió suponer que, en un concilio general, la inspiración

se uniría a la razón para dar una versión autorizada de la ley divina
contenida en la Escritura, y una respuesta satisfactoria a las
razonables diferencias de opinión que pudieran surgir acerca de tales
materias.
 Su Concilio General depende de los gobiernos seculares, ya que
necesita de su cooperación, y si sus decisiones requieren el apoyo de
la fuerza para ser llevadas a la práctica, tienen que buscar ese apoyo
en la coacción aplicada por los estados.
 GUILLERMO DE OCCAM, 1280 (8)- 1349
Plenitudo potestatis
• Hizo parte de la orden franciscana a cuyos miembros se denominó
“espirituales” que defendieron la pobreza clerical y que habían sido
excomulgados por Juan XXII

• Eran una minoría perseguida, a juicio de Occam, por motivos de conciencia

y que en nombre de la libertad, apelaban a la opinión pública ilustrada,
contra la autoridad constituida

• En esencia su problema era el de los súbditos frente a sus gobernantes, la

limitación de la autoridad papal soberana en materia de fe, y el derecho
de una minoría a resistir a la coacción.
Su finalidad primordial consistía en afirmar la independencia de todo
el cuerpo de creyentes cristianos contra las pretensiones de un papa
herético (hereje).

El problema estaba planteado entre la iglesia universal y apostólica y la

“Iglesia de Aviñon” 1309-1377

(Disputa por la soberanía universal del Papa Bonifacio VIII contra Felipe el Hermoso
(Felipe IV de Francia). Bonifacio anuncia que “Dios nos ha situado sobre los reyes y
los reinos»)
 Los argumentos de Occam se basaban en la antigua distinción e
independencia de las autoridades espirituales y temporales, y en el
supuesto de que la independencia era factible, mientras se diese a
cada uno de los poderes una discreción amplia y poco definida para
corregir los defectos del otro.

Creía que seguían siendo posibles el apoyo y la colaboración entre las

dos potestades.
Los problemas esenciales eran más bien teológicos que jurídicos
 SU POSICIÓN

• … hacía una defensa del saber crítico y el juicio ilustrado de la

cristiandad frente al consentimiento de la autoridad constituida.
• Se enfrentaba con: un papa que pretendía ser infalible y que
encontraba muchas gentes que así lo creían, pero que, a juicio de
Occam, era hereje

Le preocupaba la política eclesiástica no la estatal.

 SOBRE EL CONCILIO
Proponía hacer el concilio ampliamente representativo. Dice de
modo explícito este tenía que incluir seglares y no solo clérigos y no
tiene objeciones que oponer a que participen en él incluso las mujeres.

La base de la representación debía ser el gran número de

corporaciones (Parroquias, monasterios, cabildos catedráticos, entre
las que se distribuyen los fieles).