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LA EVOLUCION DE LA COCINA

VICTOR MORENO VASQUEZ


El origen de la cocina (la
prehistoria)
La casa y la civilización misma nacieron en
torno a la cocina. En el Neolítico la cocina
se reducía a un agujero practicado en el
suelo donde se encendía el fuego.

A su alrededor se alineaban los escasos


utensilios: espetones, asadores de
madera dura, varillas de caña para asar
pescado, cuencos de piedra, morteros y
almireces, cuchillos de piedra o sílex y
escudillas de madera, conchas de mar o
de río utilizadas como rudimentarias
cucharas. La vasija de barro empezó a
elaborarse hacia el 7000 a.c.

Los arqueólogos han desenterrado en la


Turquía asiática, península de Anatolia,
una cocina del Neolítico en la que entre
sus piezas de cerámica se encuentran
cuencos desmontables, recipientes para
el agua, tazas, copas, platos, fuentes e
incluso un curioso calentador de comidas
a modo de infiernillo o cocinilla.
Historia de la cocina en la
antigüedad (Roma y
Grecia)
Grecia y Roma aplicaron al mundo de
la cocina nuevos materiales como el
cobre o el hierro y aportaron la botella
de vidrio, las jarras de madera y las
copas de asta de toro, amén de la
riquísima cerámica decorada.

Los griegos incorporaron además el


invento del asador y desarrollaron la
industria de los utensilios de cocina.

El habitáculo destinado a la cocina en


el hogar se amplió, convirtiéndose en
un espacio grande que dio origen al
salón, y hasta el siglo VIII fue centro
de la vida familiar.
La cocina en la Edad
Media
El asador giratorio fue aportación
medieval, o al menos experimentó un
enorme auge en aquella edad, y no
abandonó su protagonismo hasta
tiempos recientes, ya que hasta hace
doscientos años a nadie se le hubiera
ocurrido asar la carne en el horno.

Consistía en un una rueda de madera


dispuesta en forma de noria a la que
se daba vueltas para que la pieza al
fuego se asase de manera uniforme, y
cuando no era posible atender el
artefacto se introducía un perro en el
interior de la rueda y éste, en su deseo
de salir, daba vueltas al artilugio.
Historia de la cocina
contemporánea
Momento importante en la historia de la
cocina fue la introducción, en Inglaterra, de la
entonces llamada cocina económica o
cámara de ladrillo con orificios superficiales
sobre los que descansaba la olla (ver historia
de la olla), calentada por el fuego.

En 1630 el inglés John Sibthrope patentó una


versión de la cocina económica que él hizo de
metal y que funcionaba con carbón en vez de
leña. La idea de un fuego cautivo, como lo
llamaron los poetas, no gustó.

Más tarde el norteamericano de origen


alemán Benjamin Thompson, que se hacía
llamar Conde Von Rundford, ideó un sistema
más pequeño y manejable para calentar
comidas: el hervidor de vapor, aunque no
consiguió su sueño de convertir el vapor en
un medio generalizado de fuente de calor
para la cocina.

Quien sí lo conseguiría fue el forjador y


herrero George Bodley, que patentó una
cocina de hierro forjado provista con
chimenea de escape, prototipo para la cocina
del siglo XX.
Evolución de la cocina

Paso importante en el avance y


perfeccionamiento de la cocina lo dio en
el estado norteamericano de Ohio el
clérigo P. P. Stewart, cuando en 1834
patentó una “torre de cocinas
independientes”, fabricada en hierro, con
varias repisas y horno que funcionaba
con leña.

Pero tampoco esta cocina parecía


terminar con los problemas del ama de
casa corriente: era necesario un sistema
menos complicado, más limpio, más
barato y que no ocupase tanto espacio.

Un alemán dio con la clave en 1855 al


inventar para su laboratorio de química
una especie de mechero de gas cuya
aplicación a la cocina tuvo acogida. Este
invento, llamado de R.W. von Bunsen,
supuso la solución porque la energía que
empleaba era limpia y no requería mucho
espacio para almacenar combustible.
Cocina de gas

No obstante las bondades aludidas la


cocina de gas entrañaba un peligro: los
escapes y explosiones, lo que no obstó
para que hacia 1860 se impusiera en
los mercados; la gente le había
perdido el miedo.

Tres décadas después se produciría la


innovación más revolucionaria: la
cocina eléctrica. Al principio la poca
fiabilidad de los termostatos supuso
una dificultad, ya que o bien
quemaban la comida, o la dejaban
medio cruda, con un inconveniente
adicional: la escasa implantación de la
electricidad en las casas, gran número
de las cuales carecían de enlaces con
la red eléctrica. Puedes ver historia de
la bombilla.
Pero el tiempo corría a favor de este tipo
de cocina y ya en 1890 no era difícil
encontrar un hogar electrificado, tanto que
hacia 1920 la cocina eléctrica se extendió
notablemente, aunque sin desbancar
todavía al gas.

El siguiente salto cualitativo o escalada en


el mundo de la cocina sería el microondas,
comercializado en la década de los 1940
por la firma estadounidense de
electrodomésticos Raytheon Inc.
A este revolucionario sistema se uniría
más tarde otro hallazgo extraordinario: la
vitrocerámica, donde basta con dejar los
alimentos sobre una superficie calorífica
para que el aparato haga el resto.

La cocina ganó en adelantos técnicos,


rapidez y perfección, pero perdió aquel
clima grato, familiar y amable de tertulia
y sala de reuniones para los seres
queridos.

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