Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra
nueva, en los cuales mora la justicia.
No se turbe vuestro corazón; Aguardando la esperanza
creéis en Dios, creed también en bienaventurada y la mí. En la casa de mi Padre muchas manifestación gloriosa de moradas hay; si así no fuera, yo os nuestro gran Dios y lo hubiera dicho; voy, pues, a Salvador Jesucristo. preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. La restauración final de la unidad De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
No se turbe vuestro corazón; Aguardando la esperanza
creéis en Dios, creed también en bienaventurada y la mí. En la casa de mi Padre muchas manifestación gloriosa de moradas hay; si así no fuera, yo os nuestro gran Dios y lo hubiera dicho; voy, pues, a Salvador Jesucristo. preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. La restauración final de la unidad
Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de él, y
tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en Así también Cristo fue mí. En la casa de mi Padre muchas ofrecido una sola vez para moradas hay; si así no fuera, yo os llevar los pecados de lo hubiera dicho; voy, pues, a muchos; y aparecerá por preparar lugar para vosotros. Y si segunda vez, sin relación con me fuere y os preparare lugar, el pecado, para salvar a los vendré otra vez, y os tomaré a mí que le esperan. mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. La restauración final de la unidad
Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de él, y
tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en Así también Cristo fue mí. En la casa de mi Padre muchas ofrecido una sola vez para moradas hay; si así no fuera, yo os llevar los pecados de lo hubiera dicho; voy, pues, a muchos; y aparecerá por preparar lugar para vosotros. Y si segunda vez, sin relación con me fuere y os preparare lugar, el pecado, para salvar a los vendré otra vez, y os tomaré a mí que le esperan. mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de él, y
tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en Así también Cristo fue mí. En la casa de mi Padre muchas ofrecido una sola vez para moradas hay; si así no fuera, yo os llevar los pecados de lo hubiera dicho; voy, pues, a muchos; y aparecerá por preparar lugar para vosotros. Y si segunda vez, sin relación con me fuere y os preparare lugar, el pecado, para salvar a los vendré otra vez, y os tomaré a mí que le esperan. mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de él, y
tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en Así también Cristo fue mí. En la casa de mi Padre muchas ofrecido una sola vez para moradas hay; si así no fuera, yo os llevar los pecados de lo hubiera dicho; voy, pues, a muchos; y aparecerá por preparar lugar para vosotros. Y si segunda vez, sin relación con me fuere y os preparare lugar, el pecado, para salvar a los vendré otra vez, y os tomaré a mí que le esperan. mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de él, y
tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en Así también Cristo fue mí. En la casa de mi Padre muchas ofrecido una sola vez para moradas hay; si así no fuera, yo os llevar los pecados de lo hubiera dicho; voy, pues, a muchos; y aparecerá por preparar lugar para vosotros. Y si segunda vez, sin relación con me fuere y os preparare lugar, el pecado, para salvar a los vendré otra vez, y os tomaré a mí que le esperan. mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de él, y
tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en Vi un cielo nuevo y una mí. En la casa de mi Padre muchas tierra nueva; porque el moradas hay; si así no fuera, yo os primer cielo y la primera lo hubiera dicho; voy, pues, a tierra pasaron, y el mar ya preparar lugar para vosotros. Y si no existía más. me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de él, y
tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en Vi un cielo nuevo y una mí. En la casa de mi Padre muchas tierra nueva; porque el moradas hay; si así no fuera, yo os primer cielo y la primera lo hubiera dicho; voy, pues, a tierra pasaron, y el mar ya preparar lugar para vosotros. Y si no existía más. me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de él, y
tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en Vi un cielo nuevo y una mí. En la casa de mi Padre muchas tierra nueva; porque el moradas hay; si así no fuera, yo os primer cielo y la primera lo hubiera dicho; voy, pues, a tierra pasaron, y el mar ya preparar lugar para vosotros. Y si no existía más. me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en Vi un cielo nuevo y una mí. En la casa de mi Padre muchas tierra nueva; porque el moradas hay; si así no fuera, yo os primer cielo y la primera lo hubiera dicho; voy, pues, a tierra pasaron, y el mar ya preparar lugar para vosotros. Y si no existía más. me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en Vi un cielo nuevo y una mí. En la casa de mi Padre muchas tierra nueva; porque el moradas hay; si así no fuera, yo os primer cielo y la primera lo hubiera dicho; voy, pues, a tierra pasaron, y el mar ya preparar lugar para vosotros. Y si no existía más. me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en Vi un cielo nuevo y una mí. En la casa de mi Padre muchas tierra nueva; porque el moradas hay; si así no fuera, yo os primer cielo y la primera lo hubiera dicho; voy, pues, a tierra pasaron, y el mar ya preparar lugar para vosotros. Y si no existía más. me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
Vi un cielo nuevo y una
Y el que estaba sentado en el tierra nueva; porque el trono dijo: He aquí, yo hago primer cielo y la primera nuevas todas las cosas. Y me tierra pasaron, y el mar ya dijo: Escribe; porque estas no existía más. palabras son fieles y verdaderas.
Hay certeza del regreso de Jesús
La restauración final de la unidad Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
Vi un cielo nuevo y una
Y el que estaba sentado en el tierra nueva; porque el trono dijo: He aquí, yo hago primer cielo y la primera nuevas todas las cosas. Y me tierra pasaron, y el mar ya dijo: Escribe; porque estas no existía más. palabras son fieles y verdaderas.
Hay certeza de la tierra nueva
Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
Vi un cielo nuevo y una
Y el que estaba sentado en el tierra nueva; porque el trono dijo: He aquí, yo hago primer cielo y la primera nuevas todas las cosas. Y me tierra pasaron, y el mar ya dijo: Escribe; porque estas no existía más. palabras son fieles y verdaderas.
Hay certeza de la tierra nueva
Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
Vi un cielo nuevo y una
Y el que estaba sentado en el tierra nueva; porque el trono dijo: He aquí, yo hago primer cielo y la primera nuevas todas las cosas. Y me tierra pasaron, y el mar ya dijo: Escribe; porque estas no existía más. palabras son fieles y verdaderas.
Hay certeza de la tierra nueva
Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
Hay certeza de la tierra nueva
Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque
se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque
se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque
se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal
se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque
se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal
se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Hay certeza de la tierra nueva
Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal
se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
El que tiene oído, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios. En la resurrección todos nos reuniremos otra vez Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal
se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
El que tiene oído, oiga lo que el
Y dijo Jehová Dios: He aquí el Espíritu dice a las iglesias. Al que hombre es como uno de nosotros, venciere, le daré a comer del sabiendo el bien y el mal; ahora, árbol de la vida, el cual está en pues, que no alargue su mano, y medio del paraíso de Dios. tome también del árbol de la vida, En la resurrección todos nos y coma, y viva para siempre. reuniremos otra vez Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal
se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
El que tiene oído, oiga lo que el
Y dijo Jehová Dios: He aquí el Espíritu dice a las iglesias. Al que hombre es como uno de nosotros, venciere, le daré a comer del sabiendo el bien y el mal; ahora, árbol de la vida, el cual está en pues, que no alargue su mano, y medio del paraíso de Dios. tome también del árbol de la vida, En la resurrección todos nos y coma, y viva para siempre. reuniremos otra vez Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal
se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
El que tiene oído, oiga lo que el
Y dijo Jehová Dios: He aquí el Espíritu dice a las iglesias. Al que hombre es como uno de nosotros, venciere, le daré a comer del sabiendo el bien y el mal; ahora, árbol de la vida, el cual está en pues, que no alargue su mano, y medio del paraíso de Dios. tome también del árbol de la vida, En la resurrección todos nos y coma, y viva para siempre. reuniremos otra vez Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
El que tiene oído, oiga lo que el
Y dijo Jehová Dios: He aquí el Espíritu dice a las iglesias. Al que hombre es como uno de nosotros, venciere, le daré a comer del sabiendo el bien y el mal; ahora, árbol de la vida, el cual está en pues, que no alargue su mano, y medio del paraíso de Dios. tome también del árbol de la vida, En la resurrección todos nos y coma, y viva para siempre. reuniremos otra vez Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
El que tiene oído, oiga lo que el
Y dijo Jehová Dios: He aquí el Espíritu dice a las iglesias. Al que hombre es como uno de nosotros, venciere, le daré a comer del sabiendo el bien y el mal; ahora, árbol de la vida, el cual está en pues, que no alargue su mano, y medio del paraíso de Dios. tome también del árbol de la vida, En la resurrección todos nos y coma, y viva para siempre. reuniremos otra vez Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
El que tiene oído, oiga lo que el
Y dijo Jehová Dios: He aquí el Espíritu dice a las iglesias. Al que hombre es como uno de nosotros, venciere, le daré a comer del sabiendo el bien y el mal; ahora, árbol de la vida, el cual está en pues, que no alargue su mano, y medio del paraíso de Dios. tome también del árbol de la vida, En la resurrección todos nos y coma, y viva para siempre. reuniremos otra vez Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
El que tiene oído, oiga lo que el
La ciudad no tiene necesidad de Espíritu dice a las iglesias. Al que sol ni de luna que brillen en ella; venciere, le daré a comer del porque la gloria de Dios la ilumina, árbol de la vida, el cual está en y el Cordero es su lumbrera. Y las medio del paraíso de Dios. naciones que hubieren sido salvas En la resurrección todos nos andarán a la luz de ella; y los reyes reuniremos otra vez de la tierra traerán su gloria y Hay certeza de la tierra nueva honor a ella. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
El que tiene oído, oiga lo que el
La ciudad no tiene necesidad de Espíritu dice a las iglesias. Al que sol ni de luna que brillen en ella; venciere, le daré a comer del porque la gloria de Dios la ilumina, árbol los de la vida, el cual está en y el Cordero es su lumbrera. Y las Todos redimidos viviremos en medio la del paraíso tierra de Dios. nueva naciones que hubieren sido salvas En la resurrección todos nos andarán a la luz de ella; y los reyes reuniremos otra vez de la tierra traerán su gloria y Hay certeza de la tierra nueva honor a ella. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
Todos los redimidos viviremos en
la tierra nueva En la resurrección todos nos reuniremos otra vez Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
Entonces los ojos de los ciegos serán
abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará Todos los redimidos viviremos en como un ciervo, y cantará la lengua la tierra nueva del mudo; porque aguas serán En la resurrección todos nos cavadas en el desierto, y torrentes en reuniremos otra vez la soledad. Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
Entonces los ojos de los ciegos serán
abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará Todos los redimidos viviremos en como un ciervo, y cantará la lengua la tierra nueva del mudo; porque aguas serán En la resurrección todos nos cavadas en el desierto, y torrentes en reuniremos otra vez la soledad. Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
Entonces los ojos de los ciegos serán
abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará Todos los redimidos viviremos en como un ciervo, y cantará la lengua la tierra nueva del mudo; porque aguas serán En la resurrección todos nos cavadas en el desierto, y torrentes en reuniremos otra vez la soledad. Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.
Entonces los ojos de los ciegos serán
abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará Todos los redimidos viviremos en como un ciervo, y cantará la lengua la tierra nueva del mudo; porque aguas serán En la resurrección todos nos cavadas en el desierto, y torrentes en reuniremos otra vez la soledad. Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.
Entonces los ojos de los ciegos serán
abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará Todos los redimidos viviremos en como un ciervo, y cantará la lengua la tierra nueva del mudo; porque aguas serán En la resurrección todos nos cavadas en el desierto, y torrentes en reuniremos otra vez la soledad. Hay certeza de la tierra nueva Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.
Entonces los ojos de los ciegos serán
abiertos, y los oídos de los sordos se Todos los redimidos viviremos en abrirán. Entonces el cojo saltará la tierra nueva como un ciervo, y cantará la lengua En la resurrección todos nos del mudo; porque aguas serán reuniremos otra vez cavadas en el desierto, y torrentes enHay certeza de la tierra nueva la soledad. Hay certeza del regreso de Jesús La restauración final de la unidad
asas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto
edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro ue según los días de los árboles serán los días de mi pueblo,